Debido a esta fauna, prácticamente ya no voy al cine. Sólo voy muy contadas ocasiones, en títulos que me interesan muchísimo y dejo pasar varias semanas desde el estreno, para que la sala esté casi vacía. Así me evito a los niñatos maleducados, a los tontos del móvil y demás especímenes que lamentablemente existen en esta sociedad.
El noventa por ciento de títulos me los compro directamente en blu ray y los disfruto en casita, con mi adorado plasma Pioneer KRP500.