O ¿Un lamentable final? El caso es que no deja indiferente el hecho de que estemos ante la obra póstuma de uno de los más grandes realizadores de la historia del cine.
Eyes Wide Shut (desde ahora EWS) supone el punto y final de una filmografía escandalosamente magistral, pero ¿Fue el final digno de un maestro o algo falló en la fórmula? Esa es la pregunta que quiero plantear.
Yo me sitúo en la primera tesitura y sin mucho esfuerzo, logro encontrar la esencia a una película que a mi entender, ha sido injustamente olvidada e incomprensiblemente maltratada.
EWS es una película donde la puesta en escena es absolutamente maravillosa. El estilo cinematográfico y las técnicas de iluminación usadas, junto con ese aire misterioso y oculto que hay tras cada plano dotan al filme de una entereza artística impresionante. La secuencia de la fiesta es posiblemente uno de los mejores apuntes visuales de toda la carrera del realizador Newyorkino; esos escenarios, esos contrastes de luz, esos colores negros y rojos de los trajes, ese piano moribundo que acaricia toda la escena, ese erotismo misterioso y elitista. Impresionante
Si a todo esto añadimos que Cruise rompe su registro y borda su papel, mientras Kidman con esa mirada decadente aludiendo al título “EWS” se come la cámara a cada plano. Tenemos como resultado una película enorme, digna de su creador, y aunque no estemos ante lo mejor de su filmografía si que estamos ante una obra Kubrick cien por cien, lo cual nos lleva a su vez a una obra Cumbre cien por cien.
Kubrick y Cumbre, siempre analogías de un mismo significado.
Salu2.