MFSL: Sonido excepcional para melómanos empedernidos.
Suele suceder que las firmas discográficas dedicadas a la producción de los llamados "discos de audio filo" gocen de mucha mayor popularidad entre los aficionados a la Hi-Fi que entre los apasionados por la música. Existe un motivo evidente que a estas alturas ya pocos se atreven a discutir: el atractivo musical de estos discos suele ser inferior al de los grabados por las discográficas "convencionales". Sin embargo, como con casi todo en esta vida, existen algunas honrosas excepciones que confirman la regla. Así, en los catálogos de Telare, Lyrita o Chesky (este último sello ofrece mucho más, a mi juicio, en el terreno del jazz y afines que en el del clásico) pueden encontrarse auténticas "perlas" cuyo interés musical es tan grande como el puramente técnico, aun siendo éste inmenso. Ejemplos indiscutibles de interpretaciones de referencia cuya toma de sonido es "de audio filo" sin concesiones son la espléndida Segunda de Rachmaninov dirigida por Dutoit, el Concierto para clarinete de Finzi o el "Havana Club" de Paquito D'Rivera grabados respectivamente por cada uno de los tres sellos mencionados. (Estamos hablando tanto de discos LP como de discos compactos, quede claro.).
Mobile Fidelity Sound Lab (MFSL) es una curiosa compañía estadounidense importada en España por Serenado cuyos productos podrían entrar en esta categoría. Y de hecho, entra, con la salvedad de que no se trata de una productora de discos en el sentido convencional, sino de una "reeditora". Sus artistas no son exclusivos, como no son propias las tomas de grabación. MFSL se dedica a reeditar en CD discos más o menos legendarios a los que aplica un particularismo tratamiento de "estética sonora" cuyo resultado es muy simple: volverlos a escuchar es como escucharlos por primera vez. Tal es la eficacia de su sistema de remasterizado y posterior manufacturado. MFSL ha desarrollado el concepto de "Ultra disco", concepto que vamos a tratar de explicar en las líneas que siguen.
El reto de MFSL es el de recuperar todo el "feeling", toda la magia de la música que se recogió para los discos mientras era tomada. Es decir, se trata de que lo que se escuche en el disco se parezca lo más posible a lo que se podría oír en caso de poder reproducir la cinta madre que da lugar a las distintas ediciones en disco. Para obtener esto, los ingenieros de MFSL deben poseer la mayor información posible sobre la transferencia a cinta de la música en cada caso. A partir de ahí, y con tecnología propia, cada disco es un mundo y se trata de que se pierda, en cada caso, la menor información posible de la cinta master durante la nueva mezcla digital a que es sometida en los "laboratorios" de la firma.
En primer lugar, una máquina se encarga de hacer de "espejo" de lo que hay grabado con el equipamiento que se hizo servir para la toma original y se transfiere a una nueva muestra que se manufacturará de nuevo. Se prescinde de ecualizaciones o de procesados de señal durante este primer paso porque siempre añaden un "velo" (aunque sea protector) entre el sonido auténtico y el resultante. MFSL toma la señal directa y, después de probar el balance tonal, la digitaliza mediante -ahora sí- un procesador de A/D de funcionamiento convencional pero de enorme resolución. La tecnología utilizada en este reprocesado es en gran parte propia. Para efectuar el A/D se tienen en cuenta parámetros que no se contemplaron durante las mezclas originales de los discos, tales como el máximo nivel de señal. El control de estos picos permite la obtención de una dinámica homogénea y la ausencia de distorsión en los momentos más "salvajes".
Después de obtenido el disco maestro, viene el ulterior manufacturado. Se tiene ya un CD con la información "reactualizada" y ahora viene el disponer del mejor soporte posible para gozar de esta información limpia durante el mayor tiempo y en las mejores condiciones posibles. Entonces es cuando MFSL trabaja la superficie de los discos para que el haz láser del lector de CD encuentre las mayores facilidades posibles para transmitir 'a mayor cantidad de información posible en su 'Viaje de regreso" después de reflejado por la superficie del compacto. Para ello, se utilizan elementos que optimizan la reflectividad y se chapa el disco con oro de 24 kilates para prevenir la oxidación.
El resultado de tanto esfuerzo puede comprobarse al primer golpe de oído, si el usuario dispone de equipos de la suficiente calidad. No hace falta poseer un Wadia 2.000 para demostrar la eficacia del invento. Discos como el Synchronicity de Pólice quedan tan "favorecidos" por esta limpieza de cutis como grabaciones tan antiguas como el "Blue Train" de John Coltrane, el "Aja" de Steely Dan o el "Dark Side of the Moon" de Pink Floyd. Gracias a Serenade, importador exclusivo de MFSL para el estado español, puede usted gozar de su música favorita como nunca hizo antes. Compruébelo.