Duro sí, pero por eso mismo quebradizo, más un roble que un junco. El pobre Mad Dog vestía unos trajes que olían a naftalina, pero lo que hubiera deseado era ponerse unos pantalones andrajosos e irse a pescar siluros. Yo, como de pescar como mucho algún catarro, me defiendo del fresco excesivo con un jersey, que si va abotonado por delante será rebeca. Hasta Bogart tenía debilidades contra natura en su atuendo, como esas horrorosas pajaritas a cuadros, dignas de un clown.