CON SPOILERS Y TAL.

Si tuviera que describirla, diría que es una mezcla de Ordinary People y La Semilla del Diablo. Un drama familiar sobre enfermedades mentales hereditarias y traumas ocultos que se transforma en una película de posesiones.

Tiene el problema de que la parte del drama es un poco vulgar, con todos los lugares comunes posibles: locura, sonambulismo (con especial atención a la escena onírica de la madre confesándole al hijo que no quería tenerlo), la hija anormal, etc; y la parte de las posesiones tira mucho del humor negro y más que dar miedo resulta inquietante y hasta algo cómica.

Es un poco complicado tomársela en serio en sus vertientes por separado, pero juntas logran algún momento desasosegante, alguna simbología inspirada (lo de perder la cabeza es recurrente) e imágenes poderosas, sobre todo.

Pero también cae en cosas como la madre corriendo por las paredes que, bueno...

Las interpretaciones literales como película de posesiones son un poco de coña y por ahí la película no se sostiene demasiado. Todo lo del culto es un poco forzado y las teorías sobre posesiones saltarinas tampoco es que sean muy para ensalzar la película.

Pero el tema de la locura hereditaria sí que es más interesante.

Annie es una artista especializada en recrear ambientes como cuidadas minitaturas, con una sensibilidad que le permite darse cuenta de como la locura de su familia amenaza con destruir a su hijo. Por ello construye una historia de paranoia y satanismo para salvar a su hijo de la misma locura y autodestrucción que arrasa a toda su familia. El hecho de que sea difícil interpretar la película de esta forma es que está narrada desde el punto de vista de Annie, de Charlie y de Peter, con lo que es imposible distinguir lo real de lo fantástico.

La idea sería un poco así.

Después de la muerte de Charlie, Annie se da cuenta de que su enfermedad se agrava hasta la locura absoluta, pero también se da cuenta de que su hijo lleva el mismo camino. Es entonces cuando empieza a crear la idea del culto satánico, echándole la culpa de todo a su abuela muerta. Desentierra el cadáver, crea el personaje de Joan, mata a su marido prendiéndole fuego con el disolvente (algo que ya rondaba por su cabeza cuando en sueños intentó matarse con sus hijos para librarles de su destino de enfermedad y locura) y se inmola decapitándose delante de su hijo después de recrear en su hogar y en la casa del árbol un escenario que la propia locura de su hijo rellena con los elementos que faltan. El objetivo es que Peter se vea como un elegido por un ser superior, un privilegiado, no como un esquizofrénico paranoide abocado al suicidio.

El punto débil de esta teoría es que no se ve que en la película Annie le cuente nada sobre el culto de Paimon a su hijo. Eso puede ser porque lo del culto a Paimon es una invención de Peter también , que ha leído los libros de la abuela (la idea es que ha sido él quién subrayó los párrafos que tan oportunamente lo explican todo, un recurso no muy elegante, por cierto), o una alucinación compartida con su madre. De hecho Peter ve y escucha a Joan en el instituto, así como tiene alucinaciones sobre Charlie igual que su madre. Una extraña conexión madre-hijo que va más allá de lo racional, nunca mejor dicho. En fin, una explicación tan rebuscada como cualquier otra para una película rebuscada