Sin duda alguna, lo mejor de esta película es el hecho de creerte que el depredador es el tío, siendo una sorpresa cuando el que acaba siendo la presa, y de qué manera, es éste mismo. Las interpretaciones de ambos protagonistas me parecen muy buenas ya que ambos muestran lo que realmente sienten por dentro. Ella que hace algo que siente que debe hacer aunque en el fondo no disfruta con ello, y él intenta mantener la calma en todo momento y niega cualquier acusación aunque se vea en el límite. Gran final que nos muestra que ella sabe bien lo que hace aunque durante el desarrollo del film podamos tener dudas