Pues yo la vi ayer y me gustó bastante, pero... Reconozco que me lo pasé en grande y que hay números que invitan a ponerse a bailar en medio del cine (sobretodo el que se marca Elijah Kelly en solitario, que se sale), pero en conjunto a la película le falta "algo", le falta garra.
Todo el vitriolo que destilaba la obra original de John Waters quedó muy diluido en su trasbase a los teatros de Broadway (que tuve el privilegio de ver hace unos años en NY), y aún se ha suavizado un poco más en su traslación a la gran pantalla. Se han eliminado dos o tres canciones (algunas se las han reservado para los títulos de crédito finales) y se han incorporado otras que fueron desechadas en su dia para el estreno teatral, pero aún así conserva una muy buena factura.
Es un musical ligero, bienintencionado, blando pero con mucho encanto, donde además de unas canciones magistrales (con música de Marc Shaiman) brilla un reparto en estado de gracia. Mención especial para una simpatiquísima Blonsky, una poderosa Queen Latifa, un inspirado James Marsden, un mayusculo Elijah Kelly y una arrebatadora (as usual) y divertidísima Michelle Pfeiffer. Walken anda un tanto despistado en todo el metraje, con cara de no saber muy bien donde está. Y Travolta... Pues que queréis que os diga: no me ha convencido.
Y es que el personaje de Edna es una de las claves que definen la obra, y creo que Travolta está comedido en exceso, demasiado preocupado por aparentar ser una mujer "de verdad" cuando debería haber dado rienda suelta a su vena más petarda. En la obra de Waters el orondo Divine no ocultaba en ningún momento que era un hombre: se ponía un vestido y una peluca, pero ni impostaba la voz ni tenía necesidad alguna de ocultarse tras quilos de maquillaje. Él ERA Edna, y eso aportaba una nota más de ironía y sarcasmo a la película: un hombre interpretando un papel de mujer sin disfraz ni truco alguno. El genial Harvey Ferstein en la obra teatral tiraba por los mismos pastos. Su voz ronca, rasgada, cazallosa, acentuaba poderosamente su actitud travesti pero su interpretación no restaba ni un ápice de feminidad y determinación al personajes. Además ni Divine ni Ferstein han ocultado nunca su homosexualidad, de ahí que la decisión de contratarlos para interpretar un papel de mujer, madre de una adolescente para más inri, no esté exenta de una malintencionada ironía.
En cambio en esta versión cinematográfica se ha buscan antes contratar a una estrella de renombre y con potencial taquillero que no un actor capaz de aportar toda el sarcasmo y la carga irónica que requería el personaje. La Edna de Travolta es demasiado blanda, carente de fuerza. Y ello es debido sobretodo al trabajo un tanto sobreactuado del actor, que insiste en demasía en interpretar y parecer un mujer-mujer, cosa que, en mi opinión, es un error y resta carga vitriólica al personaje.
Eso sí, sin duda muchos caeran en la trampa de valorar el (gran) trabajo de caracterización por encima de las virtudes interpretativas y pediran a gritos una (inmerecida) nominación al Oscar que casi, casi seguro le caerá.