No es sólo eso; es que ese es el gran poder de Buffy: que "se te mete en la sangre".
Y a veces sólo te das cuenta de lo que te llegó a gustar, cuando ya no la tienes...
Y la gran diferencia con muchas series de la HBO, por poner un ejemplo.
Las de la HBO muchas más veces de lo que quisiera me digo al verlas: ¡ostia tú, que bueno es esto. GENIAL! La caña de España. Pero luego me da pereza siempre volver a ella, y las abandono...
Aún siendo totalmente conscientes de su gran valía intrínseca.
Pero para mi una SERIE, así con mayúsculas, es aquella que se te mete en la sangre, que no puedes dejar de ver, que te hace acostarte a las tantas de la madrugada, teniendo que madrugar al día siguiente.
De la que hechas de menos su "mundo" cuando vas terminando cada temporada, hasta que estrenan o consigues las siguientes. Que esperas con la ilusión de un mono en celo, y disfrutas cada minuto, con el corazón en puño, temiendo que termine.
Y eso me lo dieron muy poquitas. Ahora que recuerde:; por supuesto: Buffy (una de las más Grandes), y su Spin-off: Angel (que lamentablemente acaba en el mejor momento), Star Trek: La nueva generación y Voyager, Doctor en Alaska; Fraiser, Dos hombres y medio, Sons of Anarchy, y alguna otra que olvido. Tampoco tantas.
En definitiva series, y mundos, en los que no dudaría un momento en querer vivir para siempre.
(No querría vivir, ni de coña, en The Wire, por ejemplo. Y eso que es una jodida Obra Maestra... No sé, será seguramente limitación mía. O un defecto...)