La de risas que me echaba con el "gordo y el flaco" que era como los conocía de peque con mi padre y mi abuelo eran incontables.
Y a día de hoy si están retransmitiendo alguna película y mi padre viendola me quedo con él aunque solo sea un rato para partirnos de risa. Esos momentos son únicos.
Tanto Bud como Terence siempre tendrán un hueco en nuestro corazón por muy "mayores" que nos hagamos.