Pues yo creo que sí lo es; cuando el material con el que estás trabajando es, esencialmente, algo tan simple como un monstruo "mu' gordo" destruyéndolo todo a su paso, es muy fácil que todo resulte muy tonto. Pero la puesta en escena de la anterior peli le dio un empaque solemne y un tono ominoso que, para mí, constituyen el principal acierto de la cinta.
Sin Edwards de por medio, me temo que la película resultante sea un producto de escaso o nulo interés para mí.