Por cierto, qué poco se comenta la manía de Scott de utilizar 25 cámaras, dando lugar a un dejadez en lo formal que no se debería de permitir en producciones de 300 millones de dólares. En parte se lo perdono por su edad pero, joder, que en Napoleón había algún plano que era como un puto cuadro. Algo falla ahí.