Teniendo en cuenta mi conocimiento superficial del manga de Masamune Shirow y del anime basado en su obra, esta película dirigida por el impersonal Rupert Sanders ha sido una experiencia decepcionante.
Después de su visionado me dio la sensación de haber visto el resumen de una historia que se supone mucho más compleja y con más capas que las mostradas durante los 120 minutos que dura el metraje.
Si es verdad que el nivel de producción es bastante potente, aunque la fotografía a veces me pareció demasiado oscura, y el casting, polémicas aparte (tiene gracia que critiquen la elección de Scarlett Johansson por no ser japonesa, cuando el personaje de Motoko tanto de comic como en el anime tiene unos rasgos bastante occidentalizados), es bastante acertado.
Por otra parte también es decepcionante que la productora haya decidido hacer una película “accesible” y para todo el público y se hayan perdido bastantes cosas por el camino bastante más audaces y sin mojigaterías que están en la obra original.
Pero como la película parte de un material bastante interesante, los pocos atisbos que muestra el guión de William Wheeler con respecto a la obra original hace que esta tenga un cierto interés y no sea una completa ruina.
Una vez más, una adaptación a medio gas, realizada para contentar a todo el mundo, pero que se queda a medias en casi todo.
Aun así se puede llegar a disfrutar, pero es una pena que el espectáculo y la falta de riesgo lastren el resultado final.