En sesioncinefila.com
GANGNAM BLUES – GANGSTERS CLASICOS
Vuelvo a la carga con otra película asiática, un trabajo de un director, Ha Yoo, que no se prodiga mucho, pero que desde su gran película de Gánsters “A Dirty Carnival” en 2006, el anuncio de esta película de genero se ha hecho muy esperada y deseada.
Ha Yoo, ya demostró de lo que era capaz con “A Dirty Carnival” y en esta “Gangnam Blues” consigue después de muchos años, añadir más calidad técnica y una finura precisa e impactante en su forma de contarnos los detalles de una trama que requiere de una atención al 100% del espectador, si no quieres perderte en sus muchos personajes y subtramas abiertas a lo largo de todo el film.
La película nos cuenta la historia de dos jóvenes mendigos, que viven al filo de la pobreza en un barrio donde la política y la especulación les hace perder su único lugar donde vivir. Sin apenas dinero y un techo donde dormir, deciden aceptar el trabajo de un grupo de Gánsters, esa decisión les cambiara la vida y dividirá sus caminos a la vez que conoceremos la expansión de Corea del Sur en los años 70, con políticas y políticos corruptos, dinero sucio e intereses varios por parte de todos los bandos, salpicando a ciudadanos y familias honradas, a través de engaños, coacciones y asesinatos.
Es curioso ver que la expansión se hace hacia lo que hoy es Gangnam, el barrio “pijo” de Seul y que ha puesto tan de moda el Rapero PSY con su Gangnam Style.
Las películas de Gansters nos llevan acompañando desde los principios del cine, un buen ejemplo es la película, Enemigo Público (1931) donde dos amigos gansters tienen unas motivaciones, prácticamente calcadas a la película Coreana, donde cada personaje usa el Hampa de la manera que mas le conviene o de la forma que el siente que es lo correcto. Así como uno de los protagonistas ve a su banda como una familia a la que servir y proteger para ascender y vivir de una manera holgada, el otro personaje principal usa la banda como una mera herramienta para sus logros y beneficio propio, dándole igual matar, mentir, engañar e incluso poner en peligro a los suyos.
Scarface de (1932) como su remake hiper conocido dirigido por Brian de Palma, es otro ejemplo de personaje, donde podemos ver de donde viene, como asciende, cambia y su final. Si algo se ha puesto siempre en tema de discusión en estas películas, es la enfatización del encanto de sus personajes, aunque estos no demuestren en la mayoría de los casos arrepentimiento. También se evoluciono en la trama de las películas y en las herramientas dramáticas que se usaban en ellos, un ejemplo claro en esta película Coreana, como en “Scarface” de (1932) es la humanización de los personajes principales, su debilidad en ciertos momentos y la necesidad de un apoyo familiar, como es el caso de Gangnam Blues, donde sus protagonistas sin familia alguna, buscan esas figuras en gente de su entorno, como puede ser el jefe de la banda como padre, la hija de este como hermana o el amor de la mujer de otro ganster.
Es curioso ver como Ha Yoo, usa la relación de uno de los protagonistas con su hermanastra casi como si fuese su amante, al igual que lo hizo Hawks en “Scarface” del 32. Una manera de buscar la humanización y las debilidades de sus personajes e incluso de enmarcarlos como hormigas en un mundo que a fin de cuentas les queda grande.
Pero no solo de los clásicos americanos bebe la película, “Los Siete Samurais” del gran Kurosawa esta presente en varios momentos, como la pelea bajo la lluvia o en una fabrica de cereal donde de una manera subterranea nos mezcla la lucha de lo campesino, de los pueblos, con los gansters de ciudad, con el “gran mundo” que quiere comerse al pequeño para su propio interés.
Y de eso trata la película y de ejemplo sirven los primeros fotogramas y los últimos, delincuentes y legisladores sin escrúpulos, que se sirven del momento y las oportunidades para crear un conflicto entre ellos y los ciudadanos del campo, el obstáculo a esquivar para conseguir las tierras que necesitan, para expandir Seul y de paso hacerse ellos ricos y no los campesinos. Los mejores Westerns siempre han usado esta excusa y es por ello que las películas de Gansters beben totalmente de un genero que lleva acompañándonos desde el inicio del cine, cambiar políticos por Marshals (los alguaciles) y los poblados del oeste en construcción y tendremos las ciudades de las películas de Gansters donde la ciudad o el pueblo junto con las leyes que deben protegerles fallecen inexorablemente.
La fotografía roza el excelente en todo su metraje, sus dos directores de fotografía Seung-hyuk Hong y Tae-Sung Kim, con pocas películas en su haber, hacen un trabajo esplendido, que llena de matices y de contrastes las diferentes localizaciones, tanto de personajes como lo ambientes que les rodean.
El actor principal es Lee Min Ho, un actor de moda en Corea del Sur, sobre todo por participar en comedias románticas y ser ídolo de chicas adolescentes. El director Ha Yoo en un principio era contrario a añadirlo a la película, pero presiones de producción y de “mercado” le obligaron a incluirlo, el mismo le comunico al actor que no era santo de su devoción, pero tras realizar varias pruebas y ver el resultado final, el director reconoce que le sorprendió gratamente.
En resumen, una muy buena película con interpretaciones muy bien dirigidas, la fotografía rozando el excelente, una banda sonora a la altura y una historia con mucha miga, donde el único pero que se le puede achacar es la complejidad de la trama en sus primeros compases, muchos personajes, varias bandas, bastantes políticos, muchos frentes abiertos…Ha Yoo demuestra una vez mas que se mueve como pez en el agua en este genero, pero si a su buen hacer uniésemos la rapidez y eficacia de Johnnie To para presentar y localizar a todos los personajes en muy poco tiempo, esta película seria una obra clave del genero. Aun así, si dedicamos toda nuestra atención a lo que ocurre en la pantalla, a los nombres que surgen a cada momento, disfrutaremos como enanos, de un trabajo de gran calidad, donde veremos como se creaban en los 70 las bandas de mafiosos en Corea del Sur, de el viaje sin retorno que tomaban cada uno de los integrantes de estas mafias, donde se bajaba tan rápido o más de como se subía y de el contraste de un par de chicos y su felicidad cuando eran pobres y vivían con lo mínimo, a la agonía, desesperación y miedo cuando lo tenían todo.