El Camp Nou vivirá en el Gamper una noche de gran fútbol, un partidazo entre dos equipos de Champions. El año pasado fue el Milan y éste se medirán a la Juve de Capello, campeón de su Liga como el Barça y que llega con el francés Vieira, su última estrella, y con el morbo para el aficionado blaugrana de haber sido el último equipo que echó al Real Madrid de la Liga de Campeones. El Madrid, mientras tanto, más que el Santiago Bernabéu parece que disputa el trofeo Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como, dada la entidad de los rivales que participan. El club blanco, en las ediciones del 2001 y 2002, prestigió, como era habitual, su trofeo y se midió al Inter y al Bayern, pero perdió en las dos ocasiones y decidió cambiar de estrategia. El año pasado se trajeron a los Pumas de Mexico, pero el invento de Florentino, para empezar el año sin ningún susto, no le salió bien ya que los de Hugo Sánchez les metieron un 0-1 y les dejaron con un palmo de narices.
Anoche fue aún más patético. Se produjo un estreno a la americana ante un rival de cachondeo, el All Star de la MSL al que le metieron cinco, y fue un simulacro de equipo. No era bueno, a poco del inicio de la Liga y cuando Luxemburgo dice que su equipo “aún no está bien”, que el rival fuera del nivel del que va a tener esta noche el Barça, pero es que aquí, como dice Rijkaard, “la afición quiere ver a rivales potentes”.
En el Madrid siguen privando otros temas por delante del deportivo. Ayer un actor hizo de jugador y se fotografió y calentó con el equipo, Raúl y Roberto Carlos llevaron un pinganillo para escuchar las órdenes de Luxemburgo y a Florentino, que le da igual el prestigio de su torneo, le importó más crecer en el mercado americano. Pues bueno, que sigan así con mucho glamour y mucho márketing, pero ya son dos años sin oler un título.