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binamo
¿Y TRISTANTE OLIVA?
La Séptima tendrá que esperar. El Valencia planteó un partido muy serio, Zizou erró un penalti que lastró a su equipo y apareció en escena Daudén Ibáñez. Un peligro para su gremio. Ningún niño querrá ser arbitro después de ver lo que hizo...
DE RÉCORD. Pablo García vió la tarjeta amarilla a los 18" de partido batiendo toda una marca personal y de estadísticas, por lo que no pudo hacer su habitual 'trabajo en el centro del campo'. En la segunda mitad Gravesen empeoró su registro.
24.10.2005
¿TE INTERESA?
TOMÁS RONCERO
Quien llora... mama.
Llega el momento de acordarnos de los damnificados de la gran farsa que se está viviendo en el fútbol español por culpa del Villarato. Hace dos temporadas pitó en esta Liga Feudal un buen hombre llamado Pedro Tristante Oliva. Su único pecado fue aplicar el Reglamento con justicia y castigar con penalti un ushiro-nage de Marchena a Raúl. El actual presidente del COE, Alejandro Blanco, y la memorable portada de AS frenaron en seco la maquinaria de la demagogia que provocó una catarata de tópicos familiares: "Robo", "Chorizada", "Otra vez en el Bernabéu...". No interesaba la verdad. Algunos osados sin sentimientos demandaron ante los Tribunales a Tristante Oliva. Tiene familia. No soportó el linchamiento. Y dejó el arbitraje tras sufrir una depresión que precisó tratamiento médico. Lo mataron. Ayer estaba en La Condomina con su
Murcia, donde es delegado del equipo grana. Nadie se acuerda de él. Yo sí.
Efecto Ortí.
Un año antes de ese atropello, el Valencia jugó en Chamartín. Gol legal anulado a Ilie. Otra vez la batería mediática a toda pastilla. Y Jaime Ortí alimentando la hoguera: "Ya sabemos quién va a ganar la Liga por Decreto. El resto lucharemos por el subcampeonato". Ese alirón lo cantó el Valencia... Objetivo cumplido, querido Jaime. Y llegamos al día de Autos. 22 de octubre de 2005. Juan Bautista Soler, heredero de Ortí, aprende la lección. Acude al último entrenamiento del Valencia previo al partido, regala a Quique una tarjeta roja para hacer la gracia y dice ante veinte periodistas que "en los últimos años siempre que hemos ido a Madrid pasa algo con los árbitros". Daudén debió leerlo en AS y se vino arriba. Tranquilo, presi, que esto lo arreglo yo. Me invento un penalti de Sergio Ramos, perdono la roja a Moretti y a Albelda, expulso a Gravesen (fue su única decisión acertada junto al penalti que falló Zidane) y, como me fastidia que sea rubio, elimino a Beckham de la escena para asegurarme un 10 en la calificación del Comité Nacional de Árbitros. Teruel, noble villa, no merece árbitros así...
Espíritu blanco.
Duele ver esto por gente como Dani Domínguez, que a sus 22 años debe ser el presidente más joven de una peña madridista. El viernes inauguró la primera que se funda en Navacerrada, el territorio donde descansaba el Madrid de Amancio (allí presente), Zoco y Pirri en las grandes noches del Madrid clásico. Vi llorar de rabia a mis amigos de Talaveruela de la Vera (Cáceres) y de Esplugas (Barcelona). Y a ese Rafa Nadal, el vikingo, que emocionó a toda España y que apareció por el Bernabéu justo antes del golazo de Raúl, clavado al 1-0 al Bayer en la Novena.
Reproches.
Sólo dos reproches y un halago. Zizou no está para ser titular en el Madrid. Si es por hacer homenajes en vida, que juegue Gento por esa banda izquierda que tenemos desnuda. ¿Y dónde está Owen? Se lesiona Ronaldo y sólo nos queda la cantera (y eso que Soldado es un jabato). Y las flores. Para Quique. Es un gran técnico. Buen Valencia. Ayudas incluidas.
Ah, me olvidaba. Moretti también merecía haber sido expulsado. ¿En qué estaría yo pensando? ¿Le hace a alguien un poquito de judo Marchenero?