De camino a la residencia...
Su primer día fuera de casa.
Espero que lo lleve bien.
De camino a la residencia...
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Espero que lo lleve bien.
Última edición por Alcaudón; 29/08/2022 a las 19:56
Mi blog: www.criticodecine.es
Tranquilo. Da gracias de tener hermanos que os ayudan.
Yo siendo hijo único me lo comí prácticamente solo… hasta poco hace más de un año, por causas evidentes con casi 90 años.
Muchos ánimos compañero.
A veces, aunque haya varios hermanos, es uno el que se lleva el marrón casi completamente, bien porque otros se desentienden o bien porque tienen su vida hecha, etc...Tampoco es un seguro esa situación. Ya sabemos que en los malos momentos, las ratas huyen del barco.
Mi blog: www.criticodecine.es
Espero tener finiquitado hoy o más bien mañana el comentario de LOS SOBORNADOS porque ya estoy empezando a perder el hilo... del hilo... y que conste que no es una broma...
La verdad es que estos días me entretengo más haciendo reseñas breves (bueno, algunos dirían que no tanto) de cintas de distinto pelaje pero por a o por b tengo un buen montón de comentarios a medio iniciar (o medio terminar) y no encuentro ni el tiempo ni las ganas para culminarlos.
Lo cierto es que desde el lunes que llevamos a mi ama a la residencia, directamente desde el hospital y sin pasar antes por casa, estoy de un ánimo francamente deplorable.
Mi ama está muy triste y ha vuelto a recaer en los viejos hábitos como era el rascarse la piel hasta hacerse sangrar.
La verdad es que fue una decisión consensuada entre los cuatro hermanos que vivimos en España (el 3º lo hace en México) la de meter a mi ama en una residencia pero lo cierto es que la idea nunca me gustó.
Después de cuidarnos toda una vida me siento como si la hubiese apuñalado por la espalda. Ya sé que no debería pensarlo pero es así como me siento.
Menos mal que tomo melatonina (y de 5 mg, que aquí no se vende, por cierto) para poder dormir porque si no...
La única nota positiva del día es que mi (tercer) test de antígenos ha dado positivo.
Y también que he encontrado la lotería de todo el mes que mi ama me había dejado en custodia y que no sabía dónde d... la había metido hasta que en una especie de iluminación la he encontrado dentro de un libro, como no podía ser menos... J... casi me pongo a llorar. Eso sí, no le ha tocado ni un euro, pero es lo de menos.
Intentaré hablar con ella por teléfono dentro de un rato aunque mi hermano mayor y su mujer han estado esta tarde con ella y la han encontrado bastante abatida hasta el punto de que se ha metido en la cama y eso que sólo eran las seis y pico.
En fin, habrá que dar tiempo al tiempo pero la verdad es que mi vida últimamente es una p... m...
Si no es por estos foros y por los compañeros (vosotros, mis muy queridos compañeros... y compañeras...) que en ellos participáis creo mi vida sería un completo erial.
Pero que nadie se ponga nervioso. Mi ánimo fluctúa como la cotización del Bitcoin y tal vez mañana os incruste una reseña múltiple sobre el cine de... zombis...
Feliz tarde a tod@s.
Animo Alcaudon
Última edición por hannaben; 31/08/2022 a las 20:54
Mucho ánimo, compañero Alcaudón, ya verás como pronto todo mejora!.
Entrega n.º 42:
36. THE BIG HEAT (1953, LOS SOBORNADOS)
Director: Fritz Lang.
Productor: Robert Arthur.
Productor ejecutivo: Jerry Wald (no acreditado).
Producción y distribución: Columbia Pictures Corporation.
Guion: Sydney Boehm, basado en la novela homónima de William P. McGivern (Nueva York, 1953) [Serializada previamente en la revista “The Saturday Evening Post” en siete entregas, del 27 de diciembre de 1952 al 7 de febrero de 1953].
Fotografía: Charles Lang, en blanco y negro (1.37:1).
Dirección artística: Robert Peterson.
Decorados: William Kiernan.
Dirección musical: Mischa Bakaleinikoff.
Montaje: Charles Nelson.
Reparto: Glenn Ford (Sargento Dave Bannion), Gloria Grahame (Debby Marsh), Jocelyn Brando (Katie Bannion), Alexander Scourby (Mike Lagana), Lee Marvin (Vince Stone), Jeanette Nolan (Bertha Duncan), Peter Whitney (Tierney), Willis Bouchey (Teniente Ted Wilks), Robert Burton (Gus Burke), Adam Williams (Larry Gordon), Howard Wendell (Comisionado Higgins), Chris Alcaide (George Rose), Michael Granger (Hugo), Dorothy Green (Lucy Chapman), Carolyn Jones (Doris), Ric Roman (Baldy), Dan Seymour (Señor Atkins) y Edith Evanson (Selma Parker).
Rodaje: 29 días / del 17 de marzo al 18 de abril de 1953.
Duración: 1:29:34.
Estreno: 14 de octubre de 1953.
Recaudación: 1.250.000 dólares (Variety, 13 de enero de 1954).
…
La ficticia ciudad de Kenport
…
Al finalizar octubre de 1952 el (excelente y prematuramente desaparecido) productor Jerry Wald (1911-1962) [TÚ Y YO (1957), de Leo McCarey; VIDAS BORRASCOSAS (1957), de Mark Robson; EL LARGO Y CÁLIDO VERANO (1958), de Martin Ritt] abandonó la moribunda RKO del desequilibrado Howard Hughes y fue contratado por Harry Cohn para ocupar el cargo de vicepresidente y jefe de producción de la Columbia.
Recordemos que la pequeña compañía creada por Wald y Norman Krasna (Wald-Krasna Productions, Inc.) había producido CLASH BY NIGHT en 1951, además de una de las grandes obras maestras de Nicholas Ray como es THE LUSTY MEN (1952).
La buena sintonía que se dio entre productor y director durante el rodaje de dicha película fue determinante para que con fecha 8 de enero de 1953 Lang fuese contratado por la Columbia a razón de 1.500 dólares a la semana durante un año y con posibilidad de sucesivas prórrogas.
Fue igualmente Wald quien convenció a Cohn de que adquiriese los derechos de la novela de William P. McGivern (1923-1982) cuando la misma todavía estaba siendo prepublicada en forma de serial en la prestigiosa revista “The Saturday Evening Post”.
El excelente guionista Sydney Boehm (1908-1990) [MURO DE TIENIEBLAS (1947), de Curtis Bernhardt; RELATO CRIMINAL (1949), de Joseph H. Lewis; SÁBADO TRÁGICO (1955), de Richard Fleischer] sería el encargado de elaborar el libreto que, en líneas generales, seguiría fielmente la trama de la novela.
Si McGivern escribió la novela en tan sólo tres semanas, Boehm no le fue a la zaga y entregó un primer borrador el 16 de enero.
Semejante celeridad se debió, sin duda, a que ambos habían trabajado previamente como periodistas, el primero en el “Philadelphia Evening Bulletin” y el segundo en el “New York Evening Journal”.
A pesar de que LOS SOBORNADOS está considerada con toda justicia como una de las grandes obras maestras de Fritz Lang no fue este el director inicialmente escogido para filmarla.
Sería de nuevo decisiva la intervención de Wald para que el director austríaco se encargase del proyecto de tal forma que para finales de febrero ya se encontraba Lang revisando a fondo el libreto inicial junto a su autor (Boehm), el productor (Arthur), el mencionado Wald y el director artístico (Peterson).
- Este último había colaborado en las dos cintas que Nicholas Ray dirigió para la Columbia y Santana, la pequeña compañía creada por Humphrey Bogart, LLAMADA A CUALQUIER PUERTA (1949) y IN A LONELY PLACE (1950). -
La novela de McGivern formaba parte de un ciclo de cuatro obras que tratan sobre el crimen organizado y la (consiguiente) corrupción policial (e institucional).
- Cubierta de la primera edición, Dodd, Mead & Company, Nueva York, 1953 -
Las cuatro serían llevadas a la gran pantalla y las tres últimas además con guiones de Boehm.
“Shield for Murder” (1951) > BURLANDO LA LEY (1954), de Edmund O’Brien y Howard H. Koch
“The Big Heat” (1953) > LOS SOBORNADOS (1953), de Fritz Lang
“Rogue Cop” (1954) > PRISIONERO DE SU TRAICIÓN (1954), de Roy Rowland
“The Darkest Hour” (1955) > HELL ON FRISCO BAY (1956), de Frank Tuttle
Aunque la película transcurre en la (ficticia) ciudad de Kenport, los hechos que acontecen en la misma tuvieron lugar realmente en la mayor ciudad del estado de Pensilvania, Filadelfia.
El Código de Producción (o tal vez el sentido común) obligó a cambiar la denominación de la ciudad en la que intenta sobrevivir el incorruptible sargento Bannion (Glenn Ford).
De hecho, la trama de la novela se basaba en las investigaciones que llevaron a cabo simultáneamente tres periódicos de dicha ciudad, incluyendo aquel en el que trabajaba McGivern, dada la gravedad de los hechos que salieron a la luz pública y que no se atrevían a publicar por separado.
Aunque como ya he dicho LOS SOBORNADOS es una de las películas más personales de su director durante su visionado la pasada noche me he percatado de que algunos elementos (o personajes) de la misma la aproximan a algunos títulos de su mayor rival, el mago del suspense (Sir) Alfred Hitchcock.
Por supuesto dichas similitudes son producto de la mera casualidad... aunque no dejan de ser curiosas.
Por ejemplo, el inicio.
Si...
... finalizaba con el suicidio en plano subjetivo del villano de la función, el doctor Murchison (Leo G. Carroll)…
… LOS SOBORNADOS se inicia con el suicidio en plano subjetivo del sargento de policía Tom Duncan…
O por la presencia de tres actores hitchcockianos, pasados o presentes, como la veterana Edith Evanson (1896-1980)...
... , quien pondrá a Bannion tras la pista del asesino de su esposa…
… la guapa Carolyn Jones (1896-1983)...
... y coprotagonista además del gran clásico de la ciencia ficción LA INVASIÓN DE LOS LADRONES DE CUERPOS (1956), de Don Siegel], que sufrirá en sus carnes el sadismo de Vince y que servirá de primera toma de contacto entre el protagonista y su némesis… o viceversa…
… o el impertérrito Adam Williams (1922-2006)...
... la mano derecha de Vince (y recordemos que Vince es la mano derecha de Lagana) y el autor material, aunque no intelectual, de la muerte de Katie…
Por supuesto, meros caprichos del destino… aunque ambos directores siempre mostraron su mutua admiración…
Como ya ha quedado meridianamente establecido la venganza es uno de los ejes fundamentales alrededor del cual giran muchas de las mejores películas de Fritz Lang.
Por centrarnos exclusivamente en su etapa norteamericana (aunque la misma ya era un tema central en obras como los dípticos LAS ARAÑAS y LOS NIBELUNGOS) no haría falta más que mencionar títulos del calibre de FURIA, LA VENGANZA DE FRANK JAMES, EL HOMBRE ATRAPADO, HANGMEN ALSO DIE!, ENCUBRIDORA… o LOS SOBORNADOS.
Aunque el motivo de la venganza sea distinto tal vez las dos películas que podrían ser una la imagen especular de la otra sean FURIA y LOS SOBORNADOS.
En ambas el protagonismo recae en un Juan Nadie cualquiera (allí el mecánico Joe Wilson (Spencer Tracy), aquí el sargento de policía Dave Bannion (Glenn Ford).
Y en ambas los protagonistas ejercerán su venganza al margen de la ley puesto que el segundo había renunciado a su placa cuando para él queda clara la implicación de los altos mandos de su departamento en la muerte de su esposa, la dulce Katie (Jocelyn Brando, hermana mayor de Marlon Brando).
- Me gustaría recordar que en la excelente HARRY, EL SUCIO (1971), de Don Siegel, el protagonista sólo entregaba la placa una vez completada su misión de acabar con la vida del delicuente. -
Lang muy inteligentemente focaliza buena parte de la película en la figura de Bannion, al que Glenn Ford otorga una dignidad y una humanidad a prueba de bomba… y perdonad la frivolidad…
Fue una idea absolutamente brillante el dividir la película en dos bloques.
En el primero se centra prácticamente en exclusiva en el personaje de Bannion de tal forma que el espectador sienta lo mismo que el protagonista y de esta forma cuando se produce la explosión en la que fallece su esposa lo vivimos como si fuésemos nosotros mismos los afectados.
En la segunda, por el contrario, el protagonismo se divide casi (y digo casi) a partes iguales entre Bannion, Debby (Gloria Grahame) y Vince (Lee Marvin).
En la primera somos testigos del día a día de Bannion y no sólo en lo referente a su trabajo como sargento de policía sino especialmente a su vida familiar, siendo su esposa Katie y su hija las personas que le ayudan a aislarse del peligroso mundo que acecha fuera.
Por su parte, en la segunda Lang se centra en la venganza (al margen de la ley, recordémoslo) que Bannion planea ejecutar contra el mafioso Lagana (Alexander Scourby) quien controla toda la ciudad con puño de hierro en guante de terciopelo y que parece sentir una (malsana) devoción por su difunta madre...
Para ello será determinante el testimonio de Debby, a la que Vince, en una de las escenas más recordadas del cine clásico (y, por supuesto, de la filmografía langiana), dejará desfigurada de por vida al arrojar sobre su rostro el contenido de una cafetera de café hirviendo.
Si a Bannion se la ha definido como un hombre familiar y un policía ejemplar, a Debby se la ha caracterizado por alguien más preocupada por su físico (son constantes sus miradas a todo espejo que se cruce en su camino) y por su estatus económico que le proporciona el ser la amante de un gánster como Vince.
En la citada escena del café somos testigos de cómo Vince no sólo se codea con alguna de las autoridades más destacadas de la ciudad, incluyendo al ex-jefe de Bannion, el comisionado Higgins (Howard Wendell), sino también la sumisión con la que todos ellos acatan las órdenes del gánster.
Gloria Grahame fue el único quebradero de cabeza que sufrió Lang durante el rodaje, algo seguramente acrecentado por el hecho de que tan sólo dos días después de haberse iniciado este (o sea, el 19 de marzo de 1953) la actriz ganó el Oscar a la mejor actriz de reparto por la espléndida CAUTIVOS DEL MAL (1952), de Vincente Minnelli.
Grahame se había divorciado de su segundo marido, el mencionado Nicholas Ray, el 14 de agosto de 1952 y con el que había trabajado en dos películas antitéticas como son A WOMAN’S SECRET (1949) e IN A LONELY PLACE (1950).
Pese a ello la química entre Grahame / Ford y Grahame / Marvin es excelente y precisamente el carácter díscolo y frívolo de la actriz encajaba como un guante en el personaje de la pizpireta Debby.
Seguramente por ello el presidente de la Columbia, Harry Cohn, volvió a contar con Ford y con Grahame en la siguiente película del director, DESEOS HUMANOS (1954), remake de LA BESTIA HUMANA (1938), de Jean Renoir (y ya comentada por los compañeros en el rincón dedicado al director francés… si mal no recuerdo…).
- Creo que fue todo un acierto la elección de Grahame como antes lo había sido el de la felina Simone Simon, puesto que ambas tuvieron una vida pública y privada de lo más colorida… -
Si Gloria Grahame fue un mal necesario para el director por el contrario Lang siempre habló maravillas de Lee Marvin y seguramente por ello pese a que su presencia en pantalla es significativamente inferior a la de los dos protagonistas su papel de psicópata fue el que le lanzó a la fama (como antes había sido el caso de Richard Widmark y EL BESO DE LA MUERTE (1947), de Henry Hathaway).
Por su parte las relaciones de Lang con Ford fueron cordiales aunque no amistosas lo que no impidió, más bien todo lo contrario, que el personaje del sargento Bannion sea uno de los mejores papeles del actor…
… y al que la propia película hace un pequeño homenaje en la escena en la que abandona el local “El Retiro” después de su primer cara a cara con Vince y donde suena (sólo la música) la mítica canción “Put the Blame on Mame” que entonaba Rita Hayworth (en realidad Anita Ellis) en GILDA (1946), de Charles Vidor…
El Oscar conseguido por Grahame no fue el único acontecimiento que se produjo durante el rodaje de la película puesto que en la portada del 26 de marzo de 1953 de “Los Angeles Times” apareció la fotografía de la amante del director, la guionista Silvia Richards (1916-1999).
El motivo fue su comparecencia el día anterior ante el HUAC y en la que denunció a varios compañeros de profesión como presuntos comunistas, aunque no al propio director.
Recordemos que Richards fue la guionista original del proyecto abortado WINCHESTER ‘73 y de SECRETO TRAS LA PUERTA (1948) e igualmente la argumentista de ENCUBRIDORA (1952).
Para Lang la actitud de Richards fue un duro golpe y más teniendo en cuenta que le había pedido (infructuosamente) en matrimonio en 1950.
Pero volvamos a la película.
Como en la igualmente magistral ENCUBRIDORA, LOS SOBORNADOS es una historia de “odio, asesinato y venganza”, pero aquí esta última se trasladará del personaje de Bannion al de Debby y de esta forma el primero podrá salir indemne de la misma.
Esa transferencia no buscada de la venganza entre los dos personajes servirá además para unirlos y es entonces donde somos testigos de que Debby se ha enamorado de Bannion, alguien en las antípodas de Vince.
Muy hermosa es la muerte (si la Muerte es alguna vez hermosa...) de Debby mientras él le cuenta su vida cotidiana con su amada esposa y su adorada hijita.
El sacrificio de ella será una muestra del amor que siente por él.
Y aunque al final tanto Lagana como Higgins son detenidos y condenados el final es engañosamente feliz puesto que hemos visto a lo largo de la proyección como la corrupción de las instituciones públicas es un problema que está lejos de haber sido resuelto.
La vuelta a la rutina de Bannion, no obstante, es un símbolo del triunfo del bien sobre el mal.
Algo que, me temo, sólo acontece en las películas.
Quizás por ello cada vez me gusta más el cine y menos la vida real.
Buenas noches, buena suerte y pediros perdón por la demora en la entrega.
Última edición por Alcaudón; 03/09/2022 a las 23:49
Ayer, además de finiquitar la crónica anterior, me vi DESEOS HUMANOS y espero ponerme raudo con el comentario y dajarlo listo en un par de días... si las cosas no se tuercen...
Por la tarde aproveché para verme a través de Amazon Prime los dos primeros episodios - ambos dirigidos por cierto por nuestro compatriota J. A. Bayona - de la serie EL SEÑOR DE LOS ANILLOS: LOS ANILLOS DE PODER a mediatarde y la verdad que han gustado y mucho.
Por cierto, en el anterior comentario se me olvidó mencionar- aunque lo hice en alguno anterior - que LOS SOBORNADOS fue la última película en suelo norteamericano rodada en el formato tradicional 1.37:1... aunque no sea del todo cierto, como veremos más adelante...
DESEOS HUMANOS fue por tanto la primera filmada en formato panorámico (1.85:1) y por ello composiciones como la siguiente...
... serían impensables (o más bien imposibles) en el formato tradicional...
Una película, por cierto, que me ha gustado mucho, a pesar de los problemas que tuvo Lang durante el rodaje en este caso con el productor Jerry Wald, con el que hasta entonces siempre había mantenido una buena relación.
Y lo lamento pero no podré hacer una comparativa con la versión de Jean Renoir de 1938 porque aunque la tengo en DVD no me ha dado tiempo a verla. Quizás lo haga esta misma noche, aunque no puedo garantizarlo. De todas formas creo recordar que los compañeros del rincón Renoir ya hicieron lo propio cuando comentaron la película.
Última edición por Alcaudón; 04/09/2022 a las 14:29
Tengo ya bastante avanzado el comentario de DESEOS HUMANOS, aunque no creo que lo termine antes del jueves o viernes.
Además he ido aprovechando para ir haciendo las capturas de pantalla pertinentes así como todo tipo de imágenes ad hoc de forma que luego todo vaya más rápido.
Y así tal vez esta noche me vea la primera cinta del ciclo dedicado a Dreyer y que está a punto de caramelo antes de que los vientos soplen en mi contra...
Última edición por Alcaudón; 06/09/2022 a las 13:43
Aunque el comentario pertenece a otro hilo aún por crear, avanzo que esta semana (viernes o sábado) abriré el hilo "Carl Theodor Dreyer: revisando sus películas", para dar paso al comentario de su primer largo, Praesidenten, a finales de la semana que viene. Serán 14 largometrajes y un puñado de cortos, todo editado en BD/DVD, aunque en algunos casos se tenga que recurrir a la importación.
Al final ayer no me vi el primer largometraje de Dreyer...
... aunque espero que esta noche sí.
Y antes de comentarla espero finiquitar la reseña de DESEOS HUMANOS que, como ya dije, tengo bastante avanzada.
Última edición por Alcaudón; 06/09/2022 a las 14:35
The Big Heat (1953)
Con The Big Heat entramos en la época dorada de la filmografía hollywoodiense de Lang. Este magnífico film noir, adaptación de una novela del especialista del género William P. McGivern (del que no he leído novela alguna, algo que intentaré remediar pronto), se puede considerar entre lo más logrado de la producción de películas policíacas del Hollywood de la época,pero al mismo tiempo, y de forma ejemplar, incorpora elementos temáticos que han estado presentes en la obra de Lang desde su ya lejana etapa silente en Alemania. De hecho, como ya apuntó Alcaudón (y como hace también el propio Lang en su célebre entrevista con Peter Bogdanovich), el tema de The Big Heat supone una actualización del de Rancho Notorious: “Hate, Murder and Revenge”. El personaje del sargento de Homicidios, Dave Bannion, guarda notables similitudes con el Vern Haskell del western languiano. Incluso la elección de los actores, Glenn Ford aquí, Arthur Kennedy allá, refuerza esas semblanzas, al tratarse de dos actores que pueden encarnar a la perfección el tipo medio, sin aureola de estrellas.
Si Vern Haskell se movía por el odio y la sed de venganza que venían motivados por la violación y asesinato de su novia, Bannion lo hará por la trágica muerte de su querida esposa, cuando una bomba que le tenía a él como destinatario estalle en el momento en que Katie (Jocelyn Brando, hermana de Marlon) active el motor del coche. Antes, sabiamente, Lang nos ha mostrado algunas de las secuencias más tiernas de su cine (a menudo un tanto frío), cuando asistimos, casi de forma impúdica, a la intimidad del matrimonio y su amorosa relación con su hija pequeña. Lang nos da así tiempo para que simpatizemos con la pareja, por lo que el estallido de la bomba produce un efecto brutal sobre el espectador (aún después, como es mi caso, de numerosos visionados).
El atentado, fallido parcialmente, se convierte, en buena medida, en el centro de gravedad del film, dentro de una estructura narrativa brillantísima, sin desperdicio, gracias a un férreo guion que firma Sydney Boehm, autor, entre otros guiones, del de la espléndida Violent Saturday, de Richard Fleischer (en la que, por cierto, también aparece Lee Marvin).
Tanto lo que acontece con anterioridad como con posterioridad está expuesto con igual maestría. Desde ese inicio, con el suicidio de Duncan, que nos recuerda el final de Spellbound sin necesidad del artificio un tanto gratuito del film de Hithcock,
a la escalofriante escena en que Vince (Lee Marvin) arroja el café hirviendo sobre el rostro de la pizpireta Debby Marsh (Gloria Grahame) o, en justa reciprocidad, cuando se intercambian los papeles y es Debby quien quema a Vince, todo el film se desarrolla con un ritmo y una densidad que rozan la perfección.
No hay escenas de relleno ni personajes irrelevantes. Todo el reparto tiene su momento, y todos están sensacionales, con mención especial, por supuesto, a una extraordinaria Gloria Grahame, más encantadora, seductora y resuelta que nunca. Pero ahí tenemos también a la esposa del policía corrupto cuyo suicidio desencadena la violencia, Mrs. Duncan (excelente Jeanette Nolan),
o a ese mafioso reciclado, Mike Lagana (Alexander Scourby), que ha cimentado su fortuna y poder en la época de la Ley Seca y que ahora mueve los hilos de la política local, con el comisionado Higgins (Howard Wendell) ejecutando sus órdenes.
Aunque no sé exactamente a qué se refiere el título del film, le cuadra que sea una referencia a la temperatura que adquiere la trama, simbolizada de forma magistrala por ese café hirviendo que acabará en la cara de Debby primero y de Vince después.
De hecho, a partir del momento en que los sicarios de Lagana (en particular, Larry, interpretado por Adam Williams), amenazan a su familia, Bannion entra en ebullición y se convierte en una máquina irrefrenable que, más allá de la ley si es necesario, no ceja de tirar de la manta de la corrupción que se ha enseñoreado de la ficticia ciudad de Kenport, con epicentro en la mansión de Lagana (en donde destaca un enorme cuadro de su madre, detalle de resonancias hitchcockianas).
[Por cierto, leo en imdb que es el retrato de Celia Lovski, que fueras esposa de Peter Lorre, actriz que tuvo una memorable aparición en un episodio de Star Trek].
Aunque las mujeres vistan abrigos de visón que las iguala (esas “sisters under the mink” en que se convierten Mrs. Duncan y Debby),
hace “mucho calor” en Kenport, un calor que se desprende de la corrupción que emponzoña la ciudad y que convierte un tipo encantador como Bannion en una fiera (sin llegar, afortunadamente, al extremo de esos personajes vengativos que popularizara Charles Bronson o, últimamente, Liam Neeson).
Además de los momentos cumbre (el suicido de Duncan, la bomba que mata a Katie, el café ardiente sobre Debby o más tarde sobre Vince), me encantan algunos otros momentos del film: la investigación que Bannion lleva a cabo en un taller, con la presencia de la tullida Selma (Edith Evanson, la inolvidable criada de la hitchcockiana Rope);
la breve presencia de la desdichada Lucy Chapman (Dorothy Green);
la violencia que descarga Vince sobre Doris (Carolyn Jones), cuando juegan a los dados;
la visita final de Debby a Mrs. Duncan, o la ternura con que acompaña Bannion los últimos momentos de Debby.
En fin, en resumen, extraordinario film al que no me cuesta otorgar el calificativo de obra maestra.
Y la próxima entrega, cuando Alcaudón lo crea oportuno, será otro espléndido film, Human Desire, aunque en este caso, como ya avancé, y a pesar de ser mi valoración muy alta, creo que prefiero la adaptación que hizo Renoir de la novela de Zola.
"¡Más madera!"...
Entrega n.º 43:
37. HUMAN DESIRE (1954, DESEOS HUMANOS)
Director: Fritz Lang.
Productor: Lewis J. Rachmil.
Productor ejecutivo: Jerry Wald (no acreditado).
Producción y distribución: Columbia Pictures Corporation.
Guion: Alfred Hayes, basado en la novela “La Bête humaine”, de Émile Zola (París, 1890).
Fotografía: Burnett Guffey, en blanco y negro y formato panorámico (1.85:1).
Dirección artística: Robert Peterson.
Decorados: William Kiernan.
Música: Daniele Amfitheatrof.
Montaje: Aaron Stell.
Reparto: Glenn Ford (Jeff Warren), Gloria Grahame (Vicki Buckley), Broderick Crawford (Carl Buckley), Edgar Buchanan (Alec Simmons), Kathleen Case (Ellen Simmons), Peggy Maley (Jean), Diane DeLaire (Vera Simmons) y Grandon Rhodes (John Owens).
Rodaje: 35 días / del 14 de diciembre de 1953 al 25 de enero de 1954.
Duración: 1:30:46.
Estreno: 6 de agosto de 1954.
…
Rodaje: El Reno (Oklahoma)
…
Segunda (y última) colaboración entre el director austríaco y la Columbia y antes de volver a los dominios de la Metro-Goldwyn-Mayer donde empezó su etapa norteamericana, DESEOS HUMANOS fue un intento (fallido, dicho sea de paso, al menos desde el punto de vista económico) por parte de esta de volver a repetir el éxito de LOS SOBORNADOS usando para ello no sólo a la pareja protagonista sino también a buena parte del equipo técnico de la misma.
Por problemas de logística no he tenido tiempo de ver la versión de Jean Renoir de 1938 y por ello mi comentario estará libre de polvo y paja y se basará, por tanto, exclusivamente en los valores cinematográficos que la cinta atesora.
Aunque en los títulos de crédito de la película únicamente se menciona que el guion se basa en la famosa novela de Émile Zola (1840-1902)...
... me gustaría recordar que tampoco en PERVERSIDAD (1945) se hacía mención alguna a la versión previa del director francés (léase LA GOLFA (1931)).
Y digo esto porque por lo poco que he podido leer sobra la gestación del proyecto DESEOS HUMANOS tendría mucho más que ver con la cinta de Renoir que con la novela de Zola.
De hecho, la misma forma parte de un conjunto de 20 denominado “Los Rougon-Macquart” (1871-1893) y del que, al menos, la primera de ellas es de fácil acceso…
… algo que es completamente ignorado en la versión norteamericana.
El título original del proyecto era el de la propia novela, “La bestia humana” y el guionista/productor/director Maxwell Shane (1905-1983) ya había escrito un primer borrador a finales de 1952, antes de que Lang fuese contratado por la Columbia.
- Si tenéis curiosidad la (tristemente) fenecida colección Bang Bang Movies editó una de sus películas como director, THE GLASS WALL (1953) [BB 1013], protagonizada por ¿Vittorio Gassman?… y... Gloria Grahame… -
Tan pronto como el director vienés se subió al barco exigió profundos cambios en el libreto.
Y no sólo eso sino que para él el actor ideal para encarnar al protagonista, Jeff Warren, debía ser… Peter Lorre…
… al que el director había llevado a la cumbre por su papel del psicópata asesino de niñas Hans Beckert en M, EL VAMPIRO DE DÜSSELDORF (1931)…
A pesar de lo chocante que podría parecernos semejante elección – aunque no tanto si tenemos en cuenta el citado ciclo de novelas de Zola - lo cierto es que la Columbia no puso en principio reparos en la contratación del actor austrohúngaro.
Compromisos previos de Lorre hicieron que la idea se aparcase al menos momentáneamente mientras Lang se dedicaba a dar los toques finales a LOS SOBORNADOS.
El director contaría con los servicios del guionista Alfred Hayes (1911-1985) – con quien ya había colaborado en CLASH BY NIGHT (1952) – para elaborar un nuevo libreto partiendo de cero.
El productor Jerry Wald quiso recuperar el espíritu de esta última, privilegiando el rodaje en exteriores y alentó a Lang y a Hayes a que viajaran por el país en busca de las mejores localizaciones.
El deseo de la productora de volver a poner al frente de reparto a la “pareja” protagonista de LOS SOBORNADOS dio finalmente al traste con la idea inicial de Lang de contar con los servicios de Peter Lorre, un actor seguramente mucho más cercano al personaje que describía Zola en su novela, pero muy alejado del star system de la época.
Antes de seguir adelante me gustaría comentar un aspecto de la película que ha sido escasamente tratado incluso por aquellos que han estudiado a fondo la obra del director vienés.
Y me refiero a que DESEOS HUMANOS fue la primera película de Lang rodada en formato panorámico.
En concreto, en 1.85:1, que fue el AR que la Columbia eligió para sus estrenos.
- Recordemos que el mismo podía ir desde el 1.66:1 (Paramount) hasta el 2.00:1 (Universal-International). -
A partir de 1954 todas las películas en suelo norteamericano del director se rodaron y/o exhibieron (cuando hablemos de MIENTRAS NUEVA YORK DUERME y MÁS ALLÁ DE LA DUDA tendremos que hacer una - breve - acotación al respecto) en formato panorámico o Scope (LOS CONTRABANDISTAS DE MOONFLEET en CinemaScope y las dos cintas anteriores en SuperScope [ver nota anterior]).
Es importante tenerlo en cuenta porque Lang y el excelente director de fotografía Burnett Guffey (1905-1983) [2 Oscar: DE AQUÍ A LA ETERNIDAD (1953), de Fred Zinnemann y BONNY Y CLYDE (1967), de Arthur Penn] elaboraron sus composiciones sabiendo que la película se exhibiría mayoritariamente en pantallas anchas y como muestra no uno ni dos sino hasta tres botones…
Como podemos observar la posición de los actores en el encuadre hace imposible el uso de marcos, como sería el caso de la vuelta al formato tradicional 1.37:1 o incluso el 1.66:1 puesto que o bien haríamos desaparecer de la pantalla a los protagonistas o estos verían seriamente afectada su integridad física…
Retomemos el hilo de la película.
Lamentablemente y al contrario que en LOS SOBORNADOS, las desavenencias entre el presidente de la compañía, Harry Cohn y su vicepresidente (y jefe de producción) Jerry Wald, provocaron serias injerencias en el trabajo del director, antes, durante y después del rodaje.
Al parecer Cohn era más partidario de mantenerse fiel a la novela de Zola mientras que Wald lo era de cargar las tintas en el personaje femenino, que para él era la auténtica “bestia humana” a la que hacía referencia el título de la misma, algo de lo que discrepaban rotundamente Lang y Hayes.
Este tira y afloja provocó, curiosamente, que la película tenga una lectura francamente ambigua puesto que en DESEOS HUMANOS, al contrario que en LA BESTIA HUMANA – al menos por lo que he leído a los compañeros que la comentaron en el rincón dedicado al director francés -, el personaje (maravillosamente) encarnado por Gloria Grahame (y allí por la felina Simone Simon), Vicky Buckley, es mucho más poliédrico que el de una simple femme fatale al uso.
De hecho y al contrario que en LOS SOBORNADOS la auténtica protagonista de la película es Vicky y no su amante, Jeff (un, de nuevo, excelente Glenn Ford) y menos todavía su marido, Carl (un demasiado ensombrecido Broderick Crawford).
Si Gloria Grahame había conseguido su primer (y único) Oscar durante el rodaje de LOS SOBORNADOS, el fortachón Broderick Crawford lo había hecho en 1950 y como actor principal por su papel de político corrupto en EL POLÍTICO (1949), del primero delator y luego arrepentido Robert Rossen.
Lo que en principio podría parecer una dialéctica entre el guion y la puesta en escena debido a ese cambio un tanto brusco que se da al final de la película al intentar cargar todas las culpas en el personaje de la esposa paradójicamente, al menos para mí, me supone un plus en su visionado, algo además acentuado por la espléndida labor interpretativa de la actriz quien logra eclipsar a sus dos compañeros de reparto.
Y por supuesto tenían toda la razón el guionista y el director cuando intentaron convencer al productor de que esa “bestia humana” a la que hacía referencia Zola (y Renoir en su versión de 1938) podía aplicarse a cualquiera de los tres protagonistas de la historia.
De hecho, el calificativo es mucho más adecuado para cualquiera de los dos varones que para ella.
Uno de los (graves) problemas que tiene la versión de Lang es que el personaje de Carl, el marido de Vicky, prácticamente desaparece en la segunda mitad de la película.
A partir de entonces se limita a vagar como alma en pena (o como un perro apaleado) una vez su esposa le ha dejado claro que ya no quiere saber nada más de él, especialmente en el terreno sexual, una de las debilidades del brutal Carl.
También es poco creíble que Carl sea al parecer el único que desconoce el hecho de que su mujer se acueste con otro hombre a pesar de ser la comidilla del barrio.
Conviene recordar, no obstante, que Carl será el asesino tanto de su esposa como de su (presunto) ex-amante, John Owens (Grandon Rhodes) y ambas muertes acaecerán en un tren.
Curiosamente, si durante el asesinato de Owens Jeff viaja de pasajero, en el de Vicky, lo hace de maquinista.
Otro de los problemas (o defectos) de la película es que el personaje de Jeff, un veterano de la recién terminada Guerra de Corea (1950-1953), es demasiado epidérmico y, desde luego, está a años luz del interpretado por el actor en la excepcional LOS SOBORNADOS.
Aunque se vea incapaz de matar a Carl, como sugiere Vicky...
... lo cierto es que su comportamiento tampoco es un dechado de virtudes, puesto que no tiene ningún reparo en acostarse con la esposa de un compañero de trabajo...
Vicky parece contradecir aquella máxima chapliniana de la magistral MONSIEUR VERDOUX (1947) de que “los números santifican”, en el sentido de que para ella no supone ninguna diferencia el hecho de matar enemigos en una guerra o a un marido que se interpone en su búsqueda de la felicidad.
El final, eso sí, es profundamente pesimista (algo que se verá acentuado a los siguientes filmes del director, incluida la aventurera LOS CONTRABANDISTAS DE MOONFLEET (1955)) pero también paradójicamente abierto.
Pese a todo y pese a todos (especialmente un Jerry Wald que hasta entonces siempre había apoyado al director) DESEOS HUMANOS es una cinta francamente atractiva precisamente por ese tira y afloja entre el productor y el director (y el guionista) a la hora de repartir las culpas entre el trío protagonista.
Y es que por mucho que Wald se empeñara en remarcar (hasta el exceso) las (supuestas) metáforas sexuales que para él eran los (largos) trenes entrando en los (obscuros) túneles y que, por cierto, no sólo pasaron desapercibidas para el pública de la época sino incluso para el actual o en convertir a la esposa en una, como decía, femme fatale al uso, los resultados fueron más que aceptables, aunque bien es cierto el hecho de que la película distó mucho de ser un éxito económico en taquilla, como sucedió en el caso de la mucho más equilibrada (y mucho mejor, todo sea dicho) LOS SOBORNADOS.
Aunque DESEOS HUMANOS no pueda incluirse en el grupo de las grandes películas de su director también es cierto que el nihilismo que la impregna la convierte en una obra ciertamente atractiva y en un ejemplo perfecto de cómo la puesta en escena de Lang...
... fue capaz de sublimar una historia y unos personajes desequilibrados debido a la injerencia del que antes había sido su principal valedor.
Buenas tardes/noches y, buena suerte.
Y la semana que viene, una de las mejores cintas de aventuras de la prodigiosa década de los 50’ y que no fue estrenada en nuestro país hasta… 1987…
¡Ay, qué años aquellos donde un jovenzuelo como su seguro servidor pudo asistir al ¡estreno! de títulos míticos como el arriba mencionado, LA NOCHE DEL CAZADOR (1955), de Charles Laughton o SENDEROS DE GLORIA (1957), de Stanley Kubrick!
Última edición por Alcaudón; 07/09/2022 a las 21:30
Aunque tengo las rodillas reventadas... entre otras cosas... aprovecho para pisar el acelerador en la revisión y de esta forma evitar descolgarme a las primeras de cambio en las futuras (y próximas) revisiones...
Por cierto, aunque sé que tú eres partidario de indexar las películas según su fecha de estreno, te adjunto el listado dreyeriano según fecha de rodaje, con algún cambio sobre el que te envíe hace unas semanas...
Spoiler:
Gracias, pero seguiré mi criterio habitual, por estreno, que es como se ordena en imdb y en la Wiki. De hecho solo varia el orden de la segunda y la tercera.
Última edición por mad dog earle; 07/09/2022 a las 23:49
Mi blog: www.criticodecine.es
Como ya comenté en el hilo dedicado a Renoir, la película de Lang es más un remake de la del francés que una nueva adaptación de la novela de Zola. Se hace evidente al compararlos que la estructura del film, y algunas de las soluciones formales (como ese inicio a bordo de la locomotora; o el crimen dentro del tren al que asiste indirectamente el personaje de Ford), beben directamente de la película de Renoir, hasta el punto que lo esencial de la novela de Zola se desvanece, para quedarse solo con el esqueleto de la trama, convenientemente suavizada.
Creo que con Lorre se hubiera subrayado demasiado el carácter psicopático del protagonista, Jacques Lantier / Jeff Warren, aunque visto el resultado final, con Glenn Ford de protagonista, ese aspecto de la novela de Zola, que es esencial, queda completamente anulado.
En la novela la "bestia humana" es, sin duda alguna, el protagonista, Jacques Lantier, expresión que contrasta con la "maquina bestial", la locomotora a la que Lantier ha bautizado como Lison, por la que siente una especie de amor antinatural.
De hecho, aunque se acabe comportando como tal, el personaje de Séverine (Simone Simon) es más una víctima que una femme fatale. Con todo, acaba incitando a Lantier a cometer un crimen (a él, que precisamente es un asesino compulsivo en potencia).
Pues no. La "bestia humana" es, como he dicho antes, Lantier. Lo que pasa es que en la versión de Lang ese aspecto del personaje queda completamente anulado. Para nada Jeff Warren (Glenn Ford) es un psicópata asesino que siente un impulso casi irrefrenable de matar mujeres. Hubiera hecho falta cambiar la historia de arriba a abajo y buscar un actor más adecuado (¿quizá Richard Widmark o Robert Ryan?).
En la novela, en el primer asesinato Lantier no viaja en el tren. Lo intuye viéndolo pasar, a través de la ventanilla del vagón. El de Séverine ni siquiera ocurre en el tren, sino en una casa cercana a la vía, y, como en la película de Renoir, el autor del crimen es Lantier, aunque se acaba culpando al marido (y a otro personaje ausente en la película de Lang, Cabuche (que interpretaba el propio Renoir).
Pues, a falta de revisarla (aunque la tengo muy presente, ya que la he visto muchas veces), yo sí la incluyo entre las grandes de Lang, aunque algo inferior a The Big Heat, y como adaptación de la novela de Zola menos lograda que la de Renoir. Pero, respecto a lo segundo, creo que Zola no está ya presente en la película de Lang, más allá de la anécdota argumental (convenientemente modificada y suavizada).
Última edición por mad dog earle; 08/09/2022 a las 12:31
De las tres películas que quedan por comentar de la etapa norteamericana de Fritz Lang las dos últimas ya las reseñé en EOR (donde, como bien dice el querido amigo Alex Fletcher, el nivel de azúcar en la sangre está llegando a extremos peligrosos para la salud (mental) de alguno de los que en el participamos... ) tal vez haga un corta y pega y así me planto en un pis pas en su segunda etapa alemana.
Eso sí, LOS CONTRABANDISTAS DE MOONFLEET (1955), el regreso de Lang al cine de aventuras que tanto amaba, merecerá - si la salud lo permite - un comentario a su altura.
Y una cinta, como ya indiqué en un post anterior, que no se estrenó en salas comerciales en nuestro país hasta... 1987...
https://64.media.tumblr.com/15a506d1...8970b4e136.jpg
De todas sus películas supuestamente alimenticias esta sin duda es una de las que
Lang despachó con más facilidad. Rodada en veinte días, con un
guión ramplón. Eran momentos conflictivos, con la sombra
de la caza de brujas proyectándose aún sobre los nombres que habían estado
en alguna de las listas negras. El film supuso para Lang la oportunidad de
volver a un plató. Como tal debe verse y entenderse. Tiene
aciertos, aislados y limitados, y se nota
que fue realizada con prisas y desajustes. Con todo, Lang
experimentó con un nuevo artilugio
móvil que le permitió elaborar y filmar casi toda la película con la rapidez
anunciada y sentido inmediato.
"Con este chariot para el travelling, provisto de elementos móviles, no
solamente puedo rodar una escena larga en un solo plano, sino fotografiar
simultáneamente en muchas direcciones, y a más o menos distancia. El
procedimiento de rodar aisladamente los primeros planos y los planos
generales está completamente desfasado. Los planos generales separados no
solamente aparecen de golpe, sino que interrumpen la idea fílmica y son
perjudiciales"
Desgraciadamente, este procedimiento,no puede hacer muchoLa cámara, hoy en día, debe tener más movilidad. Debe
poder atravesar un espacio como una persona curiosa que quiere darse
cuenta de lo que está ocurriendo en un lugar e inspeccionarlo hasta en sus
más pequeños detalles. Mi nuevo chariot asegura la fluidez de una imagen
ágil. El aparato se convierte en el compañero constante de los personajes, el
observador penetrante de los acontecimientos, de los cuales puede captar el
significado dramático de una forma más intensa cuando es importante fijar
en la pantalla un acontecimiento esencial, un objeto remarcable. La cámara
se convierte así en un actor lleno de importancia, móvil, vivo
por dotar de envergadura a los personajes y crear una
situación de mayor impacto. El débil papel que encarna A Baxter
no funciona en ningún momento: su decisión de salir con el ilustrador H
Prebble tras un pueril desengaño amoroso carece del sentido y de la fuerza
desencadenante de todo lo que vendrá a continuación. Falla el punto de
arranque, fallan las situaciones intermedias y, sobre todo, falla la relación
que se establece entre Norah y el periodista Mayo. El trazo con que se ilustra al mujeriego Prebble es en exceso
rudimentario. El carácter frágil de Norah se expone con un atropellamiento
al que las expresiones algo vacilantes de Baxter no ayudan a mejorar.
La responsable de la muerte de Prebble aparece en escena sin
convicción, como fácil recurso. Y el periodista Casey...no puede ser más insustancial.
Lang se pierde finalmente en una historia que pudo ser más y mejor.
Queda la iluminación de Musuraca, tan neutra y desprovista de
aristas como los propios personajes. La utilización de una canción como leit
motiv, cantada para la ocasión
por Nat «King» Cole en el club donde se citan Norah y Prebble y
escuchada después en el apartamento donde ella cree matarle. El momento
en el que al levantar el atizador para golpear a Prebble, la protagonista
rompe un espejo y ve el reflejo distorsionado de su rostro haciéndose
pedazos. Y el plano de Norah ante los fotógrafos, tapándose la cara con las
manos manchadas de la tinta de las huellas digitales, símbolo de su
situación: un falso culpable marcado por la sociedad al que Lang no hizo,
sin embargo, demasiado caso.
6.6/10
Última edición por hannaben; 10/09/2022 a las 22:08
Human Desire (1954)
A pesar que Lang no parece mostrar demasiado entusiasmo por este film en su célebre entrevista con Bogdanovich, y de las injerencias indocumentadas del productor de la Columbia, Jerry Wald, Human Desire me parece un magnífico film, solo un poco por debajo de The Big Heat.
De entrada, olvidémonos de Zola, a pesar de que el guion de Alfred Hayes aparece acreditado como basado en el escritor francés. El referente es, en todo caso, como ya hemos repetido varias veces, el guion de Jean Renoir para su película La bête humaine, comentada detenidamente en el hilo dedicado al director francés.
Ese “calco” relativo (“relativo” porque el final se distancia notablemente de Renoir) se evidencia en una serie de opciones en que Lang sigue el planteamiento estructural del film francés: el inicio, casi sin diálogo, situándonos en el interior de la locomotora (eléctrica, no de vapor: los tiempos han cambiado) que conducen Jeff Warren (Glenn Ford), a su vuelta de la guerra de Corea, y su veterano amigo Alec (Edgar Buchanan).
Son minutos de vías de tren, puentes, túneles, estaciones, sonido de ferrocarril, acompañado de la banda sonora de Daniele Amfitheatrof. Luego, la llegada a la ciudad y las tareas rutinarias de los maquinistas: entregar la máquina y pasar por la oficina a cobrar.
Un inicio que nos recuerda otro film de Lang con guion de Alfred Hayes, Clash by Night, donde el tono semidocumental se centraba en la pesca de la sardina y la industria conservera. Uno está tentado a pensar, a la vista de este espléndido inicio, que esa deriva documental era una de las cosas que más atraía a Lang, más que la historia de crimen y adulterio que sigue a continuación.
También se toma prestado de Renoir, no de Zola, la presencia de Jeff dentro del tren durante la noche del asesinato de John Owens.
En la novela, como he repetido más de una vez, el protagonista, Jacques Lantier, asiste al crimen desde fuera del tren, atisbando solo brevemente el asesinato a través de la ventanilla del compartimento.
En lo que no se sigue a Renoir, y quizá sí la obsesión de Wald por considerar a Vicki (extraordinaria Gloria Grahame) como la auténtica “bestia humana”, es en asignarle al personaje el papel de femme fatale, de manera más acentuada que en la película de Renoir, y desde luego que en la novela. El cartel que enlazo no deja lugar a dudas: “She was born to be bad… to be kissed… to make trouble!”. Algo que se potencia con la presentación de Vicki, tumbada ociosamente, preocupada en mostrar las medias que ha comprado a su marido (y enseñarnos así de paso las piernas a los espectadores), mientras suena una música sensual de saxo (no sé si compuesta también por Amfitheatrof), música que servirá de leitmotiv de Vicki en otros momentos del film.
Presentadas así las cosas, las “culpas” de lo que va a acontecer parecen recaer ya de entrada en el personaje de Vicki, una voluble seductora, caprichosa y desocupada, obviando su dimensión de víctima, de haber sufrido un abuso sexual ya en su juventud por parte del que era el poderoso patrón de su madre, Owens. Cuando al final del film Vicki cuente un relato algo distinto a su marido, dudamos de si ahora, por fin, cuenta la verdad, o si es una manera de provocar a Carl (Broderick Crawford), casi una incitación al crimen, una forma indirecta de suicidarse. En todo caso, la “mala” pagará con su vida.
Si en Vicki se focalizan algunas de las características habituales de la femme fatale del noir, en Carl encontramos el típico marido mayor que la esposa (como en The Postman Always Rings Twice), un tanto simplón y primario en sus razonamientos, con cierta tendencia a la violencia, y que ante los problemas parece buscar refugio en la bebida. Crawford encarna al personaje a la perfección, deambulando, a partir de cierto momento, como un zombi por las instalaciones de la estación: es un asesino, pero convertido ahora en una especie de muerto viviente. Quiza el asesinato de Vicki está resuelto de manera demasiado sumaria, una especie de concesión al destino que tanto gustaba a Lang, pero en este caso demasiado reparador, con moraleja.
Donde más difiere la película de Lang de Renoir y, desde luego, de Zola, es en el personaje de Jeff. Supongo que los tiempos no estaban para convertir al protagonista en un psicópata asesino, misógino hasta el extremo, con una pulsión violenta incontrolable. Ni encajaba con los usos y costumbres de Hollywood ni mucho menos con la imagen de Glenn Ford (aunque en The Big Heat demostraba ser capaz de mostrarnos un lado sumamente oscuro de su personalidad). Para ello hubiera hecho falta otro actor y, en definitiva, se hubiera tratado de otra película.
Hay un detalle romántico en el guion de Hayes que guarda una lejana, muy lejana, relación con Zola y Renoir, pero maquillado de la misma manera que lo está el personaje de Jeff. Me refiero a la hija de Alec, Ellen (Kathleen Case), una jovencita (quizá un poco crecidita para lo que se nos dice de ella) que le tira los tejos descaradamente a Jeff ya desde el primer momento.
A diferencia de Zola, en que un personaje que podría ser equivalente acaba siendo una asesina ella misma, aquí la dulce (y un tanto pegajosa) Ellen “redime” a Jeff entregándole dos tiquets para un baile. Esa será la tabla de salvación a la que se agarre el maquinista al final, saliendo demasiado bien parado de una historia donde él también ha jugado un papel determinante: primero, mintiendo a la policía; luego, aceptando como recompensa el amor interesado de Vicki, sin guardar ningún escrúpulo por engañar a un compañero; y, por último, mostrándose dispuesto a matar a Carl… aunque al final no se atreva. El guion de Hayes introduce (algo que no está ni en Zola ni en Renoir) unas interesantes consideraciones sobre el hecho de que Jeff acaba de regresar de Corea, donde como soldado ha matado, lo que parece convertirlo en la persona idónea para cometer un asesinato. Pero el crimen en la guerra no lo convierte en una “bestia humana”, más bien parece algo que se esfuerza en dejar atrás, algo que podrá conseguir con “the right girl”, o sea, con Ellen, no desde luego con Vicki.
Vicki Buckley: You've killed before!
Jeff Warren: Before? Oh, the war, huh. I'd almost forgot. You thought I could do it because of that, huh? Well, there's a difference. In the war you fire into the darkness... something moving on a ridge, a position, a uniform, an enemy. But a man coming home helpless, drunk... that takes a different kind of killing.
Vicki Buckley: Yes, and a different kind of a man.
Lang hará uso de las elipsis en momentos clave. En un caso nos priva de ver el asesinato de Owens. En otro, de asistir al intento de Jeff de matar a Carl (un tren nos tapa la escena), creando de esta manera cierto suspense. En cambio, sí se muestra explícito el último crimen, el de Carl sobre Vicki, con lo que se refuerza el carácter culpabilizador que gravita sobre ambos personajes.
Quizá ese exceso de moralismo (por otra parte, muy frecuente en el cine negro de la época) debilite un tanto la propuesta de la película, pero me quedo con la magnífica combinación de realización, fotografía (de Burnett Guffey) e interpretación. Y, por supuesto, con Gloria Grahame.
En la próxima entrega Lang volverá a su querido género de aventuras, con un film excelente: Moonfleet, adaptación de la novela de John Meade Falkner, muy recomendable para amantes del género.
Me paso un momento por aquí para saludaros. Por falta de tiempo apenas puedo entrar últimamente, no digamos ponerme a escribir con un poco de detalle. Nos vemos en Octubre más a menudo en los hilos de la Davis (he visto un par suyas), del Fritz (o sea, éste), el del Bogart y alguno otro como el del precode. El de Kazan también, que tengo cosas que decir sobre "Esplendor en la hierba".
Así que, como decían los imitadores del García, "saludos cordiales y ojo al dato, señores .... "
PD: Yo creo que el Pumares era como el José María García de la cinefilia, aunque no sé si seguirá igual de agitado que siempre; lo que es el García, veo como que se ha atemperado mucho y está bastante afable habiendo hecho un noble acto de autocrítica de lo más sincero que no me esperaba a estas alturas. Y el José Ramón De la Morena, igual, aunque este siempre tuvo mejor reputación un tanto engañosa.