Josh Hartnett apuntó maneras en
The Virgin Suicides, de Sofia Coppola, pero luego su carrera, o lo que he visto de ella, ha sido bastante decepcionante (incluida su aparición en la serie
Penny Dreadful, haciendo de... ¡hombre lobo!).
De O'Donnell he visto poco, y nada bueno. Mención especial merece ese cómic de estética gay que es
Batman & Robin. Salvaría
Cookie's Fortune, de Robert Altman, aunque no recuerdo qué papel hacía.
Por último, Orlando Bloom (el susodicho Legolas) me parece otro de esos actores sosísimos, con el carisma de un "peix bullit", como decimos en catalán. Precisamente, durante estos días navideños cometí la osadía cinéfila de meterme entre pecho y espalda la trilogía de
The Lord of the Rings...

Aunque le encontré mayor interés que en mi primera visionado, tengo claro que esta ha sido la última vez que invierto tropecientas horas viendo el coñazo de historia de Frodo y compañía.