Tema: Fritz Lang: revisando sus películas

Iniciado por Alcaudón

Ya tengo muy avanzado el comentario de METRÓPOLIS pero todavía necesitaré al menos un día más (o quizás dos) para finiquitar la parte escrita.

Mañana voy a estar bastante ocupado con la mudanza así que no sé si podré ponerme un rato a la noche con el mismo o lo dejaré para el día siguiente.

Por cierto, mi ex tiene cita mañana para hacerse una PCR pero por ahora no tiene el más mínimo síntoma a pesar de haber estado en contacto con una persona que ha dado positivo y que además se encuentra francamente mal.

Como dije ayer el que estemos vacunados, incluso con las dos dosis, no nos exime de no bajar la guardia frente al virus.

Esta quinta ola de todas maneras no deja de ser un fracaso colectivo. Y se nos había devertido, se intuía que la relajación iba a jugar en contra, pero nada.... Bastante gente vacunada ha vuelto a recaer y tenemos ciento y pico fallecidos todos los días..... qué lejos quedan los aplausos a las ocho de la tarde...... cuánta impotencia..... y rabia contenida siento. Así vamos de culombio.

Dímelo a mí que trabajo en sanidad.

Muchas gracias a tod@s por vuestros ánimos y palabras de apoyo y cariño . Os lo agradezco mucho .

Y sí, como decís, en mi familia estar vacunado no ha servido ni con las dos dosis, tened cuidado . Aquí extremamos siempre las precauciones, pero ni así ha sido posible evitarlo .

Espero ir participando aunque sea a cuentagotas como suele pasarme en los últimos años .

¡Abrazos a tod@s!

A contrarreloj pero he finiquitado el comentario de METRÓPOLIS.

Teniendo en cuenta que no me ha gustado especialmente creo que 17 páginas son demasiadas para reseñarla.

Mi fisioterapeuta seguro que se estará frotando las manos.

Teniendo en cuenta el trepidente día que he tenido que se ha iniciado a las 06:30 y a finalizado a las 23:40, mudanza mediante y calor tórrido para lo que se estila por aquí, no creo que hubiera podido hacerlo mejor.

Manaña intentaré culminar el texto con la tediosa labor de insertar las capturas de pantalla que espero no superen el centenar... como la última vez...

Y el miércoles tengo una doble cita.

Primero en el ambulatorio a las 08:30 con el reumatólogo para ver si mis problemas de rodillas y demás podría tener alguna relación con esa rama de la medicina.

Segundo con una dama a las 19:00 y que será mi primera cita con una persona del sexo opuesto en... tres años.

Deseádme suerte.

Y ahora a la cama aunque con este calor (¡27º a las 23:46!) no sé yo si podré conciliar el sueño. Además estoy finiquitando "Drácula" de Bram Stoker que voy leyendo más veces que siglos de existencia tiene el Conde.

Bye.

Pues a esta dama, como no le guste John Ford, lo tiene crudo

Suerte, amigo Alcaudón. Aunque no soy nadie para dar consejos, me atrevo a sugerirte que con la cita seas más conciso que esa reseña de 17 páginas de Metrópolis.

¡Mucha suerte con tu cita, querido Alcaudón, espero que todo vaya muy bien!.

Iniciado por Alcaudón

Segundo con una dama a las 19:00 y que será mi primera cita con una persona del sexo opuesto en... tres años.

Deseádme suerte.

¡Suerte!

Este tema es el mayor éxito en solitario del tejano Stephen Stills. Alcanzó el puesto 14 del Hot 100 a principios de 1971.
La anécdota es que le tomó prestada la frase que tanto repetía Billy Preston, cuando se reunía con amigos, como una especie de mantra: "If you can't be with the one you love, love the one you're with". Con su permiso, claro.
A los pocos meses, los Isley Brothers hicieron su propia versión, también con notable repercusión.

Iniciado por Alcaudón

Segundo con una dama a las 19:00 y que será mi primera cita con una persona del sexo opuesto en... tres años.

Deseádme suerte.

Joer, pues ya es la hora. ¡Suerte, suerte....! ¿Quién será "La verdadera mujer X" en custión? Lana Turner no.... ¿Será la hermana gemela de Amy Adams que vive en Barakaldo?

Lo que Dios una, que no lo separe Almodóvar (si es que es cinéfila).

El mejor fichaje de la temporada... ríete del Messi y del Mbapé ése...

Y puede traer efectos colaterales al foro, dicha dama puede quitarle tiempo a Alcaudón para hacer esas reseñas inabarcables.

PD: No sé, lo de torremolinense es que me suena mucho a torrelimonense. Demasiado largo, no me convence.

Iniciado por tomaszapa

Suerte, amigo Alcaudón. Aunque no soy nadie para dar consejos, me atrevo a sugerirte que con la cita seas más conciso que esa reseña de 17 páginas de Metrópolis.

Y eso que no le ha ido mucho

Iniciado por tomaszapa

Este tema es el mayor éxito en solitario del tejano Stephen Stills. Alcanzó el puesto 14 del Hot 100 a principios de 1971.
La anécdota es que le tomó prestada la frase que tanto repetía Billy Preston, cuando se reunía con amigos, como una especie de mantra: "If you can't be with the one you love, love the one you're with". Con su permiso, claro.
A los pocos meses, los Isley Brothers hicieron su propia versión, también con notable repercusión.

Tomás me recuerda al mítico Joaquín Luqui siempre que aparece una canción

Here we go again

REVISANDO LA FILMOGRAFÍA DE FRITZ LANG (1890-1976) / PARTE XIV:

13. METROPOLIS (1927, METRÓPOLIS)



Director: Fritz Lang.

Estudio: UFA.

Productor: Erich Pommer.

Guion: Thea von Harbou y Fritz Lang, basado en la novela homónima de Thea von Harbou (Berlín, 1926).

Fotografía: Karl Freund y Günther Rittau (y Eugen Schüfftan), en blanco y negro (1.33:1).

Dirección artística: Otto Hunte, Erich Kettelhut y Karl Vollbrecht.

Música: Gottfried Huppertz.

Reparto (por orden de aparición): Gustav Frölich (Freder, el hijo de Joh Fredersen), Maria (Brigitte Helm), Alfred Abel (John Fredersen, el señor de Metrópolis), Theodor Loos (Josaphat, el asistente del señor Fredersen), Heinrich George (Grot, el capataz de la Máquina-Corazón), Fritz Rasp (El Hombre Delgado, un espía del señor Fredersen), Erwin Biswanger (Georgy, n.º 11811), Rudolf Klein-Rogge (C. A. Rotwang, el inventor).

Rodaje: 17 meses / 310 días y 60 noches / del 22 de mayo de 1925 al 30 de octubre de 1926.

Metraje original: 4.189 metros / 2 h 30 m 35 s (Copia en BD editada por Divisa en 2010).

Estreno: 10 de enero de 1927.



Sentencia:

¡El mediador entre el cerebro (Joh Fredersen) y las manos (Grot) ha de ser el corazón (Freder)!



…

Tengo un recuerdo lejano de haber leído antes la novela de Thea von Harbou (Martínez Roca, SuperFicción n.º 16, Barcelona, 1977) que visto la película de Fritz Lang.



- Por cierto, aunque la misma apareció inicialmente en forma de folletín en 1925 en las páginas de la revista “Das Illustrierte Blatt” – como era costumbre en la época - no he podido determinar las fechas originales de publicación a pesar de bucear a fondo en la red. -

De hecho juraría que la primera vez que vi esta en el cine fue en la (horrible) versión de Giorgio Moroder de 1984.

De lo que sí estoy seguro es de haberla visto en aquella retrospectiva bastante completa de la filmografía del director que emitieron por La 1 hace más de 30 años.

Como ya he adelantado en comentarios previos no es METRÓPOLIS una cinta por la que sienta una especial predilección.

Reconozco su enorme influencia (estética) en buena parte del cine de ciencia ficción del siglo XX y lo que va del XXI (sólo equiparable a la muy superior BLADE RUNNER (1982), de Ridley Scott) pero a mí personalmente me parece una sus películas menos interesantes no sólo de toda su filmografía sino incluso si nos ceñimos exclusivamente a su etapa muda.

METRÓPOLIS, aparte de ser la cinta más cara y de más laborioso rodaje de toda la carrera de su director, tiene un tono moralizante altamente irritante, al menos para una sensibilidad agnóstica como la mía.

Además y para mas inri, es una película de tesis / con mensaje.

El rótulo que precede al título de la cinta se convertirá en la moraleja final con la que se cierre esta.

La idea de que el mediador entre la cabeza y las manos es el corazón es demasiado burda y simplista, algo que reconocería el propio Lang más tarde y de lo que seguramente ya se dio cuenta cuando preparó el proyecto.

En este caso creo que el director se dejó cegar por el brillo de los millones de marcos de presupuesto con los que contó (literalmente tuvo carta blanca para hacer lo que le diera la gana) y la película se convierte en un quiero y no puedo y en la que la forma pesa mucho más que el fondo.

El hecho de que podamos ver hoy en día la versión más cercana a la de su estreno el 10 de enero de 1927 en el UFA-Palast am Zoo de Berlín es ciertamente una maravillosa noticia para todos los amantes del cine pero también lo es el hecho de que pese a todo la propuesta no mejora sustancialmente con el metraje reencontrado.

Desde el mismo inicio de la película la ciudad de Metrópolis y sus habitantes se nos antoja un cruce entre la Stahlstadt de “Los quinientos millones de la Begun” (1879), de Jules Verne y la distopía descrita en “1984” (1949), de George Orwell (aunque esta se publicara muchos años después).

Y un inicio que el gran Charles Chaplin parodiaría en su magistral TIEMPOS MODERNOS (1936), su última cinta muda.

Lo cierto es que vista a posteriori esas escenas con las masas de obreros entrando y saliendo de la fábrica parecen una premonición de lo que ocurriría con los judíos en los campos de exterminio durante la Segunda Guerra Mundial.



Lo más que terrible es que si nos fijamos bien los obreros actúan de una forma mecánica sin necesidad de la presencia de fuerzas represivas que les guíen.

E igualmente podemos apreciar que todos los obreros son hombres. No hay ni una sola mujer.

La ciudad de los obreros.

Esos edificios que parecen cajas de zapatos (como los que se estilaban en la Europa comunista después de la mencionada SGM) son cortesía de Walter Schulze-Mittendorff, quien más tarde haría carrera de diseñador de vestuario.



“El club de los hijos”.

Si antes me han venido a la memoria las imágenes de los hornos crematorios esas otras idílicas de los habitantes de la superficie parecen una borrador del famoso documental OLIMPIADA (1938), de Leni Riefenstahl.



El monumentalisto del estadio en el que corren los hijos de los privilegiados acentúa todavía más el paralelismo con la futura cinta de la directora alemana.

Freder (Gustav Fröhlich), el hijo del arquitecto (y dictador) de Metrópolis, Joh Fredersen (Alfred Abel), se convertirá en el salvador de la misma, al servir de nexo de unión entre este y el proletariado.

En los “jardines eternos” tendremos no sólo la oportunidad de vislumbrar algo del estilo expresionista que el director vienés decía detestar (como podíamos ver en el díptico EL DOCTOR MABUSE) sino también algunas escenas de desnudos femeninos...





... que ya habíamos atisbado en títulos anteriores...

En ese sentido el cine alemán (o europeo en general) era bastante menos pacato a la hora de mostrar el cuerpo desnudo (eso sí, sólo el femenino) que el norteamericano.

Es a partir de este punto cuando empezamos a ver ese material recuperado en Buenos Aires en 2008, en 16 mm y con un estado de conservación precario pero que ayuda y mucho en una mejor comprensión de la historia.

Una de las cosas que llaman la atención en la historia es que a pesar de estar a unos cientos de años vista del momento en el que se rodó la película el vestuario que usan los actores no resulta acorde a ese futuro utópico/distópico que se nos muestra.

La presentación del personaje de María (Brigitte Helm) acompañada de los hijos de los obreros que malviven en el subsuelo de la metrópolis presente unas notables connotaciones religiosas.

Es muy bello ese plano...



... de la hermosa (y pura) Maria con su mirada fija en el rostro de Freder, como este, subyugado, mantiene la suya en el de ella...



A pesar de las resonancias claramente bíblicas de su nombre, Maria ejercerá en la historia más bien el papel de Juan el Bautista, la persona que predice la llegada del mesías, el citado Freder, el corazón (en sentido literal) de la historia.

Aunque en el escena en la que ella sólo con la mirada es capaz de amedrentar a los criados nos recuerda esa otra (y por cierto, magnífica) en off de BEN-HUR (1959), de William Wyler y que no recuerdo si también se producía en la versión anterior de 1925.



Y de nuevo Lang, imagino que para reforzar la inmediata atracción que Maria ejerce en Freder, volverá a repetir el mismo encuadre, aunque en este caso se intuye que la sonrisa de ella es un poco más abierta.



Y aunque discrepo completamente en cuanto al fondo de la historia es todo una acierto por parte de Lang que Freder se agarre del corazón con fuerza, una forma inteligente de decirnos que será él ese corazón que una la cabeza y las manos de la ciudad que nunca duerme…



¿Sería superfluo comentar que en LOS NIBELUNGOS tanto Sigfrido primero como Crimilda después mueren con el corazón atravesado?

Lo digo porque parece que a Freder le ha atravesado no cupido con una de sus flechas sino el mismísimo Hagen con su enorme venablo.

De cualquier forma es poco creíble que el casquivano Freder sienta una pasión amorosa tan irresistible por una mujer a la que los de su casta consideran poco más que una bestia del campo.

El estupor que siente Freder por el interior - los engranajes - de la ciudad es perfectamente asumible para alguien que como los eloi wellesianos sólo vive para el placer.



- Ciertamente los habitantes de la superficie no cumplen la misma función que en la obra cumbre de H. G. Wells, “La máquina del tiempo” (1895), pero esa división entre los de arriba y los de abajo bien podría tener como origen la novela del escritor británico.

Recordemos que el propio Wells participaría en lo que podría considerase una derivación de la película hoy comentada como es LA VIDA FUTURA (1936), de William Cameron Menzies, ejerciendo de guionista no acreditado. -

La imagen de la Máquina-Corazón es ciertamente memorable.



E igualmente la de los pobres trabajadores que pagan con sus propias vidas porque siga funcionando a pleno rendimiento.

Esos movimientos de los obreros que como decía serían luego homenajeados/parodiados por Chaplin son también ciertamente ominosos.



Una coreografía perfecta de lo macabro.

La explosión en la Máquina-Corazón y el primero de los sueños (¿visiones?, recordemos que estamos hablando del mesías) que perturbaran la hasta entonces placentera vida del hijo del señor Fredersen.





Moloch, es según la Wikipedia (ya lo siento), el nombre dado por la Biblia a una supuesta divinidad cananea asociada a los sacrificios de niños por medio del fuego (sic.).

Si Jesucristo fue tentado en tres ocasiones por Satanás Freder sufrirá otras tantas visiones lo que ayuda a reafirmar mi tesis acerca del aspecto mesiánico del protagonista.

Aquí parece que Lang quiere imitar al inimitable Cecil B. DeMille (que ya en 1923 había estrenado LOS DIEZ MANDAMIENTOS y que en 1927 – el mismo año de METRÓPOLIS – haría lo propio con la magnífica REY DE REYES).



- En el excelente libro de Patrick McGilligan (Fritz Lang: The Nature of the Beast, Nueva York, 1997) se indica que en la película intervinieron 26.000 extras masculinos, 11.000 femeninos, 750 niños, 100 “negros” y 25 “chinos” (sic). -

Esa terrible visión abrirá por fin los ojos de Freder a la cruda realidad de los habitantes de la ciudad de los obreros.



Y como indicaba al principio es un tanto paradójico que en ningún momento vislumbremos la presencia de fuerzas policiales o parapoliciales que sirvan de elementos coercitivos sobre la población.

De nuevo una referencia bíblica, la Torre de Babel, donde mora el señor de Metrópolis.

Esas escenas en la que observamos la enorme (y futurista) megalópolis serán tal vez las más recordadas de toda la película puesto que han servido de inspiración a generaciones de cineastas o de dibujantes de cómics (desde Alex Raymond y su “Flash Gordon” (1934-1944) hasta Moebius).



Y donde conviven en (perfecta) armonía los edificios más modernistas con los biplanos de la Primera Guerra Mundial o los automóviles de principios de siglo…

Y lo mismo ocurre con el vestuario de los actores.

La película mezcla con desparpajo (o más bien con escasa mirada prospectiva) el siglo XX y lo que entonces se pensaba que podría ser el siglo XXI (aunque nunca se especifica el año concreto en el que transcurre la acción).

En la Torre Joh Fredersen (Alfred Abel) rige con mano de hierro en guante de seda los destinos de Metrópolis.



Su asistente, Josaphat (Theodor Loos, el rey Gúnter de LOS NIBELUNGOS), otro nombre de resonancias bíblicas, me parece una persona demasiado pusilánime como para trabajar codo con codo con el inflexible señor Fredersen.



En cuanto a este tampoco cumple los requisitos que se le deberían exigir a ese Gran Hermano orwelliano que todo lo ve.

"Duelo" de miradas entre el superior…



… y el inferior…



Algo que sí es de agradecer y que ya venimos viendo desde los últimos títulos del cineasta es el escaso uso de los intertítulos.

La imaginería visual de Lang es tan potente que no necesita de los mismos para que la historia sea plenamente comprensible.

Por cierto, no me había dado cuenta pero de nuevo, como en el caso de Sigfrido, el protagonista usa colores claros, un símbolo un tanto obvio sobre la pureza del personaje (al menos después de su conversión al conocer a Maria) pero no por ello menos efectiva.

En la conversación entre padre e hijo sale otro concepto cristiano como es el de hermanos y hermanas, no de sangre lógicamente, sino de fe.



Y primera referencia a la sentencia que antecede al inicio de la historia cuando el hijo le dice al padre que este es el CEREBRO de la ciudad.

Y de nuevo esa visión de los rascacielos (a imitación de aquellos otros neoyorquinos que tanto le impresionaron en su primer viaje a Nueva York).



Un claro precedente de la torre de la Tyrell Corporation de la citada BLADE RUNNER…



La llegada de Grot (Heinrich George), el guardián de la Máquina-Corazón, a la Torre sirve para completar el triángulo que más tarde formará con el padre y con el hijo y que encierra la moraleja de la historia.



Ese gesto de Grot de alargar la mano, en otra de esas simetrías tan caras al director, se verá duplicado en el (emotivo) final de la película como luego podremos comprobar...

Otro de los eslabones débiles de la cadena es que toda Metrópolis dependa del funcionamiento de una sola máquina y que además esta la controle (o más bien vigile) un sólo hombre.

Los planos que Grot le presenta al señor Fredersen en los que se indican los puntos de reunión de los obreros son otras trasparente alusión a la forma en la que lo hacía los primeros cristianos en las catacumbas de Roma.



- A pesar de que la inclusión de los nuevos fragmentos aporta mucha mayor cohesión a la historia y solventa las graves elipsis narrativas que se daban en copias previas también es cierto que el grado de deterioro que presentan además de estar en 16 mm en lugar de en 35 distrae nuestra atención de lo que estamos viendo, al menos ese es mi caso. -

Lang utiliza de nuevo de manera magistral (como ya había hecho en el primer encuentro entre Crimilda y Atila) un recurso estilístico como es el que la figura que está en primer plano esté de espaldas y además inmóvil y por contra su oponente de cara y en movimiento.



Freder impedirá el suicidio de Josaphat una vez este ha sido despedido por su negligencia.

Y el hijo del amo de Metrópolis parece que ha captado ya al primero de sus discípulos…



La aparición del Hombre Delgado (Fritz Rasp), un espía al servicio del señor Fredersen, supone uno de los pocos elementos inquietantes en la historia.



Una especie de borrador de esos nazis que poblarían las películas antinazis (valga la redundancia) que el director rodaría en su etapa hollywoodiense (desde EL HOMBRE ATRAPADO (1941) hasta CLOAK AND DAGGER (1946)) y que por su alzacuellos más bien parece un sacerdote que un espía.

En su particular descenso a los infiernos (no en términos religiosos sino los que usaría el señor Fredersen) asistiremos a otra de las secuencias más impactantes de la película.

Me refiero por supuesto a la agotadora tarea de Georgy, el obrero n.º 11811 (Erwin Biswanger) en la máquina que viene a ser como un reloj, uno de los símbolos que Lang viene usando con profusión al menos desde EL DOCTOR MABUSE.



Mientras el Hombre Delgado se oculta tras el periódico (de papel) “Metropolis Courier” con su sombrero cordobés (¡!)...



... Freder intercambiará sus ropas con el obrero para ver cómo es en realidad ese mundo al que ha sido desterrado Josaphat y donde (mal)viven miles de obreros que son el motor de la ciudad.



Aquí al menos Lang introduce unas gotas de humor (o de lógica) en el relato puesto que Georgy se dejará tentar por el canto de las sirenas (esas femmes fatales con looks de los locos años 20) y hará caso omiso al consejo de Freder de reunirse con Josaphat y de esta forma convertirse en el segundo apóstol de su causa.





Como curiosidad, en la invitación que llega a las manos de Georgy aparece en la esquina inferior izquierda de la misma un fragmento de un poema de Omar Khayyam (c. 1048-c. 1131).



- El gran director William Dieterle dedicó al personaje su última película rodada en los EUA, OMAR KHAYYAM (1957), rodada a mayor gloria del inexpresivo (aunque interesante director) Cornel Wilde. -



De nuevo un elemento de ese expresionismo que salpica de vez en cuando la historia: la casa de Rotwang (Rudolf Klein-Rogge), el inventor.



Un casa que parece extraída de un cuento de hadas de los Hermanos Grimm.

Y un personaje, Rotwang y su mano de hierro, que Stanley Kubrick parodiaría en una de sus mejores cintas, ¿TELÉFONO ROJO? VOLAMOS HACIA MOSCÚ (1964), gracias al talento del cameleónico Peter Sellers en el que es seguramente el mejor papel de su carrera.





La (obligada) visita de Joh Fredersen a casa de Rotwang nos permitirá ver la faceta más humana del primero y que hasta ahora parecía totalmente ausente de su vida.

Ese enorme monumento de aires grecolatinos en homenaje a Hel, la esposa de Joh y que murió cuando dio a luz a Freder y que incomprensiblemente se encuentra en la casa de Rotwang.



En ese laboratorio que bien podría ser el precursor de todos los que vendrían más adelante, Rotwang, al igual que Frankenstein, recreará a su amada Hel pero no en carne y hueso sino en metal y circuitos.





Ciertamente el androide de METRÓPOLIS no es la más antigua representación que de él nos proporcionó el cine pero sí la más influyente e iconográfica de todas ellas.



Como podemos apreciar Rotwang es a la vez un científico y un nigromante (véase la estrella de cinco puntas que pende sobre el Ser-Máquina).







Sin embargo, el señor de Metrópolis no se ha presentado en el domicilio de Rotwang para ver de nuevo la tumba de su amada esposa sino para recabar información sobre los planos incautados a los obreros.



Y será precisamente uno de esos planos que se hallaba en los bolsillos del n.º 11811 lo que pondrá sobre la pista a Freder del lugar de reunión de aquellos.



Dado que es Maria la que da los sermones es lógico pensar que también es ella la que elabora los mapas, aunque igualmente podría hacerlo alguno de sus acólitos.

Y de nuevo, como en el caso de LOS NIBELUNGOS, la música original de Gottfried Huppertz, es determinante para acompañar la elegante puesta en escena de Lang dado, como decía, lo endeble del entramado argumental.

Rotwang conducirá a Joh a las catacumbas en las que se reúnen los obreros.



No deja de ser curioso que momentos antes hemos visto como el inventor determinaba con sus instrumentos la localización exacta de las mismas y sin embargo Rotwang conocía a la perfección el lugar en cuestión puesto que no es la primera vez que acude de hurtadillas a observar lo que se cuece en las entrañas de la ciudad diseñada por él.

El mundo subterráneo siempre ha sido uno de los elementos más representativos en la filmografía del director vienés desde los tiempos del díptico de LAS ARAÑAS.

Mientras tanto los obreros bajan a las catacumbas de la misma forma en la que entran y salen de sus turnos de trabajo, como autómatas, toda una premonición de lo que está por venir con la llegada del Anticristo personificada en la robótica Maria.

Como decía antes todos los obreros son hombres aunque la que oficie la misa sea un mujer…

Y antes siquiera de que Freder alce su mirada y se encuentre con su amor perdido su mano se agarra al corazón presintiendo tal vez su proximidad. Otro bello apunte visual por parte del director.





Aquí ya Lang (y von Harbou) se liberan de sus ropajes pseudocientíficos presentándonos a Maria como la figura religiosa que en realidad es y con ese bosque de cruces de tintes – de nuevo – expresionistas.



Pero como decía al principio Maria no es una representación de la Virgen María ni de el propio Jesús sino que más bien de ese Juan el Bautista que anticipaba la llegada del mesías.



De nuevo una pequeña digresión en el relato cuando Maria cuenta en términos modernos la historia bíblica de la Torre de Babel.



Evidentemente la historia es una metáfora de la construcción de su propia ciudad, Metrópolis, aunque más parece una excusa como otra cualquiera para mostrar esos miles de extras que se contrataron y que convirtieron a la película en la más cara hasta la fecha, al menos a este lado del Atlántico.

Y mientras Maria se agarra el corazón se repite el leitmotiv de la película:



“Un mediador necesitan el CEREBRO y las MANOS”



“¡El mediador entre el CEREBRO y las MANOS ha de ser el CORAZÓN!”

Y segunda vez (y no la última) que aparece la dichosa sentencia a lo largo de la película.

Para resultar todavía más (fervorosamente) enfático Lang iluminará la figura de Freder por si todavía no estaba claro que él será ese corazón que una a uno y a otros.



Sin embargo, los primeros indicios de discordia empiezan a aparecer entre los obreros, cansados de dar sus vidas para que los habitantes de la superficie disfruten de sus privilegios.

De corazón…



… a corazón.



- Por cierto, el título de una preciosa película de Mervyn LeRoy protagonizada por la mayestática Greer Garson… -

Y muy bello ese acercamiento de Maria hacia Freder, rodado de manera muy romántica y sensual a la vez.

Maria se referirá por fin a él como el Mediador y de esta forma queda clara su verdadera naturaleza.

Sin embargo, en realidad Freder más que ejercer de mediador entre su padre y los obreros vendría a simbolizar la unión entre el mundo de arriba y el mundo de abajo, algo acentuado si se entiende que después del final de la película Freder y Maria se casarán y sus hijos serán producto tanto de un mundo como del otro.

Fredersen no se apercibirá que entre los presentes a la reunión estaba su propio hijo pero Rotwang se fijará en el extraordinario parecido entre Maria y Hel, el amor de ambos.

Seré el primero no obstante quien ordene al segundo que ponga el rostro de Maria en el Ser-Máquina para de esta forma sembrar la discordia entre sus seguidores.



Sin embargo, el auténtico propósito de Rotwang es acabar con la vida de Freder y así como destruir su ciudad para de esta forma desquitarse de Joh por haberle robado el amor de su vida.

Magnífica la persecución en el interior de las catacumbas con la luz de la linterna de Rotwang iluminando la aterrorizada figura de Maria, aunque justo sería reconocer que la susodicha debería conocer como la palma de su mano todos los rincones y galerías por las que se mueve habitualmente. Y tampoco debería asustarse por los esqueletos que despuntan aquí y allí pues para ella era el pan nuestro de cada día.





Si nos fijamos bien en la imagen dos calaveras enmarcan ese primerísimo plano de Rotwang mientras ilumina inmisericorde el rostro de la joven.

De hecho uno se pregunta por qué se asusta tanto Maria.

Y hasta aquí llega el preludio de la película.

Porque aunque no se ha indicado al principio (o tal vez el rótulo se perdiera en la noche de los tiempos) la historia se estructura en tres partes, un preludio, un entreacto y un… , a modo y manera del cine de la época, tal y como hemos visto en entregas anteriores (desde EL GABINETE DEL DR. CALIGARI hasta LOS NIBELUNGOS).

Entreacto:

Las escenas que transcurren en la catedral a la que acude Freder para reunirse con Maria, con la prédica del monje, son un nuevo adelanto de lo que está por venir cuando comenta la parte del Apocalipsis según la cual Babilonia representaría el Anticristo, el cual se hará carne en la figura de la falsa María…



Uno de los mayores problemas que presenta la película y que esta no es capaz de solucionar es como decía el hecho de que se hace difícil de creer una sociedad tan clasista sin una brutal fuerza represiva detrás de ella.

Un cariacontecido Georgy, al que teníamos un tanto olvidado, será hecho prisionero por el impasible Hombre Delgado, al que también teníamos un tanto perdido la pista.



Un personaje, por cierto, que usa guantes (algo que veremos en muchos villanos de ahora en adelante) aunque en las dos manos y no sólo en una, como en el caso de Rotwang.

Freder se dirigirá al piso de Josaphat al que el despido fulminante de su jefe no parece haber sido llevado a la práctica. De esta forma no se entiende su intento de suicidio. Otra de esas incoherencias que presenta el libreto de von Harbou y Lang y que tenemos que aceptar para que la historia siga adelante.

Como decía la prospectiva que se aplica a los edificios y maquinaria de la ciudad no se hace en igual medida a sus habitantes que visten y viven de acuerdo a la época en la que la película fue rodada.

Desde luego el Hombre Delgado parece el prototipo del nazi de película que está por llegar.



Los malévolos planes de Rotwang de transferir la esencia de María a la nueva María se verán momentáneamente retrasados cuando Freder oiga la llamada de socorro de la joven.

La casa del inventor llena de puertas que se cierra de forma automática nos recuerdan a esas otras de las Arañas en su lucha contra el incombustible Kay Hoog.

Y una extraña escena en cámara subjetiva cuando la mano de Freder se dirige hacia la prenda que encuentra en el suelo y que pertenece a Maria.



Otra de las imágenes iconográficas de la película, la de Maria desnuda – aunque cubiertas sus vergüenzas – a punto de que su cuerpo o más bien su esencia se transfiera a la otra Maria.





Una imagen una y mil veces imitadas en las revistas de género y en cientos de películas posteriores.

Esta secuencia en la más futurista de toda la película y seguramente la más recordada. Y con rotundidad la más poderosa de todas.





La presentación del personaje de la nueva Maria es ciertamente antitética a la de la anterior.



Por cierto, rectifico mi comentario acerca del parecido de Maria con la difunta esposa de Joh puesto que este no hace el menor signo de reconocimiento cuando se dirige a ella.

La brusca llegada de Freder a la Torre hará que este tenga la segunda de sus tres visiones (algo a lo que me refería al principio de esta crónica).

Y seamos sinceros. Si Brigitte Helm resulta una más que creíble Maria no podría decir lo mismo cuando interpreta a la androide, aunque no es tanto un fallo de interpretación de la actriz como de dirección de Lang y especialmente de lo simplista del guion.



Uno podría imaginarse perfectamente a una Marlene Dietrich volviendo locos a los hombres con sus gestos y sus palabras pero la dulce Helm no está a la altura de la diva aunque todavía tendrían que pasar tres años para admirarla en la espléndida EL ÁNGEL AZUL (1930), de Josef von Sternberg.

Y ya tenemos esa tercera visión que nos faltaba, la del Hombre Delgado encarnando al monje de la catedral y ese magnífico montaje en el que se superpone el lujurioso baile de la nueva Maria, la mirada lasciva de los hombres que la contemplan y la angustia del enfrebecido Freder.









La imagen que se nos muestra en la Biblia será idéntica a cómo se nos muestra el personaje en sociedad.





Y esa bergmaniana danza de la muerte…



Fin del entreacto.

(¿Furioso?):

El último segmento de la película se abre con una nueva (y molesta) referencia religiosa. El libro que tiene Freder en sus manos es el “Apocalipsis de San Juan”.

Ciertamente parece desproporcionada la reacción del sexo masculino ante la nueva (y libidinosa) Maria.

Hay incluso una escena de un suicidio en cámara subjetiva que casi podría ser un antecedente de otro más famoso en cierta película de un director británico de cuyo nombre no quiero acordarme…



Por cierto, no sé en Alemania, quiero decir en Metrópolis, pero aquí no es nada extraño que dos mujeres se llamen… Maria y no tengan nada que ver la una con la otra…

La nueva Maria siembra el desconcierto en las filas de los obreros incitándoles a la rebelión para de esta forma ser luego aplastados.

Sin embargo, en las pautas cerebrales de la androide no se han grabado las ordenes de Fredersen sino de Rotwang, quien busca la completa destrucción de la ciudad que el mismo diseñó.

Desde luego la nueva Maria cuenta con la ventaja de que aquellos a los que se dirige son hombres. No parece que su poder pudiera ser aplicado de igual manera a las mujeres…



Lo que debería pensar Rotwang es que la destrucción de las máquinas y por ende de la metrópolis supondría igualmente su muerte, aunque parece que el odio que siente por Fredersen es superior a su instinto de conservación.



“¡Tú no eres Maria!”

El retornado Georgy dará su vida por Freder cuando se interpone entre la multitud y un cuchillo aparece en la mano de un obrero.



Por cierto, en este tramo de la película en la banda sonora de Huppertz se intercalan fragmentos de “La Marsellesa”, en alusión a esa (falsa) revolución que tiene como principal inductora a la androide.

A continuación hay (bueno, en realidad había) un fragmento en el que Maria unía a resultas de una pelea entre Joh y Rotwang cuando el primero se entera de las verdaderas intenciones del segundo.



Hay que reconocer que Briggitte Helm resulta mucho más convincente como Maria que como androide. Ese continuo guiño con el ojo izquierdo es casi más cómico que obsceno o amenazador. En realidad por la forma en la que se mueve más que un autómata Maria parece un pájaro, moviendo la cabeza de izquierda a derecha y viceversa continuamente.





Por cierto, este será el primer momento en toda la película en la que aparezcan las mujeres de los obreros. Y digo las mujeres de los obreros porque parece que únicamente estos son los que trabajan.

Y como vengo diciendo desde un principio no es lógico ni coherente que si las masas de obreros estaban tan condicionados que ni siquiera era necesaria la presencia de fuerzas represivas de repente, por arte de magia (o sea, de Maria) se convierta en una turba que se lleva por delante todo lo que se encuentra.

Repito.

¿Dónde están las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado que son las que se supone que controlan que todo funcione como un reloj?

¿Acaso no estamos ante una distopía de manual?

Por cierto, me ha parecido reconocer entre una de las agitadoras a Greta Berger, la única mujer que formaba parte de la banda del doctor Mabuse.

Y siempre “La Marsellesa” de fondo.

La Máquina-Corazón que cuida como si fuese su propio hijo Grot (por cierto, el robot de ULTIMÁTUM A LA TIERRA (1951), de Robert Wise, se llamaba Gort...) resulta un tanto incongruente en nuestro presente (o sea, su futuro) cuando la tendencia ha ido en el sentido de la miniaturización y no en el contrario.



Y esas puertas blindadas que se cierran para evitar que las masas alcancen a la máquina que rige la ciudad me recuerda a las de la residencia de Morbius y Altaira en PLANETA PROHIBIDO (1956), de Fred McLeod Wilcox.



- Para que conste en acta, dos de mis películas favoritas dentro (y fuera) del género desde mi más tierna (y cada vez más lejana) infancia. -

Y ese circuito de televisión que utiliza el señor Fredersen y que ya habíamos visto en un título tan lejano como la primera entrega de LAS ARAÑAS… en 1919.



La destrucción de la Máquina-Corazón supondrá la inundación de la ciudad de los obreros.

Es difícil de decir quién es más canalla o está más loco, Rotwang o Fredersen.

Ah, y me equivocaba en cuanto al efecto de la nueva Maria en las mujeres.

Maria, la auténtica Maria, se quedará atrapada con los niños en la ciudad de los obreros. Una ciudad que rápidamente está siendo anegada por las aguas.

Cual Noé pero sin su arca – sólo ese monumento que sirve a la vez de alarma – Maria tratará de salvar a todos los niños que pueda y que han sido olvidados por sus padres/madres en su ciega destrucción.



Una bonita idea, aunque ciertamente absurda, la del gigantesco gong teniendo en cuenta las supuestas dimensiones (ciclópeas) de la ciudad.



También hubiera sido más lógico usar un simple botón y no unas inmensas palancas dignas de un Victor Mature.

De nuevo esas imágenes, las más bellas de la película, con los anuncios luminosos que son más que un claro precedente de ese Los Angeles de 2019 de BLADE RUNNER.





Se me olvidó comentar que esta larga secuencia de la inundación ya había tenido lugar, sólo que más modesta, en la citada primera entrega de LAS ARAÑAS.

No es moco de pavo el díptico de LAS ARAÑAS. No señor.

Freder y su compañero Josaphat acudirán en ayuda de Maria y los pequeños aunque las perspectivas no se presentan precisamente muy halagüeñas…



La huida hacia los pozos de ventilación parece la única opción posible de salir con vida.

Desde luego la larga secuencia de la inundación es la más emocionante y mejor ejecutada de toda la película.

Lang además gusta de historias circulares.

De esta forma si la primera vez que vimos a Maria fue con los niños en los “jardines eternos” la última será igualmente rodeada de niños, aunque las circunstancias no sean las mismas ciertamente.



Tampoco se entiende mucho el cambio tan brusco que se produce en el personaje del Hombre Delgado, que pasa de parecer un miembro de la Gestapo al monje que se le aparecía a Freder en sus sueños/visiones.



Y otra cosa que tampoco se entiende es de qué forma aparece (¿por arte de magia?) la nueva Maria en la sala de fiestas donde todo se inició…

Freder conducirá a los niños de los obreros al “Club de los Hijos”.

Y mientras Rotwang despierta después de haber sido noqueado por Fredersen.

Como decía no sé quien de los dos está más loco.

Y desde luego al segundo le importan un bledo los habitantes de su metrópolis salvo su único hijo.

El Rotwang que sale por la puerta de su casa parece una reencarnación del doctor Mabuse una vez todos sus planes se han ido al garete.





Maria, que no ha entrado al citado club al quedarse a ayudar a los niños rezagados, se convertirá en el chivo expiatorio de la (supuesta) muerte de los hijos de los obreros.

Y parece que esa afición del populacho a quemar a los “monstruos” no proviene de las primeras películas de terror de la Universal sino tal vez de la cinta que hoy comentamos…

Y repito por … vez. ¿Dónde porras están las fuerzas del orden en la ciudad de Metrópolis?

En toda la película no se ve ni un soldado, ni un policía (siquiera de tráfico) o lo que sea que sirva de elemento coercitivo en la población.

Me parece un fallo argumental de lo más gordo y es algo de lo que Lang se debía haber dado cuenta cuando se puso manos a la obra con el proyecto.

Tenía razón. Es la antigua secuaz del doctor Mabuse quien lanza la primera antorcha a la hoguera.

Lo que es tener memoria fotogénica. Quiero decir fotográfica.

Y, por cierto, la turba pasándoselo en grande mientras ven arder a la falsa Maria. Pronto se les ha olvidado que sus hijos han muerto ahogados por su culpa.

En verdad que el libreto de Thea von Harboy y Fritz Lang (aunque este no aparezca acreditado, como solía ser norma) es notablemente endeble.

“I’ll never stop saying…





Un enajenado Rotwang confunde a Maria con Hel, su amor perdido.



Desde luego Lang se la tenía jugada al antiguo marido de su ahora esposa. Véanse sino los finales de EL DOCTOR MABUSE, LOS NIBELUNGOS y METRÓPOLIS.

Y Maria parece buscar cual Quasimodo refugio en la catedral.

Y, por cierto, ¿a santo de qué una catedral en una ciudad como Metrópolis?

¿Y acaso se inspiró Hitchcock, gran admirador del cineasta vienés, en la escena en la que Rotwang y Maria forcejean en el campanario de la catedral, para el famoso final de…?

Y el amigo Freder (entre Freder y Fredersen me están dando la noche) corre que se las pela durante toda la película. No me extraña que ganara la carrera en la que le vimos por primera vez.

Tampoco tiene demasiado sentido cargar todas las culpas sobre Rotwang que acaba por convertirse en el villano de la función.

Quien corta el bacalao desde un principio es Joh (me olvido del Fredersen) que para algo es el amo del mundo (bueno, de la ciudad, no nos confundamos con cierta novela de Jules Verne…).

Interesante apunte de Lang el convertir en blanco el cabello de Joh al ver cómo su hijo se debate con el inventor.



Otra escena mil y una veces imitada. Rotwang cargando con Maria por los tejados. Aunque creo recordar que ya la habíamos visto en EL GABINETE DEL DR. CALIGARI…

Por cierto, otro error de bulto. Durante la pelea en el tejado de la catedral se aprecia el cielo abierto algo ciertamente absurdo dado que los edificios que la rodean son mucho más altos que ella como hemos visto en las maravillosas panorámicas que como decía son de lo más bonito (y recordado) de la película.



Teniendo en cuenta la profunda religiosidad que impregna toda la película – y que resulta ciertamente molesta, al menos para mí – no es de extrañar que el clímax de la misma tenga lugar en la catedral, el auténtico corazón de la ciudad.

Bonita idea visual la de atenuar a Maria y Freder cuando Joh parece tener intención de aceptar la mano que le ofrece Grot.



- Si volvemos al principio del comentario nos daremos cuenta que la imagen de Grot es la misma que la primera. -



Pero como decía, a Lang le gustaban las historias circulares. Además ya desde el principio, con esa sentencia que precede al título, sabemos cómo va a acabar la película. Que ese final tenga alguna lógica y/o sentido eso ya es otra cosa. Como decía al principio no creo que Lang, ni siquiera en la preproducción de la cinta, pensara de verdad que sería tan fácil conciliar a la patronal con la clase obrera sacándose un conejo de la chistera.

Como ya empiezo a estar cansado el intertítulo lo dice mucho mejor que yo…







Desde luego Cecil B. DeMille lo hubiese hecho mucho mejor y con mucho más desparpajo.

No tengo gran devoción por las películas con mensaje y ciertamente esta es una de sus más preclaras representantes.

Ahora que es posible ver la película prácticamente cómo fue ideada por Thea von Harbou (no lo olvidemos, el cerebro en la sombra) y Fritz Lang tiene tantas lagunas argumentales como para inundar no una sino dos veces el mundo subterráneo.

Nadie niega la importancia visual de la película y la enorme influencia que ha tenido en el género.

Pero en mi modesta opinión METRÓPOLIS está lejos de considerarse una de las grandes películas de Fritz Lang.

De hecho, me parece una de sus cintas menos interesantes de las que voy viendo.

Y por ello sólo he dedicado 17 páginas para argumentar sus carencias (y sus virtudes, que también las tiene).

Felices sueños y procurad sed felices.



Y por si no ha quedado claro...





Si al final hasta creo que me ha gustado la película...

Por si lo dudábais todas las imágenes (salvo los posters de rigor) copyright 2021 by Alcaudón.

Iniciado por Alcaudón

Nadie niega la importancia visual de la película y la enorme influencia que ha tenido en el género.

Pero en mi modesta opinión METRÓPOLIS está lejos de considerarse una de las grandes películas de Fritz Lang.

De hecho, me parece una de sus cintas menos interesantes de las que voy viendo.

La importancia visual del film es, como tú mismo apuntas, extraordinaria, y en ese sentido sigue siendo un film impresionante, fantástico, para mí una obra maestra. Ahora bien, se sustenta sobre una base argumental ciertamente débil (como floja me parece la novela de Thea von Harbou), cuando no irritantemente conservadora y simplista. Pero estamos hablando de cine, y la imagen está por encima de todo, a veces para mal.

Yo sí la considero una de sus grandes películas, una de las mejores de lo que llevamos visto (bueno, yo la revisaré mañana, pero la he visto ya tropecientas veces). Espero comentarla el fin de semana.

Iniciado por mad dog earle

La importancia visual del film es, como tú mismo apuntas, extraordinaria, y en ese sentido sigue siendo un film impresionante, fantástico, para mí una obra maestra. Ahora bien, se sustenta sobre una base argumental ciertamente débil (como floja me parece la novela de Thea von Harbou), cuando no irritantemente conservadora y simplista. Pero estamos hablando de cine, y la imagen está por encima de todo, a veces para mal.

Yo sí la considero una de sus grandes películas, una de las mejores de lo que llevamos visto (bueno, yo la revisaré mañana, pero la he visto ya tropecientas veces). Espero comentarla el fin de semana.

Tengo ganas de revisionarla porque para mí el cine es antes de todo visión.

Compi Alcaudón algunas caps podrían ir en spoiler?¿para no cargar tanto el tema

Iniciado por Otto+

PD: No sé, lo de torremolinense es que me suena mucho a torrelimonense. Demasiado largo, no me convence.

No te preocupes, Otto. Déjate llevar. Be water, my friend Los de aquí estamos acostumbrados al tamaño XXXL. En mi vida, se me había ocurrido eso de torrelimonense. Mírate la cabeza, tú que eres de diagnosticar a los demás
Por cierto, y es verídico, Lola Flores, que sabía mucho de trabalenguas (cómo me la maravillaría yo...) siempre se lamentó de no saber decir Benalmádena (pueblo contiguo al mío), cada vez que venía al Tivoli, donde actuaba todos los años. Decía "bedalmadena".

Iniciado por Otto+

Tomás me recuerda al mítico Joaquín Luqui siempre que aparece una canción

Pues es una bonita comparación. A Luqui lo recuerdo de toda la vida. Tú y yo lo sabíamos. 3, 2, 1. Sigue bien. Happy, happy. Un abrazo para ellos, y un besito para ellas. Un "bitelmaníaco" hasta las trancas.

Iniciado por hannaben

Tengo ganas de revisionarla porque para mí el cine es antes de todo visión.

Compi Alcaudón algunas caps podrían ir en spoiler?¿para no cargar tanto el tema

Me sumo a la petición de la compi hannaben. En el ordenador no me va mal, pero si lo quiere mirar en el movil, tardo dos días con tanta foto.

Iniciado por tomaszapa

Pues es una bonita comparación. A Luqui lo recuerdo de toda la vida. Tú y yo lo sabíamos. 3, 2, 1. Sigue bien. Happy, happy. Un abrazo para ellos, y un besito para ellas. Un "bitelmaníaco" hasta las trancas.

Yo lo escuchaba con 12 y 13 años (1972-1973), los sábados por la tarde. Tenía una sección en "Los 40 principales", cuando lo presentaba Joaquin Prat (luego Pepe Domingo Castaño). Supongo que después seguiría en este y otros programas, pero le perdí la pista, aunque si aparecía alguna vez en televisión era fácil de reconocer, su aspecto y su voz eran inconfundibles.

Iniciado por hannaben

Tengo ganas de revisionarla porque para mí el cine es antes de todo visión.

Compi Alcaudón algunas caps podrían ir en spoiler?¿para no cargar tanto el tema

Eso iría en contra de mi naturaleza...

De verdad que lo intentaré. De hecho yo soy el primero que se ha dado cuenta del tema dado el tiempo demencial que me lleva elaborar una crónica desde el principio hasta final. Además la inserción de capturas de pantalla a través de Pinterest es ciertamente lenta.

¿Qué os parece si os ofrezco la versión as natured intended y la versión spectorizada?

Ya sólo quedan dos películas mudas, SPIONE y LA MUJER EN LA LUNA, por comentar, ninguna de las cuales he visto, por cierto.

Afortunadamente tenemos excelentes ediciones en BD de la mano de Divisa.

Y luego M, una de sus grandes obras maestras y la segunda entrega del doctor Mabuse.

Lo que no estoy seguro es de si dispongo de una copia de LILIOM (1934).

En cuanto a la etapa nortemericana, que es la que a mí más me gusta, creo que tengo todas y en buenas ediciones, muchas de ellas en HD.

Iniciado por Alcaudón

Lo que no estoy seguro es de si dispongo de una copia de LILIOM (1934).

De Liliom Tribanda editó un DVD hace años, con una calidad de imagen bastante deficiente.

Iniciado por mad dog earle

Yo lo escuchaba con 12 y 13 años (1972-1973), los sábados por la tarde. Tenía una sección en "Los 40 principales", cuando lo presentaba Joaquin Prat (luego Pepe Domingo Castaño). Supongo que después seguiría en este y otros programas, pero le perdí la pista, aunque si aparecía alguna vez en televisión era fácil de reconocer, su aspecto y su voz eran inconfundibles.

Según explicaba él mismo, llegó a Madrid desde su Pamplona natal en 1969. Y pronto apareció por la Ser y los 40 principales, de donde no salió jamás. Hizo El gran musical, y tenía otras secciones en la cadena. También lo recuerdo cuando pegó el salto a la tele de los 40 en los años 90. Un tipo entrañable por lo visto, según todos.
Y una pena su desaparición. Al parecer se cayó en su propia casa y se golpeó la cabeza. No fue instantáneo pero creo que duró días.

¡Menos mal que no te pareció una obra maestra "Metrópolis", sinó nos tienes leyendo y leyendo hasta el día del juicio final... !.

A nivel personal, recuerdo haberla alquilado en vídeo, en una versión creo que coloreada y con música de los años 80/90... pero no me acuerdo de casi nada... aunque sí que me gustó. La vi con varios amiguetes, de eso si me acuerdo.

Dos cosas.

Una.

Ayer el reumatólogo me infiltró la rodilla izquierda (sólo Dios sabe que duele el pinchazo, eso si Dios existiera, cosa que dudo dado que soy agnóstico) con lo cual la tengo bastante delicada. Si me va bien igual me infiltran más adelante la derecha. Eso sí, tengo que hacer ejercicio, pasear pero sin darme palizas, andar en bici (a ver si esta semana o la que viene me compro una) y nadar (que tengo una piscina de 50 metros debajo del estadio de San Mamés que está al lado de mi piso).

Dos.

Ayer me fue bien en mi primera cita con el sexo opuesto desde.... 1995. Tomamos algo y dimos un bonito paseo por un Bilbao nocturno que yo desconocía por completo y además la noche estaba fresquita después de los días tan agobiantes (para lo que aquí se estila - he estado durmiendo con el edredón hasta un par de días -) que hemos padecido. Como estaba un poco desentrenado después de más de 20 años con la misma pareja mis compañeras de trabajo (son todo chicas, salvo uno - creo... -) me dieron sabios consejos de cómo vestir y de cómo comportarme. Lo pasamos bien aunque todo fue de lo más correcto como una bonita película del Hollywood clásico. Ya os diré si surje algo de todo ello pero lo cierto es que hacía tiempo que no me lo pasaba también con una persona... del sexo opuesto.

Tres.

Espero ponerme la semana que viene - a ver cómo me responde la rodilla - con SPIONE e intentaré comentarla de forma mucho más escueta de lo habitual aunque para ello tenga que despedir a varios de los "negros" que trabajan para mí.

Y eso es todo.

Ah, tengo un par de revisiones (bueno, en realidad tres) que tengo bastante avanzadas pero todavía no sé si insertarlas en "el otro rincón" o abrir un hilo nuevo.

Si Jean-Luc Goddard era un apasionado de la Monogram yo lo soy de la

Spoiler:

Republic.

También he empezado a verme los títulos que tengo de Reel One que, aunque hay de todo, me gusta el cuidado que ponen a la hora de usar los mejores materiales disponibles. Vamos, una especie de A Contracorriente aunque con una querencia especial por el cine de los '80, que aunque no comparto ni mucho menos algunos de los títulos seleccionados les agradezco el esfuerzo. El último, por cierto, TODO POR UN SUEÑO (1995), de Gus Van Sant, con una bellísima Nicole Kidman antes de...

Feliz noche y dulces sueños.