REVISANDO LA FILMOGRAFÍA DE FRITZ LANG (1890-1976) / PARTE VI:
07. KÄMPFENDE HERZEN o DIE VIER UM DIE FRAU (1921, CORAZONES EN LUCHA o CUATRO ALREDEDOR DE LA MUJER)
Director: Fritz Lang.
Estudio: Decla-Bioscop A.-G.
Productor: Erich Pommer.
Guion: Thea von Harbou y Fritz Lang, a partir de la obra teatral “Florence oder Die Drei bei der Frau” de Rolf E. Vanloo. (¿?)
Dirección artística: Ernst Meiwers y Hans Jacoby.
Fotografía: Otto Kanturek, en blanco y negro con virados en color (1.33:1).
Música: Aljoscha Zimmermann (Versión reconstruida en 1987).
Reparto: Ludwig Hartau (Harry Yquem), Carola Toelle (Florence Forster/Yquem), Anton Edthofer (Werner y William Krafft), Rudolf Klein-Rogge (Upton), Robert Forster-Larrinaga (Charles Meunier).
Duración: 1 h 23 m 51 s.
Estreno: 3 de febrero de 1921.
Una de las grandes ventajas de haber vivido en el siglo XX (y de vivir en el siglo XXI, pandemias aparte) para los que amamos el cine es el hecho de que hayamos podido acceder a películas de grandes (y pequeños) directores que hasta tiempos recientes se daban por perdidas.
Si en el caso de Sir Alfred Hitchcock únicamente su segundo largometraje (THE MOUNTAIN EAGLE) sigue esquivo a los Indiana Jones del mundo cinematográfico, afortunadamente en el caso de Fritz Lang tres de sus primeras películas (MADAME BUTTERFLY, LA IMAGEN ERRANTE y CORAZONES EN LUCHA) han podido ser redescubiertas – siquiera parcialmente – para solaz de los cinéfilos.
Si en el caso de la película anteriormente comentada, LA IMAGEN ERRANTE, únicamente fueron rescatados 1.410 de los 2.032 metros de que constaba la misma, más suerte hemos tenido en el caso de CORAZONES EN LUCHA puesto que de los 1.707 metros originales se encontraron 1.556.
También hubo más suerte en cuanto a los intertítulos puesto que no hubo, como en el caso anterior, que crearlos ex profeso sino que se partió de los de la copia brasileña que sirvió de base para la restauración.
Por ello – y por más cosas, como comentaré a continuación – CORAZONES EN LUCHA es una película mucho más homogénea que LA IMAGEN ERRANTE y ciertamente más fiel a las intenciones originales de su director.
CORAZONES EN LUCHA fue la primera película que Lang dirigió para la recientemente creada Decla-Bioscop, producto de la fusión de la Decla-Film-Gesellschaft de Eric Pommer y la Deutsche Bioscope-Gesellschaft el año anterior.
Con un capital de 50 millones de marcos la Decla-Bioscop se convirtió en el estudio más poderoso – siquiera efímeramente – de Alemania.
Si como indiqué en el comentario anterior LA IMAGEN ERRANTE es por ahora la película más floja de las que voy revisando del director vienés, por el contrario CORAZONES EN LUCHA tal vez sea la mejor de todas ellas y ello a pesar de la existencia de nexos de unión, como el curioso protagonismo en ambas de sendas parejas de hermanos gemelos.
Al contrario que en la cinta anterior Thea von Harbou y Fritz Lang partieron de un texto (no está del todo claro si de una obra teatral – como indico en la ficha técnica de la película – o de un guion previo) del escritor (y guionista) Rolf E. Vanloo (1899-1941).
Puesto que la película, como tantos títulos del cine mudo, se difundió con dos (o más) títulos usaré el segundo (con una ligera variación) como inicio del comentario dado que se ajusta más fielmente al argumento de la misma:
CUATRO (HOMBRES) (Charles/Harry/Werner/William) ALREDEDOR DE UNA MUJER (Florence).
Y es que el 7º largometraje de Fritz Lang es una comedia (aunque notablemente oscura) de enredo en la que hasta cuatro hombres (de moral cuestionable) se verán atraídos, cual polillas hacia la luz, por una mujer (de virtud intachable).
El inicio (aunque brevísimo), con esa escena en la que la cámara gira alrededor de esa barra de bar circular, parece todo un avance de una secuencia muy similar aunque mucho más (y mejor) desarrollada en el casino clandestino de EL DR. MABUSE, película con la que mantiene una relación todavía más estrecha que con la anteriormente mencionada LA IMAGEN ERRANTE.
Y es que el personaje encarnado por Ludwig Hartau, el agente de bolsa Harry Yquem, uno de los cinco protagonistas – tal vez el principal – de la película, parece un emulo del mismísimo Dr. Mabuse por su facilidad para cambiar de apariencia y por la soltura con la que se mueve por los bajos fondos que el director ya había visitado en títulos precedentes (léase el díptico LAS ARAÑAS).
La mención de sus vecinos de mesa acerca de la belleza de la esposa de Harry, Florence (Carola Toelle), es una forma inteligente por parte del director de poner de relieve al personaje sobre el que girará toda la trama, algo por cierto muy similar a lo que hacía Hitchcock en lo referido a los objetos.
- Por cierto, como podemos apreciar por la captura de pantalla el nombre correcto de la nueva compañía es Decla-Bioscop y no Decla-Bioskop como a veces erróneamente se afirma.
Una forma de publicidad encubierta ciertamente curiosa y que además se repite varias veces a lo largo de la película. -
Lang se permite introducir pequeños toques de humor (algo poco frecuente en su filmografía como estamos viendo) como esa escena del falso ciego y que tantas veces hemos visto en el cine en títulos posteriores.
- Y permitidme recordar la importancia de la figura del invidente (en este caso real) en un título capital de la obra langiana como es M, EL VAMPIRO DE DÜSSELDORF (1931). -
Genial igualmente la escena en la que el entusiasta mozalbete se dedica por un lado a repartir invitaciones al baile de máscaras que se celebrará en el Salón Azul y por otro lado (en esas simetrías inversas que tanto gustan al director vienés) a esa clandestina feria del diamante en el local de Upton (Rodolf Klein-Rogge).
De esta forma primero enlazará el ritual de quitarse las máscaras a medianoche como una metáfora que nos mostrará finalmente a los personajes masculinos no como aparentan ser sino como son en realidad y segundo porque ese submundo en el que se mueven los mismos es mucho más real para ellos que aquel en el que viven cotidianamente.
El (aparente) respetable hombre de negocios que encarna Harry es en realidad un especulador sin escrúpulos que se dedica a traficar con billetes falsos…
… billetes que proceden del taller clandestino propiedad del mencionado Upton.
A instancias del joven repartidor un forastero se dirigirá al local de Upton.
Allí conoceremos al mencionado Upton que al igual que Florence es otra de las personas sobre las que girará la trama.
- En ese sentido Lang desglosa hábilmente la misma en dos secciones de forma que todo lo relacionado con Florence entraría dentro del género del melodrama y todo lo relacionado con Upton (y su local) en el cine negro y/o social. -
Upton se prestará a ayudar económicamente al desconocido cuando descubre que este, Werner (Anton Edthofer), es hermano gemelo de uno de sus habituales “clientes”, William (de nuevo Anton Edthofer) y al que no ha visto en cinco años puesto que tuvo que abandonar el país en extrañas circunstancias (y que más adelante saldrán a la luz).
- Aquí, al contrario que en LA IMAGEN ERRANTE los hermanos gemelos aunque idénticos físicamente son completamente distintos en lo referente a su personalidad.
Recordemos que el Georg Vanderheit encarnado por Hans Marr no era en el fondo tan distinto de su hermano John (encarnado igualmente por el mismo actor) aunque la película pareciera decir lo contrario. -
Como antes decía Harry parece un embrión del Dr. Mabuse por su capacidad de transformarse y de esta forma moverse como pez en el agua en el submundo regentado por Upton y otros de su calaña.
Si en el díptico de LAS ARAÑAS la villana Lio Sha (Ressel Orla) no se fiaba ni siquiera de los hombres que trabajaban para ella, igualmente los clientes habituales del local de Upton tampoco desaprovechan la ocasión para hacerse con dinero ajeno aun a costa de su propio patrón.
Y ciertamente peculiar la fauna (humana) que se reúne en la Feria del Diamante en la que de nuevo volvemos a ver a un perista judío notablemente estereotipado (como en el caso de la segunda entrega de LAS ARAÑAS) y a un individuo de ambigua sexualidad (por decirlo de una forma bonita).
- Por cierto, recordar que Lang era judío. Y que se casaría con una (futura) nazi. -
Y aunque al igual que en LA IMAGEN ERRANTE las casualidades parecen ser el motor de la trama, en este caso las mismas están perfectamente graduadas y no alcanzan, ni de lejos, el (cuasi)disparate de la primera.
Porque ciertamente será fortuita la forma en la que Harry se haga con un medallón con el nombre de su esposa, Florence, en su búsqueda de una joya para adornar su hermoso cuello...
… aunque para ello se sirva del dinero falsificado que compraba a uno de los sicarios de Upton…
A continuación aparecerá el tercero en disputa (por los favores de Florence), William, como decía hermano gemelo del anterior e interpretado – lógicamente – por el mismo actor.
William, al igual que Harry, son dos “actores” en el sentido de que interpretan públicamente a personajes intachables pero que en realidad son dos canallas sin escrúpulos aunque el segundo se redima en parte por el profundo amor que siente por su esposa.
William, en cambio, no siente el mínimo afecto por su hermano, siendo ambos la representación perfecta del señor Hyde y del Dr. Jekyll stevensonianos.
Si Harry usa el dinero falso para comprar una joya para su esposa, William busca igualmente un anillo de unas características muy precisas con fines menos románticos.
Para Harry saltarán todas las alarmas cuando crea reconocer en William el retrato del primer amor (imposible) de su esposa.
Lógicamente nos referimos al hermano de este, Werner.
Lo que en manos del gran (y prematuramente desaparecido) Ernst Lubitsch (1892-1947) – quien por cierto abandonó Alemania en una fecha tan temprana como 1922 – hubiera dado lugar a una de sus geniales comedias románticas de equívocos, Lang preferirá tomar un camino más tortuoso, sembrado de baches y que le llevará a un final ciertamente alejado del obligado en el cine norteamericano de la época.
Será Upton quien se encargue de enredar la madeja cuando comunique a un agitado Harry el apellido y no el nombre de la persona con la que estaba hablando…
… Krafft…
… puesto que como bien sabemos hay dos personas con el mismo apellido…
Werner, el hermano “bueno”, se dedicará a buscar el paradero de una mujer que atiende al nombre de…
… Florence Forster…
… desaparecida hace cuatro años (él lo hizo hace cinco) y de la que no se ha vuelto a saber…
De otro lado, una desatendida Florence recibe la visita de su amiga Margot (Lisa von Marton).
Lang irá colocando poco a poco las piezas en la tablero de forma que la intriga se va haciendo más y más enrevesada a medida que el número de participantes en la misma va aumentando pero sin perder de vista el nudo gordiano de la misma.
La simpática conversación entre William y el maître del hotel (encarnado por Gottfried Huppertz quien curiosamente se acabaría encargando de las bandas sonoras de dos de las películas más famosas del director, LOS NIBELUNGOS (1924) y METRÓPOLIS (1927)) aporta un nuevo toque de humor y que nos acerca más a ese tono de comedia más típica del cine norteamericano coetáneo.
- Por cierto, buen trabajo interpretativo de Anton Edthofer que logra diferenciar la personalidad de ambos hermanos, aunque Lang parece decantarse más por el hermano “malo” (imagino por que da más juego) que por el “bueno”. -
Dado que pese a todo (y pese a todos) estamos como decía al principio en una comedia de enredo, los aparentes “viajes de negocios” de Harry parecen no ser más que una excusa de este para llevar una vida aparte de la que comparte con su (amante) esposa, como bien deja caer su amigo Margot.
Werner primero y Harry más tarde se presentarán en el Hotel City en busca (aparentemente) de la misma persona aunque por razones distintas.
Ausente en ese momento William (el objeto de deseo de ambos hombres…) su hermano pretenderá pasar noche en el hotel pero como dijimos al principio uno de los compinches de Upton – a espaldas de este – se ha encargado previamente de aligerar sus bolsillos.
Mientras el joven repartidor entregará a William el anillo requerido.
- Como podemos ver y como indicaba al principio, el personaje de Upton será quien esté detrás de todos los tejemanejes no amorosos que se entrecruzan en la película.
De nuevo un antecedente, aunque encarnado en otra persona, del omnipresente (y omnipotente) Dr. Mabuse. -
Werner tendrá que volver al local de Upton para que este le vuelva a prestar dinero pero será en vano como bien a las claras ha dejado le ha dejado su hermano a este.
La noticia de que el señor Krafft ha reservado mesa para cenar para dos personas no sienta precisamente bien a un Harry al que los celos empiezan a carcomerle.
Como antes decía si en las comedias hollywodienses las sospechas del protagonista provocarían una cascada de malentendidos sublimados por una serie de gags antológicos, aquí Lang preferirá ir oscureciendo la trama hasta llegar a un final que está lejos del happy end habitual con el que indefectiblemente acababan las películas facturadas en los EUA.
Y aunque al principio del comentario he hablado de la “virtud intachable” de Florence, pronto veremos que esta también tiene su lado “oscuro”, aunque mucho más atenuado que el de sus pretendientes.
Y hablando de pretendientes ya se nos presenta el cuarto (y último) en liza, Charles Meunier (un Robert Forster-Larrinaga de clara ascendencia vasca… y al que volveremos a ver como uno de los adláteres del tantas veces mencionado Dr. Mabuse y otro de los aciertos en la elección del casting, seguramente el más equilibrado de todas las películas que voy comentando).
Pero antes de que ello acontezca Lang hará un uso personal del recurso hollywoodiense por excelencia, el flashback.
Digo lo de personal porque el director insertará tres que no es que cuenten una historia de forma distinta a la manera de RASHOMON (1950), de Akira Kurosawa, sino que cada uno de ellos aporta información complementaria al siguiente.
En el primero, contado por Florence, conoceremos que no fue Harry sino Werner el primer amor de Florence y que sólo accedió a casarse con este por imposición paterna.
Y en cuanto al señor Meunier, pronto sabremos que las traiciones no se producen sólo en los bajos fondos sino también en la vida cotidiana pues el citado es buen amigo de Harry, el marido de Florence.
E igualmente la presencia de Margot en el hogar de los Yquem permite a Lang matar dos pájaros de un tiro puesto que por un lado nos permite conocer el pasado de Florence y que forma parte de esa mitad melodramática de la película y por otro lado enlazar el personaje de la primera con el de William y descubrir de esta forma el motivo por el que este requería los servicios de Upton y que forma parte de esa otra mitad más afín al género negro.
Ese momento de debilidad en que Harry le confiesa sus temores a Charles sobre la presunta infidelidad de su esposa no será más que un acicate para que el segundo se vuelque todavía más en el acoso y derribo de esta.
Aquí Lang introduce el segundo de los flashbacks, en este caso narrado por Harry y que nos sirve para ir completando el rompecabezas propuesto por el director.
Así veremos cómo llegó a sus manos la foto de Werner dedicada a Florence y que le llevado por el camino de la amargura desde que se casó con ella.
- No dejaría de tener su lógica que el camino delictivo de Harry haya sido espoleado por la supuesta infidelidad de la que ahora es su esposa. -
Lang, en un alarde de talento, logra simultanear a la perfección las distintas tramas que conforman la película y que nos llevarán hasta el catártico final, una demostración del ya más que incipiente talento del gran director austríaco y que echábamos de menos en su cinta anterior.
- Esa imagen de Florence cosiéndole un vestido a una muñeca de porcelana me ha recordado al tesoro que representaban las mismas para la protagonista de MADAME BUTTERFLY. -
Como antes mencionaba, Lang se reparte en los diferentes escenarios para ofrecernos lo que ocurre en cada uno de ellos y de esta forma tener una visión global de la trama, lo que demuestra que el director ya está más que preparado para empresas mayores…
… como veremos la próxima semana con la que es considerada su primera obra maestra, LA MUERTE CANSADA (1921)...
Así en la trastienda del antro de Upton el personaje al que antes había calificado (injustamente, todo sea dicho) de ambigua sexualidad se encarga de falsificar los billetes que circulan por la ciudad y que vemos que los ciudadanos “de bien” usan de la misma forma que los de curso legal.
En otra muestra más de ingenio Lang nos regala una excelente escena como es el cambiazo que William le hace a Margot sustituyendo su valioso anillo por una pobre imitación mientras asistimos a otro de esos toques de humor que como decía son raros en la filmografía del director pero que aquí no dejan de asomar en repetidas ocasiones, lo cual casa a la perfección con el género - la comedia - al que (presuntamente) pertenece.
- Por cierto, una imagen ciertamente prebuñueliana...
La carta de Florence que con avidez lee una y otra vez Harry no deja de tener su punto de hipocresía puesto que si bien la primera jamás ha engañado (amorosamente) al segundo bien es cierto que su primer y gran amor fue Werner y no él.
- Si antes he mencionado el buen trabajo delante de las cámaras de Anton Edthofer en su doble papel, igualmente me gustaría destacar el de Ludwig Hartau que es el auténtico protagonista de la película, en su doble condición de amante despechado y de estafador. -
Harry falsificará la letra de Florence para atrapar de esta manera a ambos en fragante adulterio.
Y de nuevo Lang da muestras de talento puesto que hace coincidir, una detrás de la otra, el éxito de Harry en falsificar la letra de Florence y el descubrimiento de Upton de la que los billetes con los que pagó aquel la joya para su mujer son igual de falsos que los que ellos hacen circular (¡!).
Y ese toque lubitschiano por el que mientras William recibe erróneamente la carta que en realidad estaba destinada a su hermano, su compañera de mesa coquetea descaradamente con un extraño, algo que no pasará desapercibido al primero y que este, una vez habiendo conseguido lo que deseaba de ella, se tomará con sentido del humor.
Lang empezará a situar todos los huevos en la misma cesta, en este caso la mansión de los Yquem y de esta forma llevarnos hasta ese mencionado levantamiento de las máscaras que anunciaba a voces el joven pillastre.
Primero con la llegada del insistente señor Meunier.
Segundo con la de un equivocado señor Krafft quien no sólo tiene tiempo para los “negocios” sino también para engatusar a toda dama que se cruce en su camino.
- Y magnífica la escena en la que él se prenda no de la belleza de ella sino del collar que lleva en su cuello y que el director se encarga de iluminar a la manera de Hitchcock...
... antes que Hitchcock...
Y un William que no se amedrentará por la presencia del siguiente invitado...
Un colérico (y armado) señor Yquem dispuesto a todo y que hace el número tres de la lista.
Y el cuarto será, lógicamente, un incauto Werner.
Volvamos, por tanto, al título de la película: CUATRO HOMBRES ALREDEDOR DE UNA MUJER (de nuevo permítaseme la pequeña alteración del mismo).
Harry descubrirá la traición de su “amigo” Charles.
Charles recibirá un tiro mortal por la espalda de Harry.
- Y de nuevo Lang fragmentará la acción incluyendo la visita de Margot a la comisaría de policía para denunciar el robo de su preciado anillo y a la persona que cree que lo ha cometido (lógicamente, William). -
Werner se presentará por sorpresa en el hogar de los Yquem lo que provocará el desconcierto en Harry, que al fin se da cuenta del error cometido.
Igualmente se dejarán caer por el lugar Upton y uno de sus sicarios para darle un escarmiento a Harry.
Y por fin Lang culminará la trilogía de flashbacks con el que narra (de nuevo) Florence y que permite conocer lo que pasó el día de la boda.
Y la (oportuna) llegada de la policía permitirá un final acorde con lo acontecido y lejos, aunque no lo parezca, del típico final feliz que parecía presagiarse.
Porque Harry será acusado por William del asesinato de Charles y no sólo eso sino que el rubí que se encuentra en su poder forma parte de la colección de joyas que fueron robadas a un noble.
Como vemos, no todo es trigo limpio en el hogar de los Yquem.
Y no me refiero sólo al señor Yquem…
Quizás por ello Lang zanja salomónicamente el tema haciendo que durante el forcejeo de Werner con el compañero de fechorías de Upton una bala acabe en el cuerpo de Florence.
Sin embargo y a pesar de que Harry acabe con sus huesos en prisión quedará por fin claro que Florence si alguna vez amó a Werner ahora todo su cariño está volcado en su esposo, al que nunca ha dejado de amar y al que siempre ha sido fiel…
… a su manera...
Por si no ha quedado claro, la mejor película de lo que va de revisión del director vienés.
Feliz día a tod@s las personas de buena voluntad.
Y a las demás que les den…