Ayer vi los primeros capítulos, con retraso, creo que ya van por el quinto. Y lo hice con curiosidad, no por el éxito de audiencia que ha generado, o por su repercusión en redes sociales, sino, simplemente, porque gente que merece mi respeto decía/escribía que es una gran serie. De lo mejor hecho en España en mucho tiempo.
El año pasado vi "Sé quién eres", y me sorprendió por el estilo, tempo, y calidad de la narración que proponía. Sin resultar perfecta, era un buen ejemplo -inusual, e inesperado- de que en España se pueden realizar narraciones televisivas fuera de viejos cánones acartonados, destinados a un público que quizá no responde a las necesidades o preferencias de la era Netflix.
"Fariña" da un paso adelante. Su originalidad no radica en el argumento, conocido por todos, ni en algunos de los inteligentes y dinámicos recursos utilizados en su montaje, que podemos encontrar en algunos buenos thrillers estadounidenses de los últimos quince años. Su apuesta, en realidad, nace de la perspectiva, de asumir una posición cinematográfica casi de autor sobre lo que cuenta; de buscar y encontrar cierto punto de encuentro entre fondo y forma, y contar una historia muy ágil impregnándose de ella misma.
La puesta en escena, el ritmo, la fotografía, e incluso la banda sonora, aún asumiendo recursos ya conocidos, están ahí porque son la mejor opción para contar esta historia, porque quizá en el fondo forman parte de ella, de lo que rezuma, o lo que necesita.
Lo que vi en los primeros capítulos no son recursos narrativos impostados para hacer una serie con un gran ritmo, ágil, e incluso divertida a la vez que terrible. No se trata de hacerlo "así" porque a la gente le va a gustar, sino porque es un estilo -una opción- ideal para lo que se está contando.
Y tiene consistencia. Es redonda.
Cuidando hasta el último detalle. Ofreciendo algunas de las mejores interpretaciones de la historia de la televisión española. A partir de una visión realista, casi documental, de algo que en realidad conocemos todos por los periódicos y los telediarios, en un tema casi manido; pero logrando que, partiendo de esa perspectiva y puesta en escena, resulte más interesante que nunca.
Es una gran serie. La mejor serie española que he encontrado.
Si los siguientes episodios continúan por el mismo camino podemos estar ante un hito de la narración televisiva española. Acompañado, además, para mi sorpresa, de una gran audiencia.