"En 1950, en las postrimeras de dos grandes movimientos migratorios en América -el de los sudeuropeos de países como Italia, que llegaron a Estados Unidos al comienzo del siglo y se instalaron en ciudades como Nueva York y Chicago; y las de los afroamericanos que dejaron el sur con destino a estas mismas zonas-, podías encontrarte con el enfrentemiento entre marginados, luchando unos contra otros por hacerse con un pedazo de sueño americano.
En Kansas City, Missouri, dos sindicatos mafiosos han encallado en una paz nada fácil. Uno italiano y otro afroamericano. Juntos controlan la economía alternativa basada en el trapicheo y las drogas. Esta es también la historia de América. Para cimentar la paz, los patriarcas de ambas familias han intercambiado a sus primogénitos.
Chris Rock encarna al cabeza de uno de los clanes, un hombre que, para prosperar, ha entregado a su hijo a su mayor enemigo, y se ve obligado a criar como suyo al hijo de este. No es sencillo, pero sí provechoso. Sin embargo, el jefe de la mafia de Kansas acaba muriendo en el hospital, tras una operación rutinaria, y todo cambia.
Es una historia de inmigración y asimilación, así como de las cosas que hacemos por dinero. Y como siempre, una historia de gente decente que está hasta el cuello. En fin, Fargo".