El tema de Moisés, Noé, Cristo y otros derivados bíblicos se han manoseado mucho, cierto, pero para series de televisión. Una superproducción para cine, con el tito Scott a los mandos y sin reparar en gastos es un regalo para los sentidos.
Además, seas o no creyente, no hay duda de que una historia con elementos sobrenaturales es más atractiva que otra sobre conspiraciones políticas entre romanos.