Tema: Elia Kazan: revisando sus películas

Iniciado por tomaszapa

Más bajito era en Rebelde sin causa o Gigante, Sal Mineo, que medía 1,68.

¿Se os ha ocurrido que por edad (nacido en 1931) está más cerca casi de la generación de Dustin Hoffman, Al Pacino (otros "bajitos" muy metódicos y con tendencia a la extravagancia/introversión, bipolaridad en defintiva, en sus primeros 40-45 años)? (Lennie, Cowboy de medianoche, Papillón, El padrino)

Iniciado por Otto+

Entonces no sabe quién fue Samantha Fox; él se lo pierde

Sí que lo sé, hay dos buenas razones para no olvidarla...

Iniciado por Otto+

Y con Jack Palance al lado, que era mucho más alto que Ladd. Pero el cara a cara ni se nota por la intensidad.

Y por lo bien rodada que está, un duelo memorable y una película inolvidable.

Hoy me pondré con "La ley del silencio", aunque le tengo mas ganas a la de Jimmy Dean, ya sabéis que cuando se ataca a alguien yo me pongo de su lado instintivamente...

Prefiero féminas estilo Gene Tierney...

Iniciado por Alcaudón

Yo mido 1,75.

Yo creo que mido 1,79, aunque siempre pensé que medía 1, 80. Me veo en el gimnasio hoy en día, con todos los jóvenes alrededor y bastantes me sacan al menos, una cabeza. Pero lo importante es estar contento con uno mismo y con su mecanismo

Iniciado por cinefilototal

Siempre he procurado ver todo lo clásico que emitían por tv, y si no podía, programaba el video...

Yo casi todo lo que programaba era los viernes de madrugada en el plus A mi me ha pasado, sobre todo en la música, como a tí. He ido de adelante hacia atrás, interesándome en cada momento por lo que más pegaba en las listas de éxito y en general, por artistas importantes.

Iniciado por Otto+

¿Se os ha ocurrido que por edad (nacido en 1931) está más cerca casi de la generación de Dustin Hoffman, Al Pacino (otros "bajitos" muy metódicos y con tendencia a la extravagancia/introversión, bipolaridad en defintiva, en sus primeros 40-45 años)? (Lennie, Cowboy de medianoche, Papillón, El padrino)

Pues sí. Por edad, e incluso, por procedencia. Mineo y Pacino eran del Bronx y de Harlem, respectivamente.
Por cierto, que Sal Mineo tuvo un final prematuro y trágico. Con apenas 37 años, fue asesinado por un repartidor de pizzas, cuando volvía a su casa de un ensayo teatral.

La ley del silencio (1954)



Filme mítico e inolvidable de los años 50, cargado de premios y buenas críticas; vista hoy día sigue manteniendo el interés a pesar de su temática algo trillada, pero en su día fue un bombazo, una película dura, valiente y que va al grano.

Lo mejor para mi es su pareja protagonista, ambos perfectos (Brando y Saint), por cierto, no sé porqué se considera el papel de ella como de reparto cuando es principal... de secundaria nada. Muy merecido su oscar, además demuestra ser una actriz muy resuelta para ser su debut, y muy guapa y elegante, con lo poco lujoso de su guardaropa, como siempre digo, la que es guapa, es guapa, no necesita artificios.



Brando que siempre tiende al exceso, aquí me lo creo al 100%, puede parecer un ex-boxeador algo cortito, pero para nada es así, lo que pasa es que está desencantado de la vida, y de no haber llegado a campeón por culpa de los trapicheos de esta gentuza de los muelles.

Malden, está espléndido en su papel de sacerdote molón y los villanos también, en especial Rod Steiger que me gustó especialmente en la escena con su hermano en el coche.

Lee J. Cobb, siempre correcto tanto en papeles de villano como de buena persona, a mi me encantaba en "El Virginiano", un actor de categoría. Aquí quizás su personaje no esté muy desarrollado, solo para generar odio y miedo, pero parece estar en su "salsa"...

Como digo, el ritmo narrativo es muy notable, da gusto cuando películas a priori que podrían ser muy espesas, van al grano totalmente, no dejándote ni un minuto de respiro, sin meter escenas de relleno. Bien por el guión y por la dirección.

Lo que menos me gustó fue la música del gran Leornard Bernstein, que aquí parecía mas un concierto que servir a la historia, sobre todo al principio y al final... demasiada orquestación para una película sencilla.

Otra cosa que me sorprendió es la gran cantidad de asesinatos y brutalidades que hay, y en cambio de policía casi nada, se diría que estaban en peligro de extinción.

Ah, la paliza/pelea final, se ve claramente que Brando ha sido doblado en varios planos, canta bastante en este aspecto, pero vamos, era algo habitual en la época... pero me choca que se note tanto.

¡Que bonito momento ese de los guantes blancos, que gran complicidad se ve entre ellos!:

Acabamos de ver en casa La ley del silencio. Mañana haré la review con calma. Simplemente diré dos sensaciones renovadas que me provoca: impactante y brutal. Obra maestra absoluta. En mi top-10 de la historia del cine. Me ha llenado absolutamente.

Iniciado por tomaszapa

Acabamos de ver en casa La ley del silencio. Mañana haré la review con calma. Simplemente diré dos sensaciones renovadas que me provoca: impactante y brutal. Obra maestra absoluta. En mi top-10 de la historia del cine. Me ha llenado absolutamente.

Eso dije yo...Un top 10...Al menos para los cinéfilos.

Creo que ¨Al Este...¨ es mejor,...para mí personalmente... Ambas son top 20. O sea, estamos hablando de dos grandes obras maestras. Siendo como son muy distintas.

09. MAN ON A TIGHTROPE (1953, FUGITIVOS DEL TERROR ROJO)



Director: Elia Kazan.

Producción y distribución: Twentieth Century-Fox Film Corp.

Productor: Robert L. Jacks.

Guion: Robert E. Sherwood, basado en la historia homónima de Neil Paterson (Lilliput, enero/febrero de 1952).



Dirección artística: Hans H. Kuhnert y Theo Zwierski.

Fotografía: Georg Krause (en 1.37:1).

Dirección musical: Franz Waxman.

Montaje: Dorothy Spencer.

Reparto: Fredric March (Karel Cernik), Terry Moore (Tereza Cernik), Gloria Grahame (Zama Cernik), Cameron Mitchell (Joe Vosdek), Adolphe Menjou (Fesker), Robert Beatty (Barovik), Alexander D’Arcy (Rudolph), Richard Boone (Krofta), Pat Henning (Konradin), Paul Hartman (Jaremir), John Dehner (El jefe) y el Circo Brumbach.

Duración: 1 h 40 m 45 s.

Rodaje: del 2 de septiembre al 24 de octubre de 1952.

Estreno: 27 de marzo de 1953 (Variety, 1 de abril de 1953).



FUGITIVOS DEL TERROR ROJO, sin lugar a dudas un título mucho más contundente que HOMBRE EN LA CUERDA FLOJA aunque mucho menos preciso, es una de las películas de su director que o bien no había visto jamás o bien si la había visto la había borrado completamente de mi memoria.

Pero que nadie infiera de semejante aseveración que la valoración de la misma sea por ello peyorativa, más bien todo lo contrario, como intentaré explicar brevemente a continuación.

Paradójicamente y a pesar del claro contenido anticomunista de la propuesta – y que además es imposible obviar aunque sí minimizar – creo que FUGITIVOS es, hasta la fecha, la obra más personal de su director y desde luego la más libre y no sólo eso sino que nos muestra al Kazan de la madurez, aquella que empezó a cristalizar en su primera obra maestra, AL ESTE DEL EDÉN (1955) y que alcanzaría su apogeo en RÍO SALVAJE (1960) y ESPLENDOR EN LA HIERBA (1961), curiosamente todas ellas rodadas en color y las dos primeras, además, en CinemaScope.

- Claro que también habría que resaltar los excepcionales libretos que autores de la talla de Paul Osborn (AL ESTE DEL EDÉN y RÍO SALVAJE) y William Inge (ESPLENDOR EN LA HIERBA) le proporcionaron y que sin duda contribuyeron decisivamente en las que para mí son las tres mejores películas de su realizador. -

Imagino que ya os estaréis preguntando por qué me he saltado un título capital en la filmografía de su director y que todavía muchos (yo no, ya lo siento) consideran no sólo como una de sus mejores películas (y desde luego la más exitosa, no tanto en taquilla pero sí en cuestión de premios) sino como una de las cimas del Séptimo Arte como es LA LEY DEL SILENCIO (1954).

Lo siento, pero tendréis que esperar al siguiente comentario para que pueda aportar pruebas suficientes como para respaldar semejante aseveración y aunque me lleve los abucheos del respetable…

Basada en la historia real del Circo Brumbach pero transformando la Alemania (entonces dividida) de 1950 por la Checoslovaquia (ahora dividida) de 1952 y con la participación de muchos de los integrantes del mismo, con especial mención a la madre del protagonista, la auténtica Madame Brumbach y al enano Hansi, FUGITIVOS, como muy bien indicaba el compañero Alex Fletcher (¿ves, querido amigo, que a veces – sólo a veces – coincidimos en nuestras apreciaciones?), es una película que bien podría formar parte de lo más granado del cine de evasiones y yo diría que con mayor carga emotiva (aunque quizás con menos emoción, que lo uno no implica lo otro) que la mítica LA GRAN EVASIÓN (1963) de John Sturges.

No entiendo por qué siempre se ha considerado esta película como un castigo hacia el director por parte de la Fox, personalizado en la figura del magnate Zanuck, por su (asumido y breve) pasado comunista dado que Kazan ya se había cubierto bien las espaldas al anunciar a bombo y platillo que la irregular pero fascinante ¡VIVA ZAPATA! (1952) era una película claramente anticomunista.

Además recordemos que Kazan se había convertido en uno de los directores de más prestigio de la industria e igualmente sus montajes escénicos siempre habían supuesto un formidable éxito de público y de crítica, por lo que no tendría sentido castigarle dado que había cooperado de manera voluntaria con el HUAC (Comité sobre Actividades Antiamericanas del Congreso) proporcionando nombres de amigos y compañeros de profesión, algo que marcaría para siempre su trayectoria no sólo vital sino también artística.

De hecho, el poder rodar la película fuera de los EUA y, por tanto, lejos del alcance directo del productor, le permitiría hacer una obra con una puesta en escena mucho más suelta, relajada y naturista, no sujeta a los dictados de los grandes estudios y que la acerca más que ninguna otra vista hasta ahora, como antes decía, a sus obras más emblemáticas y que muy pronto tendremos oportunidad de conocer.

Y pesar de que Zanuck mandó montar la película a espaldas del director lo que llevó a la eliminación de una parte sustancial de su metraje quizás ese mismo carácter fragmentado le otorga una mayor autenticidad a la propuesta, acorde con la tensa situación en la que se mueve el pequeño circo ambulante Cernik, aunque ello conlleve igualmente que alguno de los protagonistas, como la siempre estupenda Gloria Grahame (recien divorciada del director Nicholas Ray pero pronto rehabilitada (artísticamente) por sus trabajos en dos espléndidas películas de Fritz Lang como son LOS SOBORNADOS (1953) y DESEOS HUMANOS (1954)), la joven Terry Moore y el siempre inquieto (y ubicuo) Cameron Mitchell, se vean notablemente desdibujados.

Una película que alterna escenas absolutamente bochornosas como son las del interrogatorio al que se ve sometido el dueño del circo, Karel Cernik (un espléndido Fredric March) que probablemente se encuentren entre lo peor que jamás llegara a rodar el director con otras tan geniales como el (falso) enfrentamiento a puñetazo limpio entre este y su rival, Barovik (un igualmente estupendo Robert Beatty), sin duda una de las escasas veces en la carrera del director en las que el humor hace acto de presencia.

Curiosamente y al igual que ocurría en ¡VIVA ZAPATA! con la inclusión de una nada velada referencia a la infausta Lista Negra (primero Porfirio Díaz, luego el propio Emiliano Zapata) aquí igualmente podríamos darle la vuelta a la tortilla y transformar ese interrogatorio que sufre Karel (y con la figura de Fesker - un, en su salsa, dado su exaltado anticomunismo, Adolphe Menjou - a sus espaldas, igual que esa siniestra figura que encarnara Joseph Wiseman en el biopic del héroe nacional mexicano) en una parodia de los propios interrogatorios del citado Comité.

Como vemos propuestas tan aparentemente diáfanas en sus contenidos políticos podían tener igualmente una doble lectura, soterrada ciertamente, pero que demostraría que tras esa patina de respetabilidad (leáse anticomunismo) podían esconderse apuntes del director acerca de lo absurdo (y arbitrario) que era perseguir a las personas por su ideología, obviando de esta forma las cualidades artísticas de las obras objeto de minucioso escrutinio.

Como bien indicaba el compañero mad dog earle, Karel acabará por convertirse en un auténtico Moisés, llevando a su pueblo (la gente del circo) a la Tierra Prometida (la República Federal de Alemania) y muriendo, como este, antes de poder ingresar en ella.

Un Karel que por un lado trata con el mayor de los respetos a su venerada progenitora, como decíamos, la auténtica madre del protagonista y por otra lado mantiene una extraña relación cuasi sado/masoquista con su joven (y casquivaba) mujer.

La extraordinaria fotografía en blanco y negro del gran Georg Krause, que también se encargaría de la iluminación en la primera obra maestra (ya estamos…) de Kirk Douglas y de Stanley Kubrick, SENDEROS DE GLORIA (1957), le sirve al director para acentuar todavía más esa Europa desgarrada en dos bloques antagónicos, uno de los peajes más dolorosos que nos dejó el final de la Segunda Guerra Mundial.

- Y no deja de ser curioso que el actor Adolphe Menjou tenga un importante protagonismo en esta magistral película, una las cimas del cine (anti)bélico. -

Dentro de la columna sonora destaca especialmente el uso de la pieza de Smetana “El Moldava” que acompaña a otra de las escenas más bellas de la película como es aquella en la que Tereza (Terry Moore) y Joe (Cameron Mitchell) se dejan llevar por las aguas del río y que no sólo simboliza el despertar sexual de la joven sino también subraya el hecho de que los ríos no conocen de fronteras y fluyen libremente cruzando distintos países indiferentes a las ideologías de los que los gobiernan.

Como decía, película imperfecta, a veces atropellada y con escenas que a veces bordan el mayor de los ridículos, pero también un canto a la libertad de los seres humanos, por encima de las ideologías y de las personas que las idearon y uno de los mejores papeles en la carrera del veterano Fredric March, un antifascista prematuro que ya en una fecha tan temprana como 1940 tuvo que rehabilitarse políticamente ante Martin Dies, congresista por Texas y primer presidente del HUAC.

FUGITIVOS DEL TERROR ROJO no es tanto una película anticomunista como una película antitotalitarista pues lo mismo podría aplicarse a una dictadura de izquierdas que a una de derechas.

Un ejemplo claro de ello será la absurda obsesión de los gobernantes por controlar los contenidos ideológicos de un pequeño circo de mala muerte que tiene como única misión traer un poco de alegría en unos tiempos tan convulsos como los que les tocó a vivir a nuestros ancestros no hace tantos años.

Sin duda, la sorpresa más agradable de lo que llevo de revisión, junto a PINKY.

…

10. ON THE WATERFRONT (1954, LA LEY DEL SILENCIO)



Director: Elia Kazan.

Producción: Horizon-American Pictures, Inc.

Distribución: Columbia Pictures Corp.

Productor: Sam Spiegel.

Guion: Budd Schulberg, basado en una historia original de Budd Schulberg a partir de una serie de 24 artículos titulada “Crime on the Water Front” de Malcolm Johnson y publicados en The New York Sun del 8 de noviembre al 10 de diciembre de 1948.



Dirección artística: Richard Day.

Fotografía: Boris Kaufman (en formato panorámico (1.85:1)).

Música: Leonard Bernstein.

Montaje: Gene Milford.

Reparto: Marlon Brando (Terry Malloy), Eva Marie Saint (Edie Doyle), Karl Malden (Padre Barry), Lee J. Cobb (Johnny Friendly), Rod Steiger (Charley Malloy), Pat Henning (Kayo Dugan), Leif Erickson (Glover), James Westerfield (Big Mac).

Duración: 1 h 47 m 54 s.

Rodaje: del 17 de noviembre de 1953 al 26 de enero de 1954.

Estreno: 6 de julio de 1954 (Variety, 14 de julio de 1954).

Recaudación: 4.200.000 dólares (Variety, 5 de enero de 1955).



Rhett Butler (Clark Gable) a Scarlett O’Hara (Vivien Leigh) en LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ (1939):

“Francamente, querida, eso no me importa”.

Si FUGITIVOS DEL TERROR ROJO (le empiezo a coger el gusto al genial – por contundente - título que el distribuidor nacional de turno le adjudicó cuando se estrenó en nuestro paupérrimo país) ha resultado toda una agradable (e inesperada) sorpresa, por el contrario el visionado de LA LEY DEL SILENCIO la pasada noche me ha supuesto una más que notable decepción y más teniendo en cuenta que hasta yo la consideraba una de sus obras mayores aunque un escalón (o dos) por debajo de las tres películas arriba (y reiteradamente) mencionadas.

De hecho, durante su visionado he pasado por momentos de auténtica vergüenza ajena, logrando que escenas como la que antes mencionaba del interrogatorio del protagonista por las autoridades locales me parecen canela en rama comparándolas con no una sino con varias de esta supuesta cima de su director y que me parecen indignas del talento que se le presuponía al mismo, servidas además por cortesía del paupérrimo guion pergeñado por Budd Schulberg (y que volverá a colaborar con el director en A FACE IN THE CROWD (1957) que bien podría considerarse el reverso oscuro de ¡VIVA ZAPATA!).

Antes de seguir quiero dejar claro desde un principio que me trae al pairo (y perdonad la expresión) si la película es una apología de la delación o la expiración final de los pecados del director en forma del éxito multitudinario y del reconocimiento de sus pares.

[Un aparte:

En cuanto a lo primero, me gustaría recordar que LA LEY DEL SILENCIO, a pesar de sus suculentas recaudaciones, no fue la más taquillera del director hasta esa fecha, título que le corresponde (y con todo merecimiento) a UN TRANVÍA LLAMADO DESEO, aunque fuese por poco (exactamente por 50 de los grandes).

De hecho, el título más taquillero de ese año de la Columbia, la compañía que se encargaba de cofinanciar y de distribuir la película de Sam Spiegel (el productor de la mítica – y en este caso con total justicia – EL PUENTE SOBRE EL RÍO KWAI (1957)), fue EL MOTÍN DEL CAINE de Stanley Kramer y dirigida por el también delator (pero arrepentido, no como Elia Kazan) Edward Dmytryk. Una película también muy ambigua desde el punto de vista político pero bastante más inteligente que la hoy comentada. Y un director, Dmytryk, al que me gustaría reivindicar aunque hoy pocos cinéfilos parecen recordar (o apreciar).

Y en cuanto a lo segundo, habría que hablar largo y tendido de cómo una película a todas luces tan insignificante (pero no por el contenido sino por la forma, como intentaré explicar a continuación) pudo competir con obras maestras como LA VENTANA INDISCRETA de Alfred Hitchcock (¡!), OBSESIÓN de Douglas Sirk (una de las cimas del melodrama de todos los tiempos), SIETE NOVIAS PARA SIETE HERMANOS de Stanley Donen y Gene Kelly (una de esas películas que nos hacen soñar con un mundo mejor y más hermoso) o SABRINA de Billy Wilder (una delicia de principio a fin) y no sólo eso sino llevarse 8 premios de 12 nominaciones (¡¡!!).

Fin del aparte]

Antes de entrar a comentar la película me gustaría decir que uno de los motivos por los que la misma no fue producida por la 20th Century-Fox se debió al hecho de que a raíz del extraordinario éxito de taquilla que supuso LA TÚNICA SAGRADA (1953) de Henry Koster (un director, por cierto, que el año anterior había dirigido la espléndida MI PRIMA RACHEL, basada en la novela homónima de la hitchcockiana Daphne du Maurier) la compañía obligó a que todos sus largometrajes se rodaran en CinemaScope y en color, algo que chocaba frontalmente con los planteamientos de Kazan y de Schulberg.

No obstante la Fox consiguió una victoria simbólica dado que la película se rodó y se exhibió en formato panorámico (1.85:1) debido a que incluso en ese primer año del CinemaScope, 1953, la mayor parte de los cines, al menos los de las ciudades más importantes del país, contaban ya con pantallas anchas para la exhibición de los nuevos formatos que había venido para quedarse.

El guion de Schulberg toma como base el trabajo periodístico de Malcolm Johnson sobre la infiltración del gansterismo en las agrupaciones sindicales de los obreros portuarios de los muelles de Nueva York y New Jersey, el cual vio la luz en el periódico The (New York) Sun en los meses postreros de 1948.

Me hubiera encantado haber podido acceder a los artículos originales de Johnson pero me ha resultado completamente imposible a pesar de haber indagado a conciencia en la red. Tan sólo esa pequeña foto que me sirve para embellecer la reseña.

Seré breve aunque contundente. Ya lo siento pero es no está el horno para bollos…

LO BUENO:

El extraordinario trabajo interpretativo de los dos protagonistas, Marlon Brando y Eva Marie Saint.

Para mí la relación de amor, delicada y profunda, que se establece entre ellos es la auténtica alma de la película.

Todo lo demás me parece superfluo e incluso, como comentaré a continuación, irrelevante.

Aquí me tengo que quitar el sombrero porque Kazan una vez más demuestra que es un consumado maestro en el trabajo con los actores, de los que siempre (bueno, no siempre, como veremos a continuación) extrae lo mejor.

La vulnerabilidad de Terry (Brando) se compenetra a la perfección con la delicadeza de Edie (Saint) y su relación es un anticipo de que la que se dará entre Cal (James Dean) y Abra (Julie Harris) en la magistral AL ESTE DEL EDÉN.

Dos personas solitarias que encuentran el uno en el otro su lugar en el sol.

Las escenas en las que primero se conocen y luego se cortejan me parecen de lo más bello del director hasta entonces y quizás por ello cuando ellos dejan de ser el centro de atención del director la película cae en picado hasta el bochornoso final.

LO MALO:

Como he dicho desde el principio el hecho de que la película sea una supuesta (o no tanto) apología de la delación no ha influido (como no lo había hecho antes) en la valoración final de la película.

Lo que me parece doloroso es que si buena parte del mérito de Marlon Brando y de Eva Marie Saint se debe por igual a su talento y a los hermosos diálogos que Schulberg (en este aspecto ninguna pega por mi parte sino todo lo contrario) puso en su boca, en cambio me resulta totalmente incomprensible que actores de la talla de Lee J. Cobb o Rod Steiger tengan que encarnar personajes de cartón piedra y que más parecen émulos de los gánsteres que poblaban las viñetas del más popular de los detectives, el Dick Tracy ideado por Chester Gould.

No deja de ser curioso como un personaje tan burdo como el encarnado por Cobb, el brutal (y de escasas luces, todo sea dicho) Johnny Friendly, sería pulido años después por el gran Nicholas Ray en la magistral CHICAGO, AÑO 30 (1958) hasta llevarlo hasta sus últimas consecuencias y convirtiéndolo en alguien en verdad tridimensional y mucho más amenazador que este matón de tres al cuarto que nos presentan Kazan y Schulberg.

Tampoco el personaje encarnado por Steiger sale mejor parado y ni siquiera la escena de la conversación en el taxi con su hermano es suficiente como para justificar su nominación a los Oscar.

Y es que si dicha escena ha trascendido es básicamente por el formidable trabajo interpretativo de Brando y no tanto por la réplica que le da Steiger, no por falta de talento del actor sino porque su personaje no es más que un cliché o un simple esbozo que ni guionista ni director se molestaron en enriquecer.

Y en cuanto al personaje que encarna Karl Malden (un actor al que jamás he tenido en gran aprecio, aunque esto es cuestión meramente personal) me parece una exacerbación de algo que ya habíamos visto en ¡VIVA ZAPATA! pero que aquí acaba por convertirse en algo ciertamente molesto aunque seguro que sirvió para aplacar las (posibles) objeciones de los que regían el Código de Producción.

Escenas como las del juicio o la final con el (ansiado) enfrentamiento final entre Terry y Johnny me parecen no sólo mal filmadas sino lo que es peor bochornosas.

No entiendo cómo el público, la crítica y hasta el director evitaba hablar de una película tan bella como FUGITIVOS DEL TERROR ROJO por sus supuestas servidumbres a la ideología imperante del momento mientras que una obra como LA LEY DEL SILENCIO, artística y moralmente inferior, sea considerada (todavía) como uno de los mejores largometrajes de su director.

Por no gustarme no me gusta ni la música de Bernstein, inadecuada salvo (¿curiosamente?) las escenas iniciales cuando se conocen los protagonistas.

Eso sí, destacar la portentosa labor tras las cámaras de Boris Kaufman, sin lugar a dudas otro de los grandes (aunque escasos) aciertos de la película y al que volveremos a encontrar en dos películas tan disímiles como BABY DOLL (1956) y ESPLENDOR EN LA HIERBA (1961).

Y eso es todo, al menos por ahora porque se me ha hecho tarde y tengo que acabar la crónica en este punto.

Y como nota final recuperar el hit parade que se me olvidó incluir en la anterior reseña y que queda a fecha de hoy de la siguiente manera:

UN TRANVÍA LLAMADO DESEO > ¡VIVA ZAPATA! > PÁNICO EN LAS CALLES > LAZOS HUMANOS > FUGITIVOS DEL TERROR ROJO > PINKY > LA LEY DEL SILENCIO > LA BARRERA INVISIBLE > EL JUSTICIERO > MAR DE HIERBA

Amén.



P.D. Cartas y/o paquetes bomba a la dirección habitual.

En realidad, tu crítica de On the Waterfront tampoco difiere tanto de la mía, con la diferencia que tú pones el énfasis en lo negativo y yo lo puse en lo positivo.

En mi caso, critiqué la banda sonora de Bernstein, que tiene momentos brillantes, aunque algunos un tanto inadecuados; consideré la interpretación de Cobb "un tanto excesiva", una forma amable de ponerla en cuestión; destaqué toda la secuencia final como uno de los peros de la película, apuntando a lo excesivo del calvario de Terry; cuestioné el personaje del padre Barry: "probablemente el personaje de Barry sea uno de los más discutibles del film, tanto por su demasiado rápida transformación como por el mensaje cristiano que introduce de forma un tanto forzada en la trama"; y mostré mis dudas sobre la verosimilitud de que Terry pudiera llegar a formular su delación.

En lo que no estoy de acuerdo es en la minusvaloración que haces de Steiger en la famosa conversación del taxi, y eso que no es un actor que me haya entusiasmado nunca. A mí me parece que está a la altura de Brando.

Pero, a pesar de todo, yo sí considero que la película se puede considerar una "obra maestra" dentro de la filmografía de Kazan (algo que no diría jamás de Man on the Tightrope, a pesar de que me gustó), e incluso la pondría ligeramente por encima de East of Eden, aunque sobre esto último tengo mis dudas, más que nada porque a la hora de escribir el comentario, que publicaré mañana, me di cuenta de que hay mucho bueno en el film, más incluso de lo que me parecía mientras lo estaba visionando. Quizá con On the Waterfront pasa lo contrario: uno tiene la sensación de que es mucho mejor mientras la ve que, luego, cuando intenta comentarla.

Aún habiéndome gustado mucho, para mi "La ley del silencio" no es una obra maestra, no la siento así, aunque si la considero una muy buena película, pero no para llevármela a una isla desierta...

Yo a una isla desierta no me llevaría una película...

No deja de ser curioso cómo con el discurrir del tiempo mutan nuestras opiniones y así películas que considerabamos excelentes ahora nos parecen mediocres y viceversa.

Como ya dije las dos películas que más (agradablemente) me han sorprendido han sido PINKY y FUGITIVOS DEL TERROR ROJO quizás porque apenas las recordaba.

Por ahora y antes de revisar AL ESTE DEL EDÉN que afortunadamente vi hace no tanto, la mejor película de Kazan y en esto creo que estamos casi todos de acuerdo es UN TRANVÍA LLAMADO DESEO aunque todavía no pudo denominar como obra maestra a ninguna de ellas.

Iniciado por Alcaudón

Yo a una isla desierta no me llevaría una película...

¡Era una forma de hablar... no algo literal!.

Yo siempre digo que los gustos son muy subjetivos, lo que a mi me parece sublime, te puede parecer a ti, mediocre y viceversa. A ver que ocurre con la siguiente, que me la he comprado en bluray solo para comentarla en este "Kazaevento"...

Yo la tengo tanto en DVD como en BD y ambas son magníficas ediciones.

De hecho, no deja de ser paradójico que, en general, las ediciones en DVD eran mejores que las actuales en BD, no en cuanto a calidad de imagen y de sonido pero sí en cuanto a los contenidos adicionales que acompañan a la película.

Yo todavía no sé qué película (o serie) me veré esta noche, aunque tengo un par de (pequeñas) reseñas pendientes pero sí espero ver mañana la última película de David Fincher, MANK (2020) que estrenan a través de Netflix.

¿No estaba también Lee J. Cobb un tanto desmelenado en "El justiciero"? (O tal vez se sugiriese que su papel era muy unidimensional en su día por vuestra parte, ya no lo recuerdo bien) Cuando está bien, está muy bien, y Alcaudón ya ha mencionado su rol en "Chicago, años 30"; incluso caracterizado de viejo en "El hombre del Oeste" de Anthony Mann su composición del personaje es inquietante. O en "El exorcista". Y en "12 hombres sin piedad" necesita esa contundencia.
¿Mal dirigido o personaje plano?

Lee J. Cobb es como Jack Nicholson. Un gran actor pero que muchas veces está pasado de rosca.

Para mí, ciertamente, su mejor papel es de la película de Nicholas Ray.

Yo es que a una isla desierta, suponiendo que sirviera de algo llevarse una película, creo que no me llevaría ninguna de Kazan. Ya he expresado repetidas veces mi difícil relación con este director. Pero no le resto méritos, es indiscutible que tiene magníficos films.

Sobre lo que entendemos por obra maestra aplicado a una película, me temo que difícilmente llegaremos a acuerdos duraderos, porque más tarde o más temprano llegaremos a un caso concreto que tirará por tierra el concepto que creíamos haber consensuado.

Quedándome dentro de la filmografía de Kazan, y sin entrar en comparaciones con otros directores, creo que hasta ahora hemos visto dos films que destacan por encima de las demás, nos gusten más o menos, y son A Streetcar Named Desire y On the Waterfront, aunque eso no quiere decir que sean las que más gusten y mucho menos aún que sean perfectas. Porque, ¿qué película sería perfecta para vosotros? Incluso en films como Vertigo, quizá mi preferida, hay algunas cosas que no me gustan.

Iniciado por Alcaudón

Yo a una isla desierta no me llevaría una película...

No deja de ser curioso cómo con el discurrir del tiempo mutan nuestras opiniones y así películas que considerabamos excelentes ahora nos parecen mediocres y viceversa.

Como ya dije las dos películas que más (agradablemente) me han sorprendido han sido PINKY y FUGITIVOS DEL TERROR ROJO quizás porque apenas las recordaba.

Por ahora y antes de revisar AL ESTE DEL EDÉN que afortunadamente vi hace no tanto, la mejor película de Kazan y en esto creo que estamos casi todos de acuerdo es UN TRANVÍA LLAMADO DESEO aunque todavía no pudo denominar como obra maestra a ninguna de ellas.

Cierto, hace unos días dijiste que la ley de silencio era la peor de Kazan, y hoy la has puesto a mitad tabla, mañana en primera posición

Iniciado por Otto+

¿No estaba también Lee J. Cobb un tanto desmelenado en "El justiciero"? (O tal vez se sugiriese que su papel era muy unidimensional en su día por vuestra parte, ya no lo recuerdo bien) Cuando está bien, está muy bien, y Alcaudón ya ha mencionado su rol en "Chicago, años 30"; incluso caracterizado de viejo en "El hombre del Oeste" de Anthony Mann su composición del personaje es inquietante. O en "El exorcista". Y en "12 hombres sin piedad" necesita esa contundencia.
¿Mal dirigido o personaje plano?

A mí me parece un actor que tiende a la sobreactuación, aunque eso a veces va a favor del personaje. Era un actor con el que Kazan ya había trabajado en Broadway.

La comparación con Nicholson, aunque este sea una "estrella" y Cobb no, me parece bastante oportuna.

Iniciado por Alex Fletcher

Cierto, hace unos días dijiste que la ley de silencio era la peor de Kazan, y hoy la has puesto a mitad tabla, mañana en primera posición

Y justo antes que Pinky , que ha sido una de sus mayores sorpresas, pero es que lo de calificar películas es un marroncete. Yo no puedo hacerlo tan fácilmente: ¿cuál es mejor entre las mejores: la mejor de Billy Wilder, la mejor de John Ford, la mejor de los hermanos Marx, la mejor de Fellini, la mejor de Kurosawa, la mejor de Rohmer...? Es una minitrampa subjetiva, aunque haya teoría y práctica de sobra a la que acogerse. Si es que no se pueden medir ni en calidad ni en favoritismo personal o emocional en gramos, centímetros o latidos del propio corazón... Una cosa orientativa un pelín difusa y vale.

Siempre nos podemos quedar en hablar de nuestra película preferida o de la que más nos gusta, calificativos que nadie nos puede discutir... Salvo quizá nosotros mismos al cabo de un tiempo.

Iniciado por cinefilototal

Aún habiéndome gustado mucho, para mi "La ley del silencio" no es una obra maestra, no la siento así, aunque si la considero una muy buena película, pero no para llevármela a una isla desierta...

A una isla desierta, seguramente no me llevaría (ni yo ni nadie) una película. A lo mejor un aparato para poner música y nuestra música favorita. Para mi sí resulta una obra maestra. Anoche sentí nuevamente el puñetazo en el estómago. Eso es bueno (claro, metafóricamente hablando )

Iniciado por mad dog earle

Quedándome dentro de la filmografía de Kazan, y sin entrar en comparaciones con otros directores, creo que hasta ahora hemos visto dos films que destacan por encima de las demás, nos gusten más o menos, y son A Streetcar Named Desire y On the Waterfront, aunque eso no quiere decir que sean las que más gusten y mucho menos aún que sean perfectas. Porque, ¿qué película sería perfecta para vosotros? Incluso en films como Vertigo, quizá mi preferida, hay algunas cosas que no me gustan.

En esto, nuevamente concuerdo contigo. Para mí, de lo que llevamos de revisión son las dos mejores, y con diferencia.
Eso que tienen ambas es lo que echo en falta en La barrera invisible. Me falta toda la emoción que tienen estas dos. Y eso que me gustan los premios más que a un tonto un lápiz, pero no es de las mejores películas ganadoras de los premios gordos de la Academia, ni mucho menos. Por el contrario, y pese a los grandes rivales, yo sí veo a La ley del silencio merecedora de los bastantes Oscar que consiguió.
Ya se que a ti esto de los premios no te va, pero es una reflexión mía

Iniciado por mad dog earle

A mí me parece un actor que tiende a la sobreactuación, aunque eso a veces va a favor del personaje. Era un actor con el que Kazan ya había trabajado en Broadway.

La comparación con Nicholson, aunque este sea una "estrella" y Cobb no, me parece bastante oportuna.

Es cierto que tiene una actuación apasionada, pero para mi gusto, en este contexto de La ley del silencio (o comes o te comen), donde cuenta todo lo que le ha costado el llegar desde la nada hasta ser el jefe de la mafia del puerto (señala un pedazo de corte en el cuello casi mortal), me parece muy acertada ese apasionamiento.