Igual que pasaba con
East of Eden, no me apunto a la lectura luminosa y positiva que defendéis la mayoría. Creo que hay muchas incertezas en su futuro, como las había para Cal y Abra (y ya no digo para Chuck y Carol en
Wild River, o para Stanley y Stella en
A Streetcar Named Desire). Si algo me gusta de Kazan es que sus finales no son nunca un
happy end (bueno, quizá en algún caso sí, como en el forzadísimo final de
Gentleman's Agreement, y en todo caso solo en el aspecto romántico, el menos interesante del film), el espectador queda en un cierto grado de suspensión respecto al futuro de los personajes, son historias que podrían continuar, porque todavía hay mucho que contar.