Hace unos años cayó en mis manos (que queda bien decirlo así.. Pero fue un préstamo de una biblioteca
) un libro que era una biografía no autorizada de Spielberg. Me gustó tanto que lo volví a leer años más tarde. Lo suelto porque el autor destila cierta mala leche que te asegura que todo lo bueno de Spielberg es, eso, lo bueno dicho por alguien que parece quererle pero, a la vez, no tanto (aquellos
markchapmanismos tan curiosos).
Dicho esto, creo que Spielberg fundamenta su genio en que es un
director. No tanto un creador, incluso un productor (se inició en ello para asegurarse de que se pudieran hacer películas que, por lo que sea, no iba a dirigir), y mucho menos un escritor. Es un director.
En su vida le ha caído un guión y lo ha dirigido. Ha tomado el guión, como toma todos los aspectos de la producción, y se los hace suyos. Por eso no hay ediciones extendidas, ni versiones de director (entre otras porque desde 1977 tiene derecho de edición final incluso por encima de Lucas en Indiana Jones aunque el jefe llegó a editar El arca perdida antes que Spielberg vetara) ni historias. Ni sobra apenas un solo minuto. Y la segunda unidad es eso, la segunda unidad (acción, aéreos etc).
Cameron es otro ejemplo de alguien que cuenta la historia mientras rueda. No en la sala de edición (aunque ahí ambos sean igual de buenos que dirigiendo, y mejor si están con sus editores habituales), sino filmando. Y parte de ello nació de la necesidad: el Spielberg pre-1980 rodó Jaws o CE3K siendo el genio que es ahora pero le faltaba algo:
Lucas le dijo en 1980 que no podía hacer con Indiana Jones lo mismo que con aquellas. Lo que viene siendo pasarse de presupuesto y tiempos. No sólo le hizo caso sino que forjó esa narrativa tan brutal: le entregó la película a Lucas en 73 días, sobrándole aún unos cuantos sobre el plan inicial.