Mo, cuando hablo de sentimentalismo barato me refiero al recurso fácil del pañuelo que Spielberg utiliza con tanta frecuencia. Tú que perteneces a este mundillo sabrás que ha existido y existirá siempre, porque hay mucha gente a la que le encanta llorar en el cine, pero no deja de ser triste que un buen director recurra a él con tanta asiduidad.
Spielberg, técnicamente, es muy bueno; conoce los trucos del oficio y, como dices, sabe narrar una historia. Pero: a) sus guiones, y hablo en general, son sencillos y lineales, tan simples que cualquier teenager los puede entender; en sí, esto no es malo, pero no tienen ninguna profundidad, y muchas veces producen en el espectador la sensación de que desconfía de su inteligencia. Yo no necesito que me lo den todo mascado; pienso por mí mismo, y hace muchos años que aprendí a atar cabos y sacar conclusiones. Y b) el hecho de que sus películas llenen los cines y las de otros directores como Fellini no, es normal. Las primeras se dirigen a un público mayoritario, al que sólo se le exige que responda a estímulos primarios y reaccione frente a personajes de cartón-piedra: los buenos y los malos, nosotros y ellos. Otros directores, en cambio, prefieren plantear un tema, dejar que el espectador reflexione y huir del maniqueísmo made in Hollywood. Le exigen su participación, y no le imponen ninguna visión. No a todo el mundo le gusta ese planteamiento.
Yo no sé si Fellini hubiera podido hacer una película como Saving Private Ryan; tampoco creo que tuviera el menor interés. De lo que estoy seguro es de que Spielberg, por mucho que lo intentara, nunca haría un film como La strada, La dolce vita o Otto e mezzo aunque estuviera un siglo dirigiendo. Está fuera de su alcance.
Así es como yo lo veo.