Iniciado por
Kaa
Yo no entiendo como mediando un esfuerzo de producción tan notable se puede descuidar tanto el guión. Lo más irritante de esta serie, discusiones canónicas al margen, es que alterna grandes logros con fallos incomprensibles que emborronan el conjunto, dejando una sensación de oportunidad perdida. Peor aún: tontamente perdida. Ejemplos:
- Una cosa es enaltecer el personaje de Bronwyn y otra dotarla de superpoderes. Puede que sus cada día más impresionantes aptitudes para todo (liderazgo de masas, dotes guerreras, milagrosa resistencia física) sirvan para construir escenas molonas, pero eso es a costa de banalizar la realidad y rebajar el listón de lo aceptable. Un guionista sutil sabe perfectamente como reforzar un personaje sin convertirlo en una caricatura. El pasaje de la flecha, que está muy bien en su planteamiento, no se corresponde con el desenlace que vemos al día siguiente. Lo siento: eso no hay quien se lo trague. Bronwyn puede tener un gran coraje, pero se nos ha presentado como una campesina bajita y frágil de un aldea pseudomedieval y, sentadas así las premisas del personaje, hay que desarrollarlo con coherencia sin que por ello pierda su potencial. Pero eso exige talento y esfuerzo, no brocha gorda. El wonderwomanismo de esta serie hace estragos. Los trolls están para matar y dar miedo, si son despachados como una lagartija desaparece toda noción de peligro. Las flechas orcas destrozan al más pintado, y aquí vemos lo que vemos.
- La llegada del séptimo, vistosa, sí, es un cúmulo de despropósitos. ¿Son mucho pedir dos minutos para resituar la acción y dar continuidad a la trama? Un desembarco chulo al amanecer, unos exploradores que regresan, cuatro planos... Pues no, pasamos de un contingente pequeño embarcado en tres barcos pequeños, que se supone albergan también marineros, auxiliares e infantes, a una colosal carga de caballería en los confines de las Southlands, que comienza con un inserto que será muy bonito pero parece montado por un niño de diez años. Con una descoordinación absoluta entre el día y la noche, con un hilarante sentido de la oportunidad propio de un western de serie C.
- Lo de la llave: el McGuffin más buscado de la Tierra Media, el que ha articulado gran parte de la trama, por el que la gente pelea y muere, aquél que concita el interés de todo el mundo, en el momento álgido es fruto de un cambiazo propio de Tony Leblanc en Los Tramposos. Y todo para ser insertado por un señor de nulo empaque, como si fuera el sereno, en una ranura que tiene toda la pinta de llevar ahí eones, dando lugar nada menos que a... La escena es memorable, de acuerdo, siempre que nos pongamos en modo Armageddon y mandemos la lógica a paseo. Visto lo visto, no queda otra.
Cosas como éstas hay a patadas en la serie. Los guardias se encierran solos en las celdas, la gente va y viene y aparece en sitios sin que nadie dedique media línea de guion a explicar por qué suceden las cosas... Insistiré a riesgo se ser pesado: serie disfrutable y suntuosa, pero incomprensiblemente chapucera en cuestiones básicas. Una pena.