La acabo de ver y vengo a comentar porque
no deja de sorprenderme cómo puede gustar tanto (a tanta gente y a cada uno tanto). No me gusta justificarme, pero para no dar lugar a malas interpretaciones de lo que diga, vaya por delante que hay mucho cine "raro" que me gusta, sea independiente, de autor, de "lejanas tierras", experimental y lo que haga falta. Sin embargo,
con el señor Lanthimos no puedo, y me fastidia mucho no poder ver en él lo que ven otros cinéfilos, por ejemplo muchos de este foro a los que tengo en gran consideración.
La verdad es que no he visto ni "Canino" (2009) ni "Alps" (2011), a las que ya ni ganas tengo, pero que no descarto por eso del "¿Cómo sabes que no te gusta si no lo has probado?". Sí vi "Langosta", y no me gustó nada, me interesó mucho la premisa pero prácticamente todo lo demás para mi fue un suplicio. Y en lo segundo veo que repite la que nos ocupa: El estilo desganado, frío e irreal de las interpretaciones, el surrealismo de las situaciones, el humor que casi no llega ni a soterrado,
la incomodidad insistente, lo turbio, lo feo, lo enfermizo, las metáforas intelectuales como justificación de todo... Suplicio total, no solo no conecto, es que no le hallo un interés que supere el disgusto que me produce verla. Veo
algunos planos geniales, composiciones de calidad incuestionable y muchas ideas llamativas, no puedo negarlo, y eso es lo bueno que yo puedo decir de este título, como del anterior del director. Pero unas cosas no quitan las otras.
No tenía intención de sacar tanto a colación "Langosta" (2015),
un film de los que "me cabrean", pero creo conveniente decir que repite el coguionista Efthymis Filippou, junto con el propio Yorgos Lanthimos. Que también lo hace
el director de fotografía Thimios Bakatatakis, posiblemente el mejor apartado de la producción según mi gusto, junto a la música. Y por supuesto, también de nuevo Colin Farrell, cuyo gusto por salir de la esfera comercial aprecio, aunque no comparto su entusiasmo por estos papeles en concreto. He de decir que me parece una muy buena actuación por su parte, así como la de Nicole Kidman y el chaval Barry Keoghan, muy destacables las tres, en serio. Aunque a veces parezcan de otro mundo que no es en el que vivimos los simples mortales, que no diría teatral pero sí irreal, intencionadamente frío, tosco, de un contenido que dan ganas de gritar.
Todos parecen medio anestesiados, reprimidísimos y en su mundo, intencionada y exageradamente. No me gusta encontrar ese tono en tantos personajes y prácticamente de principio a fin.
Tampoco es el tipo de película que puedo disfrutar por su cuidada estética, a pesar de tenerla, porque hay un transfondo sucio que todo lo envenena. El sexo siempre es turbio, desviado o simplemente mundano hasta el mal gusto, en contenido pero también en la forma de mostrarlo. La mezquindad lo impregna todo, no hay absolutamente ningún personaje que no muestre actitudes deplorables hasta la vergüenza. Las revelaciones que avivan la historia vienen dadas por giros de la trama inquietantes pero alucinatorios, o actitudes de los personajes sorprendentes e inexplicables. Da igual la soberbia planificación de los planos, la belleza de los encuadres o las técnicas de los movimientos de cámara que logran transmitir las sensaciones buscadas, cuando el contexto de todo ello es feo. En mi humilde opinión,
es fealdad lo que abunda en esta película, por todas partes, en cada rincón.
Y además, clarísimamente, esta es otra película de esas que, como "Madre!" (Darren Aronofsky, 2017), y salvando las distancias,
antepone el subtexto al texto mismo, quitandole importancia a la coherencia del relato principal. Esta menos que la de Aronofsky, pero siguiendo la línea del anterior trabajo del director, que también acusaba más este rasgo. Es decir, que para lo que es el director, puede haber una línea argumental más clara y sencilla, pero no llega a preocuparse de un guión de varias lecturas, sino que en la metafórica se excusan los detalles, extravagantes pero sin explicación, de la historia más literal que vemos en pantalla.
Supongo que es fácil tildar de pretenciosa a cualquier cosa que se salga de lo convencional, y sin ser obviamente mala, no nos guste. Por eso me incomoda el término, pero no tanto como Lanthimos, un director muy bien dotado técnicamente, pero que nunca escatima en tics, en obsesiones, en su estilo tan marcado, en lo turbio y deprimente... Posiblemente me excedo en dureza, pero ahora mismo creo que haría buenas migas con lo peor de Nicolas Winding Refn, al que tampoco le faltan fans. Creo que tienen muy bien pillado a su público, lo que se espera de ellos como autores,
la fórmula de sus obras de culto características, pero que a mi me resultan en cierta medida impostadas, mucho menos inteligentes de lo que pretenden, y bastante aburridas... con matices y excepciones.
En fin, que siento mucho no disfrutar de este cine como hacen muchos, pero así lo veo yo. Tal vez con el tiempo cambie de opinión, y casi lo deseo, pero lo veo complicado dadas las películas que he mencionado y no son de mi gusto,
pese a admitir algunas grandes virtudes. Por eso no me queda más remedio que desalentar a los incautos,
NO LA RECOMIENDO. Si te ha gustado algo anterior de este director, adelante, pero si no, o no lo conocías, es dificil congeniar con este tipo de cine, que para mí es desagradable e incómodo en un sentido tedioso.
Si eres un
espectador curioso y ávido de cosas diferentes, entonces sí que la recomiendo, eso es cierto, como me pasa a mí, y luego siempre hay tiempo para opinar y arrepentirse.
Un saludo, amantes de los intrigantes y largos títulos. Porque
"El sacrificio de un ciervo sagrado" suena muy bien, todo hay que decirlo.