La gloriosa criatura, diseñada por los eternos -gracias a su creación- Patrick, Kevan y Bud Westmore (quien también fue uno de los creadores de la muneca Barbie) resulta un tipo de monstruo de origen muy distinto de los del cine de terror clásico; mientras que los vampiros y hombres lobos provienen de oscuras leyendas medievales y el hombre invisible y Frankentein son productos de experimentos científicos, nuestro Gill Man -algo así como el hombre con branquias- se la pasó siglos en la jungla del amazonas sin molestar a nadie.
Pero claro, tenía que aparecer Julia Adams en traje de baño para romperle el corazón. Así no se puede.