La F-1 'barata' ya tiene una docena de pretendientes
La F-1 vive al borde del cisma entre la FIA y los grandes constructores y equipos que han escrito la historia de este deporte. Pero muchas estructuras se preparan para dar el salto a la categoría reina, atraídas por el límite de 45 millones de euros de presupuesto y las ventajas técnicas para aquellos que se atengan a la cantidad. Mosley quiere savia nueva en su F-1, y muchos aspirantes ven que ha llegado el momento del 'ahora o nunca'.
Son los equipos Lola, USF1, Wirth Research, RML, Formtech, iSport y los españoles Campos Racing y Epsilon Euskadi, como ya avanzó MD. Otros dos británicos, Litespeed y Prodrive, podrían añadirse al lote en breve, y en USA dicen que Andretti-Green y Roger Penske podrían subirse al carro.
De los ocho 'fijos', los hay con pasado en la F-1, como Lola, que compitió entre 1962 y 1993 con tres podios y la cuarta plaza del mítico John Surtees en el Mundial 1962. También construyeron chasis ganadores para Honda y llevan construidos 4.000 coches de competición en sus 25 años de historia.
También tiene pasado F-1 Nick Wirth, propietario de la empresa de ingeniería Simtek y del equipo del mismo nombre que compitió en 1994 y 1995 (se dijo que Mosley estaba asociado a la empresa), con el que Roland Ratzemberger se mató en Imola. Dos años antes estuvo detrás del proyecto fallido español Bravo. Trabajó para Bennetton y tiene el mejor simulador privado, utilizado por los equipos de F-1 que no tienen uno propio.
Otros impulsores han sido santo y seña en la F-1 como el del Epsilon Euskadi, el ingeniero catalán Joan Villadelprat, con trayectoria en McLaren, Ferrari, Benetton y Prost, y que en su día ya estuvo muy cerca de crear un equipo de F-1 con apoyo de Telefónica. "Es mucho más fácil encontrar 45 'kilos' para la F-1 que uno para la GP2. Nosotros ya tenemos hecha la inversión más importante: la fábrica", decía a este periódico hace unas semanas.
El USF1 es propiedad del periodista Peter Windsor, quien trabajó para Williams y Toyota, y de Ken Anderson, ex-director técnico de Ligier. El equipo sería 100% estadounidense y cuenta con los túneles de viento que Anderson gestiona en Carolina del Norte y ha reclutado algunos de los mejores ingenieros de la NASCA.
Agag, bien conectado
Formtech es una empresa alemana que compró los restos de SuperAguri y quiso entrar con ellos en la F-1 pero fue vetada. Tanto Campos Racing, del empresario español Alejandro Agag, como iSport son dos de los mejores equipos de GP2. Agag cuenta con un fuerte patrocinio -el fondo Barwa- y se dice que junto a Briatore podría quedarse con la estructura británica de Renault.
Litespeed es un equipo medio de la F-3 británica pero se asociaría con Mike Gascoyne, el que fuera ingeniero de Renault y Toyota. Y Prodrive es de David Richards, el hombre que llevó a BAR-Honda a conseguir sus mejores resultados y tiene una gran empresa de ingeniería detrás aparte de ser propietario de Aston Martin y haber hecho correr hasta ahora los Subaru oficiales. Por su parte, Ray Mallock (RML ) es un constructor de sport prototipos y está detrás del Chevrolet del Mundial de Turismos.
Leyendo estos nombres, en Maranello se lo toman a broma. Los trabajadores de Ferrari se preguntaban ayer en su web: "¿No sería más adecuado llamarla Formula GP3?. Cuesta encontrar un nombre digno de atención, uno por el que gastar 400 euros por una entrada en tribuna. ¿Pero un Mundial con estos equipos, con todo el respeto, puede tener el mismo nivel que la Fórmula 1 de hoy?"