Josep Sunyol (1935-1936)
Josep Sunyol ha pasado a la historia del FC Barcelona como el 'presidente mártir' debido a su trágica muerte, cuando ejercía el cargo, en los primeros días de la Guerra Civil, fusilado por el ejército franquista en verano de 1936.
Sunyol (Barcelona 1898- Sierra del Guadarrama 1936), hombre de gran personalidad muy respetado por todo el barcelonismo, inició su trayectoria como directivo azulgrana en 1928, curiosamente en la junta presidida por Arcadi Balaguer, un monárquico convencido y por lo tanto un hombre de convicciones políticas muy distintas a las suyas. Fue presidente de la Federación Catalana de Fútbol en la temporada 1929-30. En los años de la República, Sunyol alcanzó bastante notoriedad tanto por su actividad política, como dirigente de Izquierda Republicana, como por su implicación en el mundo del deporte. En este ámbito cabe destacar que fue el impulsor y propietario del semanario 'La Rambla', que difundió el lema “deporte y ciudadanía”.
El 27 de julio de 1935 fue elegido presidente del FC Barcelona. Los socios confiaron en él porque consiguió enmendar la situación financiera del club, tarea que había iniciado su predecesor, Esteve Sala, que ahora como tesorero y junto con el contable Francesc Xavier Casals, ayudó a Sunyol a cerrar la temporada con un superávit considerable. Además, en el plano deportivo, el equipo se proclamó campeón de Catalunya y llegó a la famosa final de Copa de 1936, en la que el entonces portero del Real Madrid, Zamora, dio el título a su equipo con una actuación memorable.
La brillante trayectoria de Josep Sunyol, sin embargo, se vio fatalmente truncada el 6 de agosto de 1936. Debido a sus actividades políticas, el presidente azulgrana estaba visitando las tropas republicanas cerca de Madrid. Sin darse cuenta, su coche entró en una zona controlada por el ejército franquista en la Sierra de Guadarrama. Sunyol fue identificado y detenido, y sin juicio previo, él y sus acompañantes fueron fusilados allí mismo. Su muerte, de la que no se supo en Barcelona hasta una semana después, causó una gran conmoción en todos los ámbitos de la sociedad. Como homenaje póstumo, entre el 16 de noviembre de 1937 y el 17 de enero de 1939 la junta directiva barcelonista decidió considerar Josep Sunyol como presidente 'ausente' del FC Barcelona.
El fusilamiento de Josep Sunyol fue el preludio de una de las épocas más difíciles para el club.