Yo creo, amigo fransito, que este año (al igual que los anteriores) sí se han dado de la mano mano buenas películas (o, al menos, entretenidas) y un buen uso del formato tridimensional.
Yo, desgraciadamente, hace años (creo que desde 2013 (GRAVITY)) que no veo películas en 3-D porque en mis cines habituales (y me he vuelto demasiado cómodo con los años para cambiar mis hábitos (ah y detesto los centros comerciales)) ya no las exhiben, por lo que tengo que esperar a su salida en
BD 3D para poder disfrutarlas en casa.
Títulos como COCO (seguramente, la mejor película del año) o la última entrega de STAR WARS (que todavía no he tenido oportunidad de ver) estoy convencido de que serán experiencias únicas cuando sean editadas en formato doméstico.
Y lo importante es que títulos punteros (o taquilleros, da lo mismo) como LA BELLA Y LA BESTIA, GUARDIANES DE LA GALAXIA VOL. 2, WONDER WOMAN, KONG: LA ISLA CALAVERA o SPIDERMAN: HOMECOMING siguen apostando firmemente por el 3-D, lo cual es para estar francamente contentos y con las esperanzas altas.
Y todavía está por llegar Don James Cameron y sus múltiples secuelas de AVATAR que seguró que pondrán patas arriba el mercado del 3-D.