Admitamoslo. De Twin Peaks solo tiene la música y rostros conocidos que están muy desdibujados. No hay por donde coger la serie. Los pequeños destellos que nos da de lo antiguo parece que son cortinillas entre actos para decirnos: Ey, esto solo sirve para introducir a nuevos y patéticos personajes.
Yo no voy a ponerme cinéfilo con esta serie. Que el señor David Lynch va a su bola es de sobra conocido. Que lo echaron del cine en 2006 cuando planteaba cosas que solo él comprendía en su mundo es un hecho. Vive de las rentas, y de buenas películas que cansan. Y lo hacen porque el truco lo tenemos todos pillado.
La serie para él sobre todo es un desquite de lo que no pudo hacer en su momento y bajo el pretexto de que es Twin Peaks, cuya conexión es solo testimonial y casi fan made, hace ahora un nuevo estilo con la serie.
Pues no. Esto no hay Dios que lo tolere más que nada porque el nombre de Twin Peaks, al menos para mí, y en España, es más grande que el nombre y apellidos de un director dadaísta y muy repetitivo.
El capítulo es una chorrada de principio a fin. Luego saldrán con conexiones y nos daremos cuenta de quien es Dogie, claro que sí, si cuento con ello. Pero la ejecución es pobre y ruin.
Pensad en un producto de Lynch al que le ponéis cualquier otro nombre y por cojones tiene más sentido que con Twin Peaks. Luego saldrán episodios memorables pero toda esta parafernalia me sobra. Y el señor Frost también, ojo. Que esta parida decepciona.
Eso sí, si eres fan de Lynch como es su regreso....a frotarse el miembro.
Más Twin Peaks, menos ego Sr. Lynch.
Como siempre digo: De momento esto es lo que opino, no lo que más adelante opinaré.