EL GRAN BUSTER
THE GREAT BUSTER: A CELEBRATION
SINOPSIS
EL GRAN BUSTER celebra la vida y la carrera de uno de los cineastas y cómicos
más influyentes y aplaudidos de América, Buster Keaton, cuyo estilo sin par y
fecunda producción a lo largo de la era silente creó un legado como auténtico
visionario cinematográfico. Abastecida con películas restauradas de Keaton
procedentes de la biblioteca Cohen Film Classics, EL GRAN BUSTER cuenta con
la dirección de Peter Bogdanovich, un cineasta e historiador del cine cuyos escritos
y films trascendentales sobre directores de cine tan renombrados como John Ford
y Orson Welles se han convertido en el patrón con que otros estudios se comparan.
En EL GRAN BUSTER se muestra los comienzos de Keaton en el circuito del
vodevil así como el desarrollo de su característica comedia física y expresión
impávida que le granjeó para siempre el apodo de “Cara de Palo”, todo lo cual le
llevó a sus más importantes años como director, guionista, productor y protagonista
de sus propios cortos y largos. Intercalado a lo largo del metraje, aparecen
entrevistas a casi dos docenas de colaboradores, realizadores, actores y amigos,
entre ellos Mel Brooks, Quentin Tarantino, Werner Herzog, Dick van Dyke y Johnny
Knoxville, quienes argumentan la influencia de Keaton en la comedia moderna y,
efectivamente, en el mismísimo cine. Bogdanovich también atiende su pérdida de
independencia artística y el declive de su carrera que marcaron sus últimos años;
antes, el realizador echa un pormenorizado repaso a la extraordinaria producción
de Keaton desde 1923 a 1929, en la que surgieron diez largos memorables (entre
ellos El maquinista de La General, de 1926, y El héroe del río, de 1928) que lo
inmortalizaron como uno de los más grandes actores y cineastas de la historia del
cine.
THE GREAT BUSTER: A CELEBRATION
BUSTER KEATON: SIN NECESIDAD DE SUBTÍTULOS
La comedia silente de dos rollos de Buster Keaton, Una semana, de 1920 pronto
será centenaria, una producción que marca el inicio de un periodo extraordinario,
una racha, por así decirlo, en la carrera de Keaton.
Una semana marca el debut de Keaton como guionista, director y protagonista de
diecinueve cortos y diez largos que creó sin interrupción entre los años 1920 y 1929.
Por descontado, muchos de esos títulos se consideran clásicos, y otro puñado se
entiende sencillamente excepcional, en tanto otros aún se ven como obras menores
o curiosidades del canon de Keaton (El gran espectáculo o El rey de los
cowboys). Pero una cosa en que todos coinciden es que su filmografía sigue siendo
muy digna en su conjunto, unas películas cuyos repetidas consultas revelan lo bien
construidas que están y cuan visionario se evidencia su creador.
Si los cineastas fueran jugadores de béisbol, la racha de Buster Keaton de 1920 a
1929 lo habría convertido en el Joe DiMaggio del cine.
Junto a su colega en la era del cine mudo, el gran Charlie Chaplin, Buster Keaton
fue un pionero en el arte de hacer reír al público con imágenes en movimiento
cuando el medio se hallaba todavía en su infancia. Las capacidades aparentemente
naturales e intuitivas que Keaton aportó a su producción de los años veinte
inmortalizaron su legado como uno de los más grandes actores y realizadores de la
historia del cine: su desafiante personalidad en pantalla revestida de una singular
dignidad de rostro pétreo; su sentido fluido de la narrativa y la estructura dramáticas
y cómicas; su dominio técnico; un sentido magistral del movimiento de la cámara;
sus extravagantes fisicidad, proezas y escenas de riesgo; y su inventivo humor
visual.
Es la capacidad de Keaton en todos los aspectos del arte cinematográfico, unido a
su aceptación de dicho arte, proclive a romper la cuarta pared —los media
populares— lo que proyecta su influencia actual mucho más allá de la de las
actuaciones únicamente físicas de discípulos como Jackie Chan y Dick Van Dyke,
o Johnny Knoxville y su equipo de Jackass. Presenciamos la mano de un operador
de cámara que cubre el objetivo durante la potencial secuencia de desnudo de Una
semana, o al proyeccionista de El moderno Sherlock Holmes imaginándose a sí
mismo en la película que proyecta, ambas cintas anticipándose a grandes películas
modernas de “cine dentro del cine” como Sillas de montar calientes (1974), de Mel
Brooks, y Zelig (1983), de Woody Allen. También están los cinco primeros minutos
de la tecnológicamente inventiva El gran espectáculo, donde múltiples Keatons —
todos personajes diferentes— aparecen juntos en pantalla sin notarse el truco, un
gag prolongado que Eddie Murphy ejecutó setenta y cinco años después en sus
películas de El profesor chiflado. Como dice Quentin Tarantino en cierto momento
de The Great Buster, “para Keaton, eran los chistes los que funcionaban debido a
la cámara, era cine en sí que se convertía en un chiste”.
A diferencia de Chaplin, cuyas películas se construían de modo más informal y en
donde la fuerza se derivaba principalmente de su propia interpretación, el
cinematográficamente dotado Keaton servía el paquete entero en su cine.
Antes de que el sistema de estudio acabara de facto con su autonomía, y que el fin
de la era silente hiciera lo mismo con su marca sin adulterar de cine puro, Buster
Keaton nunca había trabajado con un guión completo en todos los cortos y largos
que hizo en sus años independientes. Él y su equipo aparecían con un buen
principio y un satisfactorio desenlace mientras que, como decía Keaton, “lo que
ocurría en medio ya se desarrollaría por su cuenta”. Demasiada planificación y un
exceso de palabras, parecía advertir Keaton, no hubiera permitido el tipo de ideas
improvisadas y la espontaneidad que en definitiva colmaron sus más logrados
trabajos. Si cualquiera de los “métodos” innovadores de Keaton puede haberse
convertido inopinadamente en los primeros ejemplos del tipo de películas
relámpago que los jóvenes realizadores producen sin parar para You Tube
actualmente –obras visuales producidas con suma rapidez y de ritmo vertiginoso
que parecen eludir lo de en medio completamente–, entonces sería éste.
En cuanto a palabras –o ausencia de las mismas–, en una entrevista de 1960 de
Studs Terkel, Keaton recordaba cómo en cierta ocasión se enfrascó en una
competición amistosa con Chaplin para ver cuál de ellos podía realizar un largo
mudo de siete rollos (unos 80 minutos) con menos intertítulos o subtítulos. Chaplin
ganó la apuesta con veintiún intertítulos por contraposición a los veintitrés de
Keaton, aunque Keaton se apresuró a recordarle a Terkel que la media en un film
de siete rollos estaba en doscientos cuarenta intertítulos, y lo máximo que él empleó
en un film fueron cincuenta y seis.
"Eliminábamos subtítulos tan rápidamente como podíamos”, decía Keaton acerca
de su trabajo en los años veinte, abundando en que el público no necesitaba los
intertítulos para seguir las imágenes en movimiento, reaccionar a una historia, y
disfrutar de una sensación intensa. En el siglo XXI, nosotros tampoco deberíamos.
THE GREAT BUSTER: A CELEBRATION
ENTREVISTADOS

Dick Van Dyke – Actor; ganador del Emmy por El show de Dick Van Dyke.
“Le he robado tantos movimientos como he podido. Buster dijo: ‘impactas contra el
suelo con las manos cuando aún estás cayendo, y ello absorbe el golpe en alguna
medida’ ¡Y funciona! Igual que una bailarina, tenía un control del cuerpo increíble”.
Johnny Knoxville – Actor/cómico/especialista de cine; creador y protagonista de la
serie y películas Jackass.
“Es sorprendente lo intemporal que resulta y cómo su tipo de comedia física jamás
dejará de ser hilarante. Era divertida entonces, lo es ahora, y lo seguirá siendo
dentro de cien años. ¿De cuántos realizadores se puede decir lo mismo?”
Werner Herzog – Director/guionista/productor; director de Fitzcarraldo, Grizzly
Man, y Aguirre, la cólera de Dios.
“En cierto sentido, Buster Keaton es la esencia del cine. Es uno de los forjadores
del cine”.
Quentin Tarantino – Director/guionista/productor; ganador en dos ocasiones del
Oscar por Pulp Fiction y Django desencadenado.
“Una de las cosas que siempre me ha fastidiado acerca de los cómicos cuando era
niño es el hecho de que siempre habían de ser más débiles que los otros hombres.
Tenían que ser infantiles, o cobardes, o idiotas. ¿Por qué no pueden ser hombres
viriles? Buster Keaton lo era. ¡Se hubiera plantado siempre ante tipos más altos que
él! Era un héroe auténtico, emocionante”.
Carl Reiner – Actor/guionista/director; ganador en nueve ocasiones del Emmy,
cinco por El show de Dick Van Dyke.
“Nació para ser un cómico del cine mudo porque su rostro inexpresivo expresaba
muchísimo.”
Mel Brooks – Director/guionista/actor; galardonado con el Oscar por Los
productores, ganador del Emmy en cuatro ocasiones.
“Pienso que mucho de mi osadía por lo que atañe a romper la cuarta pared proviene
de Keaton. Igual que en El moderno Sherlock Holmes, cuando señala ‘Estamos
haciendo una película’. En mis películas, siempre señalo en algún momento que
estamos haciendo una película. Y sorprendentes escenas arriesgadas que nadie
más se atrevería a afrontar. O no tenía miedo o estaba loco”.
Bill Hader – Cómico/actor/guionista; nominado al Emmy por Saturday Night Live,
Documentary Now!, South Park y Barry.
“Su influencia sobre mí provenía de su capacidad para hacer todas esas escenas
insensatas y cosas demenciales con su cuerpo, pero a la vez nunca lo forzaba
realmente”.
Richard Lewis – Cómico/actor; amigo de Eleanor Keaton.
“Me cautivaba su destreza cinematográfica. Yo decía: ‘Ésta ha sido la primera vez
que alguien ha intentado esto”’.

Jon Watts – Director/guionista/productor; director de Spider-Man: Homecoming.
“[Para Spider-Man], Keaton fue una influencia muy clara. Tenía entre manos a este
personaje sin apenas expresión en el rostro, pero donde hay tanta personalidad que
crear, humor y fisicidad. Así que miré un puñado de films de Buster Keaton. Usé
eso como referencia para muchos momentos de Spider-Man”.
Nick Kroll – Actor/cómico/productor
“Hay muchas cosas sorprendentes en su cine, pero por encima de todo para mí
estaba la idea de que era determinante el hecho de que él estaría en esos
escenarios cómicos realmente intensos. Ello eleva no sólo el humor sino también el
riesgo en cada escena en que intervenía”.
French Stewart – Actor; coprotagonista de la serie Cosas de marcianos.
“Sencillamente, me sorprendió que este hombre pudiera hacer todas aquellas cosas
sin mediar palabra ni hacer mueca, y uno sabía exactamente cuál era la historia”.
Cybill Shepherd – Actriz/productora; ganadora en dos ocasiones del Globo de Oro
por la serie Luz de luna.
Paul Dooley – Actor/guionista
Patty Tobias – Fundadora de The International Buster Keaton Society
Bob Borgen – Amigo de Eleanor Keaton, tercera esposa de Buster
James Curtis – Guionista; autor de una venidera biografía de Buster Keaton
James Karen – Actor; amigo de Buster Keaton
Leonard Maltin – Crítico cinematográfico/historiador
Norman Lloyd – Actor; intervino junto a Buster Keaton y Charlie Chaplin en
Candilejas.
Bill Irwin – Actor/cómico/guionista; ganador en tres ocasiones del Tony por Fool
Moon y Who’s Afraid of Virginia Woolf?
Ben Mankiewicz – Personalidad televisiva/productor; presentador de Turner
Classic Movies