Las vidas de algunos personajes del mundo de la política, el espectáculo o la literatura esconden tantos misterios y leyendas que a veces sucede que, después de muertos, el gran público ansía resolver todas aquellas historias que, al menos públicamente, quedaron sin terminar acerca de esas grandes figuras ensalzadas de un modo u otro por la sociedad.
Esta sensación, mezcla de morbo y admiración, ha hecho florecer en los últimos años una gran cantidad de películas biográficas, muchas de ellas no autorizadas, que relatan con desigual fiabilidad las vidas de sus protagonistas.
La película Diana: su último amor, en la que Naomi Watts interpreta a la Princesa Diana de Gales durante sus últimos años de vida, es uno de los casos en los que el largometraje no cuenta con el respaldo de la familia. La película, que está inspirada en una novela homónima de Kate Snell que relata la relación de Lady Di con un cirujano londinense, fue rechazada por la Familia Real británica, que no obstante, sí permitió al equipo rodar en los jardines de Kensington algunas escenas.
La trágica historia de otra princesa, Gracia de Mónaco, también se estrenará próximamente en las salas de cine, y también lo hará tras una gran polémica. Al parecer, la cinta que dirige Olivier Dahan y protagoniza Nicole Kidman frivoliza demasiado acerca de la actriz que se convirtió en princesa, por lo que más que una película biográfica algunos la califican como pura ciencia ficción.
Aunque sí han dado su aprobación y de hecho figuran entre los productores de la película, el exceso de celo impuesto por los miembros de la banda Queen está causando más de un problema al equipo de la biografía de Freddy Mercury, que ya se han visto obligados a cambiar de actor con el proyecto muy avanzado después de que Brian May y sus chicos no consideraran adecuado a Sacha Baron Cohen.
Si es difícil mantener bajo control a los productores ávidos de morbo tras la muerte de un personaje célebre, no es más sencillo hacerlo mientras está en vida. Tampoco la cantante Gloria Trevi está de acuerdo con que se lleve a cabo una película inspirada en su vida, algo que no parece desanimar a los productores que llevan más de siete años trabajando en el proyecto.
También el Papa Francisco, pese a llevar poco más de un año como cabeza de la Iglesia Católica, verá su biografía en las salas de cine a cargo de su compatriota Alejandro Agresti. Historia de un cura, que se centrará en la lado más personal de Bergoglio, estará protagonizada por Rodrigo de la Serna.