Bueno, retomo el hilo porque por fin he podido ver una película de la que ya hemos hablado por aquí: Un monstruo en París.
Hará como cosa de un año la anunciaron, pero no se volvió a saber de ella. Y este finde por fin la he podido ver…¡en el Disney Channel! Para mí, que aquí sólo se ha estrenado por la tele o en alguna plataforma digital… Aquí la han pasado como parte de “Los trece días de Halloween”, o alguna movida semejante…
Bueno, dicho esto, decir que la relación de esta película con el Fantasma es bastante tangencial y se limita a un par de temas y de “guiños” diseminados aquí y allá. Principalmente a la idea (que también estaba ya presente en la novela de Leroux) de que los “malos”, los verdaderos monstruos, son la gente guapa y rica, personas con una posición destacada en la sociedad, y no ocupan tenebrosas alcantarillas ni áticos desvencijados, sino los elegantes despachos administrativos y los palcos de los teatros más exclusivos. Políticos incompetentes, que gastan en tonterías el dinero de los ciudadanos y pretenden desviar la atención pública de los problemas realmente acuciantes, funcionarios corruptos, fuerzas y cuerpos de seguridad complacientes con el poder, aristócratas libertinos (no sé por qué todo esto me suena dolorosamente familiar)… Esta idea era también especialmente patente en la versión de 1990 (en la que se intuye claramente -en un dialogo cortado de la versión definitiva se establecía sin ningún tipo de dudas- que Choletti se había hecho con la dirección de la Ópera mediante sobornos, y en la que, en una escena muy significativa, Carrière le dice a Phillippe que si realmente ama a Christine, no sólo tendrá que arriesgar su vida, sino cambiarla).
La Christine de esta versión se llama Lucille (o algo así, en la versión original la voz la pone Vanessa Paradis), y actúa en una especie de café-cantante, propiedad de su tía, que se llama…Carlotta. Raoul (además se llama así) es aquí una especie de inventor, y realmente, aunque quiere a la chica, no se lleva muy bien con ella. Le acompaña Émile, una especie de pionero del cine (ahora parece que está muy de moda llenar las películas con referencias a los orígenes del cine, pensemos en The Artist y La invención de Hugo), quien está enamorado de Maude, la taquillera del cine donde trabaja. Erik en esta versión se llama Francoeur, y, sinceramente, me recuerda más a ET que al Fantasma tal cual. Dado que Christine ya tiene novio, y sus orígenes no humanos, no tiene gran cosa que hacer con la chica, y en ningún momento hay química o romanticismo entre los dos, ni supone una amenaza para Raoul, que, de hecho, está detrás de sus orígenes y acaba por ayudarle cuando las cosas se ponen feas para él. De hecho, la relación entre él y Lucille se limita a la música y poco más. El verdadero villano de la historia es el arrogante y calculador prefecto de policía Mayot (o algo así), personaje que me recordó mucho al Gastón de La bella y la bestia y al ambicioso gobernador de Pocahontas.
Poco más voy a decir de la trama para no destripársela a nadie. A mí, la verdad, me ha dejado más bien fría: no sólo porque me esperaba ver una película con un poquito más de relación con el Fantasma, sino porque me ha parecido bastante deficitaria en todos los aspectos Produce además una sensación persistentísima de dejà vu. Claramente es una película destinada a críos muy pequeños: aun así, se echa en falta un diseño de personajes algo más cuidado, más desarrollo en los mismos (los principales, sobre todo, empezando por Francoeur, resultan terriblemente planos), más profundidad en la historia y una narrativa no tan basada en el gag visual previsible o en la cancioncita de turno para narrarte hechos cruciales. Defectuosa, especialmente, en el apartado musical, que debería haber sido sustancialmente fuerte teniendo en cuenta la historia (lo que me ha parecido un fallo de aúpa). Demasiado gag, demasiado personaje tipo y muy poco (o ningún) susto. En los aspectos técnicos, puede pasar, pero sin pasarse. Con todo, no me parece mal como primera exposición para los peques al personaje. Yo, sin embargo, aún tengo esperanzas de que Disney algún día vuelva a la animación tradicional, y se decida a hacer películas pensando en un público joven y adulto, y no tanto en los peques de la casa. Pienso desde hace años que un largo de animación bien hecho, sobre Frankenstein o El Fantasma de la Ópera sería la bomba, y creo que nadie lo haría mejor que Disney. Hace poco volví a ver La bella y la bestia y me pareció una gran obra maestra de la animación…frustrada, lastrada por su excesivo infantilismo, target de público objetivo y exceso de azúcar glass, cancioncita y colorín. Con más tinieblas, algo de sangre y un toque un poco más adulto, habría sido la obra maestra de la Disney y una de las grandes películas de animación de la historia. Algo así es lo que me gustaría ver en un hipotético Fantasma de animación hecho por la Disney. Si alguna vez se deciden, espero que no la caguen como hicieron con El Jorobado de Notre Dame, otra gran oportunidad desperdiciada.