Algunos comentarios, para reflotar este hilo tras el revulsivo que ha supuesto Eisenstein en Guanajuato en mi apreciación del cine de Greenaway.
He estado viendo (por fin) todos los trabajos de The Early film of Peter Greenaway, (excepto The falls) y es verdad que son trabajos que me han parecido interesantes, pero es verdad que son "raros" y se basan mucho en el montaje y la cadencia de éste (¿posible influencia en el joven Greenaway de Eisenstein?). Además, hay en ellos ideas y elementos que prefiguran el proyecto de Tulse Luper (A Walk Through H y Vertical Feautures remake tratan sobre dicha figura).
También he visto La ronda de noche (que no revisaba desde que la vi en el cine) y creo que se pueden ver en ciertos aspectos afinidades con su película sobre Eisenstein y, por otro lado, una vuelta a la estéticas que presentaban sus primeros films.
Por otro lado he visto por primera vez 8 mujeres y media y Las maletas de Tulse Luper. La historia de Moab y no he han convencido, dentro de reconocer que tienen elementos interesantes.
Aun tendiendo pendiente el revisionado de sus films comprendidos entre El contrato de un dibujante y El niño de Macon (aunque éste lo vi relativamente hace poco junto a Conspiración de mujeres y The pillow book gracias al pack de Cameo), se atrevo a comentar la sensación de que Greenaway andó algo desubicado desde mediados de los noventa a mediados de la pasada década, tal como intento explicar en este bosquejo de cronología:
· Primero tiene su periodo de cortos, experimental y donde se asientan bases estilisticas y de montaje vistas posteriormente
· Una siguiente etapa que abarcaría desde su debut en el largometraje en El contrato del dbujante (1982) hasta el niño de Macon (1993), pasando por ZOO, El vientre de un arquitecto, Conspiración de mujeres, El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante y Los libros de Prósspero. Para mí, una grandísima etapa de su filmografía, con películas apabullantes en cuanto a estética y contenidos y rodadas muchas veces con esa obsesión geomética tan asidua en su cine y, lo que me parece muy importante, con un aspecto, aunque a a veces irreal/teatral (por el uso de escenografías y recargamiento decorativo), muy cinematografíco. Además es la etapa de colaboración casi exclusiva con Nyman (excelente excepción la de de Wim Mertens), consiguiéndose grandísimos ejemplos de fusión de música e imagen.
· Tras este periodo, creo que Greenaway exacerba su experimentación con el montaje, como se ha dicho, parece que aumenta el grado de identificación del fotograma con un lienzo donde poner capas de imagen (tendencia ya anunciada en Los libros de Próspero), donde abrir cuadros con textos, imágenes, sonidos... una especie de hipertexto/multimedia, que, no termina de convencerme porque se ofrece tanta información que a veces es difícil abarcarla toda (algo que no me importa, que me gusta, si se mantiene en lo referente a decorados y dirección artística, siendo esa exuberancia sólo visual, en vez de textual y audiovisual). Además, he tenido la sensación de que las películas de este periodo: The pillow book, 8 mujeres y media y Las maletas de Tulse Luper presentan un acabado poco cinematográfico, no sé, por momentos tanta capa y sobreimpesión me resultaban muy "videográficas".
· Tras el "revés" de Las maletas de Tulse Luper parece que Greenaway vuelve un poco a los orígenes en la ronda de noche que, como El contrato del dibujante, presenta la historia de un artista visual, envuelto en una conspiración política de la cual acaba saliendoPero lo que más destacaría es que, habiendo muchos decorados teatrales, con elementos escasos muy decorados (la gran cama de Rembrandt, por ejemplo), situados en un escenario vacío "actual", vuelto a tener la sensación de ver algo cinematográfico, no veo ese toque de videoarte del anterior apartado.Spoiler:
Tengo que ver Goltzius and the Pelican Company (caerá dentro de poco la edición en bluray británica), pero parece que sigue por esta senda de recargamiento visual y tramas erótico-culturales. Y ahora llega este Eisenstein en Guanajuato que me parece una obra magnífica, llena de temas (especialmente el sexo y la muerte), visualmente poderosísima, con una mezcla para mí espectacular de elementos de decorado con localizaciones reales de gran belleza como el Teatro Juaréz de Guanajuato, con un Greenaway que recupera el gusto por la elaboración de grandes secuencias con movimiento de cámara y, algo que tal vez no sea un elemento que se destaque en su cine, muy bien interpretada por los dos protagonistas de la historia.
Saludos