Me gustan mucho las 2 pelis de Ducournau,ojalá siga la racha.
Me gustan mucho las 2 pelis de Ducournau,ojalá siga la racha.
Última edición por hannaben; 10/09/2024 a las 09:49
Es una comedia ¿involuntaria? divertidísima y sólo así puede disfrutarse. A mí me gusta por ver a Mitch Pileggi en un papel radicalmente opuesto al estoico Skinner de Expediente X, por ver el careto de Michael Murphy en plan "denme mi cheque y déjenme salir de aquí" todo el rato, y por esa fascinante locura del malo y el protagonista persiguiéndose por los canales de televisión (donde creo que Craven asume la comedia abiertamente, no puede entenderse de otra manera la escena).
Pero vamos, que es MUY mala, pero de esas pelis "malas pero divertidas", a mi juicio.
Craven es un autor de buenas ideas (tanto narrativas como visuales) pero no muy buen director, y casi nunca remata. Incluso Pesadilla en Elm Street va de más a menos, con un final más bien chusco que encadena los "porquesís" uno tras otro. En ese sentido, tiene soluciones interesantes (la durísima "La última casa a la izquierda" donde escenas de abuso y violación van acompañadas por alegres cancioncillas setenteras mucho más efectivas que si hubiera usado una BSO intimidante, muchas de las soluciones visuales de Bendición mortal, por lo demás muy televisiva...).
Tengo pendientes de ver las dos películas de Ducournau, CRUDO y TITANE, esta última Palma de Oro del Festival de Cannes.
Yo a estas alturas de mi vida creo que tengo estómago para todo. Después de todo no soy vegetariano aunque cada vez como menos carne.
Los colmillos del lobo (The Werewolf, 1956), de Fred F. Sears
Para no ser menos que algunos de los habituales de este hilo, he buscado una propuesta de cine B de terror rodada en los 50, aunque no llega a la altura de las delikatessen que gustan a los auténticos amantes de la coprofagia cinéfila. De entrada, se trata de una película presentada por la Columbia, aunque sea una producción de Sam Katzman (apellido de lo más conveniente), individuo con una larga filmografía de más de doscientos títulos me temo que la mayoría poco o nada destacables.
No sé qué reacción provocaría esta versión sui generis del mito del hombre lobo en las plateas de los cines norteamericanos de los 50, quizá podía servir de estímulo para los achuchones entre teenagers en los drive-in o en los gallineros de la época, pero vista hoy en día no creo que asuste ni a un párvulo.
Un misterioso forastero, perdido y sin memoria, aparece en el típico pueblecito norteamericano de montaña, y lo primero que hace es lanzarse a la yugular de un tosco pueblerino que pretende robarle. No lo hace solo como autodefensa, sino porque, a su pesar, se transforma en un agresivo hombre lobo.
¿Cuál es el misterio de este extraño? Iremos sabiendo durante el transcurso del film que su nombre es Duncan Marsh (los títulos de crédito lo identifican como “The Werewolf” a secas), y al parecer es un trozo de pan, casado y con un hijo. De resultas de un accidente de coche, dos desaprensivos científicos que experimentan con animales lo han utilizado como conejillo de Indias inoculándole un suero que le convierte en una versión moderna de Mr. Hyde, convirtiéndose involuntariamente en una bestia salvaje con aspecto lobuno (las transformaciones recurren a la típica superposición de distintos rostros de Duncan reflejando las diferentes capas de maquillaje).
Inicialmente, los lugareños, aterrorizados, quieren acabar con él, pero el bondadoso sheriff y su novia, enfermera, se apiadan del personaje e intenten ayudarle, mucho más cuando conocen su historia y llegan al pueblo mujer e hijo, que parecen escapados de un cuadro de Norman Rockwell.
Pero también se acercan a Mountaincrest los desaprensivos científicos que lo han convertido en un monstruo, con la intención de matarlo y borrar así el rastro de sus experimentos (que tienen como objetivo conseguir una substancia que prevenga los posibles efectos de un conflicto con armas nucleares que ven como inminente… algo que tal como se explica es de lo más risible, pero que denota una inquietud bastante generalizada en la sociedad americana).
Lo que queda del film, más allá de un trama simple y unos efectos especiales muy elementales (aunque no risibles, a pesar de caer en las típicas incongruencias sobre la vestimenta), es la figura triste, doliente, de Duncan, un pobre hombre atrapado en un cuerpo que ya no controla y que le lleva inevitablemente a la tragedia, sin necesidad esta vez de invocar maldiciones gitanas o lejanos viajes al Tibet, ni recurrir a la imaginería habitual asociada a la licantropía: la Luna, las balas de plata, el acónito…
Mundo grúa (1999), de Pablo Trapero
Cambiando radicalmente de tercio, mucho más interesante me parece esta sencilla película argentina, debut en el largometraje de Pablo Trapero (intuyo que sin relación alguna con otro Trapero más célebre por estas tierras ). Con posterioridad, el director ha mantenido una carrera en mi opinión bastante sólida y atractiva, con films estimulantes como El bonaerense, Carancho o El clan (las dos últimas comentadas en OR).
Lo más sorprendente de Mundo grúa, más allá de un argumento en que retrata un personaje de la clase trabajadora, Rulo (excelente Luis Margani), maduro y rechoncho operario que gozó de sus “quince minutos” de fama en su juventud como bajista de un grupo musical (algo que me recuerda a alguien de este foro ), es que Trapero rueda en un blanco y negro con muchísimo grano, una fotografía sobreexpuesta y con frecuente uso de teleobjetivo (lógico si se intenta encuadrar a distancia a Rulo a los mandos de una grúa).
Sus cuitas nos hablan de un personaje que no acaba de encajar en el mundo, intentando rehacer una vida que se intuye ha dado muchos bandazos, poner orden en el quilombo (típica expresión argentina que se repite a lo largo del film) en que se ha convertido su existencia. Interesante, me confirma que Trapero apuntaba ya maneras en sus inicios.
One, two,...
PROGRAMA DOBLE: GRANDES CLÁSICOS OLVIDADOS DEL CINE BRITÁNICO
Thorold Dickinson (1903-1984) y Anton Walbrook (1896-1967)
La maldición de los rubís
GASLIGHT (1940, LUZ DE GAS)
Director: Thorold Dickinson.
Productor: John Corfield.
Productor adjunto: Richard Vernon.
Producción: British National Films Ltd.
Distribución: Anglo-American Film Corporation.
Guion: A. R. Rawlinson y Bridget Bolan, basado en la obra de teatro “Gas Light”, de Patrick Hamilton (Apollo Theatre, Londres, 31 de enero de 1939).
Fotografía: Bernard Knowles, en blanco y negro (1.37:1).
Dirección artística: Duncan Sutherland.
Música: Richard Addinsel.
Montaje: Sidney Cole.
Reparto: Anton Walbrook (Paul Mallen/Louis Bauern), Diana Wynyard (Bella Mallen), Frank Pettingell (El señor Rough), Cathleen Cordell (Nancy), Robert Newton ([Vincent] Ullswater), Minnie Rayner (Elizabeth) y Jimmy Hanley (Cobb).
Rodaje: D & P Studios Ltd., Denham, Uxbridge, Buckinghamshire, Inglaterra.
Duración: 1:23:43.
Premier: 25 de junio de 1940 en Londres.
…
Coordenadas espacio / temporales:
Londres / 1865 > 1880
….
Es una lástima que el paso del tiempo haya sepultado en el baúl de los recuerdos a la primera de las dos adaptaciones a la gran pantalla de “Gas Light”, la popular obra de teatro del dramaturgo y novelista inglés Anthony Walter Patrick Hamilton (1904-1962), pues en mi modesta opinión la de Dickinson es superior a la de Cukor.
- Por cierto, ambas coinciden en el título, GASLIGHT, que como acabamos de ver no es el original sino GAS LIGHT, que aunque parezca lo mismo en efecto lo es.
LUZ QUE AGONIZA fue la primera película que George Cukor rodó después de licenciarse en la Armada en la que prestó servicios durante unos meses durante la Segunda Guerra Mundial.
El 15 de marzo de 1945 la misma recibió 2 Oscar de los 7 a los que optaba, mejor dirección artística y mejor actriz, la siempre deslumbrante Ingrid Bergman.
- Ingrid Bergman recibiendo la preciada estatuilla de las manos de su anterior propietaria, Jennifer Jones -
Precisamente ese mismo año (1945) vería la luz la primera de las tres colaboraciones de la actriz con el mago del suspense: RECUERDA, ENCADENADOS (1946) y ATORMENTADA (1949).
Previa a esta última Hitchcock rodó LA SOGA (1948), su primera película en Technicolor y cuyo guion estaba basado en una obra de teatro de… Patrick Hamilton…
Como veis al final todo tiene una explicación… -
Dickinson, como bien reseñó recientemente el compañero mad dog earle, desarrolló una breve carrera como director entre 1932 y 1955 y seguramente las dos cintas que hoy comentaré sean las mejores aun a falta de poder acceder al resto de su (esquiva) filmografía.
La presencia del gran actor austrohúngaro Anton Walbrook sirve de nexo de unión entre ambas donde además ejerce de (elegante y refinado) villano de la función.
Y si la primera es un thriller psicológico la segunda puede encuadrarse perfectamente dentro del cine fantástico con un marcado tono ominoso.
Aunque no tengo intención de establecer una comparativa entre las versiones inglesa (1940) y norteamericana (1944) de la obra de Hamilton lo cierto es que la primera me parece mucho más contundente (y menos romántica) que la segunda.
Por ejemplo.
La versión de Dickinson se inicia in media res con el asesinato por estrangulamiento (el método favorito del citado Sir Alfred…) de la anciana Alice Barlow (Marie Bright) a manos de un desconocido al que vemos buscar con afán por toda la mansión algo que para él es muy preciado. Tanto como para llegar al asesinato.
- Gracias a que el director encuadra el bordado que la anciana estaba realizando en el momento de su muerte conocemos la fecha en la que tiene lugar este (breve) primer tramo de la narración…
Un recurso que más tarde volverá a usar para indicarnos el año en el que transcurre la acción principal de la historia…
En la versión de Cukor, imagino que por mor del Código de Producción, dicha escena no aparece y solo la conocemos muy sucintamente de boca de la protagonista en el momento en el que la pareja regresa a la mansión donde tuvo lugar el infausto suceso.
Aquí además no existe atisbo de un triángulo amoroso entre Paul (Walbrook)/Gregory (Boyer), Bella (Wynyard)/Paula (Bergman) y Rough (Pettingell)/Cameron (Cotten) dado que este último en la versión de Dickinson es un orondo oficial de la policía retirado mientras que la de Cukor lo encarna el apuesto e infatigable compañero de fatigas de Orson Welles.
- Por cierto, aquí se da un pequeño fallo de guion puesto que como he expuesto gráficamente el asesinato tuvo lugar hace 15 y no 20 años... -
Ninguna de las dos, ni LUZ DE GAS ni LUZ QUE AGONIZA, pueden calificarse de whodunit puesto que desde un principio sabemos quién ha sido el asesino de la anciana...
... aunque desconozcamos el motivo exacto del mismo...
Eso sí, si en la versión de Cukor ella, Paula, era sobrina de la víctima - una famosa cantante de ópera - en la de Dickinson es él el sobrino de la misma, una diferencia fundamental puesto que añade un plus de sordidez a la trama de la que carece la primera.
Además Walbrook no solo es un actor mejor que Boyer (que para mí siempre se manejó mucho mejor en la comedia que el melodrama) sino que su personaje es mucho más amenazante y está más desequilibrado, además de ser un Don Juan empedernido capaz de mantener un diálogo con la más joven de las dos criadas de la mansión, Nancy (Cathleen Cornell), que difícilmente hubiese pasado el filtro de la censura norteamericana…
- Como podéis comprobar al hacer capturas de pantalla con subtítulos la imagen se anamorfiza... -
Y aunque la prematuramente fallecida Diana Wyndyard (1906-1964) – nominada al Oscar a la mejor actriz por su papel en CABALGATA (1933), de Frank Lloyd – carezca del glamour de la inmarcesible Bergman su trabajo interpretativo me parece superior, más introspectivo y además carece de los amaneramientos típicos (aunque en numerosas ocasiones arrebatadores) de la actriz sueca.
Por ejemplo, su mirada a los niños que juegan en el parque y que expresa de manera muy sutil su deseo de haber sido madre, algo que no puede estar más lejos de las intenciones de su esposo.
Dickinson, gracias a su estrecha colaboración con el imaginero Bernard Knowles (1900-1975) [quien ya había colaborado repetidamente con Hitchcock (39 ESCALONES [1935], EL AGENTE SECRETO [1936], SABOTAGE [1936], INOCENCIA Y JUVENTUD [1937] y POSADA JAMAICA [1939])…
… curiosamente solo se saltó ALARMA EN EL EXPRESO (1938) en donde la señora Froy – “La dama (que) desaparece” – estaba encarnada por la deliciosa Dame May Whitty y que, casualidades de la vida, tiene un pequeño papel (de vecina del matrimonio) en la versión de 1944…
…, consigue un muy acertado ambiente opresivo bastante superior al ideado por Cukor y Ruttenberg.
Al final, el tan ansiado botín, unos rubís valorados en 20.000 libras esterlinas, se encontraban en el lugar menos esperado...
Dickinson, al igual que antes Hitchcock, nos indica a través de los objetos, en dónde se encuentra la clave del enigma, en este caso en el camafeo de la anciana asesinada...
- Y no, no es la misma captura de pantalla que la anterior, fijaos en la mirada de Paul...
... y que como se puede apreciar siempre estuvo al alcance de sus manos...
El castigo será directamente proporcional al daño causado y por eso al final será él y no ella la que acabe en un manicomio debido a ese influjo que yo asimilo a una maldición y por ello me he permitido la licencia de usar dicha palabra al inicio de los respectivos comentarios.
Mi tesoro...
En cualquier caso un excelente thriller al que convendría volver a revisar y si se tercia ver a continuación la para nada despreciable, todo lo contrario, obra de Cukor, Boyer, Bergman y Cotten.
Ah, y se me olvidaba.
La doncella que da la voz de alarma cuando descubre el atroz crimen es la encantadora protagonista de la maravillosa EL QUINTETO DE LA MUERTE (1955), de Alexander Mackendrick, al que algunos de los aquí presentes dedicamos una revisión de su obra...
Y dado que empieza el periodo lectivo…
Calificación global del visionado: Notable.
Pero esto no ha acabado aquí porque ahora le toca el turno a…
La maldición del secreto de los naipes
o
THE QUEEN OF SPADES (1949)
T. O.: LA DAMA DE PICAS
Director: Thorold Dickinson.
Productor: Anatole de Grunwald.
Productor adjunto: Jack Clayton.
Producción: An Anatole de Grunwald production / Associated British Picture Corporation.
Distribución: Associated British-Pathé.
Guion: Rodney Ackland y Arthur Boys, basado en el cuento “La dama de picas” (1834), de Aleksandr Pushkin.
Fotografía: Otto Heller, en blanco y negro (1.37:1).
Diseño de producción y vestuario: Oliver Messel.
Dirección artística: William Kellner.
Música: Georges Auric.
Montaje: Hazel Wilkinson.
Reparto: Anton Walbrook (Herman), Edith Evans (La vieja condesa [Ranevskaya]), Ronald Howard (Andrei), Mary Jerrold (La vieja Varvarushka) y Yvonne Mitchell (Lizaveta Ivanovna) + Anthony Dawson (Fyodor), Pauline Tennant (La joven condesa), Miles Malleson (Tchybukin), Athene Seyler (Princesa Ivashin), Michael Medwin (Hovaisky), Maroussia Dimitrevitch (Cantante zíngara), Ivor Barnard (Librero [judío]) y Violetta Elvin (Bailarina zíngara).
Rodaje: Welwyn Studios, Inglaterra.
Duración: 1:35:00.
Premier: 18 de marzo de 1949 en Londres.
…
San Petersburgo, Imperio Ruso / 1806 > 1746 > 1806
…
Al contrario que la cinta anterior esta – ya adelanto – espléndida película careció de estreno en salas comerciales en nuestro (por entonces paupérrimo) país.
THE QUEEN OF SPADES toma como base un breve (pero excelente) cuento del gran Aleksandr Pushkin (1799-1837) y que habitualmente ha sido traducido al idioma de Cervantes como “La dama de picas”…
Si en LUZ DE GAS la historia transcurría en la Inglaterra victoriana la de “LA DAMA DE PICAS” lo hace en la Rusia imperial.
De nuevo la codicia será el eje alrededor del cual girará toda la trama e igualmente el desenlace conducirá a la locura a su protagonista (allí Paul, aquí Herman, ambos [magníficamente] encarnados por Walbrook).
Y de nuevo la protagonista (allí Bella, aquí Lizaveta [una igualmente excelente (y hermosa) Yvonne Mitchell (1915-1979)] no será más que el vehículo del que se servirá Herman para poder acceder a lo que más ansía: el poder y la riqueza.
Aquí no solo la trama es mucho más intrincada y apasionante sino que el trabajo conjunto de Dickinson y – en este caso – Heller deviene capital puesto que estamos en los dominios del fantástico (con unos toques de terror de lo más jugoso) de forma que lo que antes eran grises ahora se transforman en negros profundos.
Además el uso reiterado de los espejos (y que me ha producido un serio quebradero de cabeza recogerlos todos dado que mi memoria cada vez es más frágil… ) y que normalmente nos muestran la verdadera naturaleza de los que en ellos se reflejan pero también sus anhelos más profundos y también las grandes decepciones que nos depara la vida...
- Herman -
- La joven condesa -
- La vieja condesa y Lizaveta -
- La vieja condesa, Lizaveta y Fyodor, el crápula de su nieto -
- Lizaveta -
- Fyodor y Lizaveta -
- Lizaveta -
- Lizaveta -
… es un ejemplo perfecto de la excelente puesta en escena de su director, muy superior a la de la cinta anteriormente comentada y que no era precisamente moco de pavo…
Herman, un capitán de ingenieros que carece de influencias para poder progresar dentro de la carrera militar y profundo admirador del invasor Napoleón Bonaparte (la acción principal transcurre en 1806, o sea, cuando el poderío francés estaba en todo su esplendor)…
- De ahí, ese cartel del emperador francés que preside la modesta habitación en la que malvive Herman e igualmente su indumentaria y hasta su forma de moverse que le hace parecer todo un emulo del pequeño emperador corso.
… vendería (literalmente) su alma a Satanás si pudiera llegar a ser ALGUIEN (así, con Mayúsculas) entre la flor y nata de la sociedad rusa...
El azar (¿o tal vez el influjo del que fue el más querido antes de su caída?) llevará a Herman a entrar en una pequeña y escondida librería regentada por el arquetípico judío (y que ahora se consideraría altamente ofensivo)…
… será el pistoletazo de salida de esa carrera en pos de lo que un principio no parece más que una quimera.
Curiosamente el libro maldito que le permita llevar a cabo sus planes se encuentra escondido detrás de un volumen titulado (lógicamente, dada la naturaleza del personaje)...
Dicho libro es una una especie de Necronomicón prelovecraftiano denominado...
Tan pronto como sale de la siniestra librería nuestro protagonista se pone a leer ensimismado el volumen y más en concreto su capítulo IV, “El secreto de los naipes”, el cual sirve de introducción al único flashback de toda la película y que tiene lugar en 1746 (o sea, hace 60 años) y donde somos partícipes de la susodicha maldición que afecta a todos los que han accedido a dicho secreto…
Un espléndido flashback de corte claramente terrorífico y con explícitas referencias visuales al mejor cine mudo fantástico.
De hecho, la película bien podría haber sido rodada en los años 20 gracias a una puesta en escena más cercana al expresionismo que al cine de género de la época.
Un conde que bien podría ser la encarnación del mismo Satanás o sino de uno de sus (muchos) discípulos y del que solo atisbamos a visualizar sus manos.
Unas manos que se dedicarán primero a moldear la figura de sus víctimas y más tarde, cuando se haga con ellas, sus almas...
... y que hará partícipe de su secreto (el de los tres naipes) a la condesa Ranevskaya (de joven Pauline Tennant, de anciana (una absolutamente espléndida) Edith Evans [1888-1976]), a la que se considera como la mujer más bella (y deseable) de toda Rusia...
Un secreto que, como decía, conlleva a su vez una terrible maldición.
Dickinson, gracias a su soberbia puesta en escena, convierte este tramo, que en buena medida está narrado a través de una elipsis, en uno de los mejores (y ya es decir) de toda la película y deja bien a las claras el (alto) precio que ha tenido que pagar la hermosa condesa para poder recuperar en el juego la fortuna que uno de sus (numerosos) amantes le birló tras una noche de pasión.
Y sublime la escena en la que la condesa (Pauline Tennant) ruega fervorosamente a la Virgen que le perdone por sus (atroces) pecados…
La respuesta de esta es ciertamente contundente...
Alea jacta est...
Herman, a pesar de lo leído, ve su oportunidad de lograr fama y riqueza si es capaz de que la (ahora) vieja condesa le confiese su secreto cuando está en el ocaso de su vida y ya no le sirve de nada pero el juramento que le hizo al conde (o más bien al ente que se escondía en su interior...) le impide transmitirlo a otra persona.
Y, como todos sabemos a estas alturas, el fin justifica los medios y por ello Herman no tendrá el más mínimo reparo en conquistar el corazón de la tímida y hermosa pupila de condesa, Lizaveta (Yvonne Mitchell)...
... como medio de poder contactar con la anciana (que me recuerda en muchos aspectos a la señorita Havisham de “Grandes esperanzas” (1861), de Charles Dickens > CADENAS ROTAS (1946), de David Lean).
Dickinson nos regala una escena especialmente jugosa donde mezcla por un lado la metáfora de la tela de araña que está tejiendo Herman alrededor de su presa (Lizaveta) y por otro - y lo que es todavía más osado - una nada subliminal referencia a un orgasmo femenino soto voce mientras ella acaricia (casi lascivamente) las cartas tan románticamente efusivas que le envía su amado y que, por su puesto, no surgen de su fértil imaginación...
... sino de...
O sea, a la inversa de lo que hacía Cyrano.
Aunque no me canso de ensalzar el trabajo tras las cámaras de Dickinson y Heller, no es menos destacable el excelente guion de Ackland y Boys dado que el cuento de Pushkin escasamente supera las cuarenta páginas (de la 21 a la 65 en la edición que indico arriba y que es la que yo he adquirido vía Amazon dado que no encontré ni un solo libro del autor (¡!) ni en la FNAC ni en La Casa del Libro (¡¡!!)) y, por tanto, el desarrollo de los personajes y la negrura de la trama les pertenece en buena medida.
El tan anhelado encuentro entre el villano y la vieja condesa nos proporciona otro de esos momentos mágicos que aproximan la película al gótico más desenfrenado, especialmente esa mirada de la anciana (solo la mirada pues no pronuncia ni una sola palabra) primero en vida...
... y luego más allá de la muerte...
... todo un zoom sin serlo...
Y una escena típicamente buñueliana como es el momento en el que Herman acude al funeral de la condesa y...
Finalmente el espectro de la anciana revelará a Herman el tan ansiado secreto...
Y parece que todos los augurios son favorables...
... el tres...
... el siete...
... y el as...
... ¿o no será más bien... la dama de picas?...
Porque después de todo, ¿quién puede engañar al rey de los engaños?
En verdad que me resulta incomprensible que una película que se adelanta notablemente a los primeros clásicos del género de la Hammer y a los que supera a la hora de sugerirnos un horror en la línea de los mejores títulos de Val Lewton no sea considerada como una de las obras cumbres del mismo y que bien podría haber servido de fuente de inspiración a su compatriota Terence Fisher y todavía más al gran Mario Bava, especialmente al tercero (y tal vez mejor) de los segmentos que componen su magnum opus, LAS TRES CARAS DEL MIEDO (1963), si obviamos lógicamente el (espléndido) uso del color por parte del maestro italiano.
Todo un descubrimiento de un director al que hasta la fecha desconocía por completo.
Calificación global del visionado: Sobresaliente.
Buenas noches y, buena suerte.
P. D. Y una buena dosis de fármacos porque la presente reseña me ha dejado para el arrastre...
... y todavía mañana queda...
... three, four...
Última edición por Alcaudón; 10/09/2024 a las 23:35
Tomorrow Never Knows...
REVISANDO (GRANDES) CLÁSICOS: EL WESTERN (¿O EL EASTERN?)
o
NORTHWEST PASSAGE (BOOK I: ROGERS’ RANGERS) (1940)
T. O.: PASO AL NOROESTE (LIBRO I: LOS RANGERS DE ROGERS)
Directores: King Vidor (0:00:00 > 2:00:14) y Jack Conway (no acreditado) (2:00:14 > 2:06:32).
Productor: Hunt Stromberg.
Producción: Metro-Goldwyn-Mayer Corp.
Distribución: Loew’s Inc.
Guion: Laurence Stallings y Talbot Jennings, basado en el primero (“Rogers’ Rangers”, The Saturday Evening Post [7 entregas, del 26 de diciembre de 1936 al 6 de febrero de 1937]) de los dos libros de que consta la novela homónima de Kenneth Roberts (Doubleday, Doran & Company, Inc., Nueva York, 25 de junio de 1937).
Fotografía: Sidney Wagner y William V. Skall, en Technicolor (1.37:1).
Dirección artística: Cedric Gibbons y Malcolm Brown.
Decorados: Edwin B. Willis.
Música: Herbert Stothart.
Montaje: Conrad A. Nervig.
Reparto: Spencer Tracy (Mayor Robert Rogers), Robert Young (Langdon Towne), Walter Brennan (“Hunk” Marriner), Ruth Hussey (Elizabeth Browne) y Nat Pendleton (“Cap” Huff) + Louis Hector (Reverendo Arthur Browne, padre de Elizabeth), Robert Barrat (Humphrey Towne, padre de Langdon), Lumsden Hare (Lord Jeffrey Amherst, comandante en jefe del Ejército británico en Norteamérica), Donald MacBride (Sargento McNott), Isabel Jewell (Jennie Coit), Douglas Walton (Alférez Avery), Addison Richards (Caporal Crofton), Hugh Sothern (Jesse Beacham), Regis Toomey (Webster), Montagu Love (Wyseman Clagett, procurador del rey en la Provincia de Nuevo Hampshire), Lester Matthews (Sam Livermore) y Truman Bradley (Capitán Ogden).
Rodaje: desde el 1 de julio hasta el 13 de septiembre de 1939; nuevas tomas y escenas adicionales a cargo de Jack Conway desde mediados de noviembre al 29 de diciembre de 1939.
Duración: 2:06:32.
Premier: 20 de febrero de 1940 en Boise, Idaho.
Coste: 1.687.000 dólares.
Beneficios a nivel nacional (incluye los EUA y Canadá): 2.404.000 dólares.
Beneficios a nivel internacional: 981.000 dólares.
Beneficios totales: 3.385.000 dólares.
Beneficios/pérdidas: - 768.000 dólares.
…
Itinerario espacio // temporal:
PORSMOUTH > FUERTE CROWN POINT > ST. FRANCIS > FUERTE WENWORTH > PORSMOUTH // 1759
Novela:
Porsmouth, Provincia de Nuevo Hampshire > Fort at Number 4, Provincia de Nuevo Hampshire > Fort Crown Point, Provincia de Nueva York (13 de septiembre de 1759) > Odonak / Saint-François-du-Lac, Colonia de Canadá (4 de octubre de 1759) > Fort Wenworth, Provincia de New Hampshire (23 de octubre de 1759) > Fort at Number 4 (31 de octubre de 1759) > Fort Crown Point (7 de noviembre de 1759) > Porsmouth
…
Desfaciendo agravios y enderezando entuertos…
Uno…
NORTHWEST PASSAGE, una de las obras maestras del western (o prewestern o eastern, como yo lo he denominado dado que la acción transcurre en el este (y no el el oeste) de lo que por entonces se denominaban las Trece Colonias [británicas]), es a pesar de lo que indica el siempre riguroso Javier Coma en sus imprescindibles “Diccionario del western clásico” (Plaza Janés, Barcelona, 1992) y “La gran caravana del Western: Las 100 mejores películas del Oeste” (Alianza, Madrid, 1996) un película inédita en salas comerciales en nuestro país y de hecho su primer pase televisivo no tuvo lugar hasta el 12 de octubre de 1973.
- Véase al respecto http://cineproyectadotv1973.blogspot...e-en-1973.html y https://www.eldoblaje.com/datos/Fich...la.asp?id=3001 -
...dos..
Igualmente el título de la misma es engañoso puesto que la historia se circunscribe únicamente al primero de los dos libros de los que consta la novela “Pasaje al Noroeste” (Edhasa, Barcelona, 2004)…
... del escritor nacido en Maine (al igual que Stephen King...) Kenneth Lewis Roberts (1885-1957) y que como bien indica el subtítulo que acompaña al mismo es “Los Rangers de Rogers”.
El mismo (el libro, no la novela) se publicó por entregas en la prestigiosa revista semanal “The Saturday Evening Post” entre el 26 de diciembre de 1936…
… y el 6 de febrero de 1937…
La obra completa, que como digo consta de dos libros – siendo en el segundo donde se narra realmente la expedición en busca del Paso al Noroeste -, vio la luz el 25 de junio de 1937…
La misma se engloba dentro de la llamada Guerra franco-india (1754-1763), la cual a su vez se solapa con la europea de los Siete Años (1756-1763) y en la que no solo Francia y Reino Unido se vieron involucrados sino también nuestro propio país.
La MGM compró los derechos cinematográficos de la novela en septiembre de dicho año con la intención de convertirlo en su primer largometraje en three-color Technicolor.
- On location in Idaho, director King Vidor (standing on platform below camera on right) and the crew set up under the supervision of ASC members William V. Skall and Sidney Wagner (behind Technicolor unit on left). -
El director asignado al proyecto sería el todoterreno W(oodbridge) S(trong) Van Dyke II (1889-1943) al que acompañarían los prestigiosos directores de fotografía Leonard Smith (1894-1947) y Ray Rennahan (1896-1980).
Los tres se dirigieron a la Columbia Británica en el verano de 1938 donde rodaron numerosas tomas de los bellísimos e inmensos paisajes con el fin de que luego pudieran insertarse en la película entre las escenas rodadas en estudio.
Spencer Tracy (1900-1967) fue desde un principio el único actor en el que pensó la MGM para encarnar al “héroe”, el mayor Robert Rogers (1731-1759),…
… a pesar por un lado de que tal vez era algo mayor para encarnar al personaje (39 vs. 27) y por otro por su confesada aversión a rodar en exteriores.
Mientras tanto la elaboración del guion se había convertido en un auténtico quebradero de cabeza para la compañía puesto que en el mismo intervinieron (seguro que algún otro nombre se me ha quedado en el tintero...) Bruno Frank, Jules Furthman, Elizabeth Hill (esposa de Vidor), Sidney Howard, Noel Langley, Frances Marion, Jane Murfin, Conrad Richter, Richard Schayer, Robert E. Sherwood, Jack Singer… y King Vidor…
Debido a ello se decidió posponer la producción hasta la primavera de 1939.
Sin embargo, poco antes del inicio del rodaje Van Dyke fue reemplazado por King Vidor y el guionista Laurence Stallings (1894-1968) se encargó de (re)elaborar todo el material escrito por los arriba mencionados… y alguno más que seguro que se me ha olvidado…
Vidor y Stallings había colaborado juntos por primera vez en EL GRAN DESFILE (1925), una de las películas más taquilleras de la Historia del Cine hasta esos años.
- Como no hay mal que por bien no venga Van Dyke finalmente sería el firmante de la primera película en three-color Technicolor de la MGM, ENAMORADOS (1938), con la (insoportable) pareja Jeanette MacDonald y Nelson Eddy.
En este continuo juego de las sillas que era el pan nuestro de cada día durante la “Edad de Oro” de Hollywood el propio Vidor, antes de tomar las riendas de NORTHWEST PASSAGE, se encargaría entre el 18 de febrero y el 17 de marzo de dicho año (1939) de rodar la secuencias que transcurrían en Kansas (incluyendo la mítica canción “Over the Rainbow”) de EL MAGO DE OZ (1939), de Victor Fleming y que abren y cierran la película y que fueron posteriormente tintadas en color sepia.
Por cierto, Herbert Stothard (1885-1949) compuso tanto la banda sonora de una como de otra y de hecho se llevó el Oscar en 1940 por esta última, toda una hazaña teniendo en cuenta que competía con uno de los scores más (justamente) celebres del Séptimo Arte como es el que elaboró a contrarreloj el gran Max Steiner para LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ… -
Igualmente Smith y Rennahan fueron sustituidos por Sidney Wagner (1901-1947) y William V. Skall (1897-1976).
- Su espléndido uso del color se materializó en la única nominación a los Oscar que tuvo la película. -
Aunque no está del todo claro no parece cierta la afirmación de que la MGM se plantease llevar a cabo la elaboración de dos películas o más bien de una película dividida en dos partes, algo ratificado por el propio director en su libro de memorias, aunque el subtítulo que lleva la cinta deja margen para la duda.
Lo que sí es cierto es que Stallings y Vidor dedicaron tres meses de duro esfuerzo en intentar elaborar un libreto que estuviese listo antes del inicio oficial del rodaje.
Sin embargo, el productor Humbert optó por despedir a Stallings y contratar a Talbot Jennings (1894-1985) y centrarse exclusivamente en la primera parte de la novela y luego Dios dirá…
Sea cierto o no al final NORTHWEST PASSAGE pasó a convertirse en ROGERS’ RANGERS, que es como debería haberse titulado la película para evitar malentendidos.
Dado que acabo de finalizar la ya reiteradamente citada primera mitad de la (excelente, aunque controvertida) novela de Roberts no es mi intención hacer más que una somera comparación entre la misma y la película puesto que como hemos comentado en multitud de ocasiones no es lo mismo la Literatura que el Cine.
Antes de comentar a fondo la película me gustaría compartir una reflexión que me surgió el pasado viernes, cuando la vi.
En mi modesta opinión NORTHWEST PASSAGE mantiene estrechos lazos con una producción casi coetánea como es la magistral MURIERON CON LAS BOTAS PUESTAS (1941), de Raoul Walsh.
Ambas tratan de dos personajes históricos, el mencionado mayor Rogers y el general George Armstrong Custer (1839-1876), en su lucha contra los indígenas como peaje previo y necesario para que el hombre blanco siguiera su inexorable expansión hacia el vasto Oeste.
Igualmente en ambas se narra una matanza, en el primer caso por parte de los blancos y en el segundo de los pieles rojas.
Y si la primera se vendió como una victoria épica la segunda lo fue como una derrota igualmente gloriosa.
A pesar de las (indudables) virtudes de ambas películas lo cierto es que la imagen tanto de Rogers como de Custer que vemos en la gran pantalla está superlativamente idealizada hasta el punto de convertir a dos personajes tan controvertidos (en el segundo libro de que consta la novela de Roberts el autor va desvelando aspecto de la personalidad del mayor ciertamente discutibles, algo que ya dejaba atisbar – pese a todo – en el primero) en auténticos héroes.
Pero, como decía cierto director de cuyo nombre no puedo acordarme…
This is the West, sir. When the legend becomes fact, print the legend…
...tres…
No deja de ser curioso que en el mapa que aparece de fondo de los títulos de crédito iniciales ponga 1765, como se puede observar en la esquina superior izquierda de la imagen…
… cuando en realidad la acción transcurre en su integridad en 1759...
Estamos, por tanto, en la ciudad de Portsmouth, en la que por entonces se conocía como Provincia de Nuevo Hampshire (1629-1776), donde conoceremos a dos de los tres protagonistas principales, el aspirante a pintor Langdon Towne (un sobrio Robert Young)…
... y su inseparable compañero el camorrista (aunque simpático) “Hunk” Marriner (un, como siempre, excelente Walter Brennan)…
Towne regresa a su ciudad natal desde Boston donde cursaba estudios en la Universidad de Harvard después de ser expulsado de la misma por hacer una caricatura del rector.
Allí se encontrará primero con “Hunk”, a quien el (corrupto) procurador del rey en la Provincia, Wyseman Clagett (Montagu Love), ha condenado a la picota.
Y más tarde con su prometida, la hermosa Elizabeth (Ruth Hussey), hija del (rígido) reverendo Browne (Louis Hector)…
- Curiosamente, Young y Hussey volverían a protagonizar juntos al año siguiente una de las joyas olvidadas de la filmografía de Vidor, CENIZAS DE AMOR (1941).
Aunque Rogers es una figura real no es el caso de Towne y por ello el autor (Roberts) se permitió la licencia de crear una relación amorosa entre el pintor y la hija del reverendo cuando en la novela (y en la vida real) fue el mayor quien se casó con ella. -
Ante la insistencia de Langdon de seguir con su vocación de pintor sufrirá el rechazo del pater familias de ella lo que le conducirá, resentido, a la taberna de su amigo “Cap” Huff (Nat Pendleton) en compañía de Sam Livermore (Lester Matthews), quien a su vez se postula como pretendiente de la hermana de Elizabeth, Jane (Audie McPhail).
El alcohol desata la lengua de Langdon y solo la afortunada aparición de “Hunk” evita que el primero sufra un destino mucho peor que el suyo.
Ambos se verán obligados a abandonar la ciudad en busca de la libertad que no existe en la suya.
Su primera parada será en la taberna Flintlock…
… cuyo jocoso cartel parece indicar que han llegado al límite de las tierras “civilizadas”…
- En la película no dejan de asomar toques de humor (más fordianos que vidorianos, todo hay que decirlo) gracias al personaje de “Hunk” (después de todo, lo encarna el “homérico” Walter Brennan). -
Será allí donde conozcan, aunque en ese momento no lo sepan, al mayor Rogers (un espléndido Spencer Tracy, a pesar de que como ya dije su descripción física no casa para nada con el personaje de la novela) e igualmente a John Konkapot (Andrew Pena), un indio de Stockbridge (o sea, un mohicano).
- Aquí de nuevo la película se distancia de la novela puesto que en esta es al sargento McNott (Donald MacBride), de los Rangers de Rogers,…
… a quien conocen en la taberna y será él quien les conducirá al Fuerte Crown Point, la mayor instalación militar británica jamás erigida en América del Norte. -
Será en la taberna donde se mencione por primera vez el Paso al Noroeste aunque sea de manera fugaz, casi como para justificar el título de la película, cuando Rogers vea uno de los mapas que tan bien dibuja Towne…
Ni corto ni perezoso el mayor emborrachará a ambos…
… con tal de que Langdon se una a sus Rangers puesto que necesita (y con urgencia) alguien capaz de trazarlos con la mayor precisión dada la inminente misión (pronto sabremos cuál es) que se le ha encomendado.
Rogers recibirá de Lord Amherst (Lumsden Hare), comandante en jefe del Ejército británico en Norteamérica, las ordenes pertinentes que conformarán el nudo gordiano de una trama que es un viaje de ida y vuelta al Infierno, haciendo una breve parada en el Purgatorio, como pronto podremos comprobar.
Sir William Johnson (Frederick Worlock), superintendente de los indios del norte para el gobierno británico,…
... y enemigo acérrimo del mayor…
… se opondrá inútilmente a la misión después del “sermón” que Rogers le espeta al general…
ROGERS: Mi general, hablo en nombre de mis hombres y en el mío. Esos diablos rojos llevan cinco años bajando al valle. Matando a nuestros hombres. Quemando nuestras casas. Atacando a nuestras mujeres. Robando niños y quemando a mis oficiales a fuego lento. Si estuviera usted en nuestro lugar, ¿qué haría?
AMHERST: ¡Qué diablos, iría a por ellos!
- Evidentemente los pobladores originales del continente lo verían desde otra perspectiva completamente distinta.
Recordemos que los indios aprendieron a cortar cabelleras del hombre hombre blanco y no a la inversa como parece ser la creencia popular… -
No obstante Sir William logrará que alguno de sus mohawks acompañen a la expedición a pesar de las quejas (como luego veremos fundamentadas) de Rogers.
La expedición constará de 17 botes y 220 hombres (indios amigos y “enemigos” incluidos).
- Otra de las diferencias importantes entre la novela y la película es que mientras en la primera Langdon siente una admiración sin límites por Rogers en la segunda la relación entre ambos es más igualitaria, ejerciendo de hecho el mayor casi como de padre no solo suyo sino de todos sus hombres. -
En ese momento de intimidad entre ambos se volverá a mencionar el Paso al Noroeste, algo que como antes decía sí daría cierta verosimilitud a la hipótesis de que la MGM tenía la intención de hacer una segunda película narrando la expedición al mismo y de esta forma justificar el subtítulo de la cinta.
Será la primera (y casi única) vez que veamos a los soldados franceses en toda la película...
- Una de las ventajas del (costoso) rodaje en Technicolor era el hecho de poder contrastar el azul de los inmensos cielos y de las aguas cristalinas con el verde de los uniformes de los Rangers, el rojo de las casacas de los soldados británicos y el blanco de las de los franceses, así como el ocre de la tierra y de sus pobladores originales y de nuevo el verde de los infinitos bosques que existían antes de que el hombre (blanco) acabara con ese auténtico Paraíso en la Tierra. -
Espléndida la secuencia en la que los Rangers arrastran los botes por las montañas para así evitar una confrontación con las superiores fuerzas francesas que les esperan río arriba.
El incidente con los mohawks que acompañan a los Rangers será clave tanto en la novela como en la película puesto que será el primer incidente grave que sufra la expedición y que, en buena medida, condicionará el devenir de la historia.
Rogers, indignado porque los citados indios no le habían avisado de la presencia de barcos franceses en el río a pesar de haberlos mandado por delante como exploradores, los hará regresar a Crown Point,…
… aunque no antes de que uno de ellos provoque intencionadamente una atronadora explosión al destruir buena parte de la pólvora que portaba la expedición y resultar heridos varios de los Rangers.
- Este es uno de los puntos donde novela y película divergen por completo puesto que en la primera “Hunk” quedará gravemente herido y se verá obligado a volver con el resto de los heridos al mencionado fuerte.
Lógicamente al encarnar Walter Brennan a dicho personaje se optó por omitir semejante circunstancia lo que dará paso a una divergencia cada vez más acentuada entre ambas como comentaré en breve. -
Después de la marcha de una parte sustancial de su fuerza expedicionaria Rogers hará por fin partícipes a sus hombres del motivo de su misión…
… que no es otro que la destrucción de Saint-François-du-Lac, Colonia del Canadá (actualmente Quebec), habitado por los (belicosos) indios abenakis, aliados de los franceses…
ROGERS: No necesito deciros quiénes son los abenakis. La mayor parte de vosotros ha perdido un ser querido desde el 57. Encontraréis sus cabelleras en St. Francis. Alguno de vosotros peleasteis el año pasado en la batalla de Snowshoes.
Capturaron a los tenientes Crofton y Philips. Y a veinte Rangers. El hermano del teniente Crofton está aquí. Él os dirá lo que fue de ellos. ¿Quieres hacer el favor?
CROFTON: Sí, mayor, lo contaré. A Philips le arrancaron una tira de piel del estómago y lo colgaron por ella de un árbol hasta que murió. A sus hombres los descuartizaron y esparcieron los pedazos para que no hubiera modo de recogerlos. A mi hermano le partieron los brazos, le cortaron las puntas de las costillas y se las fueron arrancando una por una.
ROGERS: Eso les pasó a Crofton y a Philips. Ellos eran soldados, corrían ese riesgo . Pero nuestras familias en las granjas no se metían con nadie. Solo cultivaban la tierra y cuidaban de sus hijos tratando de vivir en paz. Pero llegaban las hachas indias y si terminaban deprisa… podían considerarse con suerte.
- Un discurso ciertamente escalofriante y que demuestra no solo la brutalidad de la que harán gala los Rangers de Rogers cuando ataquen el pueblo en cuestión sino también la mal entendida “bondad” de las tribus indígenas, no solo en su lucha contra los blancos sino también contra otros de su misma raza. -
Por cierto, el caporal Crofton (Addison Richards), un hombre desquiciado por la forma en la que murió su hermano, protagonizará la escena más truculenta de la película, aunque la más brutal será, logicamente, la de matanza que vendrá a continuación.
Aunque la matanza de St. Francis sea el punto álgido (y más discutido/discutible) de la historia lo que en realidad le interesa tanto a Roberts (el novelista) como a Vidor (el director) es ese viaje de ida y vuelta que es el verdadero nudo gordiano de la trama.
Un lucha desesperada no solo contra los franceses y los abenakis que les persiguen sino especialmente contra esa Naturaleza a la que antes hacía referencia y que se mostrará inclemente tanto para unos como para otros.
La secuencia de los pantanos, como antes la de los botes, es otra muestra del talento visual del mejor King Vidor, uno de los directores más importantes que jamás existió sobre la faz de la Tierra, aunque la nueva generación de cinéfilos para desconocer por completo.
La escena en la que el Webster (Regis Toomey) acepta con resignación su destino al romperse una pierna durante el extenuante trayecto me recuerda una similar que acontecía en una (otra) de las grandes obras maestras de Howard Hawks, SOLO LOS ÁNGELES TIENEN ALAS (1939).
LANGDON: ¡Mayor, no puede abandonar a ese hombre!
ROGERS: Webster sabía lo que pasaría si no podía seguir. Y sabe que usted querría ayudarle. Que todos querríamos. Está tan seguro como yo lo estaría.
- En la novela, Webster simplemente desaparece incapaz de soportar la muerte de su esposa, hecho que conoció justo el día antes de que se iniciara la expedición. -
La noticia de que los botes han sido descubiertos por los franceses es un jarra de agua fría en las aspiraciones de Rogers de poder volver por donde había venido y de la forma más cómoda y rápida posible.
Rogers enviará de vuelta a Crown Point al teniente McMullen (George Eldredge) con un mensaje para el general Amherst que será crucial en el devenir de la historia (no tanto en la novela pero sí en la película, puesto que como dije antes el final de una y de otra diverge por completo).
El general deberá enviar las tan necesarias provisiones al Fuerte Wentworth, lugar al que se dirigirán los Rangers de Rogers después del ataque. Sin ellas no podrían subsistir aunque espera que al menos el botín que consigan en St. Francis les ayude en algo.
El cruce del río St. Francis es otro de los jalones de la historia cuyo culmen es la cadena humana de orilla a orilla que permita salvarlo.
De los 220 hombres iniciales ya solo quedan 142…
A partir de aquí viene la parte que más controversia generó tanto cuando se publicó la novela como cuando se estrenó la película: el ataque al poblado de St. Francis.
Una secuencia espléndidamente rodada y donde se muestra con toda crudeza el grado de brutalidad al que puede llegar el ser humano esté o no justificada la causa que la origine.
De esta forma, el 4 de octubre de 1759, 142 Rangers y un puñado de indios de Stockbridge acabaron con la vida de 200 abenakis y algunos soldados franceses que residían en el fuerte anexo al poblado (algo por cierto que no se menciona en la novela).
- Aquí también se da una notable diferencia entre esta y la película puesto que Roberts apenas dedica unas páginas a la matanza mientras que Vidor narra con todo detalle la misma, algo difícil de asimilar dada la extrema violencia de las imágenes y que iban en contra de todo por lo que abogaba el Código de Producción instaurado por la propia industria del cine.
Igualmente será el capitán Ogden (Truman Bradley) y no Langdon quien resulte herido en el ataque, otra cambio (al igual que la presencia de “Hunk” en la partida) que altera en buena parte el sentido de la historia original, al menos desde el punto de vista humano dado el lazo de amistad que se ha forjado entre el pintor y el mayor.
Y, por tanto, será Jeannie (Isabel Jewell), una cautiva de los abenakis (a los que no solo no desprecia sino que muy a gusto se hubiese quedado con ellos), la que se encargue del cuidado del gravemente herido Langdon. -
* John Ford dedicaría dos de sus mejores westerns al tema de las cautivas blancas a manos de los indios (en ambos casos comanches) como son CENTAUROS DEL DESIERTO (1956) y DOS CABALGAN JUNTOS (1961) *
Y cuando digo 200 indios muertos no me refiero a guerreros (algo que tanto la novela como la película se empeñan en señalar) sino en su mayor parte a ancianos, mujeres y niños puesto que el grueso de sus guerreros habían partido a combatir con los franceses.
No obstante Vidor no se posiciona ni a favor ni en contra del ataque y desde luego muestra lo mismo las 700 cabelleras (no solo de blancos sino también de tribus rivales) que cuelgan de los palos que pululan por todo el poblado que la brutalidad del ataque de los Rangers y especialmente la aterradora imagen de un ya completamente trastornado Crofton que no solo le corta la cabeza a un piel roja sino que se la lleva de trofeo a escondidas y con unas intenciones que parecen más propias de una película de terror…
De hecho, ha sido Crofton (y no los indios) quien ha herido a Langdon cuando intentó disuadirle de cometer semejante monstruosidad.
Vidor, tal vez para contrarrestar en parte la brutalidad de los Rangers, eleva la cifra de bajas de estos de 1 a 16.
- Por cierto, en una de las escenas más atípicas de la película, al menos tal y cómo la filma Vidor, se puede apreciar la sombra de la (inmensa) cámara de Technicolor (ver fotografía de abajo al respecto) sobre el brazo derecho del tirador, uno de esos gazapos que a mí generalmente me suelen pasar desapercibidos. -
Como decía antes, el que sea Langdon y no Ogden el herido permite a Vidor afianzar todavía más la amistad entre Rogers y él hasta el punto de quebrantar sus propias ordenes de abandonar a todo hombre que no sea capaz de valerse por sí mismo.
O sea, que mientras la novela convierte a Rogers en un héroe (con los pies de barro, como se puede apreciar en la segunda parte del libro) la película forja una amistad inquebrantable entre dos hombres diametralmente opuestos en cuanto a carácter, creencias y formación.
El retrato de la prometida de Langdon (que como decía al principio en la vida real lo era de Rogers)…
... será la motivación extra que necesite para poder seguir adelante a pesar de la gravedad de su herida y del duro camino que tiene por delante.
El camino de regreso significará el principio de la desintegración del grupo y el cuestionamiento del liderazgo de Rogers, algo que antes hubiese sido impensable.
El propio Rogers será testigo (inadvertido) del sangriento trofeo que lleva en su brazos el orate Crofton…
No deja de ser curioso que cuando Rogers muestra su lado más humano al intentar evitar que Langdon se quede rezagado en el camino y a merced de sus enemigos empiecen a aflorar las grietas en la férrea disciplina a la que antes sometía a sus soldados.
Se me olvidó mencionar el hecho de que cuando los guerreros abandonaron St. Francis se llevaron consigo la mayor parte de las provisiones y a los Rangers solo les quedarán unos pocos sacos de maíz por alimento.
La llegada al lago Memphremagog, en donde Rogers había prometido a sus hombres que podían cazar y pescar a su gusto pero a donde han llegado igualmente los franceses y sus aliados será el inicio de la aludida caída en desgracia del jefe e igualmente de la mala suerte que acompañará a sus hombres en su intento de llegar al Fuerte Wenworth.
La escisión de cuatro grupos del resto de las fuerzas que permanecen leales a Rogers provocará que uno a uno vayan cayendo en manos del enemigo.
En la novela será Langdon y no Rogers…
... quien asista a esa escena a la que antes he aludido y que en el libro se cuenta así…
“Asimismo, recuerdo el séptimo día porque, al volver a llenar de aguas nuestras cantimploras, hallé a Crofton arrodillado en la singular postura de un perro. Llegando silenciosamente por detrás, vi que tenía en su mochila un objeto grande y redondo y que se lo llevaba a la boca y lo mordía, como un perro encarnizándose con un hueso”.
El hambre se ceba sobre los hombres y no solo afecta a sus ya menguantes fuerzas sino que empieza a quebrar igualmente su mente.
Las diezmadas partidas se reunirán con el grupo de Rogers sin haber conseguido otra cosa que perder la mayor parte de sus respectivos hombres.
Langdon será uno de los pocos que logre sobrevivir a pesar de la herida que lastra seriamente su andar.
Con tal solo 50 de los 220 con los que partió llegará Rogers a su punto de destino, donde espera encontrar las provisiones prometidas por el general Amherst.
Unos Rangers que ya parecen vestir más de ocre que de verde después de todas las vicisitudes por las que han tenido que pasar para cumplir con su (desde luego cuestionable, al menos para un habitante del siglo XXI… o eso debería de ser...) misión.
La llegada del famélico grupo al Fuerte Wenworth…
… será el lugar donde finalmente la película se separe por completo de lo narrado en la novela.
No en el hecho de que el mismo se encuentre abandonado sino por un lado porque asistimos por primera vez al quebrantamiento del hasta ahora inasequible al desaliento Rogers…
…, una imagen por cierto que enfureció al escritor hasta el punto de renegar de la película y que dio al traste con la posibilidad antes mencionada de hacer una segunda parte al menos con la aquiescencia de su autor y por otro porque el final, con la llegada del general y las provisiones se me antoja completamente absurdo, el típico happy end obligado por el Código antes mencionado.
En este caso el de la novela es mucho mejor y también mucho más cínico puesto que será Rogers y no Langdon quien se case finalmente con Elizabeth.
Además la plegaria final de Rogers (que no existe en la novela) más bien parece un guiño al personaje del padre Flanagan (ya lo siento, amigo mad dog earle) al que Spencer Tracy encarnó en dos ocasiones, FORJA DE HOMBRES (1938) y LA CIUDAD DE LOS MUCHACHOS (1941), ambas dirigidas por Norman Taurog y resulta del todo incongruente con la idiosincrasia del personaje.
Para estropear todavía más las cosas la llegada de las tropas británicas parece una respuesta automática a dicha plegaria, algo que seguro serviría para aplacar a los censores y más teniendo en cuenta la ya comentada brutal matanza cometida por sus hombres. Pero claro, eran indios, no blancos.
Aunque filmado por Vidor dudo mucho que semejante final le gustara a un cineasta de raza como él.
Aquí se impusieron los galones del productor sobre la lógica de la puesta en escena del director y creo que fue un craso error.
Pero lo peor estaba todavía por llegar…
Mi teoría es que este plano…
... fue el último que rodó Vidor y que él, pese a todo, dio por bueno.
Lo que viene después fue filmado por Jack Conway (1887-1952) y en él asistimos a la despedida de Rogers de Langton y de su (futura) esposa y al inicio de la expedición que es la que realmente da título a la película, o sea, la búsqueda del PASO AL NOROESTE…
Bellas imágenes, no obstante, que habría que atribuir a Conway.
Al César lo que es del César…
- Esta imagen final nos hace recordar una similar de una película de Chaplin… o de Ford… -
De ahí que yo (arbitrariamente) haya indicado en la ficha técnica el minuto exacto donde podría decirse que finaliza el trabajo de Vidor y se inicia el de Conway, aunque no hay ninguna prueba, salvo mi larga experiencia como cinéfilo especializado en el cine clásico norteamericano, que la sostenga.
...y cuatro…
Como se puede observar al final de la ficha técnica (que nadie se molesta en leer pero que, aunque no lo creáis, me lleva casi más tiempo confeccionar que el comentario de la propia película… incluida la presente…) NORTHWEST PASSAGE, al igual que otras muchas películas rodadas en three-color Technicolor (con la notable excepción de LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ), no resultó rentable para la MGM y eso a pesar de sus nada despreciables 3.385.000 dólares de recaudación a escala planetaria.
De hecho, como allí indico la película contabilizó unas pérdidas de 768.000 dólares.
Seguramente por ello la MGM sería uno de los estudios más reticentes a la hora de usar el color en los años 30 y principios de los 40.
Curiosamente serán los productores independientes los mayores impulsores del uso del color en el cine y muy especialmente el más importante de todos ellos, David O. Selznick (1902-1965), con títulos como EL JARDÍN DE ALÁ (1936), HA NACIDO UNA ESTRELLA (1937), LA REINA DE NUEVA YORK (1937), LAS AVENTURAS DE TOM SAWYER (1938) y, por encima de todas, la película más taquillera (lo siento, señor Cameron) de la Historia del Cine, la ya mencionada LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ.
Pero pese a todo y pese a todos NORTHWEST PASSAGE es una de las grandes obras maestras no solo de King Vidor sino del género, llámese como se quiera.
Lástima que ni el autor de la novela, ni la MGM o el propio Vidor sintieran por ella el aprecio que se merece.
Una historia brutal (y más en estos tiempos de matanzas sin sentido) pero a la que Vidor sublima en una oda tanto personal (por el protagonismo casi absoluto de Rogers)…
... como colectiva (porque sin el coraje y la determinación de sus hombres no hubiese podido llevar a cabo una empresa abocada al fracaso desde su misma concepción)…
Puede que hoy en día la visión que se da de los indios (tanto de los “buenos” como de los “malos”) pueda parecer maniquea pero lo cierto es que Vidor deja bien a las claras las atrocidades cometidas por los blancos aunque sin renegar tampoco de las que provocaban en respuesta los pieles rojas.
Buenas noches y, – más que nunca – buena suerte.
…
…
Anexo I:
Primeros westerns rodados en three-color Technicolor:
1938, GOLD IS WHERE YOU FIND IT / Michael Curtiz / Warner
1938, VALLEY OF THE GIANTS / EL VALLE DE LOS GIGANTES / William Keighley / Warner
1939, JESSE JAMES / TIERRA DE AUDACES / Henry King / Fox
1939, DODGE CITY / DODGE, CIUDAD SIN LEY / Michael Curtiz / Warner
1939, DRUMS ALONG THE MOHAWK / CORAZONES INDOMABLES / John Ford / Fox
1940, NORTHWEST PASSAGE / King Vidor / MGM
1940, THE RETURN OF FRANK JAMES / LA VENGANZA DE FRANK JAMES / Fritz Lang / Fox
1940, NORTH WEST MOUNTED POLICE / POLICÍA MONTADA DEL CANADÁ / Cecil B. DeMille / Paramount
…
Anexo II:
Filmografías coetáneas de…
… King Vidor…
1940, NORTHWEST PASSAGE
1940, COMRADE X / CAMARADA X / Clark Gable, Hedy Lamarr
1941, H.M. PULHAM, ESQ. / CENIZAS DE AMOR / Hedy Lamarr, Robert Young, Ruth Hussey
… Spencer Tracy…
1940, I TAKE THIS WOMAN / ESTA MUJER ES MÍA / W. S. Van Dyke II
1940, YOUNG TOM EDISON / EL JOVEN EDISON / Norman Taurog [Cameo sin acreditar]
1940, NORTHWEST PASSAGE / King Vidor
1940, EDISON, THE MAN / EDISON, EL HOMBRE / Clarence Brown
1940, BOOM TOWN / FRUTO DORADO / Jack Conway
… Robert Young…
1940, NORTHWEST PASSAGE / King Vidor
1940, FLORIAN / Edwin L. Marin
1940, THE MORTAL STORM / Frank Borzage
1940, SPORTING BLOOD / S. Sylvan Simon
1940, DR. KILDARE’S CRISIS / Harold S. Bucquet
… y Walter Brennan…
1940, NORTHWEST PASSAGE / King Vidor
1940, MARYLAND / Henry King
1940, THE WESTERNER / EL FORASTERO / William Wyler
…
Enterrad mi corazón en Wounded Knee…
Última edición por Alcaudón; 28/09/2024 a las 00:53
Ni me acordaba que ya había comentado esta película años ha...
https://www.mundodvd.com/las-ultimas...9/#post4263278
Madre de deu, Alcaudón. Te has batido a ti mismo, ¿quién quiere ver la peli cuando ya has reseñado hasta el último centímetro de piel. ¡Menudo striptease! Llegar a estos extremos no puede ser bueno para el body
Siguiendo con la época pre-western, ¿alguno de vosotros ha llegado a ver o recuerda algo de una versión de "El último mohicano" en los años 30 protagonizada por Randolph Scott?
Ruth Hussey. Una actriz que pasó sin gran gloria pero que me convenció sobradamente como compañera de James Stewart en "Historias de Filadelfia".
La BSO de Stothart (fallecido en 1949) fue publicada en una antología de westerns hace ya sus años por un sello ya extinto. De hecho, MGM es prácticamente el único estudio del que se conservan partituras musicales cinematográficas acontecidas en la década de los treinta, lo que tiene mucho mérito (y, sin duda, suerte). Me gusta especialmente su partitura para "Madame Curie" (1943), con la pareja Greer Garson-Walter Pidgeon, que no ha llegado a ser editada aunque seguramente en los archivos estará, sino íntegra sí parcial, circunstancia semejante a su "Maria Antonieta" (1938), que estuvo a punto de ditarse y al final no pudo ser (desde hace años y a día de hoy Warner tiene cerrado bajo siete candados su legado musical tanto como el de la antigua MGM).
Otros trabajos suyos editados oficialmente, aparte de "El mago de Oz":
Aunque para westerns me quedo con mismamente estos dos ejemplos musicales iguialmente tradicionales:
Última edición por Otto+; 28/09/2024 a las 02:43
Con Alcaudón acordamos de hacer un mini diario de las pelis que vimos en Sitges, ATENCION!!!! me prometió un breve comentario de cada uno, habrá que verlo no?. Empiezo con el bloque del dia 1:
PRESENCE -Steve Soderbergh-
Film inaugural que trata el tema de los sobrenatural de una forma original, donde todo el film se ve desde la perspectiva de la presencia, vemos lo que la presencia ve. Aparentemente suena coñazo pero está fantasticamente bien resuelta, sin los excesos que tanto gustan en Sitges. 8/10
VIGILTANTE NOCTURNO: DEMONIOS HEREDADOS - Ole Bornedal -
Con mucho miedo elegí esta peli, más que nada los primeros platos al ser viernes horario top, estaban agotadas. Secuela de la notable VIGILANTE NOCTURNO, se trata de un film innecesario, rebuscado e incongruente, sin duda, para mi, lo peor del festival incluso esperando poco. 2/10
THE BELDHAM - Angela Gulner-
Pequeña sorpresa en este "cinta" que mezclan terror y la maternidad de manera brillante, siempre manteniendo la tensión del estilo "nada es lo que parece, o si". Excelentes interpretaciones y muy bien resuelta. Una de las preferidas de Alcaudón que la vimos en sesión doble con... 7/10
RESVRGIS -Francesco Carnesecchi-
Film de criatura/s en el bosque, bebe de Alien como inspiración y del cine mainstream de terror moderno en lo formal. Ritmo rápido, ruidoso, de susto fácil, con escenas impactantes, pero cansino en cuanto a ejecución. 4.5/10
OFF SITGES 2024
En paralelo a la homérica actividad como espectadores del Festival de Sitges de este año de dos prestigiosos asiduos de este hilo (uno de ellos su alado creador), me he visto estos días, en la comodidad del salón de mi casa, de manera no premeditada, un tanto casual, una retahíla de películas que podrían perfectamente formar parte de una selección de Sitges (e incluso creo que alguna lo ha hecho en algún momento). Las comento brevísimamente por orden cronológico.
El gato negro (Gatto nero, 1981), de Lucio Fulci
Como por estos andurriales circula más de un fulciano militante, no me atrevo a ser muy duro con esta enésima adaptación libérrima del relato de Edgar Allan Poe. Lo mejor que se puede decir de ella es que no obliga a cerrar los ojos en ningún momento (aunque eso, seguramente, figurará en el debe del film para los fulcianos); lo peor, que me parece una aproximación intrascendente al universo poeano. Una ambientación correcta, aunque eso de oír a los personajes, se supone que británicos, hablando en italiano siempre tiene algo de marciano, más cuando el protagonista es ni más ni menos que Patrick Magee. Un Fulci, en cierto modo, para todos los públicos, lo cual supongo que quiere decir un Fulci menor.
El péndulo de la muerte (The Pit and the Pendulum, 1991), de Stuart Gordon
Y seguimos, cómo no, con Poe, cajón sin fondo de donde sacar argumentos para el cine de terror, aunque a menudo sea a base de acudir ad nauseam a los mismos relatos. Aquí, a pesar de mantenerse la referencia original a Toledo y la Inquisición, la acción no transcurre en vísperas de la entrada de las tropas napoleónicas del general Lasalle, sino en pleno reinado del terror del perverso Torquemada (recientemente invocado por altas instancias políticas), interpretado con convicción por Lance Henriksen. Gordon no cae en lo extravagante de algunas de sus propuestas más bizarras, sino que se mueve en un terreno casi más cercano a un cierto cine de aventuras siniestro que al terror . Para ello, el guion se sirve del panadero Antonio (Jonathan Fuller) y su mujer María (Rona de Ricci), arbitrariamente detenidos y amenazados de muerte, debido a la atracción libidinosa que siente el dominico por María.
A destacar la presencia de Mark Margolis como el verdugo.
El exorcismo de Eastfield (Godless: The Eastfield Exorcism, 2023), de Nick Kozakis
Aproximación australiana, que se pretende realista (aparecen los típicos rótulos indicando que se basa en hechos reales), al género de exorcismos. Aquí no aparece ni Pazuzu ni ningún otro de sus compañeros de diabluras. Lo realmente diabólico es más bien la cerrazón, el fanatismo, el enfermizo puritanismo extremo de una secta cristiana, en cuyas garras, en especial en las de su infame líder (Tim Pocock), cae una pobre joven con problemas mentales (Georgia Eyers). Y lo peor es que el torturante proceso de exorcismo se lleva a cabo con la aquiescencia del marido (Dan Ewig). Como suele pasar a menudo dentro del género, es más terrorífica cuanto más realista parece.
Con la marea (The King Tide, 2023), de Christian Sparkes
De Australia a Canadá. Atractivo film fantástico, más que terrorífico, del para mí desconocido Christian Sparkes. La película, a diferencia de lo que suele pasar en el género, va de menos a más, consiguiendo un final ciertamente impactante y perturbador. En una isla alejado en todos los sentidos del continente, encuentran una niña en el agua, después de una tempestad. El alcalde y su mujer, que acaba de sufrir un aborto natural, se ocupan de ella. La niña crece en un ambiente de sumo aislamiento, en parte propiciado por sus propios poderes: en su presencia, los habitantes de la isla curan sus heridas y sanan sus males sin intervención médica. Pero esa seguridad basada en lo excepcional de la niña tiene sus limitaciones y sus efectos secundarios, que llegarán al extremo en la fase final, cuando una mujer policía y una asistenta social lleguen a la isla para investigar supuestos abusos a una menor (lo que recuerde vagamente el arranque de The Wicker Man). Sin duda, a pesar de sus debilidades (en especial una horrenda banda sonora), la propuesta más atractiva del programa que comento.
Los vigilantes (The Watchers, 2024), de Ishana [Night] Shyamalan
¿De tal palo tal astilla? Quizá este podría ser un buen ejemplo, porque el debut de la hija del ínclito M. Night Shyamalan me ha recordado enormemente el cine de su padre, del que, como ya he comentado más de una vez, no soy precisamente un admirador. Todo en la película me parece sumamente artificioso, previsible y falto de interés, no pudiendo salvar ni siquiera la interpretación de Dakota Fanning. Como me consta que tiene sus admiradores entre los frecuentadores de este hilo, no me alargo. Para mí, una lamentable pérdida de tiempo.
El misterio de Salem’s Lot (Salem’s Lot, 2024), de Gary Dauberman
Como nuestro querido Alcaudón tiene una especial querencia por comentar las adaptaciones a la pantalla de las obras de Stephen King, seré muy breve, seguro que ya nos abrumará en el futuro con alguno de sus enciclopédicos comentarios. En mi caso no siento esa especie de fascinación adolescente que sé que tienen muchos de los aficionados al género por una anterior adaptación de la misma novela para la televisión en dos episodios: Salem’s Lot (1979), con el televisivo David Soul en el papel del escritor Ben Mears (en la nueva versión interpretado por Lewis Pullman, hijo de Bill), el gran James Mason como el acólito del vampiro y otros veteranos como Lew Ayres, George Dzundza o Elisha Cook Jr. Versión, por cierto, que no he visto nunca, por lo que no puedo comparar. Sí leí hace eones la novela de King, y siendo entretenida, no me dejó ningún recuerdo especial. En todo caso, esta versión de Dauberman creo que no pasará a la historia del cine, aunque puede distraer durante una tarde si uno no es demasiado exigente.
Última edición por mad dog earle; 14/10/2024 a las 13:44
El difunto protesta (Here Comes Mr. Jordan, 1941), de Alexander Hall
Alexander Hall es para mí un director prácticamente desconocido (¡y tiene 58 referencias en imdb!). Solo recuerdo haber visto una película suya con anterioridad: La diosa de la danza (Down to Earth, 1947), un musical de la Columbia a mayor gloria de Rita Hayworth.
También para la compañía de Harry Cohn es esta Here Comes Mr. Jordan, adaptación cinematográfica de la obra teatral de Harry Segall “Heaven Can Wait” de 1938. Hay que ir con cuidado con el título del film de Hall, porque dos años después se estrena una película de Lubitsch titulada precisamente Heaven Can Wait (conocida en España con el título de El diablo dijo no), o sea, como la obra de Segall, aunque este caso parte de una obra teatral del dramaturgo húngaro Leslie (o Ladislaus o Lazlo) Bush-Fekete, titulada, para complicarlo todo un poco más, “Birthday”, que no tiene nada que ver (o casi) con la de Segall. Aún podemos liarnos un poco más, porque años después Warren Beatty produjo, dirigió, coescribió el guion e interpretó un remake de la película de Hall (o una nueva adaptación de la obra de Segall) titulado precisamente… Heaven Can Wait, titulada en España El cielo puede esperar.
Es curioso como en los años treinta y cuarenta son frecuentes las películas (en muchos casos adaptaciones de obras teatrales) en que se utiliza el simbolismo del cielo o del infierno, de los ángeles o los demonios, del “subir o bajar” una vez muerto… o casi muerto. Supongo que el peso descomunal de la mortandad de la Gran Guerra y la perspectiva igualmente terrorífica de la Segunda Guerra Mundial influyó en esa representación un tanto evanescente de los límites de la vida. Recordemos films como La muerte de vacaciones (Death Takes a Holiday), de Leisen; Liliom, obra de Ferenc Molnár adaptada por Frank Borzage (1930) y después por Fritz Lang (1934); A Matter of Life and Death, de Powell y Pressburger, o, por supuesto, la canónica It’s a Wonderful Life, de Frank Capra… y muchas más.
Here Comes Mr. Jordan arranca con el accidente de aviación de un boxeador, Joe Pendleton (Robert Montgomery), que aspira al campeonato mundial. Un “mensajero”, encarnado por el siempre hilarante Edward Everett Horton, recoge su alma para embarcarlo en un avión (curiosa ironía) que ha de llevarlo, suponemos, al cielo, aunque nunca se habla ni de cielo ni de infierno ni de ángeles. Pero controlando el embarque se encuentra su superior, Mr. Jordan (un extraordinario, como siempre, Claude Rains) que no encuentra a Pendleton entre las personas a las que le ha llegado el momento, sino que comprueba que todavía ha de vivir muchos años.
Se ha producido un “error administrativo” por parte del mensajero, pero con la mala fortuna que en el interín han incinerado el cuerpo del boxeador, por lo que no es posible devolverlo a su estado anterior.
Así, Pendleton tendrá que conformarse con el cuerpo de un recién fallecido, Bruce Farnsworth, un financiero sin escrúpulos, a quien su mujer y el secretario han asesinado en el baño. Inicia con él un peregrinaje a la búsqueda del cuerpo que mejor se ajuste a sus deseos, gracias a la connivencia del atento y comprensivo Mr. Jordan. A pesar de que le disgusta su nueva encarnación, a través de ella conoce a Bette (Evelyn Keyes), la hija de un hombre perjudicado por Farnsworth.
El nuevo Farnsworth/Pendleton se enamora de Bette y, a su vez, contrata a su antiguo entrenador, Max (magnífico James Gleason), porque quiere prepararse para el combate mundial, ante el estupor de propios y extraños.
Farnsworth volverá a ser asesinado, pero esta vez el alma de Pendleton se encarnará en un cuerpo más apropiado, el de Murdock, su gran rival, que ha caído muerto en el ring por los golpes propinados por su contrincante. Pendleton ocupa el cuerpo de Murdock justo a tiempo para salvar la cuenta atrás y ganar el título, consiguiendo así aquello que más quería.
Pero el precio que tendrá que pagar será olvidar lo vivido en sus encarnaciones pasadas. ¿También a Bette? Pero un guiño final nos anuncia un futuro feliz.
Como es de imaginar la película está llena de equívocos, puesto que solo Pendleton, en cualquiera de sus encarnaciones, es capaz de ver a Mr. Jordan o al mensajero. También se juega con la necesidad de que Max, el entrenador, reconozca en el cuerpo de Farnsworth el alma de Pendleton, algo que ha de contar con la complicidad del espectador, ya que tanto si se trata de Pendleton como de Farnsworth como de Murdock siempre vemos a Montgomery en pantalla.
Una comedia chispeante, bien interpretada (aunque reconozco que Montgomery no es un actor de mi gusto) y con buen ritmo. Vale la pena recuperarla.
Última edición por mad dog earle; 14/10/2024 a las 15:07
Intentaré comentar tan pronto y como pueda y únicamente en estilo telegráfico - palabrita del bebé de Rosemary - las películas vistas aunque por ahora comparto plenamente las opiniones del infatigable AF.
A mad dog earle solo puedo felicitarle por su florida pluma aunque nuestros gustos en lo referente al cine fantástico y/o de terror son diametralmente opuestos. Nada que no se pueda solventar mediante un diálogo abierto y constructivo...
EL DÍA DE LA MADRESpoiler:
o
PROGRAMA DOBLE: EL CINE FANTÁSTICO Y/O DE TERROR MODERNO
La madre del cordero…Spoiler:
o
THE FIRST OMEN (2024, LA PRIMERA PROFECÍA)
Coproducción entre Canadá, los EUA, Italia y Serbia.
Estrenada en España y los EUA el 5 de abril de 2024.
- Película vista la noche del 25 de octubre -
Copyright 2024 20th Century Studios
Dirigida por Arkasha Stevenson.
Escrita por Tim Smith, Arkasha Stevenson y Keith Thomas, a partir de una historia de Ben Jacoby.
Fotografiada por Aaron Morton, en color y formato panorámico.
Musicalizada por Mark Korven.
Protagonizada por Nell Tiger Free (Margaret), Ralph Ineson (Padre Brennan), Sonia Braga (Hermana Silva), Tawfeek Barhom (Padre Gabriel), María Caballero (Luz), Charles Dance (Padre Harris), Bill Nighy (Cardenal Lawrence) y Nicole Sorace (Carlita).
…
Coordenadas espacio / temporales:
Roma / 1971
…
Hace unos meses en otro rincón de este enorme cajón de sastre que es mundodvd confeccioné un programa doble de lo más apañado dedicado al cine de terror “moderno” hermanando dos propuestas tan atractivas como son EL EXORCISTA (1973), de William Friedkin y LA PROFECÍA (1976), de Richard Donner.
- El uso del entrecomillado se debe a que tal vez a algunos de los que tengan a bien leer la presente reseña los años 70 les parezcan ya el Cámbrico de la Historia del Cine… -
Sin duda dos de los grandes clásicos del cine fantástico y/o de terror (dependiendo de las creencias de cada uno) que más influencia han tenido en las últimas décadas, especialmente la primera, aunque a mí siempre me gustó más la segunda…
Como reza su título LA PRIMERA PROFECÍA es la precuela de la cinta que acabo de mencionar, la obra maestra de su director, Richard Donner (1930-2021), junto al díptico SUPERMAN (1978) / SUPERMAN II [El montaje de Richard Donner] (2006) y a la bella y melancólica LADY HALCÓN (1985), con una celestial Michelle Pfeiffer.
Nunca segundas partes fueron buenas…
Por una vez y sin que sirva de precedente voy a llevarle la contraria al manco de Lepanto puesto que LA PRIMERA PROFECÍA no solo me ha parecido una espléndida cinta de terror sino que en muchos aspectos supera incluso a su no menos ejemplar secuela, como acabo de indicar.
Algo además sorprendente dado que es el primer largometraje de su directora, la joven y atractiva Arkasha Stevenson, quien hasta la fecha no contaba con más bagaje que dos cortometrajes.
- La protagonista y la directora en la presentación de la película -
Dado que es una película que todavía no ha sido editada comercialmente en nuestro país me limitaré a hacer una sucinta reflexión sobre la misma aunque debido a su carácter de precuela al menos los más avezados pueden hacerse una idea de por dónde pueden ir los tiros… o tal vez no…
Lo cierto es que pese a ese carácter (algo solo explicitado en el último tramo de la película) LA PRIMERA PROFECÍA tiene entidad suficiente como para distanciarse no solo en el fondo sino también en la forma (por ejemplo, el sustituir el Scope por el formato panorámico, lo que confiere al relato una atmósfera mucho más opresiva) de su ilustre secuela.
Por cierto, antes de seguir adelante me gustaría indicar un pequeño gazapo que se les ha colado a los guionistas.
Algo tan nimio como el hecho de que el Anticristo (o sea, Damien) en LA PROFECÍA había nacido el 6 de junio de 1970 (léase al respecto https://www.mundodvd.com/las-ultimas...0/#post4845718) mientras que en esta precuela lo hace el 6 de junio de… 1971…
Nadie es perfecto…
Al contrario que la cinta de Donner toda la acción de la película (salvo el prólogo al que luego aludiré) transcurre en…
… de ahí ese pequeño error que acabo de mencionar…
Recordemos que la historia de LA PROFECÍA acontecía (casi) íntegramente en Reino Unido y en 1975.
O sea, que hay un lapso temporal de cuatro años entre una y otra.
LA PRIMERA PROFECÍA nos habla de los orígenes del Anticristo.
Y más concretamente de quién pudo ser su madre biológica.
En la cinta de Donner el hijo que tanto ansiaba el matrimonio formado por Robert (Gregory Peck) y Kathy (Lee Remick) “fallecía” durante el parto y para evitar dar semejante noticia a su esposa el primero accedía por mediación del padre Spiletto (Martin Benson) a adoptar a otro niño cuya madre había muerto al darle a luz y además tomaba la decisión de no decírselo a su esposa.
Una secuencia clave no solo por la trascendencia que tendrá al final de la película sino porque en ella se nos muestra de manera muy inteligente el concepto de dualidad, el cual resulta esencial para intentar desenmarañar el nudo gordiano de la trama.
Ejemplos:
Niño muerto de madre viva vs. niño vivo de madre muerta
El apellido Thorn, Espina en castellano y que bien podría ser un sutil alusión a la corona de espinas que durante su calvario portaba la némesis del recién nacido Anticristo.
- Por cierto, esto último se me acaba de ocurrir durante la confección del presente programa doble y que, por tanto, se me pasó por completo desapercibido en el anterior.
O es que tal vez uno es demasiado imaginativo… -
Volvamos a LA PRIMERA PROFECÍA.
Uno (entre otros) de los grandes aciertos de la propuesta es que durante la mayor parte de la proyección el punto de vista que nos sirve de referencia es el de su joven protagonista, la novicia (también huérfana) Margaret (encarnada de forma superlativa por la actriz y cantante Nell Tiger Free [1999]), recién llegada de los EUA (una manera inteligente de conectar ambas películas, debido a la profesión del futuro padre adoptivo) a Roma, donde es recibida por su benevolente protector el cardenal Lawrence (Bill Nighy).
En este sentido la película tiene una conexión mucho más profunda con LA SEMILLA DEL DIABLO (1968), de Roman Polanski que con la cinta de Donner.
La – como antes indicaba – excelente puesta en escena de la directora funciona a la perfección dentro de una historia donde hasta el final (al igual que en la cinta de Polanski) no sabremos si lo que piensa y siente la protagonista es o no real.
Su destino será formar parte de la congregación de monjas que se encarga de cuidar de los huérfanos (como podemos apreciar una palabra clave en ambas cintas) nacidos de madres solteras.
Y hasta aquí puedo escribir…
Una película con una nada velada sino más bien vitriólica mirada crítica a la Iglesia Católica y que aunque tal vez pueda sonar extraño yo, aparte de la mencionada magnum opus de Polanski, emparento con obras tan aparentemente disímiles como son la novela gráfica (en mi época se decía tebeo… ) “Watchmen” (1986-1987), de Alan Moore (guion) y Dave Gibbons (dibujo) y la (injustamente) denostada ALIEN RESURRECCIÓN (1997), de Jean-Pierre Jeunet, cuarta (y hasta el momento última) entrega de la saga original con la insuperable Sigourney Weaver de protagonista.
Suena raro, ¿verdad?
Pues os animo a que tan pronto como podáis le deis una oportunidad puesto que para mí LA PRIMERA PROFECÍA es una de las películas de terror más originales y turbadoras de los últimos años.
Una película que contiene alguna de las set pieces mejor elaboradas de un cine como es el de terror que está pasando por uno de los mejores momentos de toda su historia.
Un ejemplo perfecto es el encuentro entre los padres Brennan (Ralph Ineson) y Harris (Charles Dance) y que funciona a modo de prólogo de la historia y que es un (espléndido) homenaje a una de las secuencias más recordadas de la primera entrega.
O aquella en la que Satanás (o uno de sus acólitos…) copula con una de las posibles madres del futuro Anticristo y, especialmente, el nacimiento de este (o de uno de sus acólitos...)...
- Una imagen que bien podría haberse extraído de cualquiera de las entregas de la mencionada saga, ¿verdad que sí? -
Aquí de nuevo el guiño a Polanski (o más bien deberíamos decir a la novela de Ira Levin, dado que la película del polaco es una de las adaptaciones más fieles que jamás se hayan llevado a la gran pantalla) es evidente aunque sutil.
En resumen, una sobresaliente película y que al menos desde mi punto de vista puede competir de tú a tú con su “secuela”, lo que ya son palabras mayores.
Vosotros mismos.
P. D. Como dato meramente anecdótico los actores Nell Tiger Free y Charles Dance trabajaron juntos en la mítica serie “Juego de tronos” (2011-2019), la primera encarnando a Myrcella Baratheon y el segundo a Tywin Lannister.
O el hecho seguramente no buscado del más que notable parecido físico entre la actriz protagonista y Lee Remick...
... otro motivación extra para recomendar de forma entusiasta su visionado, incluso a los más recalcitrantes detractores del cine de terror moderno...
y
La madre del monstruo…
ALIEN RESURRECTION (1997, ALIEN RESURRECCIÓN)
Estrenada en los EUA el 26 de noviembre de 1997 y en España dos días después.
- Película vista la pasado noche -
Copyright 1997 Twentieth Century Fox Film Corporation
Dirigida por Jean-Pierre Jeunet.
Escrita por Joss Whedon.
Fotografiada por Darius Khondji, en color y Scope.
Musicalizada por John Frizzell.
Protagonizada por Sigourney Weaver (Clon n.º 8 de Ripley), Winona Ryder (Call), Dominique Pinon (Vriess) y Ron Perlman (Johner).
…
Coordenadas espacio / temporales:
Nave de investigación médica USM Auriga / 2381
…
De oca a oca…
Dado que en el comentario anterior he mencionado a la última de las entregas de nuestro xenomorfo favorito en la que participó Sigourney Weaver qué mejor motivo para volver a visionar al “patito feo” de las mismas algo que yo siempre he encontrado incomprensible puesto que en mi modesto (y difícilmente compartido) criterio la valoración de las mismas sería tal que…
ALIEN > ALIEN 3 (La versión reconstruida, no la original que se estrenó en salas comerciales) > ALIEN RESURRECTION > ALIENS
Para gustos…
En breve haré mención a ese extraño (algunos dirían que descabellado) hermanamiento entre la película anteriormente comentada y la presente aunque para ello me tendré que ver obligado a revelar uno de los secretos que atesora en su interior la primera aunque procuraré hacerlo de la forma más oblicua que pueda para evitar levantar la liebre.
Y ya que estamos, ¿qué tienen en común JOHNNY GUITAR (1954), de Nicholas Ray y ALIEN RESURRECIÓN (1997)?
Alguno seguro que todavía se estará frotando los ojos ante semejante cuestión.
Pues algo tan simple pero tan bello como el compartir una frase que ya ha pasado a la Historia del Cine (y que era la favorita de su creador).
Frase que Johnny (Sterling Hayden) pronunciaba casi al final de la primera mitad de la película...
… mientras que aquí el clon n.º 8 de Ripley (Sigourney Weaver) lo hace al final de la misma…
Cinéfagos y cinéfilos de toda condición tienen la (muy respetable y consensuada) opinión de que la 4ª entrega de la serie es la más floja de todas y eso que el firmante de la misma, el francés Jean-Pierre Jeunet (1953), era el más apreciado y laureado de los cineastas que participaron en la serie en el momento en el que asumió la silla de director (DELICATESSEN [1991], LA CIUDAD DE LOS NIÑOS PERDIDOS [1995]).
- Sí, James Cameron había dirigido ya TERMINATOR (1984), pero una cosa es el éxito en taquilla y otra es el reconocimiento de los críticos y que nadie infiera de dicha aseveración que no aprecio la primera incursión del cineasta en el género por el que pasará a la posteridad, TITANIC aparte. -
Aunque existe una continuidad cronológica (más o menos) claramente establecida entre las cuatro entregas de la serie lo cierto es que la misma podría dividirse perfectamente en dos bloques, el primero formado por ALIEN y ALIENS y el segundo por ALIEN 3 y ALIEN RESURRECCIÓN.
Ciñéndonos a este último para evitar que el comentario (como solía ser - ¡ay! - norma…) se me vaya de las manos en el mismo somos testigos por un lado de la progresiva “alienación” (entiéndase el entrecomillado) de su protagonista (la como siempre superlativa SW) y por otro la “humanización” del xenomorfo.
De esta forma, los verdugos se convierten en víctimas y las víctimas en verdugos.
Vamos, como lo que está sucediendo estos meses cierto país de Oriente Medio de cuyo nombre no quiero acordarme…
Y esa humanización no afecta solo a los (aparentemente) belicosos alienígenas sino también a los androides que trabajan a las órdenes de los humanos y que como los protagonistas de la mítica BLADE RUNNER (1982), de Ridley Scott demuestran ser más humanos que los propios humanos, valga la redundancia.
Por tanto, entre ALIEN 1 y ALIEN 4 Ripley (o mejor dicho, su clon n.º 8 dado que como todos recordarán la susodicha se suicidó en la anterior entrega al saberse portadora del parásito) ha evolucionado al implementar en su propio DNA las mejores adaptaciones de su enemigo a todo tipo de entornos y de hospedadores y por su parte los androides que la acompañan en sus aventuras han ido perdiendo ese carácter amenazador inicial (Ash [Ian Holm]) hasta convertirse en seres mucho más empáticos que las personas que originalmente las diseñaron, caso de Call (una, como siempre, delicada y preciosa Winona Ryder), algo además seguramente acentuado dado que en su caso fue otro androide y no un humano el que la diseñó.
Estos aspectos no se aprecian en las otras dos películas que forman el primer bloque al que antes hacía referencia y que básicamente consisten en la historia de victorias y de derrotas entre humanos y alienígenas sin ningún intento por establecer cauces de comunicación entre ambas especies. Y siempre desde el punto de vista de los primeros.
El cambio, sin embargo, se puede apreciar ya en ALIEN 3 y llega hasta sus últimas consecuencias en ALIEN 4 con ese abominable (pero digno de compasión) monstruo creado en los laboratorios de la nave estelar en la que acontece la mayor parte de la acción y que es un sentido (y extrañamente olvidado) homenaje al Monstruo de Frankenstein ideado por Mary Shelley y desarrollado en sus mejores recreaciones cinematográficas, especialmente en las surgidas de la norteamericana Universal en los años 30 y de la británica Hammer en los 50 y 60.
Ya lo dice con sorna (pero también con dolor) el clon de Ripley en un momento de la película…
Claro que en la película hay muchos tipos de monstruos...
Pero, ¿qué demonios tiene que ver ALIEN 4 con LA PRIMERA PROFECÍA?
Ahí va mi oblicua respuesta…
Por un lado, ambas son historias de una maternidad no deseada (o más bien directamente forzada) pero finalmente asumida.
Y por otro, especialmente, porque tanto en una como en otra el tema de la clonación (una de los temas recurrentes en el género antes siquiera de que esta fuera posible)... o su equivalente…
… que nadie piense que va a ver clones del Anticristo pululando en la cinta anterior, aunque la cosa no dejaría de tener su gracia…
… tiene una importancia capital en la trama…
Esa visita del clon n.º 8 de Ripley al laboratorio donde se encuentran el resto de sus hermanas incluida la única, aparte de ella, que ha sobrevivido al antinatural cruce (aquí me viene a la cabeza los atroces experimentos de los nazis en los campos de exterminio…) es seguramente la secuencia más dolorosa (y mejor) de toda la película.
Aunque Jeunet (apoyado en un buen guion del demasiado endiosado Joss Whedon) tal vez impregna el primer tramo de la película de ese humor (un tanto chusco) que le caracteriza lo cierto es que su puesta en escena es francamente atractiva, desde luego muy superior a la de Cameron, donde igualmente se retrataba a los soldados que acompañaban a la Ripley original al planetoide LV-426 donde hacía por primera vez acto de presencia el xenomorfo como unos mastuerzos de tomo y lomo.
Igualmente son de recibo los excelentes efectos especiales ideados para dar vida a los diferentes alienígenas y que como antes indicaba logran algo impensable como es lograr empatizar (relativamente hablando, dada su naturaleza) con unas criaturas para las que el ser humano no deja de ser más que otro hospedador de su progenie.
Sirva este breve reseña para reivindicar una notable película y que desde luego deja a la altura del betún engendros como las últimas entregas (ya sin Ripley/Sigourney) de la serie.
Buenas noches y, buena suerte… a pesar del cambio horario…
Última edición por Alcaudón; 28/10/2024 a las 17:40
Menudo lapsus. Ya lo corrijo. Si es que...
De Alexander Hall recuerdo haber visto una película suya titulada "Mundo celestial" (1944), una screwball-comedy protagonizada por William Powell y Hedy Lamarr en la que él es astónomo y trabaja es una observatorio y ella es una viciada de la astrología y los signos del horóscopo. Se me hizo pesada y falta de gracia. No funciona bien la pareja en el género (sin dudad mejor verles en el thriller noir "Crossroads" -1942-, de Jack Conway), y es que tengo la intuición de que esta comedia fallida fue un intento de emparejar al actor con alguien más que con la entonces más alejada de los focos, y disidente con su estudio, Myrna Loy, para ver si sonaba la flauta. No sonó, y es hasta posible que sus dos estrellas la hicieran con cierta desgana.
Hubo colaboración de Don Vincente Minnelli en algunas secuencias, aunque creo crecordar que no aparece acreditado junto a Hall en los títulos de crédito como director (en esa época era raro de narices verr a un codirector acreditado). Ya no lo recuerdo, pero "Robin de los bosques" llevaba acreditado originariamente a William Keighley junto a Curtiz??
A vuelapluma:
1. Sí, ambos aparecen acreditados.
2. Yo si las encuentro un notable parecido, especialmente en los ojos.
3. Y hablando de ojos, ¿quién tenía ese mismo brillo en los suyos en cierto clásico (mayor) del mismo género al que pertenece el clásico (menor) que coprotagoniza la diminuta WR?
Programa doble de dos directores de los que solemos hablar poco (o nada).
Los valientes andan solos (Lonely Are the Brave, 1962), de David Miller
De David Miller he visto muy pocos films, y, a la vista de lo heterogéneos que son, no me atrevo a generalizar nada sobre su estilo, si es que se puede hablar de estilo propio en su caso. Entre los que he visto hay desde la última película de los Marx Brothers, Amor en conserva (Love Happy), en donde aparecía una casi desconocida Marilyn Monroe, a un film que especula sobre del asesinato de Kennedy, Executive Action, claro ejemplo de las películas conspiranoicas de los setenta, pasando por un sobrio film noir con impronta melodramática, Miedo súbito (Sudden Fear), a mayor gloria de Joan Crawford, o una variante del tema de hacer “luz de gas” a la esposa, Un grito en la niebla (Midnight Lace), con Doris Day y Rex Harrison.
Lonely Are the Brave destaca por ser un sólido “western crepuscular”, con guion de Dalton Trumbo a partir de la novela “The Brave Cowboy” (1956) de Edward Abbey. Se trata de un proyecto impulsado por Kirk Douglas, en tareas de productor a través de una de sus productoras, Joel Productions, además de ser el actor principal.
Junto a Trumbo, destaca Jerry Goldsmith como autor de la banda sonora y el magnífico trabajo en la fotografía de Philip Lathrop, que ese mismo año trabajó con Blake Edwards en la estupenda Experiment in Terror, mostrando en uno y otro film un gran dominio sobre la imagen en blanco y negro.
Douglas interpreta uno de esos personajes que parecen hechos a su medida: un cowboy solitario, “libre como el viento”, que no se adapta a la nueva sociedad, construida a base de obstaculizar el campo abierto con vallas, prohibiciones o carreteras. Su intento de ayudar a un amigo (cuya esposa interpreta Gena Rowlands, en un papel demasiado secundario),
viejo compañero de aventuras, a fugarse de la prisión se salda con un completo fracaso: el amigo prefiere cumplir la condena antes que arriesgarse a un castigo mayor; él es torturado (fuera de campo) por un sádico policía (George Kennedy, en un registro al que nos tenía acostumbrados); y, finalmente, después de una ardua travesía por las montañas con su yegua Whiskey, perseguido por el persistente sheriff (Walter Matthau), que cuenta incluso con la ayuda de un helicóptero proporcionado por el ejército,
acabará siendo arroyado, en un noche de intensa lluvia, por un camión que, ironía del destino, transporta inodoros, símbolo evidente de la sociedad moderna para un viejo cowboy.
Douglas pone toda la carne en el asador interpretativo y entrega el que, según su propia opinión, fue su mejor trabajo. Dice en su autobiografía “El hijo del trapero”: “Lonely Are the Brave es mi película predilecta. Me gusta el tema del individuo que se esfuerza por ser persona ante una sociedad que le aplasta”. Solo le pone tres pegas: el título (“Todavía hoy no estoy seguro de qué significa”), el director (“Le encomendé la dirección a David Miller y me arrepentí. Me parecía que su trabajo estaba lejos de ser brillante. Era desdichado en exteriores”) y la Universal, que era la distribuidora (“Le imploré a Universal que no estrenara Lonely Are the Brave como un western insignificante y barato, que es como lo veían ellos. […] Pero Universal la lanzó rápido y masivamente, sin proyecciones para la prensa ni una gran campaña, ni cines de estreno”). Vale la pena recuperarlo.
Muertes de invierno (Winter Kills, 1979), de William Richert
Si antes mencionaba Executive Action, un film de 1973 de David Miller sobre el atentado a Kennedy, unos años después William Richert (director para mí completamente desconocido) adaptaba la novela “Winter Kills” (1974) de Richard Condon, autor también de “The Manchurian Candidate”. La película, con guion del propio Richert, trata el magnicidio del presidente en forma de sátira política. La acción se sitúa 19 años después del asesinato del presidente Kegan (claro trasunto de JFK). Su hermano, Nick (interpretado por Jeff Bridges), hijo de Pa Kegan, un magnate con los rasgos de John Huston (que nos puede hacer recordar a Joseph Kennedy, vínculos con la mafia incluidos),
recibe la revelación, por boca de un hombre que dice haber sido uno de los asesinos del presidente, del lugar donde se escondió el arma homicida.
A partir de ese momento, Nick se ve envuelto en una trama de intriga política confusa y por momentos desmadrada, pero que no encuentra (o yo no lo he encontrado) el tono adecuado. Ni comedia ni film serio conspiranoico, un entremedio que no creo que dejara satisfecho a nadie y que solo sirve para facilitar un desfile de actores de relumbrón, la mayoría en breves papeles (o, como en el caso de Elizabeth Taylor, en un cameo no acreditado):
Anthony Perkins, Eli Wallach, Sterling Hayden, Dorothy Malone, Ralph Meeker, Tomas Milian, Richard Boone, incluso un completamente desubicado Toshiro Mifune, que articula con dificultad algunas frases en inglés.
Lo más lucido quizá sea la aparición de Perkins en una especia de centro de computación que depende del patriarca Kegan
y la de este mismo, John Huston, con un final que nos hace pensar en Dr. Strangelove, cuando se precipita al vacío agarrado a una bandera americana. Solo apta para curiosos.
La primera cinta que comentas me parece excelente. Yo creo que el título hace referencia al hecho (cierto) de que los que tratan de vivir al margen de la sociedad en la que les ha tocado existir demuestran un valor del que carecen los que forman parte de aquella al no doblegarse a sus designios.
La segunda la desconozco por completo pero solo por oír a TM hablar en inglés tal vez merezca la pena.
Última edición por Alcaudón; 07/11/2024 a las 23:12
Última edición por repopo; 07/11/2024 a las 17:07