MANDY es una de las grandes obras de Mackendrick y nunca llegué a saber - porque tampoco he indagado al respecto - si la niña Mandy era en verdad sordomuda. De cualquier forma su trabajo en la película es asombroso.
La verdad es que en el cine británico clásico el trabajo de los actores infantiles es infinitamente superior al de sus homónimos norteamericanos.
Recordemos las magistrales ¡SUSPENSE!, de Jack Clayton o HUIDA HACIA EL SUR y VIENTO EN LAS VELAS, del mencionado Mackendrick.