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Tema: El callejón de las películas perdidas

Vista híbrida

  1. #1
    sabio Avatar de hannaben
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    25 ene, 15
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    Predeterminado Re: El callejón de las películas perdidas; o, Ese lugar donde poder comentar otro tipo de cine menos apreciado o conocid



    https://pics.filmaffinity.com/la_tia...0511-large.jpg
    Visionar en la actualidad LA TIA TULA supone via-
    jar en el tiempo e introducirse en una atmósfera asfixiante y castradora,
    la de una España sumida en el sopor de la posguerra y ante la cual el artista tenía
    que optar por denunciar sin nombrar, retratar sin revelar: protestar silenciosamente.
    Esta es una película de grandes silencios a través de
    los cuales los protagonistas lo dicen todo. Frente a la verborrea de la novela, los personajes de la peli se
    exhiben a través de miradas penetrantes, furtivas, feroces, sensuales,
    cohibidas, desafiantes, reprobadoras; miradas que se alargan al ritmo pausado de unos planos-secuencia que permiten a la cámara mostrarnos la más
    exacta radiografía de un país a la negra sombra de la Iglesia.
    M Picazo realiza una elegante película inspirada, como él mismo indica,
    en la novela de Unamuno, de la que rescata sólo lo que le
    interesa para retratar una sociedad aletargada de la que Tula es todo un emblema. Una
    película que rehúye la reflexión espiritual a favor
    de la plasmación de una época y, fundamentalmente, unos valores que aprisionan,
    hasta la total autoaniquilación,
    Picazo mediante un lenguaje cinematográfico exquisito y sobrio, refleja la contención
    en tediosas vidas dentro de un opresivo núcleo familiar

    La película empieza con un entierro, campanas de duelo y llantos de pérdida,
    y con la imagen de un niño, ejemplo viviente de una infancia robada e
    portando una corona de flores que casi le dobla en tamaño.



    Ya en los precréditos, en efecto, se establecen todos los temas de la película:
    la fuerza de un personaje audente (la difunta Rosa, primera mujer del desnortado
    Ramiro, los ritos y atavismos de la sociedad (ejemplificada en las bienin-
    tencionadas plañideras que acompañan a la familia en el cortejo fúnebre), la presión
    de la casa como prolongación de un ataúd cuya negra oquedad lo domina todo y, en
    medio de ello, la impenetrable (nunca mejor dicho) Tula, ocultando su dolor tras la
    rígida máscara de fortaleza cristiana y mostrando su ternura sobre unos
    niños desolados e indefensos con su frágil padre.

    Una
    impecable A Batista que, con todo merecimiento, ha sido objeto de encendidos elogios dirigidos a esta peli, actualmente de culto y que en su momento
    fue declarada «de interés artístico nacional». Esa Tula, tan expresiva en su
    contención, tan enigmática,sugerente.imprevisible?¿


    en una de las más logradas interpretaciones del
    cine español de todos los tiempos. Hasta llegar a producir
    angustia en el espectador, a medida que avanza el argumento: empieza con una Tula enlutada que inmola su vida al cuidado de su cuñado y sobrinos mientras se entretiene con obras de caridad y ñoñas
    actividades en un círculo de solteronas a cual más
    caricaturesca.

    Poco a poco, Tula se convierte en la hembra acosada, hasta el intento de
    violación, por el varón en celo que la espía por los rincones de la casa, obligándola
    a una lucha que se establece más entre sus instintos y su férreo código moral que
    entre la mujer secretamente enamorada?¿ y el atractivo hombre que intenta satisfacer los ocultos deseos de ambos.


    Memorable es, su conversación con el
    sacerdote, esta sí, directamente heredada de Unamuno, en la que Tula erige ante el
    confesor una supuesta vocación de mujer independiente e insumisa que, en el fondo,
    oculta su horror al sexo. Y, en uno de los juegos de contrastes que dan a
    la película tanto interés, esta misma Tula, que erige su soltería y maternidad no fisiológica, se nos aparece como una sensual
    y tentadora mujer que acaricia con esmero sus piernas mientras su cuñado se solaza
    semidesnudo en el río, en la que, sin duda, es una de las secuencias más intensas de la película. Pero esta misma Tula vuelve, inmediatamente, a parapetarse en la
    armadura de la represión y, literalmente, pierde...cuando su cuñado
    desahoga sus instintos con una joven algo corta de luces y se ve obligado a contraer
    matrimonio en un desenlace que hace infelices a todos.
    Que una actriz sea capaz de interpretar un personaje con tantos
    matices, deseos y represiones, y que lo haga con la solvencia que
    nos regala plano a plano la gran Aurora, justifica, sin duda, el enorme interés que
    tiene esta peli más allá del desolado retrato de la sociedad que muestra.
    Una estupenda labor de montaje subraya este mundo por los arbitrarios principios del
    bien y el mal, de la tentación y el pecado, de la libre expresión de la espontaneidad
    y posterior arrepentimiento. El espectador advierte, precisamente a través de la
    sintaxis de las secuencias, cómo el realizador pone de manifiesto la fragilidad de
    los personajes ante las imposiciones morales de la época: así ocurre, por ejemplo,el contraste de
    la tórrida secuencia del intento de violación por parte de Ramiro con la exagerada puesta en escena,casi hasta la parodia, de la ceremonia de la Primera Comunión
    de Tulita, con cuyos inmaculados trajes y rimas sacras pretende la virginal Tula limpiar su hogar.
    Este mismo juego se establece también en la sabia elección de
    los espacios: la casa familiar se convierte en claustrofóbico lugar de la enfermiza
    relación entre Tula y Ramiro, llegando a alcanzar un rango de muda y poderosa
    protagonista más.Como prolongación de la casa, cobra gran importancia la ciudad,
    innominada pero reconocible espía, desde sus ventanas como ojos de todos los movimientos de los personajes. En clara oposición, aparecen en dos momentos de la película
    espacios abiertos: el primero, en una ruidosa y desenvuelta reunión juvenil al aire
    libre y el segundo, y más importante, durante la visita de los personajes al campo,
    donde se desarrolla la ya mencionada secuencia del río, con toda su carga erótica, y
    se decide el desenlace de la película.
    La sobria fotografía en blanco y negro, en un negro que, en más de un momento, se nos antoja gris a morir... subrayando el tono de una crítica que no es particularmente
    feroz ni agresiva, sino más bien lacónica y de hartazgo asumido.

    Lo mismo podríamos decir de la música, sobria y escueta, que aparece sólo
    en las escenas importantes de la tortuosa relación entre Ramiro y Tula para reforzar
    una intimidad apenas sugerida y que se desvanece como la pasión entre los personajes. En contraste con estos
    momentos de intimidad, suena una música rítmica y estridente que refuerza, en la
    secuencia de la fiesta juvenil y en la de la estancia de los protagonistas en el campo,la libre expresión del deseo.



    Silencios y gritos, lánguidas melodías y sones ruidosos, casas que son cárceles
    y campos que son vida, niños que se inhiben como adultos y adultos que se com-
    portan como niños, bodas sin amor y amores sin boda…, todo ello en una película
    de pocas palabras y densísimo contenido.
    Picazo ha logrado construir lo que, sin duda alguna, podemos
    considerar una obra maestra: en la adaptación, elección de
    actores, puesta en escena,una peli que no hace más que ganar y ganar a cada nuevo visionado.


    10//10

  2. #2
    Senior Member Avatar de mad dog earle
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    Predeterminado Re: El callejón de las películas perdidas; o, Ese lugar donde poder comentar otro tipo de cine menos apreciado o conocid

    Un crimen por hora (Gideon’s Day, 1958), de John Ford



    Mientras esperamos que nuestro querido Alcaudón inicie el largamente anunciado ciclo dedicado a los westerns de John Ford, me permito un breve comentario sobre una película atípica en su filmografía por varios motivos.

    Por un lado, es una producción de la Columbia British rodada en Londres, con notable presencia de planos filmados en exteriores reales, lo que nos permite ver el dinamismo de las calles londinenses, aunque se tenga que recurrir en ocasiones a maquetas quizá demasiado evidentes por repetitivas cuando se ilustra lo que se ve al fondo por la ventana del despacho del protagonista.

    Precisamente, que el protagonista sea el inspector jefe George Gideon de Scotland Yard (magníficamente interpretado por Jack Hawkins), y que el argumento sea claramente inscribible en el género policíaco, poco transitado por Ford, es otro de los elementos atípicos. Incluso extraña el tono ligeramente de comedia que adopta el film en muchos momentos, que nos podría hacer pensar en un film de la Ealing.

    Por lo demás, el guion de T.E.B. Clarke (guionista precisamente de varios films de la Ealing), que adapta una novela de John Creasey (autor de un buen número de relatos protagonizados por Gideon, firmados con el seudónimo J.J. Marric, que dieron origen a una serie de televisión: Gideon’s Way, protagonizada por John Gregson), sigue una extenuante jornada en la vida del inspector jefe, tal como recoge el título original (aunque en Estados Unidos se estrenó con el de Gideon of Scotland Yard, y, lo que es más sorprendente, ¡en blanco y negro!).

    Vemos a Gideon inicialmente en su ambiente familiar, aseándose y desayunando, con la perspectiva de una dura jornada de trabajo por delante, que a pesar de ello, como le recuerda su esposa (la fordiana Anna Lee), ha de dejarle tiempo libre para asistir al concierto de violín de su hija (interpretada en su debut en el cine por Anna Massey, hija de Raymond Massey, y protagonista de dos films capitales: Peeping Tom y Frenzy).



    Gideon tendrá que habérselas con un posible caso de corrupción en su equipo; la muerte del policía implicado, atropellado por un coche; la investigación de dos sospechosos por este crimen, el pintor Paul Delafield (Ronald Howard) y su esposa Joanna (Dianne Foster), presumiblemente amante del policía muerto;



    el robo de una nómina, en la que también estará implicada la pareja; el caso de un peligroso enfermo mental fugado (que protagonizará un inquietante asesinato fuera de campo);



    el asalto a las cajas de seguridad de un banco por parte de unos individuos de la alta sociedad que necesitan pagar sus deudas,



    y, por si fuera poco, soportar que un guardia novato, Farnaby-Green (Andrew Ray), le ponga una multa de tráfico. Para colmo, el joven bobby acabará resultando ser el probable futuro novio de su hija.



    La película dosifica con acierto los rasgos cómicos (el personaje del policía bisoño; el salmón que se supone ha de llevar Gideon a casa…), con la dureza de algunos detalles criminales (la muerte a tiros del vigilante del banco; el asesinato elíptico de una joven; la huida del pintor, que se sirve de su mujer…).

    Un film sin duda menor en la filmografía del maestro, pero sumamente entretenido y simpático, del que, desgraciadamente, creo que no disponemos de copia en BD (había una edición “impulsada” en DVD en blanco y negro y que no respetaba el formato). Acabo con una curiosidad: durante el rodaje del film, Ford recibió la visita en el set de un gran admirador… Akira Kurosawa.


  3. #3
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    Predeterminado Re: El callejón de las películas perdidas; o, Ese lugar donde poder comentar otro tipo de cine menos apreciado o conocid

    Río arriba (Up the River, 1930), de John Ford




    Up the River, uno de los primeros films sonoros de John Ford, atesora algunos aspectos que la hacen singular para cualquier cinéfilo. Fue el primer largometraje en que apareció Humphrey Bogart, llegado poco antes a Hollywood procedente de Broadway (aunque rodó anteriormente A Devil with Women (1930), de Irving Cummings, esta se estrenó con posterioridad) y única vez en que fue dirigido por John Ford. Además, es también la única película en que coincidió con Spencer Tracy, a pesar de que ambos actores mantuvieron una buena amistad a lo largo de todas su vida. De hecho, Tracy y Hepburn fueron de las últimas personas en ver con vida al gran actor.

    También para Tracy fue su película de debut (en aquellos momentos estaba triunfando en Broadway), y no volvió a aparecer en un film de Ford hasta muchos años después en The Last Hurrah. Sorprende, pues, el hecho de que Ford se enfrentara a un proyecto en que sus dos actores principales procedían de Broadway y debutaban en el cine. El vehículo para tan magno acontecimiento en la historia del cine fue un curioso film de la Fox que mezcla comedia con drama carcelario (aunque tiene más de comedia, ligera y muy fordiana, que de drama), un subgénero muy de modo en los años 30. De hecho, esa mezcla de cine criminal y comedia ya la utilizó Ford en su film anterior, Born Reckless, que comenté hace tiempo en OR (ambas, además, comparten la presencia en pequeños papeles de un fijo en el cine de Ford: Ward Bond).

    Tracy es un famoso delincuente, Saint Louis, un gánster que por su manera de comportarse y su aspecto parece estar acostumbrado a vivir rodeado de lujos. El film se inicia con su fuga de la cárcel, acompañado de Dan (Warren Hymer, que aporta buena parte de las notas humorísticas), al cual deja colgado nada más escaparse.

    Se reencuentran en una nueva prisión (antes han tenido un altercado callejero mientras Dan participa en un acto del Ejército de Salvación), donde coinciden además con un joven convicto, un chico de buena familia que ha tenido mala suerte y se ha visto envuelto en una pelea con efectos mortales: Steve Jordan, un Bogart al que es difícil otorgar ese plus de inocencia que la película pretende que le reconozcamos (nos lo pone a veces difícil con esas miradas hoscas y reconcentradas que serían marca de la casa, aunque también nos regala un surtido de amplias sonrisas poco habituales en su carrera).



    Bogie es un interno que se ocupa de labores administrativas. De esta forma conoce a una chica que ha entrado a cumplir condena en la prisión femenina anexa: Judy (bella y atractiva Claire Luce; de corta carrera cinematográfica se dedicó sobre todo al teatro).

    Judy y Steve inician, con las dificultades lógicas por su condición de reclusos, una relación amorosa,



    que encontrará en unos reconciliados Saint Louis y Dan, compañeros de celda de Steve, sus inesperados padrinos.



    Cuando Steve obtiene la condicional y vuelve con su familia, a la espera de que Judy salga de la cárcel y se puedan casar, reaparece un turbio estafador que ha sido el responsable del encarcelamiento de la chica y que ahora quiere hundir la vida de Steve. Pero Saint Louis y Dan se fugan por unas horas para poner las cosas en su sitio y favorecer la detención del delincuente y allanar el camino para la relación de la joven pareja.



    La película discurre con buen ritmo, con un tono ligero muy fordiano. Lástima que el visionado haya sido un tanto penoso, porque la copia disponible en Filmin está en muy malas condiciones, con constantes saltos de imagen.

  4. #4
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    Predeterminado Re: El callejón de las películas perdidas; o, Ese lugar donde poder comentar otro tipo de cine menos apreciado o conocid

    LAS GRANDES OBRAS MAESTRAS DEL CINE MUDO… O MÁS BIEN DEL CINE EN GENERAL…

    7TH HEAVEN (1927, EL SÉPTIMO CIELO)



    Director: Frank Borzage.

    Productor: -

    Producción y distribución: Fox Film Corporation.

    Guion: Benjamin Glazer, basado en la obra de teatro “Seventh Heaven” de Austin Strong (Booth Theatre, Nueva York, 30 de octubre de 1922).

    Fotografía: Ernest Palmer y Joseph A. Valentine, en blanco y negro (Standard 35mm spherical 1.33:1 [Versión muda]; Movietone 35mm spherical 1.19:1 [Versión sonora]).

    Dirección artística: Harry Oliver.

    Música: R. H. Bassett (Versión muda) [no acreditado]; Erno Rapee y William H. Perry (Versión sonora) [no acreditados].

    Montaje: Barney Wolf.

    Reparto: Janet Gaynor (Diane), Charles Farrell (Chico), Albert Gran (Boul), David Butler (Gobin), Marie Mosquini (Madame Gobin), Gladys Brockwell (Nana), Emile Chautard (Père Chevillon), Ben Bard (Brissac) y George Stone (Rat).

    Rodaje: entre el 24 de enero y el 12 de marzo de 1927.

    Duración: 1:58:54.

    Estreno: 6 de mayo de 1927 en Los Angeles (Versión muda); 10 de septiembre de 1927 en Nueva York (Versión con efectos sonoros y una partitura sincronizada).





    Coordenadas espacio / temporales:

    París / 1914-1918



    Uno.

    El 16 de mayo de 1929 se celebró la primera gala de los Oscar.

    La pequeña – 1,52 metros - (pero gran - al menos para los que ya peinamos canas… con suerte... -) Janet Gaynor (1906-1984)…



    ... se llevó con toda justicia el premio a la mejor actriz no por una, ni por dos sino por tres películas (¡y qué películas!): EL SÉPTIMO CIELO (1927), de Frank Borzage; AMANECER (1927), de F. W. Murnau y EL ÁNGEL DE LA CALLE (1928), también de Borzage.

    Eso si las ordenamos según fecha de estreno (que no de rodaje, como pronto veremos).

    En ese año (1929) competían las producciones estrenadas entre el 1 de agosto de 1927 y el 1 de agosto de 1928.

    Aquí también un poco más adelante tengo que aclarar un malentendido que ha persistido desde la noche de los tiempos.

    EL SÉPTIMO CIELO (espero no confundirme con EL SÉPTIMO SELLO, seguramente mi favorita entre la filmografía del director sueco Ingmar (¿o Ingrid?) Bergman, querido mad dog earle ) acabaría llevándose esa noche 3 de los 5 premios a los que optaba: el de Gaynor,…



    ... el de director (dramático)…



    ... y el de guionista.



    Dos.

    Como acabo de indicar AMANECER, una de las obras capitales de la Historia del Cine, se rodó antes que EL SÉPTIMO CIELO.



    Bueno, más o menos.

    Y es que aunque el rodaje oficial de la primera tuvo lugar entre el 10 de septiembre de 1926 y el 20 de enero de 1927 se requirieron dos semanas más para tomas adicionales, lo que obligaba a Janet Gaynor, coprotagonista en ambas cintas, a trabajar de día para Murnau y de noche para Borzage, dado que las filmaciones de EL SÉPTIMO CIELO se iniciaron el 24 de enero.

    Ello provocó que AMANECER se estrenará más tarde. En concreto el 23 de septiembre de 1927.

    Aquí retomo el tema del malentendido al que antes hacía referencia.

    La película que optó a los premios de la Academia no fue la versión original, es decir la muda, sino la sonora que incorporaba una partitura (muy bella, por cierto, compuesta por Erno Rappe y William H. Perry, salvo un par de canciones que “estropean” alguna de las escenas más románticas de la pareja protagonista) y efectos sonoros (como el determinante sonido del reloj de pared en la buhardilla en la que viven Chico [en este caso el grande en todos los sentidos Charles Farrell (1900-1990) – 1,88 metros –…



    ... y Diane (Gaynor)], el de los cánticos de los soldados franceses cuando se dirigen al frente al estallar la Primera Guerra Mundial o el de los obuses sobre las trincheras que estos ocupan) sincronizados y es la única, que yo sepa, a la que se puede acceder hoy en día y que, por tanto, es la que me ha servido para la presente reseña.

    Por eso está claro que si la versión muda (o sea, la original) se estrenó en el Carthay Circle Theater de Los Angeles el 6 de mayo de 1927…



    ... es imposible que pudiese optar a los premios que se concedieron en 1929 como se puede comprobar fácilmente si nos fijamos en la franja temporal que indicaba al comienzo de mi exposición.

    Una versión, la muda, que también se proyectaba, al menos en los cines de más aforo de las grandes ciudades, acompañada de música en directo, en este caso compuesta por R. H. Bassett y cuya partitura me temo que (al menos de momento o que se sepa) se considera perdida.

    Además esta versión se mantuvo durante nada menos que 22 semanas consecutivas en el mencionado cine.

    Y es que ambas supusieron para la Fox un formidable éxito de taquilla, hasta el punto de que en 1933-1934 la película todavía ocupaba el puesto n.º 31 en el ranking de las películas con mayor recaudación, alcanzando la asombrosa (para la época) cifra de 1.750.000 dólares.

    Tres.

    Todo ello provocaría, sin duda, un serio disgusto a su director, el hoy olvidado (pero inolvidable) Frank Borzage (1894-1962), el más romántico (y religioso) cineasta de la Edad de Oro de Hollywood.

    Y es que hay que tener en cuenta que al incluir una pista de sonido en el lado izquierdo del fotograma el AR del mismo se veía recortado de 1.33:1 a 1.19:1.

    - Por cierto, el mismo que usó recientemente Robert Eggers para su espléndida (aunque denostada y/o incomprendida) EL FARO (2019). -

    O sea, que la imagen al ser proyectada en una gran pantalla sufría una sensible merma.

    Por tanto y resumiendo la versión que hoy podemos disfrutar de EL SÉPTIMO CIELO no es la que surgió de la fértil imaginación de su director sino la que el estudio regido por William Fox facturó (entiendo que) a espaldas de aquel.

    - Y es que aunque en el primero de los títulos de crédito de la película se indica que estamos ante “A Frank Borzage production” ello no significaba que este fuese el productor de facto sino que era una distinción más bien honorífica que exigían los directores de más prestigio cuando el éxito empezaba a acompañar a sus producciones.

    O sea, que para Borzage no solo era importante el que se acreditase que la película estaba dirigida por él sino también el hecho de que fuese SU película.

    Algo (muy) relativo porque como ya indicaba el que cortaba el bacalao al final no era el director sino el productor, en este caso el propietario del estudio, William Fox (1879-1952).

    Pese a todo, en este caso no fue Fox sino Borzage quien recibió la estatuilla a la mejor película dramática, lo cual vendría a cuestionar en cierta forma quién fue el verdadero “productor” de la misma… -

    Pero que tampoco nadie se eche las manos a la cabeza porque seguramente muchos somos incapaces de apreciar ese recorte lateral de la imagen (salvo en alguna escena) y porque además, como ya decía, la banda sonora es digna de alabanza, salvo las excepciones antes indicadas.

    Cuatro.

    Al contrario de lo que muchos aficionados puedan pensar la mayor parte de las películas (las de ayer, las de hoy y las de mañana [si las hay…]) no suelen partir de historias y/o guiones originales sino que beben en las inagotables fuentes de la literatura.

    En este caso la obra de teatro del dramaturgo norteamericano Austin Strong (1881-1952), “Seventh Heaven”,…

    - La película alteró ligeramente el título puesto que pasó a denominarse 7TH HEAVEN, como se puede apreciar en la primera de las capturas de pantalla que embellecen (espero) el texto. -

    … se estrenó en el Booth Theatre de Nueva York el 22 de octubre de 1922 y allí permaneció hasta el 1 de julio de 1924, con un total de 704 representaciones.

    https://playbill.com/production/seve...ult-0000001872

    Sin duda, todo un éxito desde el punto de vista de crítica y público y de ahí el deseo de la Fox de hacerse con los derechos de cara a una adaptación a la gran pantalla.

    Eso sí, ninguno de los que intervinieron en la obra lo hicieron en la película.

    Cinco.

    La (obligatoriamente inolvidable) pareja formada por Janet Gaynor y Charles Farrell inició con esta película la primera de sus 12 colaboraciones entre 1927 y 1934.



    Aunque al final del comentario adjuntaré la filmografía de ambas estrellas durante el período mencionado me gustaría indicar que Gaynor volvió a trabajar con Borzage en otras dos ocasiones (una de ellas le proporcionó ⅓ del Oscar de 1929) y Farrell en tres.

    E igualmente que ambos estuvieron a las órdenes de F. W. Murnau.

    La primera en la ya mencionada AMANECER y en la hoy desgraciadamente desaparecida LOS CUATRO DIABLOS y el segundo en EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA (no confundir con la cinta de igual título de King Vidor estrenada en 1934).

    Ciertamente fueron una de las grandes (y desconocidas) parejas del cine clásico hollywoodiense.



    Seis.

    Si seguís conmigo todavía, es decir si los árboles no os han impedido ver el bosque, quiero dejar claro (aunque creo que ya lo he manifestado) el hecho de que EL SÉPTIMO CIELO es una de las obras maestras (al igual que AMANECER, aunque tal vez un peldaño por debajo) no solo del cine norteamericano sino del mundial.



    Una mixtura perfecta de diversos géneros puesto que va desde la comedia (romántica), pasando por el melodrama y desembocando, en un giro argumental de lo más imprevisible, en el cine fantástico (o no, dependiendo de las creencias de cada uno).

    - Digo lo de imprevisible porque la implantación del Código de Producción estaba todavía a años vista. -

    Precisamente ese inusual giro final de la trama emparenta todavía más a dos películas tan excepcionales como son AMANECER y EL SÉPTIMO CIELO, puesto que en ambas uno de los protagonistas muere (aparentemente) al final de la historia, ella en el primer caso (Gaynor) y él en el segundo (Farrell).

    Una “resurrección”, al menos en el caso de la cinta de Borzage, que puede hacernos recordar a la que acontecía en otra obra maestra del Séptimo Arte como es LA PALABRA (1955), de Carl Th. Dreyer, dada la religiosidad de ambos cineastas, todavía más manifiesta incluso en el caso de Borzage.

    Aunque en EL SÉPTIMO CIELO se tratan varios temas el Amor (con Mayúsculas) es el corazón (nunca mejor dicho) de la historia.

    Borzage fue uno de los mejores directores de melodramas románticos (porque de Amor Romántico estamos hablando) de todos los tiempos, con títulos capitales como ADIÓS A LAS ARMAS (1932) o mi favorito, FUEROS HUMANOS (1933), sin olvidarnos la famosa “trilogía alemana” compuesta por ¿Y AHORA QUÉ? (1934), THREE COMRADES (1938) y THE MORTAL STORM (1940), todas ellas absolutamente imprescindibles.

    La historia de amor entre Chico y Diane es el epítome del romanticismo en aquellos felices años 20 de entreguerras.

    Un Amor que trasciende barreras físicas y materiales puesto que los amantes (ya casados, aunque no en una iglesia sino ante los ojos de Dios) son capaces de comunicarse (todos los días a las 11:00 de la mañana, de ahí la importancia del reloj a la que antes hacía referencia) aunque se encuentren a cientos de km de distancia el uno del otro.

    Y es que solo la Guerra (también con Mayúsculas, después de todo estamos hablando de La Gran Guerra, o sea, de la Primera Guerra Mundial) es capaz de separar a estas dos almas gemelas que no pueden vivir la una sin la otra puesto que son algo único e indivisible.

    Ni siquiera la Muerte será capaz de romper ese vínculo sagrado.



    EL SÉPTIMO CIELO también es una película donde tiene importancia la clase social donde uno ha nacido.

    En este aspecto Gaynor es una joven que malvive obligada por su hermana mayor a cometer pequeños robos y a cuyas manos está a punto de perecer al negarse a algo tan vil.



    Y para Chico su obsesión es pasar de trabajar en las alcantarillas a ser barrendero.



    La historia de amor que surge entre ellos, heredera de los mejores folletines de la época, se construye una forma progresiva y siempre basándose en las miradas.



    No son necesarios los diálogos sino los gestos los que harán que la misma se convierta en algo especial y única.

    En este sentido el trabajo de ambos protagonistas (e igualmente el del resto del reparto) es excepcional y la química entre Farrell y Gaynor absolutamente perfecta.



    Además la bravuconería del primero se complementa con la inocencia de la segunda.

    Y si Chico siempre hace gala de que no tiene miedo a nada ni a nadie mientras que lo contrario le sucede a Diane, al final se invertirán las tornas cuando él se aliste para combatir contra los alemanes y sé de cuenta de que tal vez no vuelva a ver jamás a su amada.



    Ella, al contrario, ha perdido para siempre el miedo al amar y ser amada de una forma tan profunda, hasta el punto de que cuando su hermana regresa para volver a llevársela de vuelta al miserable piso donde vivían le devuelve con creces todas las humillaciones que ha sufrido a manos de ella.

    Borzage además contrarresta lo que algunos podrían considerar como una historia de amor demasiado almibarada con numerosas gotas de humor, lo que hace que todo el conjunto funcione todavía mejor.

    O esa formidable secuencia en la que por primera vez suben juntos las escaleras del edificio en cuyo ático vive Chico diseñada por Harry Oliver y que Borzage rueda sin cortes y que es todo un prodigio de pericia técnica incluso vista hoy en día.



    Una escalera que también tiene una importancia capital en la trama, al igual que en la magnum opus de Sir Alfred, DE ENTRE LOS MUERTOS (1958), puesto que si en esta la misma conducía a la muerte en aquella, por el contrario, lo hace a la vida.



    Se me acaba el tiempo y el espacio y tampoco la salud acompaña.

    EL SÉPTIMO CIELO es una obra maestra y su influencia en el cine posterior, aunque no reconocida, ha sido obvia.

    Lástima que un director del talento de Borzage no sea (re)conocido ni siquiera por muchos de los que decimos amar el cine por encima de todas las cosas.

    ¡Qué grande es el cine!

    Buenos días/tardes noches y, buena suerte.





    Como anécdota final y si mi memoria de Nexus-6 no me falla Gaynor no solo fue la primera actriz en ganar un Oscar sino también la primera en recibir otro en la ficción, en concreto en la que sería su única incursión en el incipiente mundo del Technicolor, la maravillosa HA NACIDO UNA ESTRELLA (1937), de William A. Wellman para David O. Selznick.



    Y recordarle a la querida amiga hannaben, si tiene a bien leer este modesto comentario, que por el contrario esta fue la primera ocasión en que su galán favorito, el gran Fredric March (1897-1975), intervino en una película en color.

    Spoiler Spoiler:




    Anexo I:

    Filmografía coetánea de las dos estrellas de la película:

    Janet Gaynor (1906-1984):

    1927, EL SÉPTIMO CIELO / Frank Borzage / con CF (1)

    1927, TWO GIRLS WANTED / Alfred E. Green

    1927, AMANECER / F. W. Murnau

    1928, EL ÁNGEL DE LA CALLE / Frank Borzage / con CF (2)

    1928, LOS CUATRO DIABLOS / F. W. Murnau +

    1929, ESTRELLAS DICHOSAS / Frank Borzage / con CF (3)

    1929, POPURRÍ / Benjamin Stoloff / con CF (4)

    1929, UN PLATO A LA AMERICANA / David Butler / con CF (5)

    1929, CRISTINA (LA HOLANDESITA) / William K. Howard

    1930, ALTA SOCIEDAD / David Butler / con CF (6)

    1931, DEL INFIERNO AL CIELO / Raoul Walsh / con CF (7)

    1931, PAPÁ PIERNAS LARGAS / Alfred Santell

    1931, MARIANITA / Henry King / con CF (8)

    1931, DELICIOSA / David Butler / con CF (9)

    1932, RECIÉN CASADOS / William K. Howard / con CF (10)

    1932, TESS OF THE STORM COUNTRY / Alfred Santell / con CF (11)

    1933, LA FERIA DE LA VIDA / Henry King

    1933, ADORABLE / William Dieterle

    1933, PADDY, LO MEJOR A FALTA DE UN CHICO / Harry Lachman

    1934, CAROLINA / Henry King

    1934, EL PRIMER AMOR / John G. Blystone / con CF (12)

    Charles Farrell (1900-1990):

    1

    1927, THE ROUGH RIDERS / Victor Fleming

    2

    1928, EL PRÍNCIPE FAZIL / Howard Hawks

    1928, LA BAILARINA DE LA ÓPERA / Raoul Walsh

    1928, TORRENTES HUMANOS / Frank Borzage

    3

    4

    5

    1930, EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA / F. W. Murnau

    6

    1930, LILIOM / Frank Borzage

    1930, Y LA PRINCESA SE ENAMORA / Alexander Korda

    7

    1931, CUERPO Y ALMA / Alfred Santell

    8

    1931, AMARGO IDILIO / Alfred L. Werker

    9

    1932, PASADO MAÑANA / Frank Borzage

    10

    1932, EL BESO REDENTOR / Raoul Walsh

    11

    1933, AGGIE APPLEBY, CREADORA DE HOMBRES / Mark Sandrich

    1933, GIRL WITHOUT A ROOM / Ralph Murphy

    1934, THE BIG SHAKEDOWN / John Francis Dillon

    12



    Última edición por Alcaudón; 05/02/2025 a las 15:44

  5. #5
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    Predeterminado Re: El callejón de las películas perdidas; o, Ese lugar donde poder comentar otro tipo de cine menos apreciado o conocid







    Como directora y adaptadora, Ullmann elimina todos los papeles menores (y la mayoría de referencias a ellos) para centrarse exclusivamente en el trío de personajes principales y en este elenco de habla inglesa, cambia la acción de la Suecia rural de finales del XIX a Irlanda en la misma época. También añade un breve prólogo que muestra a la joven Julie, interpretada por N McMenamy, como una niña solitaria y huérfana de madre.

    En la finca de campo de un barón, su hija Julia (Chastain) se encuentra en un estado de gran excitación nerviosa. Con su padre ausente, los sirvientes están de juerga durante la celebración del solsticio de verano, y la señorita está a un tiempo anhelante y frustrada. Ignorante del escándalo, por el baile y la bebida, dirige su deseo hacia el ayuda de cámara de su padre, John (Farrell). No importa que ella haga esto delante de la prometida, la cocinera Kathleen (Morton).

    "Estás jugando con fuego", le advierte?¿ el criado, quien revela que ha estado enamorado de ella desde la infancia, aunque la diferencia de clases la hacía parecer imposible. Alternativamente amistosa, desesperada e imperiosa... ambos pierden todo control. Cambiando los roles, ya que John demuestra ser insensible ante la mujer facil de conseguir,deshonrada.Mientras tanto, sopesa sus opciones con creciente pánico.


    Si bien la obra parece menos naturalista de lo que lo fue originalmente para el público, las brutales ideas de Strindberg sobre cómo la clase,dinero, deseo y religión moldean las relaciones entre los sexos conserva su potencia. Todo muy teatral. Hay escenas dispersas al aire libre, y algunas deambulando por la vasta mansión (se filmó en su totalidad en y alrededor de un castillo histórico). La mayoria está rodado en la cocina.Los tres actores son estupendos, con Chastain y Farrell febriles por momentos exagerados. Morton, se beneficia de interpretar una figura menos voluble, describiendo la fe y moralidad simple del pueblo.

    La partitura consta de piezas clásicas de Chopin, Schubert, Schumann, etc. La técnica y diseño son sólidas, aunque el combo final reclamaba más audacia para marcar la diferencia.


    Aun así a mi el autor me encanta,tan dramático y contundente.
    7.5/10

  6. #6
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    Predeterminado Re: El callejón de las películas perdidas; o, Ese lugar donde poder comentar otro tipo de cine menos apreciado o conocid

    Comenté esta adaptación de Strindberg en el hilo dedicado a Bergman.

  7. #7
    sabio Avatar de hannaben
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    Predeterminado Re: El callejón de las películas perdidas; o, Ese lugar donde poder comentar otro tipo de cine menos apreciado o conocid

    Me encanta Strindberg.Una adaptacion de El pelícano estaría muy bien.
    Última edición por hannaben; 10/02/2025 a las 17:25

  8. #8
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    Predeterminado Re: El callejón de las películas perdidas; o, Ese lugar donde poder comentar otro tipo de cine menos apreciado o conocid

    “Que no está muerto lo que puede yacer eternamente y en los eones venideros hasta la muerte puede morir”

    (“La ciudad sin nombre” [1921], de H. P. Lovecraft)

    o

    LAS OBRAS DE STEPHEN KING (1947) ADAPTADAS A LA GRAN (O A LA PEQUEÑA) PANTALLA SEGÚN LA CRONOLOGÍA DE LAS MISMAS… CON ALGÚN QUE OTRO PEQUEÑO DESVÍO… / PARTE X:

    CHAPELWAITE (2021, ídem)



    Copyright 2021 Epix Studios LLC

    Sony Pictures Television and Stage 6 Films present / An Epix original series.

    Emitida en formato de miniserie de 10 episodios entre el 22 de agosto y el 31 de octubre de 2021.

    Creada por Jason y Peter Filardi.

    Dirigida por David Frazee, Rachel Leiterman, Michael Nankin, Jeff Renfroe y Burr Steers.

    Producida por Michael Mahoney, Nick Iannelli y Alec Meacham.

    Escrita por Declan De Barra, Jason y Peter Filardi y Scott Kosar, a partir del cuento “Jerusalem’s Lot” (1978), de Stephen King.

    Fotografiada por Miroslaw Baszak y David Greene, en color y Scope.

    Musicalizada por Mark Korven.

    Protagonizada por Adrien Brody (Capitán Charles Boone), Emily Hampshire (Rebecca Morgan), Jennifer Ens (Honor Boone), Sirena Gulamgaus (Loa Boone) e Ian Ho (Tane Boone) + Steven McCarthy (Stephen Boone), Julian Richings (Phillip Boone) y Christopher Heyerdahl (Jakub).





    Coordenadas espacio / temporales:

    Chapelwaite, Preacher’s Corners, Condado de Cumberland, Maine, EUA > Jerusalem’s Lot, Condado de Cumberland, Maine, EUA / 1780 > 1781 > 1817 > 1848 > 1850



    No deja de ser curioso que dos de las mejores obras de Stephen King, la novela “El misterio de Salem’s Lot” (1975) y el cuento “Los misterios del gusano” (1978), fuesen vertidas no a la gran sino a la pequeña pantalla en forma de miniseries, la primera de 2 episodios (1979) y la segunda de 10.

    Y lo cierto es que después de volver a ver la serie de Tobe Hooper (1943-2017) – la cual integró la segunda entrega del presente coleccionable – y de hacerlo por primera vez con CHAPELWAITE no me duelen prendas al considerar ambas como dos de las mejores adaptaciones que hasta la fecha se han hecho de la prolífica bibliografía de su autor, independientemente de que la primera se haya quedado un poco obsoleta y la segunda se haya tomado notables libertades con el texto de King, algo por otra parte lógico dado que el mismo apenas llega a las 40 páginas.

    A pesar de que CHAPELWAITE (e igualmente el cuento que toma como base) es una "precuela" de EL MISTERIO DE SALEM’S LOT (o PHANTASMA II, dado que con semejante denominación se estrenó por primera vez en nuestro país en cines en una versión notablemente recortada ) lo cierto es que ambas funcionan perfectamente por separado y básicamente lo que las hermana es la (ficticia) localidad de Jerusalem’s Lot (o Salem’s Lot, como se la identifica en la novela) situada al NO de Portland, en el Condado de Cumberland, estado de Maine.

    Como es bien sabido Stephen King ubica la mayoría de sus ficciones en su estado natal, aunque muchas de las localidades sean producto de su fértil imaginación (Chamberlaine [“Carrie”], Castle Rock [“La zona muerta”, “Cujo”], etcétera).



    CHAPELWAITE hace referencia al nombre de la mansión que el capitán de un ballenero retirado, Charles Boone (un excelente – e imagino que en breve oscarizado – Adrien Brody)...



    ..., recibe como herencia de un primo suyo del que apenas conocía su existencia, Stephen Boone (Steven McCarthy).

    - El por qué he subrayado la palabra “mansión” se explicitará en breve… -

    Si bien es cierto que en el cuento (publicado por primera vez en la primera colección del autor, “Night Shift” [1978]...



    ... y traducida en nuestro país como “El umbral de la noche” [Pomaire, Barcelona, 1979])…



    - Recordemos que igualmente la segunda novela de Stephen King apareció inicialmente bajo el título “La hora del vampiro” y también de la mano de Pomaire. -

    … Charles carece de familia y únicamente está acompañado de su amigo/sirviente Calvin “Cal” McCann, por el contrario en la miniserie el primero tiene tres hijos, Honor (Jennifer Ens), Loa (Sirena Gulamgaus) y Tane (Ian Ho), todos ellos fruto de su matrimonio con Sarah (Kathleen Dorian), muerta durante el trayecto en barco y nacida al igual que sus vástagos en lo que por entonces se denominaba el Reino de Hawái (1795-1893), lo que provocará las lógicas fricciones con las “buenas” gentes de Preacher’s Corners, la localidad donde se ubica la mansión.

    La mediana, Loa, tendrá un papel determinante en el desenlace de la trama y su situación bien podría recordarnos a la de cierto personaje de una novela de vampiros muy famosa de cuyo nombre no puedo acordarme...



    En la adaptación el personaje de Cal se recicla en el de Rebecca (Emily Hampshire), una mujer adelantada a su tiempo y que primero ejercerá de tutora de los niños y después se convertirá en el nuevo interés amoroso del (afligido) padre.



    Si “El misterio de Salem’s Lot” bebía no solo (lógicamente) de “Drácula” (1897), de Bram Stoker (Valdemar, Madrid, 2005)...



    ... sino también y especialmente (como el propio autor reconoce al inicio de la novela) de “La maldición de Hill House” (1959), de Shirley Jackson (Valdemar, Madrid, 2008)…



    - He aquí la (sencilla) explicación al subrayado que mencionaba al principio de mi exposición puesto que “Hill House” es el nombre de la mansión (¿encantada?) en la que transcurre toda la historia.

    Recordemos a este respecto el espléndido uso que el autor hace del Hotel Overlook, en Colorado, en la excelente “El resplandor” (1977).

    Lugares y moradas (supuestamente) malditas...



    ... en las que el Mal (con Mayúsculas) persiste a pesar del paso del tiempo. -

    … en el caso de “Los misterios del gusano” se mantiene igualmente la influencia de ambas (por ejemplo la estructuración del texto a base de cartas y de diarios, como en la obra de Stoker) pero predomina todavía más la de H. P. Lovecraft (1890-1937) hasta el punto de configurarse como uno de los mejores homenajes al escritor nacido en Providence, estado de Rhode Island y en especial a su famoso ciclo “Los Mitos de Cthulhu” (Alianza, Madrid, 1969).



    Y es que si allí teníamos el “Necronomicon” (extractos del mismo aparecen en el primer cuento del mencionado ciclo – el más famoso de lo cuales sirve de introducción al presente comentario -, “La ciudad sin nombre” [1921], aunque no se llega a explicitar su título) aquí tenemos otro grimorio igualmente ficticio (aunque algunos de los más acérrimos seguidores del escritor parezcan opinar lo contrario), “De Vermis Mysteriis” (dicho título da nombre al cuento), aunque en este caso surgido de la pluma de Robert Bloch (1917-1994), uno de sus discípulos más precoces, en concreto en “El vampiro estelar” (1935), incluido igualmente en el (mítico) libro del recientemente fallecido Rafael Llopis (1933-2022).

    A pesar de que como indicaba al principio la miniserie es una adaptación muy libre del cuento lo cierto es que no solo mantiene los ingredientes básicos que lo convierten en una lectura absorbente sino que los potencia exponencialmente y donde además el final es más melancólico pero a la vez más esperanzador.

    Además en la serie todos los personajes están impecablemente desarrollados, aunque por supuesto la mayor parte no se encuentran en el cuento.

    Destaca especialmente la figura de Jakub (un espléndido Christopher Heyerdahl), el ancestral vampiro que gobierna la (aparentemente) abandonada aldea de Jerusalem’s Lot, guardián del Gusano (o sea, un dios primigenio que existe más allá del tiempo y del espacio) y cuya máxima obsesión es encontrar el mencionado libro, el cual permitirá abrir el portal que conecta nuestro universo con el suyo, lo que traería una eternidad de dolor y de sufrimiento para toda la humanidad.



    Un personaje, por cierto, que no existe en el cuento puesto que en este es el tatarabuelo (bisabuelo en la serie) de Charles, James Boon (sin “e” final), el inmortal (aunque no se explicita que sea un vampiro) patriarca de la pequeña (y endogámica) localidad que él mismo fundó en 1710 quien se encarga de custodiar el libro que se encuentra en el púlpito de la iglesia desconsagrada e igualmente ejerce de guardián del dios que se esconde de la Luz bajo el mismo.

    Aquí Jakub es un forastero en tierra extraña que viene a reclamar el libro que encontró de forma casual James en el interior de la tierra (cual Bilbo y el Anillo Único en “El hobbit” [1937], de J. R. R. Tolkien) y que este ha usado para sus propios fines, condenando de esta manera a todos sus descendientes puesto que la lectura del mismo conduce a la locura.

    Y aunque Phillip (Julian Richings) y Stephen sellaron un pacto con Jakub mediante el cual le cedían el libro a este a cambio de la inmortalidad, el mismo fue robado por Marcella (Acadia Colan), nieta del primero e hija del segundo quien a costa de su propia vida lo ocultó donde a nadie se le ocurriría buscarlo…

    Además el libro no puede ser encontrado por un no muerto puesto que solo los Boone vivos son capaces de escuchar su llamada.

    Aquí, al contrario que en EL MISTERIO DE SALEM’S LOT los vampiros no son seres unidimensionales sino que siguen siendo ellos mismos a pesar de que su conversión les haga variar sus hábitos alimenticios.

    En este sentido está magníficamente desarrollada la relación que mantiene el alguacil Dennison (Hugh Thompson) y Mary (Trina Corkum), su esposa vampirizada y que incluye alguna de las secuencias más terriblemente bellas de la serie.





    Igualmente sobresaliente es la relación adúltera que mantiene el (descreído) sacerdote Burroughs (Gord Rand) con la única persona que ha podido escapar de las garras de Jakub y sus acólitos, Faith (Briony Merritt) y con quien (aparentemente) ha concebido un hijo sin ojos…



    O el personaje de “la chica de las manzanas” (Genevieve DeGraves), una bellísima y turbadora joven, habitante de Jerusalem’s Lot y cuyo sueño es convertirse en un no muerto como su señor Jakub.



    - En el cuento, por contra, la aldea está deshabitada desde hace décadas y solo se llega a atisbar la figura de James Boone (ergo Jakub) saliendo del enorme agujero que el Gusano ha dejado bajo el púlpito de la iglesia. -

    Esa idea de que el Phillip y Stephen vivan entre las paredes de Chapelwaite parece remitirnos a otro de los celebrados cuentos de Lovecraft, “Las ratas de las paredes” (1924).

    Y el hermoso final, totalmente distinto al del cuento, me trae ecos de “La narración del sacerdote (El hombre que gritó Dios)” y que forma parte de la que yo considero como una de las mejores novelas de ciencia ficción de todos los tiempos, el díptico de Dan Simmons “Hyperion” (1989)/”La caída de Hyperion” (1990) y en la que un personaje que atiende al nombre de… Alcaudón tiene un papel determinante en la trama…



    No quiero extenderme más porque mi salud tanto física como mental está bastante baqueteada por circunstancias que no vienen al caso.

    Desde luego CHAPELWAITE es una de las adaptaciones más libres pero más atractivas de las que he visto hasta la fecha.

    De hecho, si no es porque comparte localización con EL MISTERIO DE SALEM’S LOT nadie diría que entre ambas existe una vinculación, salvo por la presencia de la figura del vampiro.

    Lo cual, bajo mi modesto punto de vista, es todo un logro.

    Vosotros mismos, que la vida es demasiado corta…

    Buenas tardes/noches y, buena suerte.



    Última edición por Alcaudón; 10/02/2025 a las 23:19

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