Yo me conozco y a pesar de las advertencias terminaré pillándomela un día u otro. Por cierto afán completista, más que por otra cosa, porque avisado estoy.
Pero bueh... A lo que voy.
Yo sí soy consciente de que Nella Stretta Morsa Del Ragno es bastante inferior a Danza Macabra. Vamos... muy inferior. Sin punto de comparación.
De hecho, nunca he entendido muy bien esa especie de respeto que en bastantes sitios (libros sobre el género, críticas, reseñas) se tiene por la cinta. Como tampoco he entendido nunca por qué diablos Margheriti tuvo que hacer el remake. Danza Macabra era casi perfecta tal como estaba, no necesitaba para nada un remake a principios de los 70's.
El Gótico Italiano (en mi indigente y discutible opinión) es un género que maneja unos códigos estéticos, cinematográficos, muy concretos, muy determinados. Danza Macabra, en ese sentido, es quintaesencial (como lo son unas cuantas películas más realizadas entre 1960 y 1966 -bastantes, de hecho-). Nella Stretta Morsa Del Ragno se salta a la torera casi todos esos códigos, juega a un juego diferente, se sumerge en esa estética feísta de principios de los 70's a la que alude maese Kinski y pierde, por el camino, todo el sentido, todo el viejo encanto. Quizás no podía ser de otra forma. Entre 1964 y 1971 no habían pasado siete años sino siete siglos, cinematográficamente hablando. Margheriti no podía reconstruir el espíritu, la estética, la ingenuidad naif del viejo gótico. Pero es que tampoco quiso hacerlo (es evidente).
Coñe... Hubo quien lo intentó (la Tyburn, por ejemplo, en torno a 1974-75). Y si bien es cierto que fracasó comercialmente, al menos, la Tyburn reprodujo el encanto del horror clásico británico de los 50's-60's, de una forma casi arqueológica. En su día aquello no fue apreciado, pero el caso es que hoy, cuarenta años después, sus dos películas de terror siguen siendo disfrutables para el aficionado a ese tipo de lenguaje. Quizás precisamente por eso. Por su aire de ejercicios fuera de su tiempo, de anacronismos asumidos hasta las últimas consecuencias.
Nella Stretta Morsa Del Ragno es otra cosa. Margheriti no quiere una reconstrucción arqueológica sino algo así como una puesta al día, literal. Y el resultado es (no podía ser de otra forma) un fracaso artístico. Entre otras cosas, insisto, porque en 1971 el Gótico italiano ya no tenía un hueco donde meterse. Pero además porque renuncia a la elegancia, a la vieja estética, al antiguo espíritu y apuesta por el lenguaje y la estética modernas (de 1971, of course). El resultado es el que es. Algo que, visto hoy, ha envejecido muy mal, que no mantiene nada de la vieja gloria goticista italiana y que se parece, para mal, a lo que el Fantaterror español estaba haciendo por aquel entonces (y no precisamente a sus mejores creaciones). O, peor aún, a esos tardo-góticos de serie sub-Z (por llamarles de alguna forma) que todavía se producían en Italia y que no eran sino una degeneración de la antigua corriente, donde todo lo que había hecho grande al subgénero estaba ausente y sólo quedaba una carcasa estética vacía y sin ningún valor.
Pero vamos... esto es una opinión.