La versión de Lynch optó por un tono gótico y muy intimista, esas voces en off son sensacionales, y por momentos tienes la sensación de asistir a una historia sobre el medievo (aunque eso, desde luego, ya estaba presente en la novela): familias nobles enemistadas, intrigas palaciegas, órdenes religiosas metiéndose en los asuntos políticos, intereses comerciales controlando a los mandatarios... para mí es una gran película, imperfecta, sí, pero interesantísima, con un casting a ratos fatal, a ratos soberbio. Muy bien se lo tienen que montar para quitarme de la cabeza al soberbio Leto de Jurgen Prochnow, por ejemplo.