No es una cuestión de dignidad, ni de dinero. Se trata de que intentes comprarte una figura, porque te gusta, y te ha surgido un problema. Y antes de meterte en temas legales, y que lo que en principio era una compra por placer, se termine convirtiendo en un calvario, prefieres apurar lo máximo posible una compra amistosa; sin descartar nunca que en un último término acudas a la justicia.