Yo creo que Disney está poniendo clavos en el ataúd del home video en la misma medida que alguna que otra compañía (bueno, quizá un poco más porque ahora habla por Fox), pero en mi opinión, ninguna lo está hundiendo tanto como las compañías de streaming (tipo del cual ahora Disney también es partícipe). Cuando hablo de hundir me refiero a que el streaming está eliminando de raíz a todos los compradores casuales, pero los coleccionistas nunca vamos a caer, porque lo físico y, sobre todo pero no siempre mencionado, el enorme aumento de calidad que supone, por ejemplo, un
BD UHD frente a las emisiones de baratillo que hace Netflix y vende como 4K, siempre nos van a tirar. Puede que el formato blockbuster se vaya viendo reducido, y las pelis de venta masiva vayan poco a poco vendiendo menos (es inevitable, el sector está cayendo desde hace unos años a razón de entre el 5% y el 10% anual), pero las ediciones de fondo de catálogo que apuntan directamente al cinéfilo coleccionista no van a caer nunca, porque es un público insaciable y eterno. Del mismo modo que pasa con la música (donde los coleccionistas de música llevamos gastando los dineros desde hace largos años y ni Spotify ni nadie nos ha puesto freno), el home video siempre tendrá su público.
De hecho, yo no tengo ni Netflix, ni Spotify, ni Filmin, ni Rakuten, ni nada de nada. Soy contrario a la idea de un catálogo que cambia y se altera de un día para otro, mucho más contrario todavía a gastarme buen dinero en tener un equipillo decente y luego tener que tragar con compresiones brutales y audios risibles, y completamente opuesto a la idea de la cultura como algo intangible, aunque esta idea romántica coja a los veinteañeros a pie cambiado. Y sí, pasando de Disney+, que me he liado
