como veo que hay un par de hilos abiertos sobre nuestra amada lengua, me animo a abrir un tercero sobre anécdotas curiosas o divertidas que nos hayan sucedido por culpa de un malentendido lingüístico.

ahí va la mía:

hará cosa de un par de años fui a una ferretería a comprar una azada. la de casa se me había roto y la necesitaba urgentemente para labrar el mini-huerto que tenemos en casa. así que llego y le digo al primer empleado que veo:

-¿tienen azadas? (pronunciado "¿tienen asadas?")

el hombre me mira sin entender del todo. permanece inmóvil, sin responder ni gesticular ni nada. deduzco que no me ha entendido y, como mi cerebro no funciona muy bien, para aclararle el concepto "asada" le largo la siguiente ocurrencia:

-sí, hombre, una azada, con zeta (pronunciado "una asada, con seta")

me mira, perplejo. pero al cabo de unos segundos se le ilumina el rostro, me hace un gesto para que le siga y me lleva a la zona de barbacoas. entonces el que no entiende nada de nada soy yo.

-¿barbacoas? -atino a preguntar-. no, barbacoas no, una azada, una azada, con zeta, de esas de toda la vida.

el hombre sigue sonriendo y señalando la barbacoa, al tiempo que asiente y parece decir: "aquí tienes la asada con seta".

al final recurrí a una explicación gráfica y nos entendimos... pero debe de ser curiosa la asociación mental que le llevó a relacionar la "asada con seta" con una barbacoa :alloro