"La tolerancia llegará a tal nivel que las personas inteligentes tendrán prohibido pensar para no ofender a los imbéciles"
Fiódor Dostoyevski
Mi crítica:
pasadizo.com
Anunciada como la primera entrega de una trilogía denominada "The Night Chronicles", y centrada en la incursión de lo sobrenatural en la sociedad moderna, parte de ideas argumentales debidas a M. Night Shyamalan, que desarrolla otro guionista y pone en escena otro director, reservándose el autor de la magnífica El protegido (Unbreakable, 2000) el sillón de productor. La intención es hacer una serie de productos pequeños en todos los sentidos, y ciertamente, este primer aporte, Devil -olvidemos el muy vulgar y falto de imaginación título español- responde a esas señas.
El film comienza con unas espléndidas panorámicas aéreas de Philadelphia rodadas cabeza abajo, para representar la intrusión de algo anómalo, antinatural, en la cotidianidad de la ciudad. Después, unos personajes de los que nada sabemos (había unas escenas de presentación de tres de ellos, que por suerte fueron eliminadas del montaje definitivo, pues nada aportan) confluyen, diríase de forma casual, en un ascensor de un gran edificio de oficinas, donde quedarán atrapados. Al poco, sin embargo, comenzará a suceder algo inquietante, intuyéndose que uno de los atrapados no es enteramente humano...
Siempre quedará la duda de si las buenas y malas ideas de guion y realización que luce la película están ya presentes en las indicaciones iniciales de Shyamalan o son obra directa de los que lucen aquellos créditos. En todo caso, a lo largo del metraje se conservan ciertos distintivos autorales de nuestro hombre, como el cromatismo como signo identificativo de los personajes.
Devil arranca con mucha fuerza, pujanza, pero de forma paulatina se va desinflando, pese a ocasionales brotes de interés. Ese es el grave problema que suelen tener las historias que parten de una premisa impactante, que cuando al final se desvela todo no se puede mantener la intensidad del punto de partida, y la conclusión resulta decepcionante. Los personajes, por lo demás, carecen del suficiente interés para mantener la expectación sobre ellos, y de hecho los que están fuera del ascensor a priori resultan más sugestivos, como el detective que investiga el suicidio inicial -el cual brinda un guiño a El incidente (The Happening, 2008)- o el guarda hispano, que sin embargo acumula luego todos los tópicos inherentes a este tipo de personajes.
Los actores no son desconocidos, sino que ya llevan sobre sí una amplísima carrera a sus espaldas tanto en cine como en televisión, si bien nunca han logrado ese gran éxito que les identifique por sus nombres, aunque algunos rostros podrán sonar al espectador. El guion es obra de Brian Nelson, que ya tocó el género con anterioridad en un episodio de Lois y Clark, una sólida adaptación televisiva de 20.000 leguas de viaje submarino protagonizada por Michael Caine, otro par de capítulos de La Tierra: conflicto final o, recientemente, la polémica Hard Candy (2005) y la muy atractiva 30 días de oscuridad (30 Days of Night, 2007). Aquí hace uso de su oficio, pero no logra superar los estadios poco ambiciosos de la premisa inicial. La trama acaba por desvelarse tan inconsistente que, llegado un punto, se busca apuntalarla por medio de interrelacionar a los personajes, de un modo forzado y poco convincente. Además, se le impregna de una pátina cristianizante que ya enturbiaba la aún así sólida Señales (Signs, 2002).
La dirección corre a cargo de John Erick Dowdle, con cinco títulos en total a sus espaldas en la actualidad, desde que debutó con Full Moon Rising (1996), que no es una película de hombres lobo, como pudiera aparentar por su título, sino una comedia indie; le continuó The Dry Spell (2005), otra comedia, The Poughkeepsie Tapes (2007), una cinta de terror siguiendo la estructura de La bruja de Blair, y Quarantine (Quarantine, 2008), el inútil remake de nuestro [REC]. Dentro de todo el conjunto, Dowdle muestra cierta capacidad para la inquietud, para aportar atmósferas turbias. Tanto él como el español Fernando Velázquez (Los ojos de Julia, Spanish Movie, Eskalofrío, El orfanato, Bosque de sombras), por medio este de una partitura algo tópica pero con muy buenos resultados, sean los que aporten una labor más convincente, así como el siempre brillante Tak Fujimoto en la fotografía.
Esperemos que las próximas entregas de The Night Chronicles aporten unas historias con la solidez y pujanza que prometen sus premisas.