Esto es muy sencillo.
Para emitir un partido de la champions hace falta una unidad móvil de al menos catorce cámaras y vale lo que vale.
Con una unidad móvil de dos cámaras en un furgón te gastarás una fracción de lo que cuesta la anterior y podrás emitir por ejemplo noticias a pie de calle, pero con ella nunca podrás emitir un partido de la champions por mucho que quieras.
En el audio ocurre lo mismo. Entre un extremo y otro hay muchas variantes entre medias con distintas calidades de excelencia que según las necesidades a cubrir y los gustos personales satisfará a distintos usuarios, pero siempre que queramos escalar en el nivel de calidad y excelencia tendremos que ser conscientes de que el presupuesto se incrementará, porque volviendo al ejemplo anterior no se puede conseguir con dos cámaras algo para lo que necesitas catorce.
Cada uno ha de ser consciente de que necesita, cual es la necesidad a cubrir y cuanto quieres o puedes gastar.
¿Seria lógico un amplificador estéreo de 200 W de 5.000 euros con una pareja de columnas de otros tantos para un despacho de trabajo donde quieres ponerte música de fondo?
Pues la mayoría, obviamente, contestaremos que no, porque para esa función seguramente conseguiremos un resultado satisfactorio y muy decente con un pequeño sistema integrado de 25W por canal y unas cajas de estantería de gama de entrada por un coste no superior a los 300 o 400 euros.
Sin embargo si ese mismo sistema lo quieres poner en el salón de tu casa para disfrutar de una escucha musical en exclusiva, lo más probable es que la mayoría opine que no da la talla o que no llega para dicho uso, teniendo que plantear el sistema con otros componentes totalmente distintos, lo que invariablemente redundará en el precio.
Como dicen en mi pueblo, es cuestión de sentido común.
Otra discusión muy distinta es hasta que punto podemos considerar razonable gastar para mejorar una experiencia audiofila.
Es relativamente fácil incrementar la calidad de audio sin desembolsos millonarios en los niveles de entrada. Por ejemplo, el salto de calidad entre un altavoz bluetooth de 40 euros para reproducir música de un móvil y un equipo estero de 600 euros es abismal.
La cuestión es que a medida que se escala en el nivel, la cantidad que hay que desembolsar para mejoras cada vez mas pequeñas se incrementa exponencialmente.
Obviamente a quien tenga un Ferrari y una pequeña casa de ochocientos metros cuadrados no le supondrá un problema, pero para el común de los mortales está claro que ni es accesible ni planteable.
Por eso, la cuestión para la mayoría simplemente es conseguir el mejor resultado posible con los recursos disponibles, que en la mayoría de los casos nos resultara mas que satisfactorio.
Esta claro que todos nos gusta mas el Maserati que el Nissan, pero este último es muy bueno y mas asequible para la mayoría y satisfará la inmensa mayoría de nuestras necesidades.
Saludos.