Como soy tan despistado y no me recorro todos los hilos, acabo de enterarme de lo que se estaba debatiendo aquí. Ahí va mi opinión:

Estoy de acuerdo en que hay hilos con más tendencia a la crispación que otros, pero, como ya se ha apuntado, hemos visto insultos, descalificaciones y subidas de tono en hilos de todo tipo, desde los de cinefilia -doblaje, 3D, determinadas películas o directores- hasta off-topic que en principio parecían inocuos.

Cualquier tema corre el peligro de radicalizarse en un momento dado. Siempre puede haber una salida de tono, una frase que incomode a algún forero o alguien con la tensión alta que suelte un exabrupto. ¿Eso ha de impedir hablar de los temas donde ocurra? ¿Y no por decisión personal, sino por prohibición y censura?

Con todos mis respetos, estoy en desacuerdo.

Los únicos hilos que no deberían permitirse serían aquellos que hicieran apología de la violencia, la xenofobia, el racismo, el totalitarismo y la intolerancia. Y si algo de ésto apareciese en un post determinado de algún hilo, estoy completamente de acuerdo en que se elimine y se aperciba o sancione al autor.

Prohibir hablar de algo público, que forma parte de nuestras vidas cotidianas, por si alguien se excede en sus comentarios o alguien es incapaz de aceptar la disidencia me parece impropio de personas civilizadas y de un foro de debate abierto.

Se ha preguntado en algún momento si es que nos gusta discutir. Pues claro que sí. ¿Por qué no nos va a gustar? Es tan humano debatir como inhumano resulta la imposición del pensamiento único. Todos tenemos una opinión sobre lo que nos rodea y, obviamente, no siempre ha de coincidir. ¿Qué habría que hacer para no evidenciar la diversidad? ¿Callarnos? ¿Fundar grupos excluyentes donde todos sus miembros tuviesen opiniones y sentimientos clónicos? ¿O más bien tender a que la gente debatiese civilizadamente acerca de todo, siguiendo unas básicas normas de respeto y orden en el diálogo?

Pasando a los temas que parecen ser más tendentes al conflicto (política, religión, futbol... ¿y hostelería?), en mi opinión resultan más conflictivos precisamente porque hay quien se deja llevar por una especie de gregarismo excluyente y de identificación extrema con una ideología o con un líder o con un equipo determinado. Es entonces cuando se genera una actitud acrítica hacia esa organización o grupo y beligerante contra todo cuestionamiento. Y eso es el germen de la exclusión, la intolerancia y el fanatismo.

Cuando se decide que no se deben contrariar posturas radicales para evitar discusiones (ojo: esto es un foro en internet; aquí no cabe una agresión física; a lo más que se puede llegar es a una descalificación personal sancionable), se está diciendo que se prohibe cuestionar una ideología o afición fanática. ¿Por si alguien se incomoda?¿Es a eso a lo que aspiramos? ¿A que cada uno haga pública su convicción personal sobre lo que sea pero prohiba a los demás opinar sobre ella?

Centrándonos en el debate religioso de estos últimos días y con todo el respeto que me merecen Trek (con quien siempre me he llevado muy bien) y Bizarre (al que no conozco tanto), creo que los que se han sentido insultados u ofendidos deberían tomar un poco de distancia sobre lo ocurrido y analizarlo con sosiego.

Para empezar, no recuerdo que se les haya descalificado a ellos. Se ha opinado sobre un evento público y se ha criticado su oportunidad, sus formas, su financiación, etc.

No se deberían confundir las críticas contra una institución humana (sí, los organizadores de estos actos son humanos) con el cuestionamiento de creencias íntimas. Sin embargo, ocurre muy frecuentemente que se confunde la crítica a la manifestación pública de una idea o convicción con la descalificación de la convicción misma.

Pero veamos las cosas con un poco de perspectiva. Para alguien que no es hincha de un equipo o fan de las competiciones deportivas, las actitudes de los forofos pueden parecerles absurdas y desmedidas. Para alguien que no colecciona dvds, nuestras preocupaciones por formatos, carátulas, subtítulos, etc, pueden parecerles maníacas. Para alguien que no pertenece a una religión, la exteriorización ritual de una creencia (respetable como convicción íntima) o la identificación con el oficiante puede resultarle grotesca o incluso ridícula.

Cuando esa ritualización, esa exteriorización, escala peldaños, se subvenciona con dinero de todos, afecta a la vida cotidiana de muchos, se postula como única verdad indiscutible, se personaliza y, lo que es más, parece incongruente con los propios principios fundacionales de la institución organizadora, es lógico que los infieles opinen y critiquen. ¿Eso ofende y menoscaba la creencia en lo sobrenatural de algunos?

Al fin y al cabo, es un acto público, celebrado en mitad de la calle; no es algo privado, vivido con recogimiento en el domicilio de cada cual: se hace para que se vea. ¿Por qué no se va a opinar sobre ello? Da la impresión de que la propia Iglesia lo entiende así y acepta las voces discrepantes (dentro y fuera) sin darles mayor importancia ni pedir su prohibición. ¿Por qué algunos fieles quieren ir más allá de donde va la propia Iglesia a la que pertenecen? ¿Por qué qieren ser más radicales, menos tolerantes, en sus actitudes? ¿De veras alguien cree que fieles, sacerdotes y prebostes varios no conocen las opiniones, críticas, bromas, caricaturas, ninots falleros o burlas que circulan por calles, tertulias, revistas y webs, y que dejan pasar con un criterio más abierto y con más sentido del humor que algunos adeptos? ¿De verdad la fe de los creyentes es socavada por la mera opinión ajena?

Aunque los foreros nos sintamos cómodos aquí y a veces consideremos ésto nuestra casa, este foro no es la casa particular de nadie. Es una plaza pública donde exponer opiniones e ideas. Y, encima, es de libre lectura y participación.

Personalmente me ofende muchísimo la hambruna de Somalia, los deshaucios de familias enteras o las múltiples guerras, actos de vandalismo y agresiones en todo el mundo. Incluso considero espantosas las devastaciones de los fenómenos naturales (aunque no se los achaque a la voluntad de un Ente sobrenatural). Eso, el sufrimiento humano, me parece trascendente, preocupante y grave. En cambio, me parece poco relevante que alguien dibuje como quiera al Papa o a cualquier otra personalidad pública, y encuentro lógico que se cuestione cómo una institución (civil o religiosa), que declara determinados fines, emplea realmente el dinero de los donativos o subvenciones que consigue.

Será una cuestión de mi propia escala de valores, de qué me parece importante y grave y de qué me parece que no afecta de forma trascendente a nadie.

En cualquier caso, estimo que todo, lo trascendente y lo intrascendente, lo ideológico, lo económico, lo científico y el mero pasatiempo, es perfectamente opinable.

Perdón a todos por el tocho.