Uno puede creer en lo que le da la gana.
Incluso puede hacer apostolado de sus creencias. Tanto si proclaman la existencia de un único dis verdadero como que cientos de civilizaciones extraterrestres nos visitan.
Pero cuando un tipo, cualquier tipo, engaña al resto a sabiendas de lo que dice es falso, entonces se convierte en un farsante y en blanco feroz de mis críticas.
Esos tipos del primer post son unos farsantes y embaucadores, pillados mil veces en sus contradicciones y mentiras, de las que siempre sobreviven gracias a la caterva de catetos dispuestos a tragarse cualquier cosa que les echen.
Encima, se autodefinen como científicos, cuando son simples "imbestigadores" (o sea, investigaciión de lo imbécil).
Puag, que asco me dan.