Capitán Trueno y el Santo Grial. La tengo grabada de televisión (si no recuerdo mal, de la 2, del programa que presentaba Cayetana Guillen Cuervo). Es mala con avaricia. En mi caso la vi y la conservo por pura nostalgia. "El Capitán Trueno", como "El Jabato" y "El Cosaco Verde" (de la que tengo la edición completa de los tebeos originales, comprados domingo a domingo en el mercado de Sant Antoni), fueron mis lecturas de cabecera en mi infancia. En particular, por "El Capitán Trueno" pasaron dibujantes excelentes, como Ambrós, aunque también hubo mucho reciclaje, mucho corta y pega. Los guiones, firmados por Víctor Alcázar (pseudónimo de Víctor Mora, conspicuo comunista), aunque reiterativos, eran una forma de reciclar el buen cine clásico de aventuras y las novelas de género, con una carga de crítica política de fondo que me dejó una huella indeleble. Siempre he dicho, y lo sostengo, que buena parte de mi formación moral (si se puede utilizar el término, que no deja de producirme cierta incomodidad) procede de esos tebeos, una gozosa antítesis de la funesta Formación del Espíritu Nacional con que nos bombardeaban en el colegio (aunque en el mío, tengo que reconocerlo, sin demasiada convicción, como un trámite burocrático). Hoy día tengo en facsímil los más de 600 tebeos apaisados de El Capitán Trueno, además de otras colecciones del mismo personaje y de El Jabato. Para mí hablar de cómics (yo diría tebeos) es hablar de los personajes de Víctor Mora o de las historietas de la Bruguera. Cuando empecé a leer tebeos de la Marvel, a principios de los 70, ya no me produjeron el mismo efecto, y una vez superada la adolescencia el mundo del cómic no me ha interesado demasiado, sin negarle su valor.